Viggo estaba viendo Orario, pero al igual que cuando tuvo el sueño con el dios rey, no podía tener control sobre su cuerpo. Aquella persona que comandaba el cuerpo caminaba por una calle llena de escombros y cráteres, con edificios derruidos y ratas moviéndose entre los escombros. Se podían ver niños, mujeres y ancianos ocultos dentro de las casas que permanecían en buenas condiciones, pero ninguno salía. Solo miraban desde detrás de las cortinas, asomando un ojo y al ver al dios rey, se escondían, como si se sintieran avergonzados de algo.
Aquel dios rey elevó su mirada a la distancia y vio que donde debería estar la gran torre de Babel, solo había una colina de escombros que ensombrecía la visión de la ciudad.
Antes de esta visión, Viggo recordaba haber estado en la casa de su padre, como todos sus cumpleaños. La distribución fue igual que otros años, Kain y sus esposas en una mesa, donde también se sentaron sus hijos Flora, Tatsumi, Ottar. También se sentaron con ellos Jason, Odiseo y Aquiles, quienes venían con Hera. Por otro lado, Viggo y sus seis esposas tuvieron que sentarse en una larga mesa aparte. Además, de añadir a la diosa Bishamon y Hitomi, ambas relacionadas con la familia de Viggo. Sin embargo, a pesar de todas las mujeres hermosas, la gran estrella de la fiesta fue Uriel, la bebé pelirroja, quien acaparo las miradas de todos. Por supuesto, ella estuvo en los brazos de Viggo y Semiramis. Kain quiso tomar a Uriel en sus brazos, pero él ya estaba ocupado cuidando de María, hija de Démeter y Eina, hija de Aina. María ya era una señorita de once años, pero seguía siendo consentida de Kain mientras que Eina solo tenía tres años y era lógico que quisiera estar con su padre.
El cumpleaños fue divertido, todos se rieron y festejaron. Era un cumpleaños especial: Flora, Tatsumi, Ottar y Viggo iban a cumplir quince años y con eso se volvían adultos según las leyes de Orario. Si hubo un punto de incomodidad fue cuando Aquiles converso con Kain y pidió su permiso para casarse con Flora. En ese momento, Viggo, Tatsumi y Ottar se levantaron de sus asientos y tomaron posiciones para evitar que Kain tuviera una mala reacción. Al final, todo estaba en la mente de Flora y de sus hermanos. Kain no puso muchos problemas, después de todo, era Aquiles, el más equilibrado de los tres hermanos. Si hubiera sido el desordenado Jason hubiera sido otra la reacción y con Odiseo, por lo extremadamente serio, no había posibilidad. Al final, todo termino bien y Kain se burló de sus hijos por verlo como un padre demasiado estricto e irracional.
Sin embargo, Viggo no recordaba en qué momento había llegado a este sueño ni cuando empezó a ver Orario derruida a través de los ojos del dios rey. Viggo podía ver y escuchar cosas, pero no se podía mover o interactuar. Por otro lado, lo único que podía decir era que Orario había quedado en mal estado, como si alguien la hubiera atacado. Lo cual era ilógico, ya que la ciudad contaba con la sabiduría de los dioses y el poder de los aventureros ¿Qué clase de fuerza tuvo la suficiente potencia como para convertir en un montón de escombros la ciudad de los dioses?
Una persona salió al encuentro del dios rey, llevaba una capa con capucha que le cubría el rostro. Por debajo de la capa se veía su mano empuñando una especie de daga negra. Aquel hombre se detuvo delante del dios rey y preguntó -¿A qué vienes? Dijiste que, si no nos sometíamos a tu reinado, no nos ayudarías-
-¿Yo soy el malo?- preguntó en respuesta el dios rey con una voz tan gruesa y poderosa como la del maestro de Viggo
-Por supuesto que eres el malo, lo tenías todo- grito en respuesta el encapuchado -podrías haber ayudado a esta ciudad, eres el único dios que queda en este mundo, pero nos abandonaste a nuestra suerte. Solo porque no quisimos agachar nuestra cabeza delante de ti-
-Tú te volviste su rey- respondió el dios rey -me desafiaste y te coronaste a ti mismo, ayudado por tus amigos y amantes. No te ataque, no te considere una amenaza ni trate de sabotear tu reinado. Es irracional que me acuses por el estado en que terminaron las cosas-
-Podrías haber hecho algo- grito la otra persona, levantó la daga negra y la acercó al cuello del dios rey. Sin embargo, aquella persona mantuvo la calma y el control. Viggo podía sentir la seguridad de su espíritu. Era como el manzano de su padre, solo podía crecer, pero nada lo podía remover de donde estaba. Podía pasar el viento, movería sus ramas y agitar sus hojas, pero jamás se derrumbaría. Así se sentía mentalidad de aquel dios rey. Viggo se preguntó si todos los que se volvían rey eran iguales ¿Odín habrá sido en algún punto igual? Últimamente Viggo se preguntaba mucho cómo sería aquel dios rey antes de volverse paranoico y destruir a los pueblos que vivían en Midgar.
-¿Qué podría haber hecho?- preguntó el dios rey -desde que te alzaste como aventurero distes problemas sin parar. Mi padre te tomo bajo su cuidado, te enseño muchas cosas, pero no maduraste. Siempre creíste que todo se trataba de volverse heroico para que las mujeres te miraran. Realmente, no sé de dónde aprendiste esa estúpida mentalidad. Además, cuando declare mi reinado, te opusiste junto a esos otros tontos, te deje ser porque te respetaba, porque pensé que eras una persona correcta, porque creí que madurarías, pero sigues siendo igual. Todo este desastre, es culpa tuya y de nadie más-
Aquel hombre con la daga se derrumbó delante del dios rey y sollozo en silencio durante unos segundos. Tomo su daga y la llevó a su propio cuello. Sin embargo, antes de que pudiera hacer algo que no tendría solución, el dios rey se agacho y puso su mano derecha sobre la daga.
-No lo hagas- dijo con voz gruesa y poderosa -al menos vive para remediar tus errores. Todos podemos equivocarnos, pero morir no solucionara lo que hiciste. Vive, sé un héroe otra vez. Yo reinare, reconstruiré este reino y juntos lo protegeremos-
Aquel hombre se quebró en llanto y el dios rey lo quedó mirando durante varios segundos hasta que el hombre se calmó.
-Ven, vamos- dijo el dios rey, se puso de pie y comenzó a caminar. El hombre de la capucha lo siguió y el dios rey murmuro -¿Sabes? Si tuviera algún arrepentimiento fue el no haberte conocido antes-
-¿Por qué?-
-A lo mejor, nada de esto hubiera pasado-
-Yo…-
-Déjalo, no te disculpes. En parte, tienes razón, podía haber hecho más, pero no supe cómo actuar y te dejé hacer lo que querías. Tú no estabas preparado, no te habían enseñado como a mí. Sin embargo, ya es tarde y lo único que nos queda es arreglar este desastre. Cuento contigo, B…-
Viggo no pudo escuchar la última parte y su visión se vio oscurecida por el vacío. Entonces algo lo jalo por la espalda. Viggo se asustó, tuvo miedo, ya que no tenía control y no podía luchar contra aquella fuerza, pero de repente, abrió los ojos y se sentó en su cama. Todo su cuerpo estaba cubierto con transpiración y respiraba con dificultad. El movió su rostro de lado a lado, estaba en su habitación, acostado sobre su cama. Las ventanas del lado derecho de la habitación estaban abiertas mientras las cortinas ondeaban con la brisa de la tarde. Los cuadros al óleo soportados en atriles estaban repartidos por toda su habitación.
Viggo soltó un suspiro y sonrió, sabiendo que estaba a salvo.
-Viggo- dijo una mujer.
Viggo conocía muy bien aquella voz suave y agradable al oído. Traía paz al corazón y enamoraba con unas cuantas palabras. Viggo miró a la izquierda de su cama y vio a Scheherezade sentada en el borde. Sus ojos verdes le parecieron maravillosos y cautivadores. No llevaba el velo, así que podía ver los labios gruesos y sensuales. Sus largos cabellos negros caían a los lados como dos cascadas de ceda enmarcando su rostro y destacando una mirada lánguida que la hacía ver sensual. Ella llevaba puesto un vestido purpura de una pieza y de confección holgada, aunque claro, con sus atributos tan voluptuosos, era casi imposible esconderlos bajo la tela.
Scheherezade acercó sus manos a un recipiente sobre el velador, tomo una toalla, la empapo en el agua del recipiente y después la acercó al pecho de Viggo para limpiarle el sudor. Viggo la quedó mirando, ella también a él, pero era diferente. Viggo miraba a Scheherezade con cariño y alivio, como si ella fuera su refugio de todo lo malo que había en este mundo. Ella lo miraba a él con preocupación, una mezcla de angustia y miedo.
-¿Estás bien?- preguntó Scheherezade con voz melodiosa
-Sí, creo que estoy bien- respondió Viggo con una sonrisa -¿Dormí demasiado?-
Scheherezade detuvo el movimiento de la toalla en sus manos y le respondió con voz suave -fueron cinco días, Viggo-
-¡¿Qué?!-
-Estuviste cinco días durmiendo- respondió Scheherezade, ella llevó su mano derecha a la cara de Viggo y le acaricio la mejilla -estuve muy preocupada, no lo vuelvas a hacer-
-No he hecho nada- dijo Viggo, mezcla de incredulidad y miedo -no hice nada, te lo juro, no quería preocupar a nadie. Es broma ¿Verdad? Me la estas jugando, sé que a veces soy un poco descuidado, pero no es motivo para que me digas estás cosas. Es una broma ¿Verdad?-
-No, Viggo- respondió Scheherezade tomando una profunda respiración. Tomo el paño en su mano izquierda y lo deposito en el recipiente con agua en el velador. Ella se acercó más a Viggo y lo abrazo -no es una broma ni nada, estuviste cinco días durmiendo. Estuvimos todos preocupados. Kiara no estaba, así que hablamos con tu padre. Él vino y dijo que estabas ocupando un poder. Dijo que estaba drenando tu fuerza del alma a una velocidad alarmante. Así que te estuvimos dando Estus todos estos días para reponer tu fuerza del alma. Después llegó Kiara…-
-Después llegue yo y de forma definitiva, libere tu divinidad- dijo Kiara, apareciendo en la habitación. Ella vestía como monja. Camino hasta el lado derecho de la cama y se sentó en el borde. Scheherezade se hizo hacia atrás y Kiara estiro su mano para tomar el rostro de Viggo y poder examinarlo -parece que ya estas bien- dijo
-¿Eso quiere decir que he vuelto a ser semi dios?- preguntó Viggo
-Sí, pero no quiere decir que estes más cerca de ser un dios. Tú divinidad es como una semilla, ni siquiera a germinado, pero puede producir energía divina y alimentar la habilidad de los Jotun. Lo siento, a lo mejor esperabas desarrollar una divinidad diferente, pero tendrás que conformarte con la clarividencia y las visiones del futuro. Ambos poderes asociados a los Jotun más antiguos-
Viggo tomo una profunda respiración, después de todo, pensaba tomar la runa de Kvasir (aquella que utilizo Rosewisse la primera vez que lucho contra Thor para desparecer y aparecer al instante) y utilizar su divinidad para desarrollar un poder asociado al tiempo.
<<Existen clases de dioses al igual que existen posiciones en un ejército- había dicho Kratos a Viggo hace algún tiempo -por lo general, el dios mayor es del tipo combativo que tiene la iniciativa de acumular conocimiento…>>
Viggo levantó su rostro, miró a Kiara a los ojos y le dijo -eso no es tan malo, yo creo que esto es una oportunidad que no puedo dejar pasar. El conocimiento se puede volver un poder más poderoso que cualquier otro. Además, por el poder combativo, mi padre lo ha acumulado a base de conocimiento. En ese aspecto, yo lo excederé-