No recuerdo cuando, pero estaba seguro de que hace mucho tiempo que había perdido completamente la noción del tiempo. Poco a poco sentí que me había vuelto completamente loco, pero con el pasar de los días, o debería decir día, terminé aceptando que todo lo que estaba experimentando, más allá de un mal chiste, parecía que era real…
'Esto es ridículo, ¿hace cuánto que estoy atrapado en este día?' Mis ojos estaban enfocados en el techo de mi habitación mientras que mis oídos eran atacados por el sonido de mi despertador, el cual ya había cumplido con su trabajo hace tiempo, pero le gustaba hacer algo de tiempo extra. 'Autor, para esto de una vez, ¿me escuchas?'
Otro intento inútil de mi parte se había escuchado en mi mente, como ya había comenzado a dudar de la realidad y la ficción, solo podía confiar en el autor para buscar una respuesta o solución a lo que me estaba pasando, pero parecía que esa esperanza se había esfumado hace mucho tiempo ya que no había vuelto a saber nada de él.
"Ya no lo soporto, al principio fue interesante y estuve tentado a hacer cosas que no me atrevería antes, pero ya no sé qué hacer…" Mi voz llevaba un cumulo de emociones que ni siquiera yo podría definir; molestia, decepción, confusión… Todo eso a raíz de lo que me estaba pasando.
A diferencia de las primeras veces que intentaba mentirme a mí mismo, ahora era totalmente consiente de que, por alguna razón que no llegaba a comprender, me encontraba atrapado repitiendo el mismo día de mi primer día de clases.
Siempre iniciaba sobre la comodidad de mi cama y termina con aquella figura que nunca podía alcanzar por más que lo intentara. Ahora sentía que era una especie de castigo, incluso pensaba que había muerto en aquel accidente y estaría repitiendo este día por toda la eternidad.
"Dylan, ¿estás despierto?" No sabía cuántas veces había escuchado ya esa pregunta del otro lado de la puerta, pero al igual que un disparo en el inicio de una carrera, eso me indicaba que era el momento de salir de mi cama e intentar algo para acabar con todo esto.
'Aquí vamos otra vez…'
...
…
Ya no tenía idea de qué hacer, ese día se había estado repitiendo por quién sabe cuánto tiempo. Al principio intenté hacer prácticamente lo mismo cada día esperando que en algún momento todo eso acabara, pero nada funcionó, al final dejé de ir a la escuela y solo deambulaba por la ciudad sin ningún rumbo buscando alguna pista de por qué pasaba eso.
Lo había tomado como una especie de maldición, no importaba lo que hiciera, no importaba cuantos cambios experimentara en el mismo día, incluso había llegado al punto de pensar en intentar acabar con mi vida debido a la desesperación… Pero era demasiado cobarde para ello, y al final, el mismo día seguía repitiéndose sin importar el qué, y ahora, de nuevo estaba en el lugar donde empezó todo.
Era aquella calle dónde había ocurrido el accidente que me había dejado en coma, también era el lugar dónde solía aparecer aquella figura cada día y que creía que era la responsable de tenerme atrapado en este fenómeno, había intentado muchas cosas, quedarme ahí todo el día, preguntar por los alrededores con la esperanza de que alguien haya visto o supiera sobre aquella persona, incluso explicarle a alguien lo que le estaba pasando, pero no podía encontrar nada, ninguna pista, algún tipo de error en la realidad, nada… Solo era catalogado como algún tipo de lunático por cualquiera al que le contaba lo que estaba experimentando.
"Parece que será otro día dónde simplemente perderé el tiempo..." Tomé asiento en la acera, con el pasar de las horas podía notar la mirada curiosa de algunos trasuntes ya que era extraño ver a un chico con uniforme escolar estando simplemente viendo de manera estática una calle dónde no era muy común que pasaran autos.
Incluso había algunas personas que se acercaban a preguntarme si me encontraba bien, y en la mayoría de las veces solo las ignoraba o asentía ya que todos eran rostros que recordaba, pero que no tenían nada que pudiera interesarme.
Así volvían a pasar las horas hasta que podía notar como el atardecer tornaba el cielo con un color naranja característico y ahora era el único que se encontraba por los alrededores. Mi estomago rugía constantemente pidiendo algo de comida, podría comer el almuerzo que llevaba en mi mochila para hacer algo al respecto, pero incluso eso ya se había vuelto una molestia para mí.
Mi vista estaba perdida en la lejanía, especialmente en el lugar en el que usualmente aparecía la figura de aquella persona que sentía que era el culpable de todo. Estaba ocupado ideando algún plan para poder acercarme a ella, pero la determinación que sentía los primeros días también se había esfumado junto a mi interés por lo que me estaba pasando.
El cambio de color en el semáforo era la única señal que estaba esperando, ya se había vuelto algo significativo, era el momento en el que un auto cruzaría la calle frente a mí obstruyendo mi vista, y justo cuando se alejara, del otro lado estaría aquella figura que era tan enigmática como extraña, pero justo cuando ese escenario que había repetido una infinidad de veces sucedió, algo nuevo estaba a punto de suceder… Algo que recordaría durante toda mi vida.
"¡¡Argh!!" Un fuerte quejido de dolor acababa de salir de mí, mi cabeza parecía que estaba a punto de explotar y solo podía llevar mis manos hacia los costados de ella y hacer presión en un intento inútil de reducir esa sensación que estaba experimentando.
"Así que, tú eras ese supuesto error…" No sabía quién habló, pero lo que sí sabía era que nunca olvidaría esa voz debido a que, para mí, se convertiría en la culpable de todas mis desgracias.
"¡¿Qué es este maldito dolor?! ¡Ahh!" Ese era el peor dolor que había sentido en toda mi vida, ni siquiera podía describirlo ya que no tenía forma de compararlo, pero, en pocas palabras, incluso la idea de que alguien me matara para acabar con mi sufrimiento sería bastante aceptable para mí en ese momento.
"Pensé que todo se solucionaría por sí solo, pero creo que debí ponerte un poco más de atención…" Aquella voz seguía entrando a mis oídos, y con ella, el dolor que estaba experimentando se volvía más horrible todavía. "Veré si puedes soportar lo suficiente o solo desaparecerás, cualquier opción es suficiente para mí."
No entendía lo que estaba escuchando, aunque seguramente solo tenía sentido para la persona que estaba diciendo todo aquello, mi vista estaba completamente desenfocada, podía sentir como algo de sangre estaba escurriendo por mi rostro ya que, de la misma presión que estaba haciendo en mi cabeza, mis uñas se hundieron en mi piel produciéndome algunas heridas. Los gritos de dolor ya no se podían escuchar ya que había perdido la voz hace tiempo debido a que mi garganta estaba completamente lastimada, y como si todo eso se fuera acumulando poco a poco, el único resultado de ello fue que mi conciencia no tardó en esfumarse para que al final mi cuerpo fuera golpeado por el frío y duro asfalto…
...
"Dylan, yo..."
…
"Gracias Dylan, ahora soy..."
…
"Gracias por escucharme, te..."
…
Mientras estaba ahogándome en ese dolor y mi mente se volvía borrosa, creí escuchar unas voces llamándome, eran extrañas, se sentía como si las conociera de algún lado, pero a la vez no, y eso solo me hacía preguntarme a quién pertenecían, qué querían decir exactamente, pero en especial, me preguntaba por qué un profundo sentimiento de tristeza me estaba inundando en ese instante.
"Yo… Lo… Siento…" No sabía de donde había sacado la fuerza para decir esas palabras, pero, aun así, lo siguiente que pasó fue que fui absorbido por una profunda oscuridad sin oportunidad de resistirme, incluso pensé que por fin había muerto de una vez por todas, ese fenómeno por fin había terminado, así que, inconscientemente, un gran alivio se había apoderado de mí…
O al menos eso era lo que recordaba antes de que volviera a abrir mis ojos y viera que estaba parado en medio de aquella calle que conocía bastante bien.
"¿Dónde estoy?" La pregunta era algo innecesaria, pero había sido lo primero que salió de mí. Comencé a moverme un poco, viendo como el semáforo encima de mí estaba a punto de cambiar de verde a rojo, mi respiración calmada no combinaba con el sentimiento de opresión que había en mi pecho, ese era el momento perfecto para alejarme de ese lugar y no volver nunca más, pero tuve que detenerme abruptamente ya que algo hizo que me congelara en mi posición… Y eso era la figura que ahora se encontraba a unos cuantos metros de mí.
Sentí que mi respiración se cortaba justo cuando mis ojos se posaron en la figura de aquella mujer que llevaba consigo una máscara de zorro que adornaba su rostro. Su forma de vestir, aunque me costó un poco asimilarlo, pude compararla con la imagen de una especie de sacerdotisa japonesa que había visto alguna vez por internet.
Su cabello castaño parecía brillar un poco con la poca luz que aún había en los alrededores, lo cual hacía que, aunque su rostro estuviera cubierto, muchos podrían pensar que debajo de ella se encontraba un rostro que seguramente les robaría el aliento a muchas personas… Pero en ese momento no tenía tiempo para pensar en nada de eso ya que la voz de esa mujer volvió a entrar a mis oídos.
"Así que, al fin despiertas, error." A diferencia de antes, parecía que me encontraba perfectamente bien, aquel dolor ya no había aparecido, y como la voz de esa mujer parecía dirigirse hacia mí, pensé en intentar arreglar toda la confusión que estaba experimentando… Pero tal vez no serviría de nada.