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Un tiempo antes de que Alexander se hubiese despertado después de abrir un portal Multiversal.

En algún lugar del Plano del Destino.

Estaban dos hombres en silencio, en una oficina cordialmente normal.

Uno era un hombre de avanzada edad, pelo canoso y rostro estricto, que se encontraba bebiendo tranquilamente lo que parecía ser un té, mientras miraba unos papeles que tenía en la otra mano, y el otro, aparte de tener una ropa de mayordomo un poco extraña, también estaba parado detrás del asiento de señor de avanzada edad que estaba sentado, como si fuera un sirviente normal.

"¿Hmm?"

El anciano ladeó su cabeza, y después de unos segundos, dejó el papel que tenía en sus manos, sobre el escritorio.

Con un gesto del anciano, lo que parecía ser un circulo mágico brilló antes de registrar unos raros símbolos en el aire.

Después de leer estos símbolos, la cara del anciano reflectaba curiosidad.

"¿Hubo un nuevo Dios Mayor de la Reencarnación de los Zorros Celestiales?"

El anciano mencionó, con detenimiento.

"¿Drael?"

El hombre que estaba de pie detrás del anciano, respondió, "Hasta ahora no ha habido ningún anuncio de un nuevo Dios Mayor de los Zorros Celestiales, señor Brando."

"¿Oh? Que raro..."

El anciano volvió a mirar las escrituras.

Pasaron unos segundos, y el anciano iba a dejar pasar algo así como si fuera un asunto ajeno, pero por su propia profesionalidad como Dios Mayor del Destino y uno de los más importantes en su trabajo, se tomó un poco de molestias adicionales.

"Drael, envíale al territorio de los Zorros Celestiales una nota, diciendo que la firma divina de uno de sus Espíritus Celestiales desapareció."

El sirviente entonces entendió por qué es que su amo preguntó si había un nuevo Dios Mayor en el territorio de los Zorros Celestiales, ya que si un Espíritu Divino era convertido en un Espíritu Insignia, significaba la ascensión de un nuevo Dios Mayor.

"Como diga."

El sirviente estaba a punto de salir por la puerta de la oficina, pero la voz del anciano, Brando, volvió a llegar.

"También... tambien menciona que aunque la selección de un nuevo Dios Mayor es algo que merece totalmente de la propia privacidad de cada asociación, en este caso es un poco... anormal, aunque tampoco es algo de lo que haya que estar alarmado, y por lo tanto, que deben manejar un asunto así con una mayor discreción en el futuro."

El sirviente parpadeó, un poco sorprendido, "Como diga, señor Brando."

El sirviente, Drael, salió de la oficina y entonces Brando suspiró.

"Me estoy haciendo viejo..."

Sacudió su cabeza y levantó nuevamente el té, para después beber un poco.

"Ya todo me parece extraño, cuido mucho más la limpieza, me duele la espalda pese a tener un físico divino, me quedo dormido en el trabajo de vez en cuando... a veces se me olvidan las cosas, complazco mucho a mi nieto... incluso..."

Brando puso una mirada de temor en su cara y se tocó el cabello, "Me estoy quedando sin pelos cada vez más... hace 120 mil años todavía tenía las entradas bien parejas y finas..."

Brando se encogió en el asiento, "Haaa..." Y un suspiro escapó de su boca.

El estado de ánimo era un poco agrio.

Incluso la luz del Sol que entraba por la ventana parecía hacer un contraste de alguna extraña manera, que mostraba la sombra de Brando en la silla, un poco larga y solitaria, como si hubiera pasado por las vicisitudes de la vida.

...

...

.......

Actualmente, en algún lugar del Multiverso dentro de los 12 Planos.

Alexander sintió un sonido y caminó en esa dirección.

Caminó por varios minutos, hasta que pudo escuchar el sonido más claro.

*Sniff*

"Mamá... mamá... *Sniff* *Sniff* mamá..."

Era la voz de una niña, de alrededor de 5-9 años, que parecía estar perdida, si estaba llamando a su mamá de esa forma.

Alexander entonces siguió por delante, mientras su corazón se suavizaba al escuchar ese tono, se prometió que ayudaría a la pequeña a encontrar a su mamá si pudiera, y si eso es lo razón por la que la niña lloraba.

Viendo una pequeña figura a unos metros de distancia entre unos Bambús, Alexander se detuvo por un momento ya que de repente recordó que tenía que ponerse la máscara.

"No, espera... ya no es necesario."

De hecho, Alexander estaba completamente seguro de que ahora que su Habilidad Aura Normal estaba en el 95% de la Maestría, pasaría por de lado de todos como un transeúnte normal cualquiera, a no ser, claro, que alguien deliberadamente tratara de buscar su persona, o interferir con él.

Alexander sacudió la cabeza y si bien podía ser algo repentino, decidió no ponerse la máscara esta vez, ya que según el lugar dónde estaba, y el idioma que podía entender de la niña, demostraban que este era Japón, y no quería ser tratado como Chuunibyou, o una persona con una enfermedad de octavo grado... en otras palabras, alguien exagerado y excéntrico... solo por el motivo de llevar puesta una máscara tan extraña. Y una nota, es que su ropa no era para nada extraña, en todo caso, sería su pelo rojo largo y carmesí lo que sería considerado "extraño", entre las personas comunes de un Japón con una sociedad moderna.

Alexander detuvo sus pasos cuando estuvo cerca de la pequeña y solitaria figura.

"Mamá..." *Sniff*

Su pequeña y triste vocecita le daba dolor en el corazón a Alexander.

No, de hecho, a cualquiera también le hubiera dado si viera algo así.

Alexander entonces miró a la niña que estaba de espaldas a él, agachada, y se dió cuenta por primera vez en este momento, que debido a que su realidad y su modo de ver las cosas no era en 2D, no podría reconocer completamente a la niña si ella fuera personaje de algún anime.

Fuera de eso, también notó que la pequeña chica tenía un Yukata anaranjado con pequeños detalles azules, y su pelo largo hasta de bajo de sus hombros, era rubio.

"Mamá..."

La niña tenía sus manos contra sus ojos, y finalmente, Alexander decidió hablar, con la voz más calmante que podía poner.

"Hola pequeña, ¿estás perdida? ¿Quieres que te ayude a encontrar a tu mamá?"

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