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Una Batalla de Nivel Seis

Al principio todos se encontraban confundidos por los movimientos del Jefe de Base, pero una vez oyeron el rugido supieron inmediatamente que pasaba.

"¡Entren a la base y preparen las defensas!" Gritó uno de los guardias.

Rápidamente todos fueron a sus posiciones y se prepararon para defender la base. Del lado de quienes acababan de llegar a la base fueron enviados dentro rápidamente para evitar su muerte en el fuego cruzado de la batalla.

Sara estaba preocupada por Juan Carlos, después de todo el Jefe de Base y el dueño del rugido parecían estar más allá del nivel cinco. Gracias a la disparidad en fuerza no podría esconderse por mucho tiempo de ninguno de los dos.

Lamentablemente había sido enviada al interior por una docena de guerreros de nivel cuatro, además no era lo suficientemente fuerte como para ser de alguna ayuda. Lo único que podía hacer ahora, era rezarle a algún Dios si es que existía y dejar qué Juan Carlos saliera de esa situación.

Por otra parte Julio estaba furioso, se suponía que solo mantendría a salva a Juan Carlos y compañía. Luego de haber cumplido con el cuidado de los humanos iría de regreso con Juan Carlos y lo ayudaría en sus planes.

Sin embargo antes de siquiera poder retirarse, ¡fue atacado por un humano y de nivel seis en eso!

El ataque no fue lo suficientemente poderoso para lastimarlo gravemente, pero debería doler como el demonio si es que aún tuviera su sentido del dolor, afortunadamente no lo tenía y sentía un ligero entumecimiento en todo su cuerpo.

Inmediatamente sintió el peligro y se retiró del edificio en el qué se encontraba, momentos después otro rayo naranja aterrizó dónde estaba antes.

El rayo naranja era más potente que la vez anterior, la potencia era tal que todo el edificio se derrumbó con facilidad. Definitivamente ese ataque habría dejado en graves problemas a Julio.

Fijando su vista en la base que tenía delante, la figura de una persona se acercaba rápidamente hacía él.

Llevaba un gran abrigo con capucha que cubría una gran parte de su cuerpo, y en el rostro tenía una máscara negra que solo dejaba al descubierto sus ojos de color morado, un color bastante extraño entre los humanos.

Habiendo visto a su atacante Julio no se quedó quieto y contraatacó.

La temperatura a su alrededor comenzó a descender y un enorme témpano de hielo se formó detrás de él.

Hizo unos extraños movimientos con sus muñecas y el témpano se dividió en varias lanzas que luego lanzó en dirección a su atacante.

Luego, sin perder el tiempo formó dos espadas de hielo para entrar en combate cercano, y bloquear la ventaja del combate a distancia que la otra parte poseía.

El encapuchado del rayo vio acercarse las lanzas y sonrió. Cuándo las lanzas estaban a punto de atravesar si cuerpo, utilizó movimientos extrañamente fluidos para esquivarlas.

Sus movimientos demostraban una gran fluidez, flexibilidad y precisión a la hora de ejecutarlos. Era casi como si tuviera el cuerpo de una serpiente.

Podría haber destruido las lanzas de hielo con sus rayos, pero eso consumiría más energía de la necesaria. El esquivar era mucho más factible y no necesitaba de mucha energía.

Cuándo dejó de prestar atención a las lanzas de hielo y la dirigió al zombie se dió cuenta de que éste se acercaba rápidamente con dos espadas en mano.

Parecía ser conciente de su desventaja en un combate de larga distancia. Alzó una ceja ante la inteligencia mostrada por el zombie y aceleró a su encuentro.

Cuándo ambos quedaron frente a frente Julio atacó con ambas espadas lanzando un corte en forma de cruz, hacía el pecho del encapuchado.

El encapuchado del rayo sin vacilar extendió sus manos con los puños cerrados hacia las espadas. Claramente su objetivo era parar el ataque con otro ataque.

Ante la vista Julio pensó que su oponente era un imbécil por subestimar sus espadas y alegró por la posibilidad de verlo arrepentirse de sus acciones.

Cuándo las espadas y puños chocaron, una onda expansiva se extendió mandando a volar unos cuantos metros a todos aquellos que miraban a menos de un kilómetro de distancia.

Al mismo tiempo dos destellos de luz uno azul y otro naranja iluminaron el día, mientras una inmensa cantidad de neblina se extendia y una aterradora explosión daba lugar.

El lugar quedó en silencio en ese momento, un tiempo después cuando la neblina se despejó se revelaron las ruinas de lo que alguna vez fueron edificios.

En el suelo había un enorme cráter ennegrecido y lleno de restos de los árboles del bosque, pero los combatientes no se encontraban por ningún lado.

Estaban confundidos sobre su paradero y del porque una explosión surgió de su contacto.

Bueno, Julio sabía muy bien porque había ocurrido la explosión.

En el momento en qué el encapuchado contraatacó con sus puños los cubrió de energía del rayo, para potenciar su ataque y resistir las espadas de hielo.

Las energías de hielo y rayo entraron en contacto y compitieron por dispersar y destruir al otro, pero al final solo lograron detenerse y sobrecargarse generando así la explosión, que los mandó a volar.

La explosión y el contacto con la energía del rayo lo dejaron bastante entumecido limitando la velocidad de sus movimientos y lo mismo iba para el encapuchado que se vió afectado por la congelación.

Aún así fuera quien fuera éste encapuchado, Julio estaba seguro que era uno de los pocos, sino el único humano capaz de enfrentarse a un zombie en combate cuerpo a cuerpo sin morir o recibir heridas graves.

Después de todo era bien conocido que un zombie tenía todas las ventajas en combate contra los humanos.

Después de elogiar a su oponente levantó la vista para observar al encapuchado.

Cuándo lo vió, notó que su capucha había desaparecido y su máscara estaba agrietada revelando una mayor parte de sus rostro.

El encapuchado al darse cuenta de esto decidió quitarse la máscara por completo.

Gracias a la falta de la capucha pudo observar su cabello, plateado y largo, era demasiado deslumbrante como si se tratase de plata real. Sin la máscara se reveló un hermoso rostro que hacía parecer que todo su ser podría romperse con facilidad.

Sin embargo su apariencia era todo lo contrario a lo que en verdad era, feroz, resistente e inteligente.

Julio estaba embobado por la apariencia de su oponente, y no era solo por su belleza sino que nunca espero que el encapuchado fuera un ella.

Bueno, los resultados de ésta primer parte de la batalla fueron simplemente mejores de lo que mes esperaba.

Sinceramente estoy emocionado por toda la batalla completa.

¡Gracias por leer, hasta la próxima!

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