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Capítulo 18

GABRIELA

Puede ser que a la mañana me levantase de mal humor y sin tener ganas de hacer nada, pero luego de que Andrea nos contase que todo iba bien con nuestra hija, y que no solo tendríamos una hija, ¡¡¡¡si no que tendríamos dos!!!! Ya antes estaba contenta de que fuese a tener un hijo de Alex, pero ahora eran dos, todavía no me hacía a la idea, pero me fascinaba la idea, y por la cara que le quedó a Alex en el momento en que Andrea dijo que tendríamos dos hijas, sé que adoraba la idea, sobre todo porque era él el que quería tener una hija para que según él sea su princesa.

-Se te ve más contenta que ayer.

-Es que lo estoy.

-Me alegra que estés así de contenta, creo que nunca en la vida te vi tan contenta y feliz como lo estás ahora mismo.

-Es que ahora mismo todo es genial en mi vida.

-Todo, menos que parece que no has dormido muy bien que digamos. ¿Qué es lo que no te dejó dormir, Gabriela?

Y me había pillado. Sé que no dormí bien, no hace falta que el me lo recuerde, no quiero recordar el porqué de que había dormido mal esta noche, no ahora que estaba de tan buen humor y feliz.

-Bueno, si no me quieres contar está bien, pero que sepas que me tienes ahí para lo que necesites Gabriela.

-Lo sé, Kev. No te preocupes, estoy bien, el sueño se puede recuperar en cualquier momento.

-Teniendo en cuenta que la pesadilla no vuelva.

Sabía que Kev iba a saber el porqué de que no durmiese, lo tenía más que claro, pero no quería hablar del tema, una, porque no quiero recordar ese momento, y dos, quiero disfrutar del día, ser una chica normal y no ser la dura que no quiere que todo el mundo sepa sus preocupaciones, más que nada porque hoy no quería tener preocupaciones, sólo tendría que centrarme en que Alex y yo seríamos padres de dos hermosas niñas y que una de ellas estaba mejorando, eso es lo único que me iba a importar hoy.

-Las pesadillas se van, si conseguí olvidarlo una vez, puedo hacerlo una segunda. Y te pido por favor que no vuelvas a mencionar el tema hoy, quiero disfrutar del día y de la felicidad de todos.

-Está bien, no te lo sacaré más, pero te repito, si necesitas desahogarte del tema, cualquier cosa que tenga que ver con el tema, me avisas, ¿está bien?

-Está bien.

Con eso arrancó el coche y nos dirigimos a comprar lo que necesitaba mi abuela. Tengo la sospecha de que Kev quería que viniese para preguntarme el porqué de que había dormido mal, pero también sé que sospechaba cual era la causa de que no durmiese bien, asique no entendía por qué sacaba el tema.

No tardamos mucho en llegar al super, y una vez dentro de este nos dividimos para terminar antes. Estaba en el pasillo de los cereales (típico en mí en estos últimos meses) cuando me da un escalofrío que me hace girarme a mirar para todos lados, pero no hay nadie, por lo que me vuelvo a centrar en que cereales escoger.

-Cada día estás más hermosa.

Con esas palabras me giro en la dirección en el que venía la voz y vi a un hombre que no había visto en mi vida, pero estoy segura que su voz la había escuchado en algún lugar.

-Perdone, pero ¿lo conozco de algo?

La sonrisa que apareció en ese momento en su rostro, hizo que me diese un escalofrío. Esto no debía de ser nada bueno y para mi mala suerte, Kevin no estaba cerca.

-Venga, no me digas que te olvidaste la noche que pasamos hace cuatro años.

Y en ese momento todo encajó. ¿Cómo coño me había encontrado este tipo? Yo esperaba no cruzármelo en la vida. En este mismo momento estaban pasando muchas cosas por mi cabeza, cosas que no quería tener ni hoy ni nunca.

-Por tu cara, debo suponer que lo recuerdas.

-Aléjate de mí.

-Oh, querida, no tengo ganas de hacerlo. Debo admitir que después de ti no encontré a ninguna que se resistiese tanto como lo has hecho tú. Has sido con la persona que tuve mejor sexo, y sigo buscando a alguna chica que lo haga como tú, aunque me gustaría que fuese contigo.

-Déjame en paz, estúpido.

-No sabes lo caliente que me estás poniendo en este momento, querida.

-Te he dicho que te alejes de mí.

-No lo voy a hacer, pero sabes, creo que tú prima Nerea puede sustituirte, o esa niña pequeña que no se separa de ti prácticamente. Cualquiera de esas dos podría sustituirte.

¿Cómo es que sabía el nombre de mi prima y que Ana no se separaba de mí? En ese momento se me empezaron a juntar muchas cosas en la cabeza, es como si en todo este tiempo me tuviese vigilada, o sabía qué hacer. Se había empezado a acercar lentamente y yo no tenía para donde ir, me había acorralado contra las estanterías, y lo primero que se me cruzó por la cabeza fue darle un puñetazo, cosa que hice, y con todas mis fuerzas.

-Eres una estúpida…

Había levantado la mano para devolverme el golpe, pero justo en ese momento aparece un brazo que evita que me dé, y cuando veo a Kev justo a mi lado, me recorre un poco de tranquilidad.

-Ni se le ocurra ponerle la mano encima.

-Se lo merece. Alguien debe poner a esta zorra en su sitio si nadie o hace.

-Le advierto que se vaya y la deje en paz.

-Nos volveremos a ver querida, no te quepa duda.

Y con eso se fue, dejándonos a mí y a Kevin solos en ese pasillo. Este, no tardó nada en abrazarme y acercarme a él.

-Está todo bien… No voy a dejar que te pase nada, lo prometo…

No quería que nadie me tocase, no quería tener a nadie cerca, por lo que me separo de él y empiezo a andar hacia la salida, solo me quería ir de aquí y no volver, al menos por una buena temporada, pero Kevin no tardó nada en alcanzarme.

- ¿Quién era ese tipo, Gabriela?

-Kevin, me voy.

- ¿Qué? ¿A dónde?

-Eso no importa, quiero estar sola. Dile a los demás que me fui a dar una vuelta con Camila.

-Pero…

-PERO NADA KEVIN, se lo vas a decir y punto.

Él no tenía la culpa de nada, lo sé, pero es que en este momento necesitaba estar sola, y esta vez no me serviría ir a la playa de siempre, me tenía que ir a otro sitio, uno del que nadie supiese, lo cual era fácil de escoger gracias a mis noches de insomnio, por lo que me dirigí al primero que se me ocurrió y no quedaba demasiado lejos de aquí.

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