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Familia y Diosa 2.174

Una vez que llegó la noche, Viggo y Rosewisse se presentaron delante del edificio donde estaba el restaurant de lujo que los Dragonroad siempre ocupaban para los eventos importantes.

La entrada era una mampara de doble puerta de vidrio al igual que las murallas que daban a la calle. Las luces estaban encendidas, las mesas ordenadas, pero no había clientes.

El guardia en la entrada al ver a Viggo en su traje de frac y Rosewisse en un vestido de noche, abrió las dos puertas y les dijo -por favor, adelante- trato de ser lo más cortes posible, pero la impresión de las alas de Rosewisse era demasiado grande. Así que aquel tipo se quedó mirando durante unos segundos, pero reacciono rápido antes de que su conducta fuera molesta y él se pudiera quedar sin su trabajo. Este restaurante era un lugar exclusivo donde solo asistían los nobles, Kain, su familia y la diosa Freya de vez en cuando. No cualquier podía trabajar aquí o permitirse ser descortés con los clientes.

Viggo iba con el cabello peinado hacia atrás, tomando una apariencia más refinada y elegante en conjunto con el traje de frac. Por otro lado, Rosewisse llevaba puesto un vestido de noche de color rojo intenso que podía competir con el cabello de Viggo. Su figura refinada y tentadora solo era opacada por sus hermosas alas blancas.

Viggo y Rosewisse entraron al restaurante y pasaron por el pasillo formado por las mesas. El espacio tenía más de cuatro metros, así que Rosewisse no tuvo problema en avanzar con sus alas.

A mitad de camino se encontraron con Cynthia, administradora del restaurante que llevaba muchos años conociendo a los Dragonroad. En estos momentos tenía más de cuarenta años, pero se veía joven y radiante, como si todavía estuviera en sus veintes. De cabello castaño, trenza y vestido de noche purpura con brillos.

-Buenas noches, Viggo- dijo Cinthia haciendo una pequeña reverencia con la cabeza a él y Rosewisse

-Buenas noches, Cinthia- respondió Viggo -te presento a Rosewisse, mi novia-

-Mucho gusto, señorita- dijo Cinthia -es un honor para nosotros que este aquí-

-Gracias- respondió Rosewisse con su cabello de plata enmarcando su rostro y un leve rubor en sus mejillas. Ella vivía en una sociedad en Vanahaeim, pero no existían este tipo de lugares. Todo era demasiado precioso, elegante y maravilloso. Por un momento se preguntó si ellos y los Aesir podrían lograr este nivel de prosperidad si no estuvieran luchando entre sí.

Cinthia, profesional e inteligente, no se dejó encandilar por Rosewisse y su figura de ángel. Mantuvo la calma en todo momento y sonrió -la dama Freya los está esperando en el tercer piso-

-Muchas gracias- respondió Viggo, Rosewisse solo hizo un leve asentimiento y camino junto con Viggo. Sin embargo, cuando llegaron a las escaleras se encontraron con el problema usual y Rosewisse tuvo que avanzar primero mientras Viggo la seguía por detrás.

Una vez que los dos llegaron al tercer piso se encontraron con Ottar y Freya sentados alrededor de una mesa. Freya llevaba puesto un hermoso vestido blanco de una pieza que dejaba a la vista su espalda hasta donde empezaba la cola. Ottar a su lado llevaba puesto un frac. Ella delgada, de estatura promedio y delicada como un lirio. Él, con un metro ochenta de estatura, musculoso y expresión dura como el acero. Sin embargo, al ver a Viggo la suavizo un poco.

En el tercer piso solo había una mesa y cuatro sillas. La muralla de la izquierda era completamente de vidrio así que se podía ver la calle y sus farolas. Como estaban en el sector norte de Orario todo era muy elegante y ordenado.

Viggo y Rosewisse caminaron hacia la mesa. Freya y Ottar se levantaron de la mesa y se pusieron uno al lado del otro para recibirlos. La expresión de agrado y admiración no se hizo esperar, maravillada con las hermosas alas de Rosewisse. Su sonrisa lo decía todo, ella quería esas alas, aunque no le desagradaba la apariencia de Rosewisse. Después de todo, ella igual que todo el mundo es aficionado a la belleza.

-Viggo, ha sido un largo tiempo- dijo Freya -espero que nos hayas echado de menos-

Viggo sonrió sin inmutarse por la belleza de Freya. Llevaba desde su niñez viéndola ir y venir de su casa con Ottar. No es como si fuera inmune, la diosa era hermosa, por decirlo de forma simple. Sin embargo, también era la madre de su hermano, además de ser un tipo de persona caprichosa, cosa que la apartaba de los gustos de Viggo.

-A sido un tiempo, Freya- respondió Viggo con una sonrisa tranquila, sin demostrar mucho afecto, pero tampoco demasiado desdén -lamento decir que no los he echado de menos. Estuve viajando y entrenando-

-Vaya, a lo mejor yo debía viajar más seguido para ver si consigo una acompañante tan adorable- dijo Freya con una sonrisa cautivadora y pasando su vista de Viggo a Rosewisse

-Siempre me han dicho que nací con suerte- dijo Viggo mirando a Rosewisse para que ella se enfocara en él y no se pusiera nerviosa al ver la sonrisa coqueta de la diosa -así que no te lo recomiendo, puede que esta sea la suerte de varías vidas juntas-

Rosewisse se sonrojo al ver que la diosa y Viggo luchaban por obtener su atención. Rosewisse no conocía a la otra diosa, pero Viggo le fascinaba cada día más, cada faceta, cada habilidad.

-El amor oprime la mente y el corazón- dijo Freya con cierta pena al ver que no obtenía la atención de Rosewisse -nada que hacer. Es tu suerte Viggo, eso lo puede admitir. Ottar, querido, preséntate ante el hermoso ángel-

Ottar asintió y dijo -mucho gusto, cuñada-

-Yo- dijo Rosewisse agachando la mirada y roja desde el cuello a las orejas -todavía no nos casamos ni nada. Cuñada es un poco-

-¿Entonces está mal?-

-No, para nada- dijo Rosewisse con voz enérgica y una enorme sonrisa -cuñada es perfecto, cuñada está bien-

Ottar asintió, miró a Viggo y le mostro una pequeña sonrisa de complicidad. Viggo le guiño un ojo como diciendo que sabía que ella estaba enamorada de él. Ottar negó con la cabeza, ante tal acto de soberbia.

-Vamos a la mesa- dijo Ottar -la comida estará lista en unos minutos-

-¿Espero que hayas elegido sabiamente?- preguntó Viggo, abrazando por la cintura a Rosewisse y guiándola a la mesa.

Ottar iba por delante con Freya y respondió -claro. Para ti y para mí lo mismo de siempre. Además, considerando los comentarios que circulan, deduje que la cuñada sería un guerrero como nosotros. Así que me aventure en pedir lo mismo. En todo caso, ya conversamos con la cocina y preparamos varios platos que podrían ser de su agrado-

-Es bueno, veremos qué pasa-

Los cuatro se sentaron a la mesa y a los pocos minutos llegó la comida. La decisión de Ottar fue acertada y elogiada por Rosewisse. Freya fue la única que comió una pequeña porción de comida, casi en su totalidad vegetariana. El tema central durante todo el tiempo fue la recién nacida Uriel, quien según los comentarios de Viggo, Rosewisse y Ottar era lo más cercano a la perfección. Sin embargo, los tres notaron que Freya se aburría así que la conversación se redirigió al viaje de Freya y Ottar.

-¿Aceptaste a una muchacha en tu familia?- preguntó Viggo bastante sorprendido. Era cierto que en la familia Freya estaba la "tía" Mia Grand, pero aparte de ella, no había más mujeres.

-Así es, Syr es un talento singular- respondió Freya de forma esquiva

Viggo entendió de inmediato que ella no hablaría más de aquella muchacha, así que volvió a cambiar el tema de conversación -Ottar menciono en la mañana que se convertiría en el nuevo capitán de la familia Freya- dijo

-Ottar, querido- dijo Freya con una mirada seria y mirándolo a los ojos.

Ottar agacho la mirada un tanto avergonzado y respondió con una pequeña sonrisa -lo siento, no me puede aguantar de contarle a Viggo, pero no te preocupes. Viggo sabe guardar secretos-

-Sí, es verdad- asintió Viggo del otro lado y sentado al lado de Rosewisse -como aquella vez…-

Ottar le lanzó una mirada asesina. Él y Viggo habían crecido juntos, así que la cantidad de cosas vergonzosas que sabia Viggo no eran pocas. Viggo solo respondió con una sonrisa juguetona, como si solo hubiera sido una broma.

-Viggo, por favor mantén esta información en secreto- dijo Freya con voz melodiosa y seductora. Ella tenía en su mano una copa de vino y la empezó a mecer de lado a lado, agitando el vino en el interior. Ella detuvo el movimiento de la copa, le dio un sorbo y se pasó la punta de la lengua por los labios de forma sugerente -esta información todavía no se la comunico a los otros dioses, a Urano o a la guild-

-No sé preocupe- respondió Viggo con toda confianza -no me interesa andar divulgando la información de Ottar, solo lo pregunte porque fui de una carrera a donde mi padre y conseguí algo para que brindemos-

-Eso, suena muy considerado. El licor que prepara tu padre se podría considerar uno de mis favoritos, solo un paso por debajo de la mezcla exitosa del dios Soma-

-Entiendo, pero no creo que se le pueda comparar con el Estus-

-No, para nada, en muchos sentidos, es una blasfemia contra la vida lo que hace tu padre. Nada en este mundo debería poder reponer la fuerza del alma-

-Dejémoslo como que es algo delicioso-

-En efecto, por favor- dijo Freya deseosa de probar el Estus. Tomo su copa y lanzó el vino hacia sus espaldas sin ningún tipo de decoro o pretensión de la sofisticación. Así de delicioso resultaba el Estus para los dioses. Ella tomo su copa vacía y la puso en la mesa, por delante de Viggo. Este último sonrió, saco la bolsa de cuero de uno de sus bolsillos. Después busco en su interior y saco una botella de color esmeralda con un brillo dorado en su interior. Viggo destapo la botella y el aroma a Estus, impregno el aire con una suave fragancia a hierbas medicinales. El aroma era agradable, pero su sabor más. Gracias a esto, Viggo sirvió la copa de Freya hasta la mitad y ella la retiro.

Freya sonrió complacida al tener este tipo de tesoro y lo acercó a sus labios. No pudo solo tomar un sorbo, si no que empino rápidamente la copa y bebió el contenido. Ella sonrió complacida y miró a todos los presentes -lo siento, verán, uno no prueba esto todos los días- dijo

-No hay nada de que disculparse- dijo Viggo -puedo coincidir con usted de que es algo exquisito-

-Gracias- respondió Freya con una sonrisa seductora

Viggo respondió con una sonrisa, extendió la botella y Freya aprovecho de acercar su copa. Viggo la volvió a rellenar y ella la retiro, pero está vez bebió de forma más recatada. Viggo sirvió Estus a Rosewisse, Ottar y por último a él, después dejo la botella en la mesa, levantó la copa y dijo -por el nuevo capitán-

-Por el nuevo capitán- respondieron Freya y Rosewisse levantando sus copas. Ottar levantó su copa mientras sonreía. Todos chocaron copas dejando que el vidrio produjera una armoniosa vibración.

Una vez que terminaron sus copas, Freya miró a Viggo y dijo -tu esposa me dejo una nota que solo hoy pude leer-

-Así es, me comento y ya acordamos de llevarlo a cabo. Dentro de esta semana estaremos convocando a la diosa. Espero tener una agradable cooperación con ustedes. Por supuesto, en especial contigo, Ottar-

-No necesitas mencionarlo- respondió Ottar con una gran sonrisa, levantó su copa, Viggo la choco con la suya y ambos bebieron de un solo sorbo el contenido.

-Lo mismo digo, Viggo- respondió Freya -hace tanto tiempo que ando buscando un socio de negocios fiable-

-Semiramis piensa que la oportunidad esta entre nosotros. Ottar y yo somos hermanos, nos protegeríamos el uno al otro y jamás nos dañaríamos por unos valis. La confianza no es algo que se pueda comprar, es algo que se gana-

-Así es, lo que tiene un precio, puede venderse a diferentes compradores- respondió Freya, como queriendo decir que la persona que se mueve por dinero rápidamente encontrara un mejor postor, como si fueran mercenarios. Ella miró a Ottar y asintió. Ottar se levantó, fue a una mesa que estaba al fondo del tercer piso, tomo una caja plana con una forma rectangular. Volvió a la mesa y la entregó a Freya.

-Un regalo para tu esposa, dile que espero estar en los mejores términos con ella- dijo Freya, ella tendió la caja plana recubierta de terciopelo azul y Viggo la recibió. Freya añadió -adelante, vela, tiene un collar de mi colección personal. Un regalo intimo para una amiga íntima-

-Entiendo- respondió Viggo con una sonrisa de negocios, abrió la caja de terciopelo azul y en su interior encontró un hermoso collar de diamantes -una hermosa pieza de joyería, si me permite decir-

-¿Puedes decirlo?- preguntó Freya un tanto asombrada -¿Has estado aprendiendo con tu padre?-

-Sí, pero es poco lo que puedo hacer. Sin embargo, me doy cuenta de que el collar no tiene imperfecciones-

-Bueno, fue hecho con la divinidad de un dios, por supuesto que es perfecto, pero no es tan bueno como las joyas que hace tu padre-

-¿Cómo es eso?-

-Veras, querido Viggo, el valor de algo se puede medir en su calidad, sentimiento de la escasez y perfección. Sin embargo, algo hecho por un dios carece de sentimientos, aunque claro, sigue siendo precioso. En cambio, tu padre crea cosas de su inspiración, habilidad y experiencia, algo que no se puede pagar-

-Al final, lo que importa es saber cómo hacer las cosas en lugar de depender de un poder mágico que ni siquiera se entiende-

-Sí, podría decirse. El poder mágico, la inmediates, no tiene deleite alguno, si sabes a lo que me refiero. Uno debe explorar las posibilidades y llegar hasta las últimas consecuencias. Dejar que la inspiración y la pasión llene su corazón-

-Entiendo, la inspiración es importante- dijo Viggo, llevo su mano a la mano de Rosewisse y la acaricio con suavidad -cuando esta la pasión y la inspiración, la creación de algo especial es posible-

Rosewisse entrelazo sus dedos con los de Viggo, lo miró enamorada, ya que como él dice, entre su pasión por la magia y la inspiración de Viggo pudieron crear la piedra de la memoria. Un objeto único que podría romper por completo el balance del mundo si se mostrara a todo el mundo. Sin embargo, entre los dos coincidieron que hasta que tengan un modo de limitar su uso, no lo mostrarían a nadie. Al menos, dentro de Orario.

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