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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 558

—Ahí estaba yo, diez años, en medio de la gran guerra enfrentándome al segundo Tsuchikage— dijo Kain, le dio un sorbo a su copa y miró a los soldados que estaban sentados alrededor de la mesa. Todos tenían una copa de vino, vaso de jugo o agua. Ellos estaban pendientes de lo que él decía. Kain continuo —Mu, el segundo tsuchikage, tenía el cuerpo vendado por completo. Solo sus ojos eran visibles. Era un hombre disciplinado, desarrollo una técnica única— él miró a Maaya, quien estaba sosteniendo una copa de vino, pero no la probaba —la técnica de levitación que te mostré al principio la creo él— Maaya se mordió el labio inferior y asintió varias veces. Kain miró al resto y continuo —él era fuerte, más que yo. Por otro lado, yo era un niño, solo tenía el entrenamiento que me dio mi tío Hashirama. Yo trate de huir con las mujeres del clan Uzumaki, pero Mu me persiguió, destruyo todos mis clones y cuando ya no pude huir, tuve que luchar—

Akako miraba a Kain, tenía una copa con jugo de manzana en su manos. Ella lo observaba y se sorprendía como él era capaz de absorber la atención de los demás. Incluso estos tipos que habían llegado con la intención de combatirlo estaban atentos a todo lo que él decía y como se movía.

—Entonces hice mi mejor jugada y lo engañé haciendo un trato "justo". Le ofrecí mis ojos por su pergamino de las técnicas de gravedad. Mu era un buen shinobi, un hombre disciplinado, pero la avaricia nublo su juicio. En el momento que trato de acercase, lo distraje con un clon de madera, elimine su clon, lo ataque, él me bloque, pero mi clon lo ataco por la espalda. Él trato de bloquear el otro ataque, yo aproveche de saltar encima de él. Mu se volteó para atacarme, pero no me encontró. Entonces él miró hacia atrás, me miró a los ojos y fue su perdición. Los ojos que él tanto quería lo miraron, el iris rojo y los tres matagamas—

—¿Qué paso? ¿Ganaste?— preguntó Steve, era el soldado más joven de todos. Solo tenía dieciocho años, tenía el cabello rubio y corto.

—Por supuesto que gano, idiota— dijo un anciano canoso y malhumorado —de lo contrario, Kain-sama no estaría con nosotros—

—Yo solo preguntaba—

—Entonces hace preguntas inteligentes—

—¡Soldados!— dijo Lizzy con un tono de voz firme. El anciano y Steve la miraron, se pusieron de pie firmes. Ellos volvieron a sentarse y se quedaron callados. Lizzy soltó un suspiro un poco sorprendida por como ellos perdieron su disciplina tan fácilmente. Lizzy miró a Kain y le dijo —Kain-sama, si usted mato al segundo Tsuchikage, Mu ¿Cómo logro mantener una conversación con el tercer Tsuchikage? Según lo que tengo entendido, el tercero se llama Onoki y tiene vínculos fuertes con el primero y el segundo—

—Así es, Onoki era nieto de Ichikawa y Mu era su sensei, la palabra más adecuada sería maestro para que entiendan—

—¿Y lo perdonaron?— preguntó Steve

El anciano del pelotón le dio una patada en las canillas y le hizo el gesto con la cabeza para que se callara. Steve frunció el ceño y se acarició la canilla.

—No me perdono. Onoki no es ese tipo de persona. Es obstinado, rencoroso y orgulloso— respondió Kain

—¿Entonces cómo?— preguntó Lizzy —yo no lo hubiera perdonado, es muy doloroso perder a la familia—

—Es diferente, como te digo, Onoki nunca me perdono, él es obstinado, rencoroso y orgulloso, pero fue educado adecuadamente y por su villa él puede hacer las diferencias a un lado. Bueno— dijo Kain, sonrió —también sirvió el hecho de que yo le devolví su esposa e hijo sanos y a salvo—

Todos asintieron, eso le podía dar el beneficio de la duda.

—Con el tiempo conversamos, él me dio un poco de su tiempo, los otros kages también. Teníamos problemas y no queríamos la guerra devuelta. Así que ideamos un plan. Pasamos mucho tiempo juntos, conversando, comiendo, compartiendo nuestras preocupaciones. Nos entendimos, teníamos miedos de los otros. Un paso en falso y se desataría el infierno, pero bueno, yo me esforcé por hacer lo mejor y ellos respondieron de forma satisfactoria—

Varios soltaron un suspiro de alivio.

—El hombre más inteligente del mundo— murmuro Maaya, ella acercó su copa de vino y le dio un ligero sorbo. Varios soldados la quedaron mirando, ella era menor de edad y no podía beber ningún tipo de bebida alcohólica en la isla, pero como era la hermana menor del señor Edwards, nadie la pudo regañar.

—Señor— dijo Steve, el anciano a su lado le iba a dar una patada en la canilla antes de que dijera algo estúpido, pero Steve aparto su pie y quedó mirando al anciano, después miró a Kain y continuo —¿Es verdad que usted viene a conversar?—

—Así es, en realidad, soy dueño del 20% de cada uno de los casinos—

—¡¿Qué?!— gritaron todos

Akako se puso nerviosa, no era bueno revelar información de ese tipo, pero se quedó callada y espero a ver que hacia Kain.

Kain sonrió y les dijo —así que ahora soy su jefe ¿Qué tal? ¿Alguno me quiere dar un masaje en los hombros?—

Los soldados quedaron helados en un principio, pero después se largaron a reír y negaron con la cabeza.

—No nos tome el pelo, Kain-sama— dijo Steve con una amplia sonrisa

—Oye, les digo la verdad, soy dueño del 20% de cada casino—

—¿En serio?— preguntó Lizzy

—Así es y vengo a hacer negocios. Al principio tú me culpaste por el corte de suministros, pero no es así— dijo Kain —lo que ustedes tienen que entender es que la economía en el continente es sólida en este momento. Durante muchos siglos ustedes se alimentaron de la guerra. Nuestros nobles y comerciantes traían su dinero, lo gastaban aquí, les aseguraban suministros e invirtieron en sus casinos, pero ahora que no hay guerra, para ellos es más lucrativo vivir y vender sus productos dentro del continente. Comercialmente hablando, es muy caro enviar productos a su país. Así que, si tu país sigue poniendo barreras, manteniendo la esclavitud y ofreciendo servicios sin límites morales, se van a quedar solos—

—¿Sin límites morales?— preguntó Steve con una sonrisa burlona

—Tú no sabes, pero ¿Qué tal usted, capitán?— preguntó Kain

Lizzy agacho la mirada, pero no respondió. Sin embargo, su actitud genero un silencio incomodo. Muchos de los soldados del cuerpo de tácticas especiales venían de una situación económica promedio, así que no se podían permitir esos lujos. Sin embargo, Lizzy que era la jefa y venía de una buena familia, conocía ese tipo de lugares.

Por otro lado, Maaya era una Edwards, así que había asistido a los entretenimientos especiales y a las subastas. Ella tembló, solo fue una vez, pero fue lo suficientemente espeluznante para que ella no fuera nunca más.

—Estoy en conversaciones— dijo Kain —La nación del Rayo abolirá la esclavitud, lo mismo la nación de la Tierra. También la nación del Viento y el Fuego—

—¿Por qué distingue a las cuatro naciones?— preguntó Lizzy

—Los mayores consumidores de esclavos son la nación del Rayo y la Tierra. En términos económicos, para ellos significa el mayor sacrificio. La nación del Viento es pobre, así que la esclavitud no es muy popular. Al final, significa más gasto que una utilidad. Tienes que preocuparte de una persona, de su salud, de su vivienda y así sucesivamente. La nación del Fuego no es pobre, pero con la participación de mi tío Hashirama, la esclavitud se volvió una práctica desagradable. A la gente le gusta aparentar y, sobre todo, le gusta imitar a los grandes—

—¿Y la nación del Agua?— preguntó una mujer rubia bastante bonita, pero con una expresión taciturna.

—Es difícil— dijo Kain, soltó un suspiro —estamos conversando, pero la abolición de la esclavitud no será pronto—

—¿Por qué no utiliza su poder?— preguntó Lizzy

Kain soltó una risita y negó con la cabeza —no serviría— dijo —mi tío Hashirama instauro el fin de la era de los Estados Combatientes. Todo el mundo lo admiraba. El resto de las naciones eran orgullosas y querían tener sus propios kages, así que crearon sus villas y le dieron títulos a los shinobis más fuertes. Sin embargo, todos eran conscientes y nadie podía ponerse al mismo nivel de mi tío. Así de grande era la diferencia de poder. Sin embargo, la paz que instauro el hombre más poderoso del mundo no fue más resistente que un trozo de cristal. Él murió y a la semana siguiente todos las villas ocultas estaban en las fronteras tratando de invadir a otros países. El enemigo más popular fuimos nosotros, la nación del Fuego— Kain soltó un suspiro —en fin, la paz lograda a través de la fuerza no funciono. El mundo tiene que ser capaz de autorregularse o la verdadera paz nunca vendrá—

—Así que usted viene a hacer negocios— dijo Steve

—Es una parte del plan— dijo Kain y sonrió con astucia. Todos sonrieron al verlo tan animado. Kain continuo —la otra parte es entendernos y cooperar. Todos nos podemos beneficiar de un esfuerzo conjunto, pero si ustedes se siguen aislado, paMaayan hambre. Igual que nosotros notamos la pobreza después de la guerra, ustedes están notando ahora la escases sin la guerra en el continente—

—Hablarnos de todas estas cosas no cambiaran nada— dijo Lizzy

—No, pero siempre es entretenido hablar con otras personas, conocer a otras personas y ver la visión que tienen del mundo— respondió Kain

—Apenas le hemos contado de lo nuestro país— insistió Lizzy

Kain soltó una risita —cada tema que he hablado ha tenido una reacción— dijo —usted parece ser una mujer de pocas palabras, pero de mucha acción. Creo que puede entender la frase "una acción dice más que mil palabras"—

Lizzy frunció el ceño, pero asintió entendiendo la lógica detrás de la frase.

—A todos ustedes les interesa el honor, el compañerismo, la lucha justa, ganar por su país, proteger a sus familias. Lo veo y siento en sus preguntas y reacciones. Son las cosas importantes para ustedes como soldados—

—Al final, usted nos estaba sondeando— dijo la mujer rubia y taciturna

Kain sonrió y levantó los hombros como si no hubiera nada que hacer.

Por alguna razón, la mujer rubia sonrió con dulzura. Fue una bonita sonrisa.

—Querido— dijo Akako, ella extendió su mano y le toco la rodilla a Kain como él se lo hacía a ella. Los otros la miraron y tragaron saliva al ver lo íntimos que eran. Sobre todo, los hombres, ellos solo podían fantasear con que una mujer así de hermosa y exuberante los toque con tanta candidez.

—¿Sí?— preguntó Kain

—Ya estamos llegando a la capital— respondió Akako

Kain miró hacia atrás, a los ventanales y vio la ciudad elevándose a la distancia. Había edificios con largos ventanales.

—Bien, empecemos el juego— dijo Kain y se levantó de la silla

—Kain-sama— dijo Lizzy y se levantó de su silla. Ella miró a Kain y continuo —¿Por qué no me deja resolver esto a mí? Le prometo que el trámite se demorara un poco, pero después de eso, nadie lo molestara—

—Existen leyes, sigamos las leyes, pero te recuerdo, soy un invitado de Khakkahara. Ellos quieren reunirse conmigo y hacer negocios. No quiero que me molesten con estupideces—

—Usted uso sus habilidades en la isla—

—Ellos me provocaron, yo no lastime a nadie. Incluso cuando ustedes entraron y me golpearon con dureza, yo no me defendí—

—Nos golpeó contra el suelo—

—Fue legítima defensa ¿Me puedes culpar por defenderme después de ser atacado?—

Lizzy llevó la mano a la cara y soltó un suspiro —para ser alguien tan simpático, usted no entiende de razones— dijo

—Y usted es muy rígida, pero nadie se queja de eso—

Lizzy frunció el ceño, pero no le replico —vere lo que puedo hacer— dijo

—Gracias—

Lizzy se dio la vuelta y camino hacia las escaleras que bajaban al segundo piso. Sin embargo, ella se detuvo en el primer peldaño de las escaleras y miró a su equipo —¡¿Qué esperan?!— rugió —ustedes son mi equipo, tienen que hacer sus informes y volver a la oficina. Ninguno es escolta de Kain-sama—

—Sí— gritaron todos y se movieron al trote hasta alcanzarla.

Maaya soltó un suspiro, a pesar de que vinieron a rescatarla, ella estuvo bastante rato con las manos atadas y todavía le dolían las muñecas. Maaya miró a su amiga, ella estaba en su silla bebiendo jugo —¿Por qué tú estás bien?— preguntó

—Sencillo, yo sé cerrar la boca— respondió Nataly —tú no necesitabas provocar a Kain-sama, pero te salió lo "Maaya" desde lo profundo de tu corazón. Espero que aprendas a cerrar la boca o la próxima vez no lo vamos a contar—

—Eres mi amiga—

—y me preocupa que te golpees tu sola en el pie—

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