Kain recibió la imagen de lo último que vio su clon de madera -maldito Onoki bastardo- murmuro. Miró a Mu de soslayo, deslizo sus manos al interior de la coraza y toco un sello. Entonces saco un par de kunais con sellos explosivos y se los lanzó a Mu, quien parecía estar atento al movimiento donde estaba Onoki. No obstante, cuando Kain lanzó los kunais, algo se movió en el aire y los desvió. Los kunais se hundieron en la espesa niebla y explotaron, disipando la niebla y mostrando a una decena de shinobis de Iwa afectados por las explosiones.
Kain chasqueo la lengua y empezó a correr por el grueso camino de la muralla con dirección a Onoki y las dos Uzumaki. No obstante, Mu grito a lo lejos un "ataquen" y a Kain le llovieron un sinfín de piedras con la fuerza para atravesar un árbol. Sin embargo, con la visión dinámica del mangekyo pudo esquivar todas las piedras moviendo su cuerpo a una velocidad fantasmagórica.
Al mismo tiempo, el clon invisible de Mu corrió por encima de la muralla y alcanzo a Kain, pero diferente del clon de madera, el Kain original pudo ver el aura del clon de Mu y bloquear con su mano el puñetazo que le lanzó a la cara.
Kain soltó una risita mientras sujetaba el puño del clon de Mu y dijo -los kages sí que son shinobis interesantes. No puedo ver nada con mi mangekyo, pero no te preocupes, tu aura es clara-
Kain empujo el clon hacia atrás, junto aire en sus pulmones y lanzó una poderosa bola de fuego que desintegro al clon. Entonces se lanzó por el borde exterior de la muralla y mientras caía puso su mano sobre la superficie. Se sujeto usando chakra, después acomodo sus pies y comenzó a correr. No obstante, solo pudo dar cinco pasos, porque cuando iba a dar el sexto sintió el peligro y dio un salto hacia atrás. Entonces vio como un pilar de luz destruía una parte de la muralla.
Kain frunció el ceño al ver lo molesto que podía ser Mu. No obstante, siguió avanzando y entró por el agujero en la pared. Se lanzó hacia el patio interior de la fortaleza, donde estaban los shinobis y se puso a luchar con ellos mientras los ocupaba de escudo. Mu frunció el ceño enojado porque ocuparon una táctica así contra él, pero fuera de los cálculos de Kain, Mu apuntó con sus manos y creo otro cubo de luz.
Los ojos de Kain se movían de lado a lado, captando todos los movimientos y utilizando su espacio de genjutsu para darle un margen de error a los shinobis. Eso los dejaba confundidos y se volvía más fácil para Kain noquearlos de un solo puñetazo en el estómago o un golpe en la nuca. Sin embargo, cuando vio a Mu apuntando con el cubo de energía, su cerebro se congelo por un instante. Pensó en muchas cosas, recordó a su tío y como se preocupaba por todo el mundo, incluso de los civiles que no tenían chakra. Era un hombre benévolo y de ningún modo pudo superponer la imagen que proyectaba Hashirama Senju con el cruel acto que estaba a punto de realizar Mu, el kage de Iwagakure.
Kain dio un rápido salto hacia arriba, apoyo su mano en la pared y se volteó para quedar agachado sobre la muralla. No obstante, lo importante y terrible fue que Mu descargo el poder del cubo de energía, creando un pilar de luz y golpeando a sus propios shinobis.
-AAAAaaaarrrgh- grito Kain, lanzó dos kunais explosivos a Mu, lo cual detuvo su ataque. Kain había descubierto la primera vez que lucho con Onoki y Mu, que ambos necesitaban estar concentrados y dirigiendo sus manos al objetivo para poder atacar. De lo contrario, por alguna razón, ellos preferían detener su ataque y esquivar. Kain aún desconocía los fundamentos del kekkei genkai de ambos, pero una cosa era clara, mientras no pudieran juntar sus manos y concentrarse en el objetivo, nunca podrían atacar.
Tal cual como predijo Kain, Mu detuvo su ataque y floto hacia un lado para evitar los kunais. Él quiso continuar su ataque, pero Kain se lanzó contra él y comenzó a lanzar kunais a una velocidad abrumadora. Mu apenas si pudo esquivar algunos en el aire, así que descendió hasta el patio interior de la fortaleza. Al mismo tiempo, Kain cayó al suelo y se lanzó de frente. Mu hizo un sello de mano para crear un clon invisible y después se preparó para el intercambio de golpes.
Al mismo tiempo, el resto de los shinobis dentro de la fortaleza se lanzaron contra Kain, pero la fuerza y habilidad de este último eran demasiado superiores, sin contar con el espacio de genjutsu. Cada shinobi de Iwa que lanzaba un ataque sentía que lo iba a golpear, pero cuando su suponía que debía llegar a su mente la sensación de impacto, solo sentían el aire. Era como si Kain fuera un fantasma que podía lastimar a los vivos, pero nada en este mundo lo podía tocar.
Por otro lado, aunque el clon invisible de Mu era una cosa peligrosa y traicionera porque siempre estaba buscando lanzar ataques a la nuca y espalda, Kain lo podía ver y percibir, tanto como aura como energía. Al mismo tiempo, Mu se quería volver a elevar para lanzar más ataques con su kekkei genkai, pero cuando Kain lo notaba, lanzaba un kunai explosivo que se lo impedía.
-¡Suficiente!- grito Onoki abriendo un portón que daba al patio interno donde estaba el hospital y prisión de las Uzumaki. Él avanzó por delante y detrás de él iban dos shinobis que llevaban a la mujer y la niña Uzumaki. La primera con un cabello rojo vibrante mientras que la segunda tenía el cabello naranja, como señal de que había nacido fuera del clan extinto.
En ese momento Kain jalaba a un shinobi del pelo con su mano izquierda mientras que tenía la derecha levantada para darle un puñetazo en la cara. No obstante, al ver a Onoki entrar en escena con sus dos objetivos, detuvo su ataque y en lugar de golpear al shinobi de Iwa, le apretó la nariz con brusquedad y lo empujo hacia atrás. Kain quedó desde el lado espacioso mientras que Mu y el resto de los shinobi de Iwa estaban a dos metros de la pared, casi arrinconados. Sin embargo, cabe destacar algo. En un principio deben haber sido más de mil, pero gracias a que Mu uso su kekkei genkai de forma indiscriminada, su número se había reducido a la mitad.
Kain se cruzó de brazos, manteniendo su mangekyo activado y estudiando la situación -¿Qué quieres, Onoki? ¿No te basta con raptar a una mujer y su hija y ocuparlas como conejillos de indias? Cada día que te conozco me sorprendes más. No sé si aun te puedas considerar humano en vez de un animal-
-Cállate mocoso insolente- grito Onoki de vuelta -alguien que hace estallar un campamento con tres mil shinobis no tiene derecho a criticarme-
-¿Tú los trajiste a la guerra? Eso solo fue el karma-
-Suficiente, no he venido aquí para ver quien tiene la razón- respondió Onoki en un estado molesto, pero poco a poco empezó a hacer una sonrisa ancha y desagradable -dicen que tu sensei es Uzumaki, la jinchuriki del nueve colas-
-¿Y?-
Onoki paso rápidamente de la sonrisa a la ira y grito -¡No te hagas el tonto! Sé que vienes por estas mujeres, de lo contrario no hubieras enviado a esa marioneta por ellas mientras tu luchabas con tsuchikage-sama-
Mu levito en el aire y voló hasta Onoki, parándose por delante de la mujer y niña Uzumaki.
-¿Qué quieres, Onoki? Ve al punto- respondió Kain mientras fruncia el ceño
-Tú maldito padre tenía esos ojos. Tú también los tienes, así que ahora sé que su poder venía de ellos. No era que yo fuera débil, si no que sus malditos ojos mágicos lo volvían poderoso-
Kain torno los ojos al cielo y negó con una expresión divertida ¿Cómo si cualquier tipo pudiera enfrentar a su tío? Kain sabía que su tío enfermo y en un estado normal tenía treinta y seis millones de poder. Sin embargo, según las memorias y otros libros que le dejo ¿Cuánto habrá tenido cuando entraba en el modo sabio y además estaba sano? ¿Quinientos millones de fuerza? ¿Seiscientos, setecientos u ochocientos? Por otro lado, si su padre podía hacer que su tío se pusiera serio ¿Cuánto poder tenía?
-Estas confundido, Onoki- respondió Kain -tú y la mayoría de los shinobis piensan con el culo-
-¡¿Qué?!- grito Onoki lleno de furia, a punto de lanzarse a luchar olvidándose de su propio plan
-Si coloco a mi padre y a ustedes en el mismo barco, sería como comparar piedras preciosas con guijarros. Ustedes ni siquiera son dignos de tomar el nombre de kage, y me refiero a todos los contemporáneos. Y esto te incluya a ti y a Mu. Son demasiado débiles-
Onoki estaba rojo de furia, quería gritar, quería golpear, quería destrozarlo a puñetazos. Sin embargo, Mu sabia la verdad de la situación y nunca se mintió a sí mismo. La diferencia con el Dios Shinobi y el demonio Uchiha, era abismal. Así que no dejo que las palabras de Kain lo perturbaran y puso su mano sobre el hombro de Onoki
-Detente y continua con lo que ibas a decir. Deja de pensar en vengarte y busca el beneficio de la villa- dijo Mu
-Entiendo- dijo Onoki, tranquilizándose y mostrando una sonrisa llena de confianza.
-Puedes tener a las mujeres Uzumaki- dijo Onoki -pero a cambio queremos tus ojos e información sobre Konoha-
Kain miró a Onoki de forma despectiva y se llevó la mano derecha a la cabeza. Se rasco y lo miró como si él fuera un idiota. Lo que claramente enfureció a Onoki. No obstante, lo que dijo Kain cambió las tornas volviendo a Onoki tan dócil como un gatito.
Kain miró a Onoki con una sonrisa burlesca y le preguntó -¿Te suena el nombre de Kurotsuchi?-
-¡¿Eh?!- pronuncio Onoki mientras su expresión se desmoronaba en una mueca de indefensión
Kain se cruzó de brazos y dijo -yo la tengo en mis manos. Basta con que yo no llegue a Konoha y su cabeza terminara en una cesta, separada de su cuerpo. Ahora dime ¿Todavía quieres mis ojos y la información de Konoha?-
-Es mentira- grito Mu, apunto sus manos a Kain y confecciono un cubo de energía. Sin embargo, cuando se estaba formando el núcleo de energía, Onoki levitó lo más rápido que pudo y se puso delante de él, impidiéndole atacar. Mu frunció el ceño, pensando por un momento en matar al propio Onoki, pero los intereses de Iwagakure estaban primero. Onoki era un compañero irremplazable, ya que de todas las personas que conocía, él era el único compatible con el jinton. Matarlo sería una gran perdida, sin considerar que en estos momentos iwagakure está pobre de líneas de sangre con habilidades únicas. En estos momentos, en términos de poder, solo cuenta con los números.
Al final, Onoki y su mirada de súplica logro convencer a Mu y este último bajo sus brazos, desvaneciendo el cubo de energía. No obstante, independiente de lo que acordara Onoki y Kain, esos ojos rojos, símbolo de la destrucción, serían suyos a como diera lugar. Puede que no le confirieran todo su poder a Madara Uchiha, pero deben haber significado una parte importante.