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Mundo Shinobi - Mundo impuro - 372

—Así que tú eres el amigo de mi hermano— dijo Ryoko Takahashi, gemela de Ryoichi. En cabello, ojos y boca eran similares, pero en estructura eran totalmente distintos. Ryoichi era robusto y alto mientras Ryoko tenía una estructura más delicada con una espalda estrecha y un trasero grande —y también eres el amorcito de Reika-chan—

—Ryoko— protesto Reika, de pie detrás de Kain

Ryoko miró a Reika, sonrió de forma burlona al ver a una mujer más alta que su hermano ruborizarse como una niña. Ryoko sonrió y le dijo —¿Qué haces ahí, Reika-chan? Tú eres mi invitada, ocupa un sillón—

—No puedo, ahora estoy trabajando, pero gracias—

—Tan seria— dijo Ryoko con una sonrisa burlona. Ella miró a Kain y lo examino de pies a cabeza. A simple vista parecía un señor feudal con el haori blanco, el kimono verde pasto y el hakama negro ¿Quién se vestía así en estos días? Se preguntó horrorizada. Sin embargo, en su rango de visión también entro Naomi: rubia, ojos verdes, piel lechosa y cuerpo curvilíneo. Ryoko asintió y entendió mejor las preocupaciones de Reika, la competencia era abrumadora.

Ryoko miró a Kain y le dijo —te doy un "sobresaliente", pero como eres casado, promiscuo y con hijos, solo te puedo dejar como "suficiente" ¿Y bien? ¿Para qué viniste?—

Kain miró a Ryoko, una chica bastante segura de sí misma como para juzgar a otras personas sin tener miedo a las represalias o al disgusto que pudiera ocasionar —tengo negocios con tu padre y tu hermano— dijo

—En ese caso, también tienes negocios conmigo— respondió Ryoko —mi padre dirige la compañía y Ryoichi ayuda a crear los vehículos, pero yo manejo las finanzas y el papeleo. Ya ves, alguien tiene que ser responsable en esta familia—

—Entiendo— respondió Kain —¿Qué te gustaría saber?—

—¿Cómo vuelas?— preguntó Ryoko sin ninguna complicación

Kain miró a Ryoichi quien fumaba su habano en ese momento.

Ryoichi no se hizo problemas y levantó los hombros —es mi hermana, por supuesto que le iba a contar de mi mejor experiencia en la vida. La gente normal no vuela ¿Sabes?—

—Tampoco los shinobis— dijo Naomi introduciéndose en la conversación —solo pasa que mi Kain es más hábil que el resto—

Ryoko miró a otro lado y torno los ojos al techo como si le diera asco Naomi. En su mente pensó en el tipo de mujer celosa. Ella volvió a sonreír y le dijo —así parece, dejo una profunda marca en el corazón de mi hermano. Temo que pronto se volverá novia—

Ryoichi soltó una tos ahogada que se convirtió en una carcajada y miró a su hermana. Ryoko lo miró a los ojos y también sonrió.

—Bueno, como me dijiste— dijo Kain —parece que ahí también hay buena química—

—Aaaah, viejo, mi hermana siempre ha sido mi otra mitad— respondió Ryoichi con una enorme sonrisa —pero no la juzgues por ser un poco chistosa, es el comandante en jefe de esta casa y tanto yo como mi padre nos movemos a su ritmo—

Ryoko torno los ojos al techo y negó con la cabeza. Si eso fuera verdad, Ryoichi iría a la universidad y su padre no pasaría la mitad del tiempo bebiendo. Si no fuera por ella, está familia y empresa ya se hubiera derrumbado.

—Lo que sea— dijo Ryoko con un tono de voz jovial y animado —vamos al punto ¿Cuáles son tus negocios con mi padre?—

—Tengo varios negocios con tu padre, pero no lo podemos conversar aquí. Tiene que ser una conversación privada— dijo Kain con una sonrisa en los labios

Ryoko miró a Kain a los ojos y entendió que él no se estaba dando aires de misterio o algo por el estilo —¿Y lo que si podemos hablar entre nosotros?— preguntó

—Es fácil, con Ryoichi estamos pensando en abrir una industria de motores y varios tipos de vehículos. Hasta el momento tu padre se ha enfocado en los vehículos de carga que, por cierto, se están volviendo muy populares a nivel industrial. Y los vehículos de ciudad—

—¿Cuáles serían esos dos tipos diferentes de vehículos?—

—Vehículos de velocidad, todo terreno y familiares— dijo Kain

—¿Cómo es eso?— preguntó Ryoko

Kain iba a continuar con su respuesta, pero alguien golpeo la puerta y Ryoko levantó la mano para que Kain se detuviera.

—Adelante— dijo Ryoko y bajo la mano

La puerta se abrió y entro el mayordomo de la casa. Un hombre mayor, con bigote y en un traje negro. El tipo hizo una pronunciada reverencia, se acercó a Ryoko y le susurro algo al oído.

—Gracias, te puedes retirar— dijo Ryoko

El mayordomo hizo otra pronunciada reverencia y se retiró de la habitación.

Ryoko miró a Kain a los ojos y le dijo —mi padre te quiere ver. Ven, te llevare hasta su oficina—

—No, no lo harás— dijo Ryoichi que hasta el momento estuvo callado, fumando su habano mientras su hermana investigaba a su amigo.

—Ryoichi— dijo Ryoko en un tono serio, pero Ryoichi se puso de pie y la quedó mirando a los ojos. Ryoko miró en otra dirección, torno los ojos al techo y negó con la cabeza.

Ryoichi miró a Kain y le dijo —vamos, Raijin, mi viejo está sobrio, aprovechemos la ocasión—

Kain se levantó del sillón, miró a Naomi y le guiño un ojo. Esta última asintió y se quedó mirando a Ryoko.

Ryoichi llevó a Kain por los pasillos de la mansión y subieron las escaleras para ir al segundo piso. Ryoichi fue callado la mayor parte del tiempo, pero cuando comenzó a disminuir su velocidad de avance, menciono —lo siento por mi hermana, no lo tomes a mal. A pesar de que parece estricta, es su forma de proteger esta familia—

—No me lo tomo a mal— respondió Kain —es bastante amigable—

—Sí, lo es. Lo siento, pero tú eres la segunda persona más genial en el mundo. La primera, es mi hermana— dijo Ryoichi

Kain sonrió y al ver la expresión de Ryoichi, entendió que este último tenía una elevada opinión sobre su hermana. Kain siguió a Ryoichi todo el camino hasta que se detuvieron frente a una puerta doble pintada de blanco con una manilla dorada a la altura de un metro. Ryoichi golpeo un par de veces y del interior se escuchó "adelante".

Ryoichi miró a Kain y le dijo —adelante y no te sorprendas por los shinobis que acompañan a mi padre—

Kain asintió, ya lo había investigado. Kaito Takahashi había contratado a shinobis que conoció en su juventud y ellos lo habían servido fielmente. De forma inesperada, eran hombres y mujeres habilidosos de la nación del Rayo.

Kain abrió la puerta, miró por última vez a Ryoichi y asintió. Kain atravesó el dintel y cerró la puerta. Adentro vio una enorme habitación con mesas de trabajo cubiertas de planos. En las paredes también había cuadros, pero en lugar de tener retratos, había diseños de motores y sistemas mecánicos. Eran bonitos diseños, llenos de notas y escritos a mano. Eso era lo más hermoso, ya que demostraban el ingenio humano.

Al fondo de la habitación, estaba un hombre muy parecido a Ryoichi en contextura, pero con una barriga de bebedor. Tenía el cabello cano y corto, peinado con una partidura tres cuartos, rostro moreno cubierto de arrugas, mitad por la edad, mitad por la dependencia del alcohol.

Kain sonrió y camino con seguridad hasta que llegó a un metro del hombre —mucho gusto, Kaito-san, mi nombre es Kain Uchiha, amigo de su hijo—

—Mucho gusto, Kain, ya conoces mi nombre, así que las presentaciones sobran. Te hubiera recibido con los shinobis que sirven a mi familia, pero me dicen que para detenerte tendría que contratar al tercer raikage. Así que solo les pedí que estuvieran atentos—

—No le serviría, Jin no me detendría. Además, nunca habría esa necesidad. Si usted no me quiere ver, no hay necesidad de insistir—

—¿Así de fácil?— preguntó Kaito con una sonrisa y los ojos entrecerrados

—Así de fácil— respondió Kain con una sonrisa

—Explícate— respondió Kaito, rodeo su escritorio y se fue a sentar en su silla de cuero con un enorme respaldo. Le tendió la mano a Kain y le señalo la silla delante del escritorio.

Kain se sentó en la silla y le dijo —parece que usted es un hombre acción, así que iré directo al grano. El negocio de armas que le está proponiendo la familia Kagura solo le traerá problemas al corto plazo. Parece un negocio rentable, pero en cuanto exploten los problemas con el gobierno, su nombre también entrara en la lista negra—

—Si un pequeño incidente por un negocio me hubiera asustado, no estaría en esta industria ni esta empresa sería tan grande—

—Eso sería si las cosas se manejaran como cuando usted era joven— dijo Kain, Kaito lo miró a los ojos y Kain continuo —los shinobis también son parte de esta nación. Ya no son solo una fuerza armada, ahora su seguridad también debe ser garantizada por la nación—

—Continua—

—Sí. El negocio de las armas es un asunto presentado por la familia Kato de la nación de la Tierra, quienes están al borde de su ingenio. Ellos quieren recuperar las enormes pérdidas que han acumulado a los largo de los años. Para lo cual, juntaron a un grupo de científicos y prepararon algo llamado arma de fuego. Es un dispositivo ingenioso que puede lanzar proyectiles a gran velocidad. Para que lo pueda entender, en un estado de indefensión, un solo proyectil podría matar a un jounin—

Kaito mostro una sonrisa astuta y le dijo —me gusta, no le encuentro problemas—

—En ese caso, es que no me está escuchando. El proyectil solo tiene efecto si el shinobi está dormido o indefenso. Pero si no lo está, hasta un genin con sus fortalezas mediocres puede anticipar el ataque e incapacitar al oponente—

—Es una industria con futuro—

—Es una industria que lo llevara a la muerte— dijo Kain con seriedad

Al instante aparecieron diez shinobis, todos con ropas oscuras muy parecidas a los anbus, pero no utilizaban máscaras de animales y su capucha solo llegaba hasta la cintura. Todos tenían la piel morena como Jin o Kokoro, pero sus cabellos tenían diferentes colores, desde rubio, gris hasta negro.

Kain ni siquiera les prestó atención y continuo —es una industria que te llevara a la muerte. Estás atacando shinobis y antes de que puedas seguir mejorando el arma de fuego, los shinobis de todas las villas te cazaran— Kain guardo silencio por un minuto para que esas palabras se quedaran en la mente de Kaito, sin nunca apartar la mirada. Kaito ni siquiera duro diez segundos sosteniéndole la mirada y agacho su rostro. Kain sonrió y continuo —por eso te digo que es un mal negocio ¿Por qué crees que los de la familia Sato, en la nación de la tierra, dejaron a los Kato seguir con su negocio? Una vez que vendan esas armas, todos los shinobis de todas las villas se lanzaran contra ellos. Es como tú, si apareciera un empresario que fabrica vehículos y no tuviera respaldo ¿Lo dejarías continuar? Sé cómo has hecho tu riqueza, no tienes las manos limpias, así que creo que es fácil que entiendas la situación—

—¿Cómo sabes esto?— preguntó Kaito, levantó su rostro y lo miró a los ojos

—Los Sato son amigos de una familia que yo conozco. Por motivos obvios, los shinobis de la nación de la Tierra no se pueden meter de forma directa. Me pidieron un favor y yo, a su vez, te estoy regalando esta pieza de información, sin cargos ni intereses—

Kaito lo miró a los ojos —eres un mocoso interesante— dijo —pero todavía no estoy convencido. Este negocio es lucrativo—

—Eres un civil, las cosas ya no son como en el pasado. Ya no puedes hacer danzar a los shinobis por un poco de dinero— dijo Kain —ahora somos libres, una fuerza de combate y aplastaremos cualquier amenaza. Yo, sobre todo, porque prefiero mancharme las manos con sangre que permitir otra guerra. Y en una guerra entre civiles y shinobis, temo que ustedes tienen las de perder—

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