Sakura y Ana entraron a la habitación de Viggo vistiendo hermosas batas de seda color rosa. Ambas llevaban su cabello purpura suelto y peinado. Sin embargo, mientras Sakura solo lo llevaba hasta los hombros, Ana lo había dejado largo. Así que su cabello caía como una larga cascada hasta la mitad de sus pantorrillas. Ambas muchachas se veían hermosas, con una leve capa de delineador en los ojos y un brillo en sus labios que los hacia ver húmedos y brillantes.
Viggo estaba sentado en el borde de la cama mientras Kiara se levantó y camino hasta ellas. Las inspecciono de pies a cabeza y asintió con una gran sonrisa. Sakura y Ana se ruborizaron, tomaron la correa que sujetaba la bata por la cintura y la iban a abrir.
Sin embargo, Kiara levanto su mano y las detuvo -para mí no- dijo -hoy no vienen por una inspección. Sino que vienen por algo más- entonces volteó para mirar a Viggo en el borde de la cama y le guiño un ojo.
Sakura y Ana asintieron con las mejillas ruborizadas, soltaron las correas y esperaron a que Kiara les dijera algo más.
-¿Pensé que primero vendría Sakura? Parecía la más ansiosa- dijo Kiara volviendo a mirarlas con una sonrisa
-Yo, bueno, sí- dijo Sakura, miró a su hermana y Ana asintió. Entonces Sakura miró a Kiara una vez más y continuo -siempre hemos estado juntas. Así que, lo más lógico sería que estemos juntas en este momento-
-Entiendo, así que les preguntaré una vez más ¿Está bien?-
Sakura y Ana se miraron a los ojos, sonrieron, asintieron y miraron a Kiara. Sin embargo, Ana fue quien respondió esta vez -sí, maestra- dijo con una voz dulce tan suave como el susurro de la brisa -pero antes de eso, quisiera darle las gracias por habernos protegido y llevado a este momento. Yo, yo quería morirme cuando nos dijeron que iríamos a servir a los éforos-
-Bueno, cualquier niña en su lugar hubiera pensado lo mismo. Los éforos están más cerca de ser monstruos que humanos. No te preocupes, el pasado ya fue y lo único que importa es el ahora. Da lo mejor de ti-
Ana sonrió alegre y asintió. Entonces miró a su hermana, le tendió la mano y Sakura le tomo la mano. Después miraron a Kiara y ella señalo con su brazo a Viggo, quien estaba sentado en el borde de la cama. Ana y Sakura caminaron con dirección a Viggo, mientras Kiara fue a las velas en las esquinas de la habitación y las prendió sin que las muchachas vieran que lo hizo con un movimiento de su dedo. Después fue a los muebles a los lados de la cama y prendió una vela a cada lado.
Ana y Sakura miraron a Viggo, quien sonreía para ellas. Con la luz de las velas, pudieron ver de forma más clara las elegantes facciones y esos ojos azules, mientras todo era enmarcado por ese vibrante cabello rojo. Viggo extendió sus brazos y le tendió una mano a cada una. Sakura y Ana se miraron con una gran sonrisa y separaron sus manos. Después cada una tomo una mano de Viggo y esté las atrajo a sí. Ana se sentó en su pierna derecha mientras Sakura se sentó en su pierna izquierda. Viggo sintió la blanda sensación de ambas nalgas sobre sus muslos. Las abrazó por la cintura y ellas se apegaron a su pecho. Viggo primero miró a Ana, quien sonreía como una flor, acercó su rostro poco a poco y Ana le ofreció sus tiernos labios cereza. Viggo le dio un pequeño toque, después un beso más largo, hasta que Ana extendió sus manos y le tomo el rostro. Entonces Viggo supo que ella se había prendido e introdujo su lengua en la boca de Ana, saboreando la pequeña lengua. Ana lo besaba como si solo importara la conexión que tenían en estos momentos. Sin embargo, Viggo tenía otra persona de la que también preocuparse. Poco a poco fue alejando su boca a pesar de que Ana lo sostenía el rostro. Una vez que se pudo separar, Ana lo miró haciendo un puchero con sus labios.
Viggo sonrió, le dio un breve beso y le dijo -todavía hay otra persona-
Ana miró al frente y vio a su hermana apoyada contra el pecho de Viggo mientras sonreía, como si disfrutara de verla tan cerca de Viggo. Ana agacho la mirada con las mejillas ruborizadas de la vergüenza. Después miró a Sakura y le dijo -lo siento, hermana, yo, no lo quería acaparar, es solo…-
-Está bien- dijo Sakura con una pequeña sonrisa astuta -yo también tendré mi parte-
Ana asintió, miró a Viggo y le dijo -ve-
-No me voy a ningún lado- respondió Viggo con una sonrisa -pero por mientras disfrutaré de esto- entonces paso su mano derecha de la cintura a las burbujeantes nalgas. Ana dio un gritito, miró a Viggo a los ojos y después escondió su rostro en el pecho. Viggo le beso el cabello, que en ese momento olía a frutas. Después giró su rostro, mientras seguía acariciando el trasero de Ana, y miró a Sakura. Ella sonrió divertida y soltó una risita. Viggo acercó su rostro y Sakura lo tomo con sus manos y lo beso con pasión.
<<"No estas aburrida de ver esas lamentables visiones"- escucho Sakura en su mente. Eran las palabras que dijo Kiara hace algún tiempo –"no te aburre ver como tu yo, débil e indeciso, siempre está esperando por esa persona. Entonces lo pierdes, ya sea por una muerte prematura, o porque alguien más lo enamoro ¿Acaso no lo quieres sentir en tu interior? ¿No quieres sentir que ambos se sienten bien? ¿No quieres ser amada y tomarlo entre tus manos mientras lo besas apasionadamente? ¡Hazlo! De lo contrario, esos sueños que siempre tienes se volverán reales una vez más"->>
Sakura recordó esas palabras y gracias a eso, beso a Viggo con la desesperación de una amante que sufre pensando en que el día de mañana perderá a su amor. Viggo tuvo que mover rápido su boca y su lengua para responder a los fuertes impulsos. Sakura parecía una persona sedienta en medio del desierto, que trataba de saciar su sed a través de los besos. Sin embargo, de repente Sakura se calmó y grandes lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Viggo iba a decir algo, pero escucho a Kiara en su mente, quien lo regañaba.
<<"Si alguna vez una chica llora, no le digas palabras grandilocuentes. Solo amala, abrázala y escúchala. Las personas quieren sentirse amadas, no regañadas. Menos por la persona de la que esperan comprensión y cariño">>
Viggo tomo una profunda respiración y abrazó a Sakura mientras ella apoyaba su rostro en el pecho y continuaba derramando lágrimas. Al mismo tiempo, Ana se levantó de la pierna de Viggo, camino hasta Sakura y la abrazo por atrás. Mientras tanto, Kiara los miraba desde dos metros de distancia con los brazos cruzados acentuando aún más sus enormes senos.
Kiara pensó que era inevitable, ya que cuando el alma es rescatada del origen, conserva su identidad. Sin embargo, cuando es un fragmento de alma como Sakura y Ana, los recuerdos se vuelven meras visiones que de vez en cuando las visitan en forma de sueños. Eso, a veces, guía a las almas a un final similar al que vivieron en sus vidas pasadas. Al final, lo que hace Kiara es solo darles la oportunidad de ser felices. Sí ellas lo toman o lo dejan, será la elección del alma.
Media hora después, cuando Sakura se calmó, miró a Viggo con una expresión de disculpa. Viggo sonrió y le dio un tierno beso en la punta de la nariz. Después miró a Ana, ella lo miró a los ojos y ambos sonrieron. Entonces, Ana que aún estaba de pie, se apegó a Viggo y agacho su rostro para besarlo. Después separaron sus labios, pero mantuvieron sus cuerpos apegados. Viggo giró su rostro a Sakura y la beso. Ella respondió con tiernos movimientos, primero suaves y después apasionados. Viggo exploro su boca y Sakura disfruto de un largo beso. Después de eso, Viggo volvió a Ana e intercalo cada cierto tiempo entre ambas hermanas. Cada una era especial, cada una proyectaba una diferente sensación. Mientras Ana era suave como la seda y tímida en sus avances. Sakura era asertiva y buscaba la boca de Viggo con pasión.
Ana se sentó en la pierna de Viggo y ambas hermanas quedaron en igual posición, pero en lados opuestos. Viggo las abrazó y ellas se apoyaron en su pecho. Entonces cerraron los ojos sintiendo el cálido sentimiento que transmitían sus cuerpos. Sin embargo, lo que era un momento de relajación, fue interrumpido por una tos.
Los tres miraron hacia adelante y vieron a Kiara iluminada por la luz de las velas. Sonreía mientras estaba desnuda y cruzaba sus brazos levantando sus senos. Sus gruesos pezones apuntaban hacia delante de manera sugerente.
Solo Sakura se largó a reír de forma tierna, como si entendiera lo que estaba sugiriendo. Entonces ella se levantó de la pierna de Viggo, llevo sus manos al cinturón de su bata y se desabrocho mostrando su cuerpo. Su cuello era delgado, su clavícula sexy y sus senos habían crecido del tamaño de dos naranjas maduras, cada una coronada por un pequeño pezón rosa. Su cuerpo aún tenía una figura juvenil, pero sus caderas se estaban enanchando poco a poco. Su piel se podía considerar perfecta, sin mancha ni marca. Al mismo tiempo, había un pequeño triangulo de cabello purpura en el monte de venus, sobre su vagina, que era una pequeña línea en medio de una carne tan blanda que parecía un malvavisco.
Al mismo tiempo, Ana se puso de pie al lado de Sakura y se abrió la bata para que Viggo la mirara. Como mellizas, había algunas similitudes, como el cuello delgado y la clavícula sexy, pero los senos de Ana eran más pequeños, como dos mandarinas. Por otro lado y aun siendo tan joven, la espalda y trasero de Ana ya tenían la forma de una pera. Al mismo tiempo, en su entrepierna también tenía un pequeño triangulo de cabello purpura y más abajo una hendidura en suave piel blanda.
Viggo sonrió le hizo el gesto con su dedo índice para que se acercara.
Ana dejo caer su bata y camino hasta quedar a unos centímetros de Viggo. Este último extendió su mano, la abrazo por la cintura y la beso en los labios. Después él le hizo el mismo gesto a Sakura para que se acercara. Ella tomo su lado izquierdo en contra parte a su hermana. Viggo paso su brazo por detrás de la cadera y la apego a su cuerpo. Ambos sonrieron y se besaron. Viggo intercambió entre los labios de una hermana a la otra. Después bajo poco a poco por el cuello disfrutando de la suave piel tersa. Bajo a los senos y beso todo el contorno hasta llegar a los lindos pezones. Primero probo los de Ana, quien soltó un pequeño gemido mientras se ponía tensa. Después probo los de Sakura, quien abrazo su cabeza y lo apego a sus pechos. Viggo se aseguró de degustar toda la carne que le caía en la boca. Ambas tenían la piel más tersa y suave que haya probado en su vida.
Viggo separó su rostro de los senos y les hizo el gesto para que se dieran vuelta. Tanto Sakura como Ana se sonrojaron, pero se dieron vuelta. Sakura tenía un lindo y firme trasero, redondo y carnoso como una manzana. Sin embargo, estaba lejos de poder competir contra las burbujeantes nalgas de Ana, quien parecía haber comido algo para que le crecieran tan firmes, grandes, carnosas y levantadas. Su espalda junto a su trasero hacia la perfecta forma de un corazón.
Viggo se puso de pie y se acercó a Sakura, entonces le beso el cuello, dándole pequeñas mordidas a lo largo de sus hombros. Después bajo besando la espalda hasta llegar a la cola, le tomo la cadera con ambas manos y le empezó a besar las nalgas. Sakura soltó un gemido al mismo tiempo que su cuerpo se ponía tenso y los dedos de sus manos y pies se retraían. Sin embargo, Viggo detuvo sus besos y se apartó de ella. Sakura lo miró hacia atrás y Viggo sonrió para ella y le dio un tierno beso.
Después de eso, Viggo paso a Ana, quien lo esperaba nerviosa. Viggo empezó igual que con Sakura, besando el cuello y los hombros, dándole pequeñas mordidas y haciendo su camino a la espalda. Después bajo besando la espina dorsal hasta llegar a las burbujeantes nalgas. Viggo le tomo la cadera con ambas manos y le comenzó a besar las nalgas; suaves, firmes y tersas. Viggo sentía una sensación adictiva a la piel y de forma involuntaria, le abrió un poco las nalgas y comenzó a lamer entre ambas masas de carne. Ana soltó un gritito y se puso nerviosa. Al mismo tiempo, Kiara se acercó a ella y le tomo las manos. Ana levantó su rostro y miró a Kiara. Esta última sonrió para ella y le guiño un ojo. Entonces Ana sintió como Viggo abrió más sus nalgas y dibujo círculos con su lengua alrededor del ano. Ana soltó un gemido sintiendo sus piernas débiles y queriendo darse la vuelta y detener a Viggo. Sentía que era un lugar sucio como para pasar su lengua. Sin embargo, Kiara le sostuvo las manos, Ana la miró otra vez a los ojos con una mirada suplicante, pero Kiara negó.
Kiara se acercó al oído y le susurro -deja que disfrute cada parte de ti, también disfruta de su tacto y cuidado. Cierra los ojos y concéntrate en su obscena lengua y como prueba cada espacio de tu agujero-
Ana soltó un gemido y apretó sus piernas, restregando sus muslos entre sí. Sentía sus piernas débiles, pero al rato siguiente Viggo bajo a sus muslos y los beso. Entonces sintió un breve alivio. Sin embargo, cuando Viggo llego a su vagina y paso su lengua por los labios, sintió que perdía sus fuerzas y cayó sentada sobre su trasero.
-Bueno, Viggo, ya sabes cual es uno de los puntos débiles de Ana- dijo Kiara con una sonrisa coqueta.
Viggo soltó una risita y Ana agacho la cabeza, aun sentada y avergonzada de sus inclinaciones. Viggo la abrazo por detrás y le susurro -que no te moleste, me gusta cada parte de ti-
-¿De verdad?- pregunto Ana con voz suave
-Sí- dijo Viggo dándole un beso en la mejilla. La tomo como si fuera una princesa y la cargo a la cama. La sentó en el borde y después fue por Sakura. Le tendió la mano, ella la tomo y la condujo al otro extremo de la cama, dejando un espacio de un metro entre ambas hermanas. Viggo se dio la vuelta una vez más y esta vez camino hasta Kiara. Ella le sonrió, Viggo también le tendió la mano y ella la tomo. Entonces la condujo y la sentó entre las hermanas, quedando así todas sentadas en el borde de la cama.