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Capítulo 28

ALEX

En este momento mi cabeza iba a mil por hora. Lo único que quería hacer es acabar con el tipo que se había atrevido a ponerle la mano encima a Gabriela, y ya no solo eso sino que se había atrevido a violarla. Ahora puedo entender la manera en la que reaccionó, pero si se había asustado con Kevin, ahora se iba a cagar.

Cuando llegué a junto él, se queda mirando para mí con una sonrisa arrogante en su rostro, pero que pronto se la quito de la cara con un puñetazo que le doy.

- ¿Qué haces? ¿Es que eres estúpido o qué?

-Aquí el único estúpido que hay eres tú por atreverte a tocar la mujer que no deberías. ¿Es que no te enseñaron a respetar a una mujer o qué?

-Yo no sé de lo que estás hablando tío, de verdad.

-TE ESTOY HABLANDO DE QUE TE ATREVISTE A VIOLAR A MI PROMETIDA, ESTÚPIDO.

- ¿Eso es lo que ha dicho? ¿Qué la he violado? Eso no es cierto, yo solo le di lo que estaba pidiendo…

No quería escuchar lo que iba a decir, lo único que quería hacer era acabar con él por lo que le seguí dando puñetazos hasta que noto como unos brazos me intentan sacar de encima de ese mal nacido, pero para mi suerte tengo más fuerza que él.

-ALEX PARA YA.

Le di un puñetazo más antes de girarme y mirar en su dirección, lo cual es un error, porque me separan de él para evitar que lo siga golpeando y me pega al pecho del que aguantando.

-¡¡¡¡Suéltame!!!!

-No puedo hacerlo. Tienes que calmarte chico.

- ¿QUÉ ME TENGO QUE CALMAR? Y UNA MIERDA, ESTE SE MERECE QUE LO MATEN POR LO QUE HIZO.

-Créeme que lo quiero hacer tanto como tú, pero como no pares Gabriela se pondrá mal. No le hagas eso, no a ella.

-Pero…

-Lo sé.

- ¿De verdad te van a llegar unas palabras que te diga este para que dejes de golpearme? Eso es lo que amas a tu prometida.

Me iba a lanzar hacia él para volver a golpearlo, pero me paro en seco en el momento que Gabriela me pone las manos en el pecho.

-Amor… no lo escuches… no es cierto…

-No puedo permitir que ese mal nacido ande por ahí como si nada.

-Y no lo hará… Santi no tardará nada en llegar y se lo llevará.

-Ora farai la vittima di fronte al tuo caro fidanzato? Meglio perché non ammetti che ti pieaceva e che ti sei divertito di più in una notte con me che con lui in tutto questo tempo? (¿Ahora te vas a hacer la víctima delante de tu querido prometido? ¿Mejor por qué no admites que te gustó y que disfrutaste más en una noche conmigo que con él en todo este tiempo?)

-Maledetto figlio di puttana… (Maldito hijo de puta...)

-Amore, non lo ascolta. (Amor no lo escuches)

-Non ascoltarmi perché sai che è vero. (No me escuches porque sabes que es cierto.)

-Sei un futtuto figlio di puttana. Speri devvero che mi sai piaciuto quello che mi hai fatto quella notte? Mi hai drogato... non potevo difendermi... ti odio con tutta l'anima. (Eres un maldito hijo de puta. ¿De verdad te esperas que hubiese disfrutado lo que me hiciste esa noche? Me drogaste... No podía defenderme... Te odio con toda mi alma.)

-Per essere alto come dice, beh stavi combattendo. Questo è ció che mi pieace di piú di te... acui ti opponi. (Para estar drogada como dices, bien que peleabas. Eso es lo que más me gusta de ti... que te opongas.)

En ese momento Gabriela se separó de mí para lanzarse hacia ese tipo, y yo mismo me lanzaría hacia él, pero en este momento lo único que me importaba era que estuviese bien y alejarla de este tipo, por lo que me acerqué a ella y la cogí en brazos.

-Sácala de aquí, yo me encargo.

-Qué no se te escape.

-No lo hará, no te preocupes.

Gabriela estaba intentando soltarse, pero no iba a permitir que eso pasase, tenía que calmarse, por lo que la llevé a la terraza en la que estaba antes. Nada más entrar en la casa se echa a llorar y yo no dudo en abrazarla para que se desahogue, porque al parecer lleva con este peso sobre sus hombros cuatro años. No sé aún como aguantó todo este tiempo.

-No llores, hermosa… Ese tipo irá a la cárcel y no podrá hacerte más daño… En caso de que quiera hacer eso, yo mismo me encargo de él… te lo prometo.

Poco a poco, su familia fue llegando para ver qué era lo que pasaba, y le pedí al padre de Gabriela que fuese con Kevin para ayudarle. Estuvimos abrazados por una hora más o menos, pero lo importante es que había dejado de llorar, la separé de mí para poder verla, pero se había quedado dormida. Menos mal que hace un rato nos habíamos sentado, porque no quería que se hiciese más daño.

-Alex, ¿Qué es lo que está pasando con Federico?

-Non dire loro niente. (No les digas nada)

En ese momento me giro hacia Camila, porque pienso que lo deben de saber, tienen que saber qué es lo que le hizo ese mal nacido.

-Pero favore… è qualcosa di cui dovrebbe parlare e non credo che sai in vena di spiegarlo oggi. (Por favor... Es algo de lo que debe hablar ella y no creo que hoy esté de ánimos para dar explicaciones.)

-Va bene. (Está bien)

-Grazie. (Gracias)

-No puedo decirlo.

- ¿Por qué?

-Porque no puedo, ahora lo que me importa es que Gabriela descanse y deje de pensar en lo que ha pasado, nada más. Está lo suficiente alterada y lo que tiene que estar ahora es tranquila.

-Eso lo entiendo, pero me gustaría saber qué es lo que le pasa a mi nieta.

-Ángela, mamita querida, en algún momento lo sabrás, solo debes esperar a que ella lo cuente, al fin y al cabo.

-Está bien, pero solo hago caso por eso Camila, que te quede claro.

-Lo sé, ahora ¿Por qué no os vais y los dejamos solos? En algún momento llegará ese tal Santi y debe haber alguien para atenderlo.

-Tú también deberías irte y dejarlos solo.

-Tengo cosas que hablar con Alex.

-Está bien, pero no hagas ninguna estupidez.

-Yo no hago ninguna estupidez, pero entiendo a lo que te refieres.

Con eso todos empezaron a salir de la terraza y nos quedamos solos Camila, Gabriela y yo, que estaba acariciando la espalda de Gabriela para que pudiese dormir, recuerdo que un día me dijo que eso la mantenía tranquila y la ayudaba a dormir.

-Así que sabes italiano.

-Mi abuela es italiana y me enseñó cuando era pequeño, supongo que es una suerte en este mismo momento saberlo.

-Entonces ¿no tenías idea de lo que le pasó hace cuatro años?

-Nunca me habló de eso. ¿Tú tampoco sabías nada?

-No. Ahora entiendo que reaccionara como lo hizo cuando dije que yo lo conocía.

- ¿Lo conoces?

-Conocer como tal, no, solo que la última vez que vine salí una noche, y justo me lo crucé en un club, quería que tuviéramos sexo, pero lo mandé a la mierda y ahí quedó la cosa.

-Debía estar ese día con ella, podría haber evitado que eso pasase.

-Tú no tienes la culpa de lo que le pasó. Ya llevabais cuatro años separados y créeme, no te quería ver ni en pintura.

-Lo sé, pero aun así podría haber hecho algo para evitarlo.

-Lo dudo, debes de saber lo tozuda que es Gabriela, no te hubiera dejado acercarte a ella ni a un quilómetro.

-Lo sé.

-Entonces no te tortures en que pudiste haber hecho algo, porque eso no es cierto.

-Me duele ver así a Gabriela. Tengo miedo de que volvamos al inicio del embarazo.

-Va a estar bien, Gabriela es muy fuerte y sabe enfrentarse a sus problemas. Verás que cuando despierte va a ser la misma Gabriela que era en el momento que entré por la puerta.

- ¿Crees que Kevin lo sabía?

-Kevin lo sabe, eso te lo puedo asegurar.

- ¿Y por qué no nos dijo nada?

-Porque cubre las espaldas de Gabriela con lo que sea. Si ella le pide que haga algo, él lo hará, es así de sencillo.

-Al igual pasa con Carlos.

-Te aseguro que no. En caso de que Gabriela le contase algo como esto, se lo hubiera dicho a alguien y eso ella lo tiene claro, en cambio Kevin le guardaría el secreto hasta la tumba si es necesario. Kevin es el que mejor la entiende de toda la familia.

-Marcos y Carlota también la entienden, incluso podría decir que tú la entiendes.

-La entendemos, pero hay en ciertas cosas que a pesar de que nos pongamos en su lugar no seremos capaces de entender.

-Una cosa ya es lo que le hice.

-No te voy a negar que no le dolió lo que le hiciste, en eso no te puedo mentir, bueno, en general no puedo mentir. La cuestión es que después de eso nos costó sacarla de esa depresión, porque sí, la tuvo, al punto de que tuvo que estar con antidepresivos. Pero, te puedo asegurar que eso lo tiene olvidado, en su cabeza es como si no pasase. En el tiempo que os vi juntos hoy sé que ella te ama y que tú la amas a ella y no serías capaz de hacerle nada.

-Es raro que alguien que quiera a Gabriela lo vea así desde el principio.

-Me imagino que no te pusieron las cosas fáciles, sobre todo Sergio.

-Mucho menos él.

-Pero al final te aceptaron y te vas a casar con ella. Me tienes que contar como lo conseguiste porque me lo sigo sin creer.

-Ni yo mismo sé cómo aceptó si te soy sincero.

-Si te soy sincera, y no quiero que te lo tomes a mal porque de lo poco que te conozco así en persona me caes muy bien y sé que eres el mejor chico que podía tener a su lado, pero pensé que ella y Carlos acabarían juntos.

-Muchos pensaban eso, o con Marcos.

-Si te digo todos los novios que tuvo sin ser cierto. La gente habla por hablar.

- ¿Sabes? A veces siento que no la conozco lo suficiente.

-Creo que es normal, Gabriela no es de hablar de su vida prácticamente.

-Lo sé, pero es que yo quiero saber todo y no es porque la quiera controlar ni nada de eso, solo que no sé, siempre que escucho algo de lo que hablan quedo fascinado.

-Si es por eso no te preocupes, yo misma te contaré todo lo que sé, y no te lo tomes a mal que no sepas muchas cosas sobre ella, no es de las personas que hablan del pasado constantemente y menos de contar cosas de su vida. Pero pienso que deberías de hablar con ella. Estoy segura que te escuchará atentamente y acabará por aceptar. Contigo al menos escucha y es raro que no acepte por lo que me pude enterar por ahí.

-Eso no es tan así.

-Eso es lo que tú piensas, pero es la verdad, yo misma me puedo dar cuenta, una ya es que se va a casar contigo a pesar de todo lo que piensa de casarse.

-Supongo que soy afortunado.

-Obviamente que lo eres, pero pienso que sois buenos para los dos, os complementáis.

En ese momento escucho como el estómago de Gabriela hace ruido, signo de que tiene hambre y que pronto despertará por eso, por lo que pienso que es mejor irle a por algo de comer antes de que se despierte.

-Camila, ¿puedes cuidar a Gabriela un rato?

-Por poder puedo, pero dime que no vas a hacer ninguna estupidez.

-No voy a ir a por ese tipo si es lo que te preocupa, solo voy a buscarle algo para que coma que no tardará nada en despertarse.

-Está bien, la cuidaré, no te preocupes.

La aparté de mi lentamente para que pudiese apoyarse en Camila y me meto dentro de la casa para ir a por unos cereales que nos quedaron ayer en el coche y algo para beber.

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