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Mundo Shinobi - Gravedad - 301

Era verano y el sol estaba alto en el cielo mientras corría un viento suave trayendo el aroma del bosque detrás de la casa de Mito.

Kain había cumplido catorce años hace dos semanas y había alcanzado el 1,70 mts de estatura. Demasiado alto para su edad, pero a nadie le importo, ya que Kain desde hace años se comportaba como un adulto en muchos sentidos. En estos momentos se le conocía dos mujeres y dos jóvenes prometidas, cosa que escandalizo a la población de Konoha.

Por otro lado, los shinobis de alto nivel conocían su fuerza mientras que los patriarcas de los clanes conocían sus negocios y querían estar en buenos términos con él.

El propio Kain, estaba de pie el patio trasero con una fina capa de pasto. Hace solo dos días se había preocupado de cortarlo, así que los filamentos pinchaban la planta de los pies. Kain miraba hacia adelante, con una sonrisa en los labios y sosteniendo un palo de un metro de largo como si fuera una katana. Él miraba al pequeño Nawaki, de cuatro años, también sosteniendo un palo de un metro de largo.

Nawaki miraba a Kain con una seriedad sin igual, como si estuvieran teniendo un duelo legendario. Nawaki de cabello castaño, utilizaba el cabello cortó y vestía un kimono de color azul piedra que le llegaba hasta las rodillas. También estaba descalzo, pero como un niño, le gustaba el sentimiento del pasto.

—Vamos, Nawaki, estoy esperando que avances— dijo Kain con una gran sonrisa

El pequeño Nawaki apretó el palo con sus pequeñas manos, lanzó un grito de guerra y se lanzó hacia adelante con todas sus fuerzas. Kain dio un paso al lado y desvió el golpe con su palo. Nawaki paso de largo, pero no perdió el equilibrio y retomo su postura de combate.

Nawaki hizo un puchero y dijo —nii-chan, ponte serio—

—Estoy serio, estoy serio— respondió Kain disfrutando de este pequeño encuentro —vamos, atácame otra vez—

—Tienes que atacar, si no me enojare— dijo Nawaki

—Está bien, atacare, pero continuemos—

Nawaki asintió y volvió a lanzar un grito de guerra mientras avanzaba con su palo para darle un golpe descendente. Sin embargo, al igual que la vez anterior, Kain solo movió su palo y desvió el ataque. Nawaki paso de largo, pero esta vez se llevó un pequeño golpe en las nalgas. Nawaki se dio la vuelta, miró a Kain con los ojos llorosos y se acarició su pequeño trasero.

—Eso duele— dijo Nawaki

—Bueno, tú me dijiste que atacara— respondió Kain

—Pero no tan fuerte—

—Ok, ok, seré más suave, quieres ser hokage ¿cierto?— preguntó Kain, Nawaki asintió a pesar de que solo sabía que ser hokage era ser el más fuerte. Kain solo sonrió y continuo —en ese caso tienes que ser muy fuerte. Saru es uno de los shinobis más fuertes del mundo—

—Es ho-ka-ge-sama— dijo Nawaki

—Sí, sí— respondió Kain con una gran sonrisa en los labios —hokage-sama—

—Ya verás, nii-chan, corregiré esa actitud—

—¿De dónde aprendiste eso?—

—La abuela dice todo el tiempo que corregirá la actitud de Nawaki— dijo Nawaki —pero al final, solo quiere pegarme en el trasero—

—Oooh— dijo Kain entrecerrando los ojos con una sonrisa burlesca —en ese caso ¿Nawaki me va a castigar?—

—Sí— dijo Nawaki retomando su postura de combate y apuntando el palo hacia adelante como si fuera un katana —venceré a nii-chan y le haré comer los vegetales amargos—

—En ese caso, no perderé— respondió Kain también levantando su palo como si blandiera una katana —Nawaki necesita comer sus vegetales o se quedara pequeño—

—No quiero— respondió Nawaki como si hablara de su peor enemigo —Aaaaaa— grito y se lanzó con su palo para atacar a Kain. Este último solo dio un paso a un lado y siguió desviando los ataques, castigando a Nawaki con suavidad cada vez que hacia un mal movimiento y guiándolo en el uso de la katana.

Nawaki nació enérgico y lleno de entusiasmo, pero era el tipo de niño instintivo. Así que no entendía de lógica, por lo cual, Kain solo le podía enseñar a través del ejercicio. Nawaki primero entendería como mover su cuerpo y después, pasado un largo tiempo, entendería con su mente.

Una hora después, Nawaki termino en el suelo mientras sus pequeños pulmones subían y bajaban tratando de recuperar el aliento. Al mismo tiempo, Kain se sentó a su lado, mirando el cielo y disfrutando de la brisa veraniega.

—Nii-chan es muy fuerte— dijo Nawaki en un tono mimado —jamás lo voy a vencer—

—Eso está bien— respondió Kain —ahora el objetivo de Nawaki es volverse fuerte y para eso necesita un fuerte oponente—

—Nii-chan, quiero ir a comer dango— dijo Nawaki sentándose y mirándolo a los ojos

Kain lo miró a la cara y sonrió —no— respondió —todavía no almorzamos y si Nawaki come dangos, ya no comerá su comida—

—¡nii-chan!—

—No, es no. Si continuas le diré a sensei—

—Ugh, no le digas a la abuela, ella se enoja muy fuerte—

—No sé cómo una persona se puede enojar muy fuerte, pero sé que sensei se enoja. Por lo tanto— dijo Kain y se puso de pie, después se acercó a Nawaki, lo tomo por las axilas y lo levantó —Nawaki debe portarse bien para que no "corrijan su carácter" muy seguido—

—Eres malo— dijo Nawaki, se abrazó al cuello de Kain y frunció el ceño

Kain soltó una risita, sintiendo el calor del sol y Nawaki, ambos igual de agradables y relajantes. Después camino, dejando atrás los palos, y avanzó por el pasto hasta el pasillo que pasaba por detrás de la casa.

En ese mismo momento, Mito abrió la puerta corredera desde el interior y salió al pasillo. Vio a Kain llevando a Nawaki y sintió que ya había visto esta imagen. No obstante, si era karma, Mito pensó que era buen karma. Ya que Hashirama hizo lo mismo por Kain y ahora Kain lo hacía por Nawaki.

—¿Es hora de comer, sensei?— preguntó Kain a medida que avanzaba por el pasto verde.

Mito sonrió y asintió —así es, Nawaki necesita ir a lavarse las manos— dijo —ven acá—

Nawaki apartó su rostro del cuello de Kain y miró a su abuela. Después miró a Kain y le dijo —nii-chan, bájame—

—Está bien— respondió Kain y lo dejo en el piso del pasillo

Después Nawaki se dio la vuelta, miró a Mito y camino hasta ella —vamos, abuelita— dijo y le tomo la mano

Mito sonrió encantada con su nieto y le dio una breve mirada a Kain con una sonrisa cándida. Después entró a la casa, dejando la puerta abierta para Kain. Este último levantó su pie, subió al pasillo y entro a la casa, cerrando la puerta corredera detrás de él. Al mismo tiempo, escucho como Nawaki hablaba con Mito y le contaba lo difícil que fue su entrenamiento.

Kain sonrió, camino detrás de ellos y se detuvo en la puerta que daba al comedor. Mito y Nawaki continuaron con dirección al baño mientras Kain abría la puerta del comedor. En estos momentos solo estaba sentada Rei sobre un cojín, al lado derecho de la cabecera. Rei miró hacia atrás y sonrió con dulzura mientras se notaba un pequeño bulto en su vientre.

Kain avanzó por el piso de tatami hasta llegar al lado de Rei, se agacho, le dio un pequeño beso y después avanzó hasta la cabecera. Se sentó en su cojín y miró a Rei. Su cabello castaño y ojos azules se veían más hermosos que antes mientras el lunar bajo su ojo derecho la hacía ver sensual. Sin embargo, lo tierno se destacaba por sobre todas las cosas y su sonrisa tenía la candidez única de alguien que va a ser madre.

El resto de la familia estaban atendiendo sus propios asuntos.

Kiyomi y Tsunade estaban en sus últimos días de escuela y estaban prontos a salir de la academia. El próximo año les tocaba dar el examen chunin.

Nagisa había seguido creciendo a paso acelerado y había sido asignada como un anbu de Konoha.

Naomi y Okita estaban haciendo negocios en la capital y volverían en breve.

Solo faltaba Aoi, la cual entro en ese momento al comedor. Su cabello oscuro iba ordenado en una trenza que daba vuelta a su cuello y colgaba en su hombro derecho. Su ojo izquierdo tenía un brillo de alegría mientras sus labios gruesos la hacían ver sensual, acentuados por el lunar en la comisura izquierda del labio inferior. Vestía un kimono azul que se apegaba a su cuerpo mientras un obi dorado apretaba su cintura y levantaba sus enormes senos, haciéndolos ver aún más grandes.

—Lo siento por la demora— dijo Aoi —estaba preparando algunas cosas para los experimentos de la tarde—

Ella se sentó al lado izquierdo de Rei mientras miraba a Kain con confianza.

—Gracias por tus esfuerzos— dijo Kain —si no fuera por ti, no avanzaría con mis cosas—

—No se preocupe, siempre podemos ajustar cuentas— respondió Aoi con un guiño coqueto.

Rei llevo su puño a la boca y tosió —por favor, estamos en la mesa y podría venir Nawaki—

—Sí, sí, qué seria— respondió Aoi con una gran sonrisa —sabes que puedes venir a jugar con nosotros—

Rei asintió con un pequeño rubor en las mejillas.

Aoi soltó una risita y le preguntó —¿Puedo?—

—Claro— respondió Rei

Aoi extendió su mano y acarició la barriga de Rei —Ooooh, esto es increíble. Ya casi no recuerdo cuando estaba embarazada, pero esto se siente tan bien. Al menos desde este lado—

Unas pisadas se escucharon y alguien abrió la puerta del comedor. Nawaki miró a Aoi acariciando el estómago de Rei y avanzó, dejando atrás a Mito.

—nee-chan ¿Puedo?— preguntó Nawaki

Rei miró a Nawaki y asintió —claro— le acaricio la mejilla

Nawaki se sentó en seiza sobre el tatami y acercó sus pequeñas manos para tocar la barriga. Nawaki acaricio la barriga un par de veces y el bebé pateo, lo cual asombro a Nawaki y sus ojos se abrieron amplios. El resto de los presentes se largaron a reír ante su expresión de asombro. Sin embargo, Kain pensaba otras cosas en su mente. Después de todo, Aoi lo podía ver y Mito lo podía sentir. El bebé en el interior de Rei tenía una absurda cantidad de energía natural. Esto podría haber deformado a Rei o haberla dañado, pero como el bebé era uno con ella, el organismo lo asimilo como algo natural y no ocurrió ningún desastre. Por otro lado, si Kain ocupara la conversión de energía Uzumaki, Rei en estos momentos tendría el equivalente a 1350 unidades de chakra, el equivalente a un jounin de elite. Sin embargo, lo problemático es que mes a mes seguía creciendo.

—¿Kain-sama?— preguntó Rei mirándolo a los ojos

Kain salió de sus pensamientos y sonrió —lo siento, Rei-chan, solo pensaba en cosas—

—¿Se siente bien?—

—Sí, estoy bien, no te preocupes— respondió Kain y se puso de pie. Después miró a Mito caminar a la cocina y le dijo —yo te ayudo sensei—

Mito se detuvo y lo miró con el ceño fruncido —mocoso, si mi padre te viera le daría un ataque— dijo

Kain llegó al lado de ella, puso su mano en la cintura y la condujo a la concina —no te preocupes, sensei, los tiempos cambian—

Mito frunció el ceño porque intuyo que él estaba mintiendo, pero no dijo nada para evitar alarmar a los demás.

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