¡Estamos de fiesta, capitulo cien!🎉🎈..., eso es todo, no hay mas presupuesto.
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¡Estúpida mocosa!, que cree que está haciendo, no se da cuenta de que la única forma de poder vivir una vida normal, es sujetándose de los muslos de ese hombre.
Y ella viene, y la jode, ahhh, a veces me arrepiento de haber sido tan descuidada con ella, pero..., suspiro, mi madre fue muy estricta y yo no quería que Eris viviera igual, yo quería que tuviera más libertada de acción, y que pudiera escoger su camino, lástima que ya no podrá ser posible,
Hilda estaba entre enojada, por lo estúpida que era su hija, y triste por no poder darle la vida que ella quería.
-"No deberías estar enojada, tu hija solo está entrenando" Dijo Ágata, mientas evitaba que Hilda se acercara a su hija, y la reprendiera.
-"¿Eh?, ¿entrenando?" Pregunto dudosa.
-"Si, León cree que la pequeña tiene potencia con la espada, aunque desde mi punto de vista, la chica es mediocre, mueve la espada como un perro rabioso, sus pies están mal posicionados, cada vez que viene un golpe cierra los ojos, y ese es el peor error que puede cometer un espadachín, o cualquier combatiente. Lo único bueno es su terquedad, se ha caído 35 veces, y se levantó todas, es lo único que me sorprende."
Ágata era muy estricta, y tenía las expectativas muy altas, ya que su primer discípulo fue Azula, y azula ya tenía una base sólida y tenía un talento increíble. Además, pensó que León la recogió por su talento, y por eso tenía más expectativas, lástima que no fuera así. León la recogió solo porque sería una belleza, si no, ni siquiera se molestaría en verla.
Hilda que escucho las duras palabras de Ágata, estaba molesta, era su pequeña, y como madre, no era agradable escuchar que tu hija es mediocre, todos los padres creen que sus hijos son increíbles, y son especiales.
Pero no se atrevió a decir nada, solo era una recién llegada, e iniciar una pelea ahora, sería un gran estupidez de su parte.
-"Pareces molesta, y lo comprendo, si fuera madre también estaría enojada si insultaran a mi hija"
Hilda decidió guardar silencio, y mirar a su hija, que se pasaba más tiempo en el suelo, que de pie, su cara estaba llena de barro y pasto, sus piernas estaban moradas y su vestido rasgado, parecía una mendiga recién golpeada.
Verla así, la lleno de dolor y tristeza, olvidado que antes estaba furiosa, pero que puede hacerle, era su hija después de todo, y como la mayoría de los padres, sufren al ver a su hijo sufrir, la empatía es muy alta.
Ágata miró la cara de Hilda, y noto sus sentimientos, así que como compañera decidió dar unas palabras de animo.
-"No estés triste, seguro duele verla así, pero mira su cara..., que cara tiene, ¿ves esos ojos?"
Hilda prestó atención a las palabras de Ágata, y miro de nuevo a su hija, estaba sucia y con moretones, pero a pesar de esto, su hija estaba sonriendo como lo hacía antes, sus ojos brillaban con fuerza y en vez de gritar por los golpes, se reía y volvía a levantarse.
Ya no era la chica deprimida que tenía que consolar durante la noche, ahora era la misma Eris de antes. Ese simple acto puso a Hilda muy feliz, pero a la vez un poco preocupada, era un sentimiento contradictorio.
Hilda quería que su hija fuera feliz, y sea la misma chica alegre de antes, pero lo que no desea, es que sea la misma niña malcriada que incluso golpeaba a sus maestros, no quiere que Eris moleste a León.
-"Ágata-sama, ¿León es un hombre paciente?" Pregunto Hilda, para ver que acciones tomaría a continuación.
-"León..." Ágata tenía dudas sobre como responder. León era muy paciente a veces, pero a veces se enojaba con facilidad, todo dependía de la persona que los molestaba, si fuera su propia hija o una de sus esposas, León sería paciente, y luego se desquitaría en la cama.
Pero si no era nada de eso, no seria nada divertido para la persona en cuestión.
-"León puedo ser paciente, pero nunca pongas su paciencia a prueba, puede salir muy mal si lo haces, y no tendrías un futuro muy bueno, pero si eres una buena sirvienta y sigues todo lo que León dice, puedo asegurar que tendrás una buena vida, es el único consejo que puedo darte, por ahora."
Hilda asentía, comprendiendo más o menos la idea. Luego de mirar un rato más a su hija, Hilda decidió preguntar algo que quería preguntar desde hace mucho, solo que no tuvo oportunidad.
-"Agata-sama, porque León-sama nos salvó."
-"En realidad crees que él lo hizo para salvarte, ¿eres tan ingenua Hilda?" Dijo Ágata, con una mirada interrogante.
Hilda no era tan idiota, ella vivió en un mundo de nobles, uno lleno de intrigas y traiciones, donde no podías confiar en nadie, donde nada era gratis y donde todos querían quitarte algo, un mundo donde todos buscaban sus propios beneficios.
Viéndole desde ese punto, los nobles son la culminación del ideal humano, o de como es el ser humano.
Hilda miró su cuerpo, pechos grandes y suaves, cara hermosa, pelo sedoso, unas caderas anchas que aseguraban un buen parto, y un agarre increíble en la cama. Sin duda, tenía un cuerpo depravado y cachondo que cualquier hombre desearía, y no dudarían en usar cualquier artimaña para tenerlo, como León.
-"Lo hizo por mi cuerpo, aahhh, y yo pensando que sería mi héroe en blanca armadura."
Ágata pudo sentir la amargura en el tono de voz, y no pudo evitar reír un poco.
Hilda no estaba molesta con León, que él codiciara su cuerpo, solo mostraba que ella era muy hermosa y podía tentarlo, eso era bueno, porque eso aseguraría su posición y no sería echada a la calle. Algunos pensarán que se prostituye por protección, y podría ser así.
Después de todo, León solo quiere follarse a Hilda, y Hilda solo quiere protección, ella no ama a León, no todas las mujeres que son salvadas se enamoran a primera vista, eso solo le pasa a los protagonistas de harem. Aunque si está agradecida con León, eso no se puede poner en duda.
Y siendo León, no demorará mucho en enamorar a Hilda, ya que esta pelirroja nunca antes recibió amor, su esposo nunca la miro, ni la toco, su madre la trato como un objeto para mejorar su nobleza. Mujeres asi, son fáciles de enamorar, solo debes tomarle atención, y darle un poco de cariño, y claro, mucho sexo salvaje.
¿Por qué sexo salvaje?, es porque Hilda era una chica aburrida, casi siempre estaba en la casa, y solo salía a fiestas de nobles, fiestas que son muy aburridas.
Y León sabia todo esto, y por ese motivo no intimido a Hilda, ya que no valía la pena. La chica se volvería sumisa muy luego.
Además, él sabía que Hilda se entregaría a él sin dudarlo, ella estaba mentalmente preparada para eso, desde pequeña su madre le enseño que su cuerpo solo era una moneda de cambio.
Asi que no sería divertido, no como con otras chicas que son más tercas y rebeldes.
Lo que León no sabía, es que Hilda no daría su cuerpo a cualquier hombre, incluso, cuando se le hizo saber que el rey deseaba comprarla, busco una manera de suicidarse, y de llevarse a su hija. Hilda pensaba que era mejor morir que ser violada por un cerdo.
Claro que no lo logro, era muy bien vigilada.
Ahora porque no dudaría en ir a la cama de León, es simple. Hilda comprendía que León era fuerte, y tenía un cuerpo bastante bueno y tenía un rostro decente, si iba a ser abusada o violada, preferiría que lo hiciera alguien como León.
Puede sonar raro, pero si fueras hombre y te violara una mujer, no sería mejor que fuera muy hermosa, claro que sí.
Mientras León y Eris luchaban, Ágata miro su mano, en busca de la hora.
-"Es hora de hacer el desayuno, Hilda deja a Eris con León, y ve a buscar leche, es hora de iniciar nuestra labor como sirvienta.
Hilda suspiró, se reía de su antigua yo que quería ser una granjera, solo podía decir que era muy ingenua y que no concia el trabajo duro, ahora si lo hace.
Aunque no quiero, solo puedo tomar el balde e ir a sacar leche fresca, y pensar que ese simple acto me trajo dolor de espalda, me costó mucho dormir anoche por esto, suspiro, pero no tengo de otra. Pensó Hilda quejándose por su espalda, lo que no sabía, es que después de esta noche, le dolería algo más que la espalda.
Horas más tarde ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
León descansaba sobre el sofá, con las manos detrás de la cabeza mientras miraba el techo, pensado en sus próximos planes. No estaba solo, Ágata le hacia compañía.
La pelirroja vestía su traje de secretaria, sus piernas cruzadas dejaban ver sus hermosos muslos lechosos, y su camisa escotada sus grandes pechos. Si fuera novela Xianxia, su belleza derribaría reinos.
En cuanto Hilda, ella estaba en sus labores de criada, tenía que lavar la ropa a mano, nada de lavadoras modernas, tenía que aprender a ser humilde y a ser trabajadora. Ágata no la consentiría y la haría trabajar, para que sepa que nada es gratis en la vida.
Claro que Hilda no estaba sola, Ágata busco a Eris, que estaba en el patio blandiendo su espada.
La agarro del cuello y se la llevo, a Ágata no le interesaba que fuera una niña, tenía que aprender lo mismo que su madre. Eris intento defenderse y negarse, pero solo basto con que Ágata mostrara su fuerza para que la chica se volviera sumisa. Eris respetaba la fuerza, y más si venía de una mujer, además le dio mucho miedo.
-"Leon, hable un poco con Hilda, y me contó un poco de su pasado, y de como perdió su nobleza, todo gracias a que un informante secreto, revelo toda la suciedad que escondía la casa boreas."
"Siendo sincera, eso fue bastante sospecho, aunque la casa Bóreas tenía varios enemigos, ninguno hubiera podido encontrar tantos secretos, incluso si lo lograran, no los delatarían con el rey, antes usarían todos estos secretos en su beneficio."
Ágata tenía una mirada dudosa mientras miraba a León, ella no creía en las coincidencias, y conocía muy bien a León.
-"Yo también lo creo, es muy sospechoso" Dijo con una cara inocente, lástima que Ágata no le comprara la fachada.
-"León..., no es necesario fingir ignorancia, sé que tú estas detrás de todo esto."
-"¡Calumnias!, yo soy un hombre de bien y amante de las leyes, acaso crees que yo, ¡León!, alguien con nombre de héroe de leyenda, ¿sería capaz de hacer algo tan vil? Crees que yo soy capaz de destruir una familia entera, solo para quedarme con la chica, y follarla, acaso crees que yo haría tantas cosas malas, solo por un par de tetas."
-"Sí, creo que eres capaz de eso, y otras cosa más" Respondió sin dudar.
-"Que cruel eres Ágata, y yo pensando que confiabas en mí." Dijo León apenado, claro que ese acto duro unos segundos, ya que sonrió como si nada hubiera pasado y continuó hablando: -"En todo caso, por qué preguntaste algo tan estúpido, si ya sabes la respuesta."
-"Curiosidad"
-"¿Crees que fui un desgraciado?" Pregunto, por curiosidad, a León no le importaba lo que otros pensaran de él.
-"No, incluso creo que no es tu culpa."
León estaba sorprendió, incluso se inclinó levemente, como para escuchar mejor.
-"¡Oh!, interesante, ¿y de quién sería la culpa?"
-"Es culpa de ellos por ser débiles, y ser parte de las personas que no son capaces de controlar su destino, porque si fueran fuertes, nadie los atacaría, y podrían vivir en paz."
-"Sabias palabras"
-"Tú las dijiste, luego de violarme una y otra vez, fue en cuando me capturaste, no creo que lo olvides" Dijo Ágata sin escrúpulos u odio, hace mucho tiempo que supero su pasado.
-"Como olvidarlo, fuiste la primera mujer que viole y torture, fuiste un buen experimento, pero eso fue hace mucho, ya no hay rencor, ¿o si?."
-"No guardo rencor contra eso, yo era débil y no pude controlar mi destino"
León asintió, comprendió que Ágata no pensaba en el pasado, y dejo ir todo el odio o miedo que pudo haber tenido.
-"Si pudieras volver al pasado, ¿lo cambiaras?, cambiarias esa decisión de ir a esa misión, y ser capturar por mí."
Ágata negó con la cabeza, y sonrió, una muy dulce sonrisa.
-"De ninguna manera, lo volvería hacer, aunque si me arrepiento de algo, de haberte conocido de esa manera, y de haber perdido mi primera vez de una manera tan ruda y cruel." Dijo con amargura.
-"¡je!, si quieres podemos repetirlo, reparar tu himen no debería ser difícil."
Ágata puso los ojos en blanco, como un tema tan serio, cambio a uno pervertido en cosa de segundos. Solo pudo suspirar y continuar hablando.
-"No vale la pena. Ahora otra pregunta León, porque usar métodos tan viles para conseguir a Hilda, o a cualquier otra mujer. No comprendo eso, eres guapo, poderoso, tienes riquezas y sabes como tratar a una mujer, no debería ser difícil para ti conseguir una por medios honestos."
León levantó una ceja, pensando que la pelirroja estaba muy preguntona.
-"Tienes razón, no es necesario, pero es más divertido hacerlo de esta manera, además, porque debería gastar mi tiempo en conquistarla, si lo único que deseo de ella es su cuerpo."
Para León, no todas las mujeres son iguales, él siempre ha dicho que no puede amar a todas por iguales, y no amas a todas las mujeres que recoges, para León algunas son solo juguetes para pasar su tiempo, y no pondrá un gran esfuerzo de su parte.
Como Hilda y Lilia, para León solo son mujeres para pasar el tiempo, aunque claro, él se las quedara y no las dejara partir, sus juguetes son suyos y de nadie más, nunca las dejara ir.
Están atadas a León por la eternidad.
Parecerá cruel, pero no es tanto, ya que León también las mima, aunque en menor medida, pero comparado al resto de las mujeres, ellas viven en lujos.
Tiene un gran hogar, vida eterna, nunca se enfermarán, comida deliciosa y ropa limpia, y claro, que mucho sexo y cariño, no es que León trate mal a sus mujeres, incluso si son solo son juguetes.
Aunque no dudara en castigarlas si es necesario, y claro, tampoco dudara en recompensarlas.
Y asi, ambos continuaron conversando, pensado en el pasado y el futuro.
Cambio de escenario - Salto de tiempo ----------------------------------------------------------------------------------------------
Ya eran las 10, y el velo de la noche había caído. Solo las estrellas y la luna iluminaban la frías y solitarias calles, un lugar donde la tecnología no abundaban, era costumbre acostarse temprano y levantarse temprano para aprovechar el sol.
La casa de León estaba en completo silencio, Ágata y Eris ya estaban durmiendo. Eris estaba fatigada, nunca antes había lavado ropa, y su espalda era un desastre, pero eso no quito que durmiera con una sonrisa.
Ahora donde estaba Hilda y León, claro que en su habitación.
Hilda vestía un negligé blanco que combinaba con su tersa piel blanca. Esta vestimenta no podía ocultar sus atributos. Sus pechos resaltaban como pulgar adolorido, eran tas grandes que su aureola eran visible.
Mirando hacia más abajo, su abdomen era plano y exquisito, su ombligo era pequeño y limpio, sus caderas anchas. Sus piernas eran largas y blancas, sus muslos eran gruesos y carnosos, sería un placer morir ahogados por ellos.
Su coño era visible a través de la trasparencia del negligé, Hilda no usaba ropa interior, aunque si llevaba unas medias blancas con ligas, sumando algunos puntos a su figura seductora.
Si cualquier hombre la viera, y ella pidiera que le ladres, seguro ladrarías.
Sus ojos rojos eran firmes, sus cejas afiladas. Su pelo estaba suelto y rodaba por sus hombros, cubriendo uno de sus pechos. Su cara estaba un poco roja al igual que sus hombros.
Hilda no tenía problemas con dar su primera vez y su cuerpo, siempre estuvo preparada para eso, pero eso no significa que no tuviera vergüenza, además estaba con un hombre extraño, solo hace dos días que conocía a León.
Hablando de León, él estaba sentado sobre la cama, completamente desnudo, solo llevaba puesto una corbata, que ni él sabía por qué se la puso.
Su polla estaba en estada casi erecta, León tenía mucha experiencia, con muchas mujeres distintas, pero incluso asi, Hilda lograba provocarlo solo con su vestimenta, bueno, cualquier hombre se sentiría caliente al tener una belleza de grandes pechos frente a él, más si está semidesnuda y mostrando su coño depilado.
León levantó su mano y le indico a Hilda que se acercara. Hilda respiro profundo, y se preparó para lo que venía, su seductor trasero se movía de un lado a otro mientras caminaba, parecia que lo hacía de forma inconsciente, quizás recordando algunas lecciones de su madre.
Hilda estaba frente a León, mostrando todo su cuerpo, sus finas manos se acercaron a sus hombros y retiraron los tirantes del negligé. "Suiss" Con lo silenciosa que estaba la noche, se pudo escuchar como la ropa se deslizaba y rozaba su hermoso cuerpo.
León no pudo evitar tragar, y tuvo que admitir que su esfuerzo por conseguir a Hilda, valió la pena.
La luz de la luna se filtraba por la ventana, y posaba justo sobre el cuerpo de Hilda, si León fuera pintor no dudaría en pintarla, porque la imagen era jodidamente perfecta.
Hilda se inclinó despacio, su pecho quedo a la par con la cintura de León que abría las piernas, mostrando a Hilda su gran poll, que ya estaba erecta, ningún hombre decente podría aguantar que se levantara, mejor dicho, por qué se aguantaría, ella era su mujer y León no era un caballero.
O mejor dicho, León si era un caballero, y como tal, sería una descortesía no comer el plato que se le sirve.
León no era un protagonista hipócrita, y si tenía la oportunidad de llevarse una mujer, la aprovecharía, si no lo hacía él, alguien más lo haría. Además Hilda estaba destinada a morir, y él la salvo, debería estar agradecida, y agradecer con su cuerpo.
-"Usa tu pecho para satisfacerme." Dijo León, que miraba la indecisión de Hilda, ella no tenía ni idea de como seguir.
Hilda se acercó a la entrepierna de León, agarro su polla y la empezó a masajear, era un poco torpe, pero de a poco mejoraba. A León le gustaba, pero que sentir la suavidad de ese par ubres.
-"Tienes tetas grandes, úsalas."
Hilda usó su otra mano para agarrar uno de sus pechos, y ponerlo sobre la punta. Un movimiento audaz.
La polla de León se fundía en un mar de suavidad y elasticidad, sin duda unos pechos de categoría S.
Estos pechos tenía una aureola grande, y rosada, sus dos pezones eran pequeños e invertidos, León que vio esto, tenía el deseo de sacarlos de su escondite, solo tenía que calentar a la chica frente a él para lograrlo, pero todo a su tiempo.
-"Uhh, bien, ahora usa los dos pechos."
-"hmmm, si León-sama."
Hilda agarró sus dos pechos, y rodeo la polla de León, dejando al descubierto sola la cabeza. Era como un segundo coño pensó León. Eran suaves y elásticas, su polla se hundía en placer.
-"ummm, muévete, arriba y abajo."
Agarrando con fuerza sus dos pechos, empezó con su trabajo. Hilda estaba fascinada, era algo nuevo para ella, y aunque pensó que sería asqueroso, lo encontró interesante, nunca antes pensó que su pecho se usaría para tal cosa.
"Suiss, suiss, suiss" Sonaba el roce de la piel.
-"Usa tu boca también" Guio León.
Hilda movía sus pechos con pasión, gotas de sudor empapaban su frente, y su cara estaba roja por el calor. Hilda no tenía mucha resistencia física. Asi que se tuvo que esforzar mucho.
Su boca se abrió lo más que pudo, mostrando sus dientes que parecían perlas, y su lengua que era muy larga, se acercó a la punta de la polla, y la escondió dentro de su boca.
Sus pupilas gustativas saltaron de la alegría, Hilda tenía que admitir que era un sabor único, era una mezcla de caviar y jugo de naranja, o eso pensaba ella. Su lengua jugaba con la punta de la polla y un líquido pre-seminal entraba en su boca.
Sus pechos no dejaban de estimular a León que pronto llegaría al cielo del placer.
-"Uhhh, no aguanta más, ¡trágalo todo!"
León agarró la cabeza de Hilda y la obligó a tragarse su polla entera, la pobre Hilda hacia arcadas y golpeaba los muslos de León para que la dejara respirar.
Claro que no le importo, él quería libera su carga, y lo logro, su polla palpitaba y sus bolas se contraían, dejando salir todo el semen que almacenaban. Hilda sintió un calor intenso en su garganta, y no tuvo más remedio que tragar.
Glup ~ glup ~ sluprrrr ~ glup.
-"Tos, tos, tos, León-sama, tos, espero le haya gustado."
Hilda estaba casi ahogándose, pero no se quejó, era su labor complacer al nuevo, aunque fuera un poco rudo.
-"¡Arriba!, pon tus manos contra el colchón."
La pelirroja tetona sintió un escalofrío en su cuerpo, León tenía una voz dominante que la obligaba a obedecer.
Hilda siguió las instrucciones, y puso sus manos contra el colchón. Su espalda era blanca, con algunos lunares. Si seguías bajando podías ver como una línea separaba dos montículos, y entre ellos un agujero rosado y el otro rosado oscuro, un poco arrugado.
El trasero de Hilda era de primera categoría, y su ano estaba limpio, listo para la acción, su coño no era menos, totalmente depilado.
-"¡aaaaahhhh!"
Hilda no pudo evitar soltar un gemido. León había agarrado su trasero, sus manos se hundían en una valle de placer, León masajeaba sin dudarlo, y le daba varias bofetadas.
No pudo aguantar y la mordió, dejando una marca de dientes en uno de los cachetes.
-"¡L-León-samaaaaa!, no tan rudo por favor." Suplico Hilda un poco adolorida.
León asintió, y de su trasero y se fue por su coño. Tuvo que inclinarse un poco, y pedirle que abriera más las piernas para tener mejor acceso.
-"¿Asi León-sama?" Hilda estaba roja de la vergüenza, que miraran su lado íntimo de tan cerca, era algo nuevo, la última vez que alguien estuvo tan cerca de ese lugar, fue cuando Eris nació.
-"Sí, quédate quieta."
Sus agiles dedos se usaron para abrir los labios exteriores de la vagina, dentro de ella, se podía ver una pequeña bolita rosada, era tan hermosa.
-"¡hiiiiiiiiiiiiiiiii~L-León-saama, se siente raro!"
-"¡Y se pondrá mejor!"
León abrió lo más que pudo el coño de Hilda, e ingreso con su lengua, sus paredes internas eran cálidas y jugosas, sus manos no estaban quietas, seguían moliendo la pequeña bola rosada.
-"¡Ahhhhh~mmmhh!, León-sama, q-quiero ir al baño." Dijo Hilda con mucha vergüenza, al principio no quería, pero el deseo de hacer pis era cada vez mayor, y no quería hacerlo en la cara de León.
León entendió de inmediato y supo que Hilda nunca antes había tenido un orgasmo, asi que siguió con más rudeza, sus labios chocaban con los labios vaginas, es como si los besará, su lengua se movía como una huracan, absorbiendo un cálido líquido que empezaba a gotear.
-"aaaahhhhhh~ León-samaaaaa, quiero ir al bañooo"
Hilda apretó su abdomen aguantando la orina, lo que no sabía es que no era orina, era un orgasmo, el primero de muchos que tendría a lo largo de su vida.
-"¡mmmmmmmmmmmmhhhhhhaaaaaa!"
Las piernas de Hilda se apretaron y encerraron la cabeza de León, que estaba más que feliz de ser apretado por muslos tan suavecitos, parecían algodón. Aunque eso no lo desconcentro de su trabajo.
slurrrrp~shuppp~slurrpp~shuuup León parecia aspiradora tragando todos los líquidos que libera ese coño, era como un caviar, un sabor único y raro, solo disponible para una milf virgen, León estaba en los cielos, agradeciendo el día que tuvo la oportunidad de venir a este mundo.
Hilda estaba en las nubes, sus ojos eran blancos y su lengua estaba afuera, no pudo aguantara, sus piernas cedieron y cayó sobre la cama, su trasero parecia gelatina como temblaba. León saboreaba sus dedos, no queriendo desperdiciar nada.
-"Recién comenzado y ya está en coma, pff, que poca resistencia, o quizás soy demasiado bueno, creo que eso, pero no es culpa mía, tengo tantas mujeres, que aprendí muchas cosas"
León apretó el trasero de Hilda y amaso con fuerza, mientras hacia eso, inyecto su maná y vitalidad para que Hilda despertara.
-"¡aaaahhhhhhh~Leon-samaaaaa!"
Lo que no esperaba es que se volviera a correr. Hilda tenía espasmos y sus piernas temblaban con fuerza, parecia que tuviera un ataque.
Segundos después ya estaba devuelta.
-"haa, haaa, haaa, León, sama, lo siento por desmayarme, ya podemos seguir."
Hilda se levantaba muy despacio, mientras apoyaba sus codos contra el colchón, su trasero estaba de nuevo en el aire, mostrando todo su esplendor.
-"Terminaron los juegos previos, es hora del plato principal, prepárate Hilda."
-"¡¿Eh?!, espere León-sama, ¡ehhhhhhhhhhhhhhhhhhh!"
León no esperó a que terminara, agarro su polla y la enterró hasta el fondo, podía sentir que llego hasta el mismo útero.
-"¡Leon ~ sama, me mueroooo, sáquelo que me está matando"
Hilda estaba en pánico, sintió una gran puñalada en su parte inferior, ella sintió cuando algo entro dentro de ella, y la abría con fuerza.
-"No te mueras todavía, que quiero disfrutar." Dijo León con una sonrisa sádica.
-"Nooooooo, no quiero morir."
León agarró las caderas carnosas, y comenzaron las embestidas. Cada vez que entraba, las paredes internas del coño de Hilda lo apretaban, y exprimían su polla, como pidiendo y rogando que soltara su semen y la impregnara.
-"Me voy a morir, ahhhhhh, ¡Eris cuídate que mama muere hoy!, León-sama me está apuñalando."
León casi se ríe, Hilda era muy habladora y exagerada, no es que se fuera a morir por tener una polla dentro de ella, si fuera aso, sería la primera mujer por morir penetrada, y quedaría en la historia.
-"Sniffff, León~sama me orino otra vez, déjeme ir Leeeeeooonnnnnn"
Hilda no comprendía que pasaba, su cuerpo quería orinar a cada rato, sus caderas se movían sola, y las puñaladas que recibía eran cada vez más dolorosas, y al mismo tiempo cada vez más placenteras, su cuerpo era todo un desastre, un desastre que le agradaba mucho.
León estaba en su apogeo, sus caderas no paraban, una de sus manos agarraba con fuerza uno de los glúteos de Hilda, y la otra mano abofeteaba sin parar, dejando varias marcas rojas en el blanco trasero de Hilda.
Pa~Pa~Pa~Pa.
-"León-sama me muero, me muero, León~samaa va a salir, me orino déjeme ir, aaaaaaahhhhhh."
Hilda empezó a convulsionar, su espalda se arqueaba sensualmente, sus manos apretaban las sabanas, arrugándolas en el proceso. Su boca se abría y cerraba, era su segundo orgasmo de la noche, y no era comparable al primero.
Hilda logró hacer un perfecto Ahegao, lengua afuera, ojos blancos, baba que caía como cascada.
León no se detuvo, y sostuvo a Hilda por la cadera para que no cayera, y sus embestidas aumentaron de velocidad, Hilda que estaba en un sueño, sintió como algo dentro de ella palpitaba y se volvía más grande, pensó que moriría de verdad ahora.
-"¡Arrgggg!"
León que sentía como Hilda apretaba cada vez más fuerte, pidiendo que libera el semen adentro, era su instinto femenino pidiendo ser embarazada por el macho más fuerte. León no pudo negarse, y libero todo su semen dentro de Hilda.
-"¡Ahhhhhhhhhh, calienteeeeeee!"
Incluso estando en las nubes, Hilda pudo sentir el calor en su vientre, algo que la llenaba de felicidad, sus instintos femeninos y maternos estaban rogando que obtuviera más de esa cosa que entro en ella.
Hilda no supo como, pero de un momento a otro, levanto aún más su trasero, y comenzó a moverse por si sola, lo deseaba, lo quería, quería otro niño dentro de ella, quería más calor dentro de ella, quería volver a sentir ese deseo de orinar, ella no comprendía nada, pero lo deseaba, y no existe cosa más peligrosa, que una mujer que busca complacerse a sí misma.
León sonrió, no esperaba que Hilda moviera sus caderas por si solas, pero tampoco se quejó, la noche era joven, y recién comenzaba, se aseguraría de llenarla y que por mañana no sintiera las piernas.
Y el resto de la noche, es historia para otro día.
Capítulo 100, aun recuerdo cuanto me costó lanzar el primer capítulo, nunca antes había escrito algo parecido, solo en la escuela, pero cuando era un niño.
Ese día fue hace más de 10 meses, eso da una media de 10 capítulos por mes, bastante si tomamos en cuenta que mis capítulos son de 2 a 4 veces más largo que un fanfic promedio.
En ese caso yo tendría sobre los 250 capítulos con facilidad, o más.
En realidad hubo días en que no quería escribir más, y pensé muchas veces en dejarlo, pero no me gusta dejar las cosas a medias.
Siendo sincero, no tengo ni idea que pasara en el futuro, no tengo como un guion, o una lluvia de ideas de que escribir, yo solo escribo lo primero que se me viene a la mente.
Y por eso me sorprende que este fanfic tenga algo de coherencia.
Dejemos eso de lado..., gracias a todos los que siempre comentan, aunque no siempre respondo, y es por qué se me olvida, o porque alguien más respondió o porque no entiendo la pregunta.
Y gracias a todos los que están desde el inicio, y los que dan piedras de poder.
Y también gracias a los que criticaron correctamente, y dieron críticas constructivas, fueron varias y muy buenas, me ayudaron bastante en el camino.
Y eso..., no sé que más decir, nos vemos en el capítulo 1000, jajajaja, eso espero.