Han pasado 10 días desde que salí por mi misión de guardaespaldas a la ciudad Central.
Estoy llegando de nuevo a la ciudad del Puerto.
Que ganas tengo de volver a Hiro.
Me da pena haberme saltado su graduación como defensor, pero necesitaba algo de dinero para hacerle un regalo.
Pero hay algo en la carretera que me está molestando. Hay como motas blancas esparcidas.
"Hey Spark, ¿sabes que son las motas del suelo?"
"Ni idea."
Se hizo el silencio mientras intentábamos averiguar lo que pasaba.
"¿Hay algún problema?"
La persona que estamos escoltando dentro de la furgoneta nos pregunta.
"Hay unas motas blancas extrañas por el camino."
"¿Se puede ver? Quizá os pueda ayudar en eso."
Spark y yo nos miramos y asentimos.
Sabía que no era nada peligroso, pero me tenía extrañada.
"Creo que es ceniza, lo reconozco por la ceniza de los cigarros, pero nunca había visto tanta ceniza junta..."
"¿Qué se ha podido quemar para producir tanta ceniza?"
Sin tener una respuesta clara nos volvimos a meter en el coche y continuamos con nuestro camino a la ciudad.
Cuando tuvimos a la vista la ciudad del Puerto nos sorprendimos, o más bien lo que quedaba de ella.
Aceleré.
La puerta de la ciudad parecía haber volado hecha pedazos, igual que parte de la muralla.
En la misma puerta se podía ver una manada de infectados muertos.
Y varios vivos que Spark y yo tuvimos que derribar.
"¿Cuántos infectados muertos hay aquí? ¿20?"
Haciendo caso omiso continué.
Al llegar a la puerta me fijé de una nota que había en la puerta clavada con un cuchillo.
"Espero que quien encuentre esta carta sea Ana... Dentro de los distritos ha habido explosiones que han destruido la ciudad. Han pasado tres días desde que te has ido. Todos dentro están muertos. Me estoy llevando a dos niños en un carro tirada por una bici camino de la ciudad central, o eso creo, no he salido nunca así que espero coger el camino correcto. Creo que podamos sobrevivir más de 5 días, tal vez 7. Por favor salvadnos."
La leí un par de veces.
Me metí en la furgoneta y fui por la ciudad en ruinas.
Todo lo que una vez era vida, ahora es muerte.
Siguiendo la carta di media vuelta y empecé a buscar a Hiro.
"Dijo que fue el tercer día desde que me fui, y hoy es el 10, lleva una semana ahí fuera."
"Ana, él estará bien."
En silencio aceleré la furgoneta siguiendo una carretera al lado que estaba llena de cadáveres de infectados.
"Si hubiese cogido justo la de la derecha en vez de esa carretera nos lo hubiésemos encontrado por el camino. Tch."
Spark parecía lamentarse también.
Se podía ver rastros de hogueras al lateral de la carretera.
Casquillos por todas partes, rastros de basura, e incluso algún arma tirada.
No me puedo imaginar como ha sido el trayecto.
La carretera no tiene nada más que arena y algún árbol pequeño alrededor, junto con algún que otro arbusto.
Se pueden ver animales a los que les han sacado las tripas.
Infectados sin cabeza, infectados que habían pasado a ser sacos de balas o infectados que parecían haber sido torturados.
Cada vez aceleraba más.
No puedo volver a llegar tarde.
Sentía que estaba cerca.
Llevaba creo que ya una hora al volante cuando mi velocímetro empezó a marcar 260.
Unos minutos después empecé a ver algo en la carretera.
¡BAM!
El sonido de un disparo y un infectado que no había visto en la arena cayó al suelo.
Acto seguido una persona se cayó de una bici.
Llegué y lo que encontré me sorprendió.
Vi a dos niños cubriéndose con una camiseta. Estaban en malas condiciones.
"¡Spark los niños, dales agua y de comer!"
El más grande, el chico, me habló.
"No, dársela a Hiro, no ha bebido nada en de dos día."
Las alarmas en mi cabeza estallaron.
Cuando me acerqué a Hiro tenía los labios agrietados, y se le notaba delgado.
"¿Qué has hecho Hiro?"
Hiro levantó una mano.
"Jejeje, sabría que vendrías Ana..."
"Sí, sí que he venido Hiro."
Acariciaba el pelo de Hiro.
Notaba como las lágrimas se formaban en mis ojos.
Entonces Hiro dejó de sonreír.
"¿Lo sabías?"
"¿El qué?"
"¡Dime si lo sabías!"
Hiro me apartó y cogió un cuchillo apuntándome.
"Hiro, por favor, para."
"¡TE ESTOY PREGUNTANDO QUÉ SI LO SABÍAS!"
"¿El qué Hiro? No se de qué me hablas... Me estás asustando."
"Las bombas..."
Me sorprendí.
"¿Las qué?"
"¡LAS PUTAS BOMBAS QUE HAN BORRADO A UNA CIUDAD DEL MAPA Y MATADO A TODOS LOS QUE HABÍA EN ELLA! ¡INCLUIDOS A CALEB, LUIGI, ALEX Y BOB! ¡AL PRESIDENTE DEL GREMIO! ¡A JOE Y SU MUJER! ¡DIME SI SABÍAS QUE TODOS IBAN A MORIR!...."
Se formo un silencio tenso mientras Hiro todavía seguía apuntándome.
"Por favor Ana, dime que no lo sabías..."
Spark llegó por detrás y lo noqueó con un golpe en el cuello.
"Tch. Será mejor que no digamos nada de momento, y componte, volvemos a ciudad central. Tanto tu novio como los dos niños de ahí necesitan que los vea un médico."
Me levanté y en silencio me dirigí al que dirige parte de los negocios de la ciudad del Puerto, el señor que estábamos protegiendo.
"¿Tú lo sabías?"
"Prometo que no sabía nada."
"No te hagas el tonto."
"Tenía mi vida ahí, ahora no tengo nada..."
Saqué uno de los cuchillos de mi pantalón y apunté con él al rico que debía proteger.
"Ya has escuchado a Hiro, ¿lo sabías?"
*Click
Escuché como alguien a mis espaldas quitaba el seguro a una pistola.
"Déjalo, no lo hagas más complicado de lo que ya es. Además a dicho que no lo sabía ni tiene sentido, ha perdido todo, todos hemos perdido todo."
Tras un momento de vacilación cedí.
Guardé el cuchillo y me metí en la parte de atrás de la furgoneta con Hiro y los niños.
"¿Eres Ana?"
La niña pequeña me habló mientras apoyaba la cabeza de un durmiente Hiro en mis piernas.
"Sí ¿por?"
"No te enfades con Hiro. Él nos ha ayudado."
No podía decir que no a esos ojos oscuros de la niña.
"Además él no paraba de hablar de lo impresionante que eras, por favor."
Miré como Hiro dormía en mi regazo. No podía imaginar por todo lo que ha pasado.
"Chicos me podéis contar como ha sido todo, desde las bombas."
...
Punto de vista Hiro
....
Cuando terminé de matar a la primera oleada de infectados que vino tras las explosiones no tenía nada con lo que iluminarme.
Decidí abrí el mapa y vi que venían más infectados por los lados de la ciudad.
Sin ver nada me fijé en el mapa para elegir por donde ir. Sabía que una de las carreteras lleva a ciudad central, pero no me acuerdo si es la recta a la derecha o a la izquierda. En un momento de iluminación decidí ir por el de la izquierda.
Estaba montando en bici tirando de una carreta que estaba cargada casi hasta arriba, notaba como mi fuerza por llevar todo ese peso desaparecía rápidamente.
Pero no me puedo rendir, necesitamos encontrar un sitio en el que pasar la noche y que sea más o menos alejado de la ciudad.
De pie en la bicicleta me alejé de lo que quedaba de la ciudad.
A unos cuantos kilómetros paré de moverme y me fijé que ambos niños se habían dormidos acurrucados dentro de la carreta cubiertos por la única manta que había.
Esa fue una noche larga vigilando con ayuda del mapa de que nadie nos encontrara.
El día siguiente saqué algo de pan y bollería que se había salvado de la explosión y empezamos uno de las botellas de agua.
Durante el día andaba con los niños tirando de la carreta, o cuando se subían a la carreta iba en bici.
Estaba poniendo a prueba mi resistencia, tanto que el primer día entero fuera acabé agotado.
Por suerte había unas latas de comida y una olla, pero solo tenía comida para 2, tal vez 3 días, necesitaba encontrar animales o hierbas que podamos comer.
Además de agua, aunque no había escuchado de que hubiese fuentes de agua fuera, las necesitaba. Por mucho que ahorremos no habrá agua para el sexto día.
A la vez que mataba infectados que encontrábamos con los cuchillos para evitar hacer ruido.
Estaba dando el 300% de mí, o eso sentía con la presión de pensar en todo eso.
"Por favor que alguien venga a salvarnos.
Rápidamente pasaron los dos primeros días.
Yo hablaba sobre aventuras o les contaba cuentos a los niños para que se divirtieran y olvidaran lo que pasaba alrededor.
El chico se llama Gon y la niña Daiana. Son hermanos pero sus padres murieron por enfermedad. Desde entonces estaban en el distrito vacío y pedían para sobrevivir.
Los únicos que sobrevivimos de la ciudad fuimos los excluidos que vivíamos en el distrito vacío.
Llegué al tercer día sin a penas dormir, tirando una carreta y, comiendo y bebiendo lo mínimo.
Los niños cada vez veían que yo estaba en peor estado y se preocupaban por mí.
Al tercer día, agotado mental y físicamente, apareció un infectado en la carretera.
Sin pensarlo mucho les dije a los niños mientras cogía una ametralladora que se taparan los oídos lo más fuerte que pudieran. Y apreté el gatillo contra el infectado hasta que agoté un cargador.
Me encontré un poco mejor después de soltar parte de mi ira.
Desde ese momento la norma 'ahorrar balas' dejó de existir.
Yo seguía en mi intento de mantener a los niños como si no pasase nada.
Les dedicaba sonrisas vacías para que no se preocuparan.
Ese día ambo me estuvieron molestando para que me durmiera. No tenía la cabeza como para escuchar como unos niños me regañan y por dentro sabía que tenían razón, así que me tumbé y me dormí.
Dormí por primera vez en mucho tiempo.
Cuando desperté era por la tarde.
"¿Cuánto tiempo he dormido?"
"Durante casi un día entero."
Le acaricie la cabeza a Gon y le dediqué el 'Gracias' más sincero que había dicho nunca.
Ese día lo terminamos de pasar ahí. Estuve jugando con ellos y les estuve enseñando a montar en bici. Fue un momento de calma dentro de lo que nos pasaba.
Por la noche les puse en la carreta y seguí avanzando.
Justo cuando me encontré con unas liebres.
Cogiendo una M-16, apunté y disparé.
Había conseguido comida, cosa que necesitábamos. El precio fue despertar a los niños, menos mal que se durmieron de nuevo rápido.
El quinto día empezó a hacer más calor, y encima se estaba acabando el agua.
Intentando encontrar alguna fuente en el mapa me di cuenta de que no había nada cerca. Eso me enfadó.
Viendo mi estado decidí probar para ver si había alguna habilidad que sea 'Creación de agua' ó 'Botella de agua', pero no había nada.
Aproveché el momento y decidí que debía comprar con los puntos de habilidad alguna habilidad.
Acabé comprando 'Mejora de puntería II', 'Aumento de resistencia I', 'Pasos silenciosos I', 'Tortura' y 'Desmantelar I'.
Y ya había alcanzado el nivel 13, había duplicado mis niveles, lo que había conseguido durante un año lo he conseguido en unos pocos días.
Sin pensarlo mucho seguí hacia delante.
Cuando un grupo de 5 infectados aparecieron en el mapa un poco más adelante. Les dije a los niños que se quedaran en la carreta y que gritaran mi nombre si me necesitaban.
Fui con la pistola y maté a 4 de ellos. Con el 5 puse en práctica mi habilidad de tortura.
Estaba practicando, por si acaso se necesita.
Cuando pasé por ahí con los niños les dije que se taparan los ojos. No era necesario que vieran ese destrozo.
Pero seguía sin encontrar una fuente, en ese momento decidí dejar de beber y dejársela a los niños.
"¿Por qué no bebes Hiro?"
La pequeña Daiana de ojos oscuro me preguntaba.
"Ya he bebido antes, es solo que no te has fijado."
Y la sonría.
Por dentro tenía confianza en que alguien viniera.
Avanzábamos a ritmo lento, como siempre.
Les estuve contando historias sobre este año, sobre 'Serpiente de mar', sobre Ana y sobre un montón de gente que conocí.
Pero contarles historias ya no era lo mismo, estábamos los 3 más cansados, se notaba que no nos estábamos alimentando bien y que la cantidad de agua que tomábamos era justa.
El sexto día fue igual, pero además se acabó la comida.
Encima está aumentando la temperatura en el ambiente.
Fue fatídico. Mi moral estaba por lo suelos y no tenía fuerzas para hablar.
Solo quería avanzar y encontrar la maldita ciudad Central.
Aunque aparecían infectados la mayoría eran solitarios o en grupos de 2.
El séptimo día no podía aguantar más, estaba fatal, tenía la boca seca y hambre.
El silencio es lo que reinaba, pero me di cuenta que el agua de los niños estaba acabada. ¿Desde cuando?
Intenté formular preguntas pero mi voz era muy floja como para ser escuchada.
Estaba en la bici tirando cuando un infectado apareció en mi radar a la derecha del camino.
Tras el disparo noté como se me iban las fuerzas y caí.
Creía que iba a morir.
¿Es otro fin?
¿Es el final de esta vida también?
Noté como los niños me decían algo que no entendía, pero lo más sorprendente fue el mapa.
Mostraba como un vehículo con 2 personas y Ana se acercaba.
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Siguiente episodio el lunes:
'Confianza'
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