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Interludio - Reverse Side 2 - Land of the gods 3.2

Una vez reparadas todas las armas, descansaron durante un día y prosiguieron con su viaje. Kain revisaba los alrededores lleno de expectativas. Una, porque era su trabajo y dos, porque nunca había estado en los pisos inferiores. Después del piso dieciocho en adelante, cambio bastante el panorama. Verán, desde el primer piso al décimo, todo es similar a una excavación minera. Las paredes cambian de color, pero sigue siendo un escenario de tierra y roca. Desde el piso once al diecisiete todo se vuelve similar a un bosque fantasma. Lleno de niebla, sin agua, con árboles secos y una alta humedad en el aire. Por otro lado, después de Rivira todo se vuelve una hermosa vegetación, de un paisaje florido y boscoso. Claro, esto es el calabozo; las flores son venenosas y los árboles esconden monstruos. Eso en sí, lo hace peligroso, porque tienes que estar atento a los alrededores. En los pisos superiores era difícil ser emboscado. Es un campo abierto hecho de tierra y rocas. A lo mejor alguna que otra cueva sirve como escondite, pero por lo demás, cualquier monstruo está a la vista. En la selva, las reglas del juego cambian.

En medio de este paraje boscoso, Kain acompañaba a los herreros. Ellos pueden ver como se dispersa la mayor parte de los aventureros repartidos en grupos de cinco. Peinan la zona en busca de plantas, joyas o algún animal raro. Algo que les represente algún beneficio. Kain por su parte, camina revisando los alrededores, cerciorándose de que las bestias no los acechan. Entre medio eso, va recogiendo algunas plantas para el dios Miach. Hace algunos días, Kain converso con el dios de la medicina. Charlaron durante la tarde y le ofreció llevarle algunas plantas medicinales. Para Kain es un pequeño esfuerzo, pero para Miach es una gran ayuda. Con una familia repleta de no combatientes, es difícil incursionar en el calabozo.

-¡Hey!, tu, el elfo- grito alguien con una voz prepotente- deja eso donde lo encontraste-

Kain recoge la planta sin darle la mayor importancia, mira hacia atrás y ve a un joven aventurero. No debe tener más de dieciocho años, con un físico esbelto y tonificado. Su rostro es alargado, con una pelo corto desgreñado. Porta una machete en su mano derecha y su mirada esta puesta en la planta que lleva Kain en la mano.

-¿Qué quieres?- le responde Kain

-Deja eso ahí. Vienes con los herreros ¿no?-

-Sí ¿Cuál es el problema?-

-Deja la planta ahí. A ustedes se les paga, no pueden tomar los tesoros-

-Oh ¿y sabes para que sirve esto?-

-No importa, déjalo ahí-

-Tan irracional muchacho. Vete, haré la vista gorda y haré como que no te he visto-

-Puto- dice el muchacho y le lanza un machetazo al pecho.

Kain lo queda mirando con una sonrisa burlona. El metal choca y suena un nítido tintineo. El joven aventurero retrocede y mira su machete. Parece que hubiera golpeado una muralla, todavía siente el cosquilleo del impacto, como si se le hubiera adormecido la mano.

Kain suelta una risita, se acerca al muchacho y lo mira a los ojos -¿eres idiota?- pregunta -ni siquiera tu capitán se atreve a levantarme la voz ¿Quién eres?-

El joven aventurero retrocede dos pasos mas y le dice -no, no es de tu incumbencia-

-Bueno, da lo mismo. Dile al muchacho que está escondido entre los matorrales, que si lo vuelve a hacer, le arrancare la cabeza-

-No sé de que hablas-

-¿Oh, no lo sabes?. Puedo saber quien esta a mi alrededor. Allí, a unos cinco metros, está tu amigo- dice Kain mientras apunta a la espalda del aventurero -no me molesten. Sí crees que tu capitán te salvara, estas muy equivocado-

-No te tenemos miedo-

-Parece que no entiendes- dijo Kain. Entonces, levanto el dorso de su mano y le pego en el mentón. El joven aventurero cayó desmayado al instante.

A unos cinco metros de distancia, lo miraban los herreros. Víctor salió del grupo, avanzo y le pregunto -¿Qué hacemos con él?-

-Déjalo ahí. Sus amigos vendrán por él-

-¿Esta bien?-

-Sí, incluso si él muere esta bien. ¿Crees que Rómulo me diría algo?- pregunto Kain mirándolo a los ojos

Víctor retrocedió dos pasos y le dijo -no, no lo creo. A lo mejor Zeus se queja, pero ¿eso también lo puedes manejar?-

Kain asintió y después le indico a los herreros que avanzaran. Dejaron el cuerpo tirado y a los cinco minutos, un muchacho de agradable apariencia se acercó. Tenía rostro amigable y una apariencia tan dócil que no te imaginarias que envió a su amigo a morir. Todo era con el fin de volverse el capitán de la familia. Siendo solo un nivel cinco.

-Debería haber enviado a alguien más irritante- dijo con una sonrisa que más que feliz, demostraba el fastidio. Una vez que salió de los matorrales, camino hasta el muchacho inconsciente. Le iba a cortar la garganta, pero se arrepintió -todavía puede tener algún uso- murmuro. Entonces se lo hecho al hombro y camino hasta su grupo de amigos. A unos cincuenta metros de donde estaba. Dejo al joven aventurero en el piso y le pidió a su ayudante que lo cuidara.

Mientras todos pensaban que el sub capitán de la familia tenía un gran corazón y un inmenso sentido del compañerismo. El joven de rostro amigable, se mordía la uña del dedo pulgar mientras veía como sus subordinados trabajaban. Recogían plantas y otros materiales que se podían vender por un buen precio.

-A diferencia del cabeza de musculo, este monstruo parece ser un poco más perspicaz- murmuro mientras continuaba mordiendose la uña del pulgar. Era una manía que tenía desde niño, le ayudaba a enfocar su mente. Por ahora, el sub capitán de la familia Zeus es un nivel cinco y quiere darle un giro a esta familia. Dirigirla a nuevas alturas, pero con Rómulo y su cerebro muscular, es una tarea difícil, casi imposible. Si solo lo pudiera sacar de la familia, tendría la vía libre. La otra vez lo converso con algunos capitanes de otras familias, pero ninguno se atrevió a hacer algo. El peor de todo fue Ralf, el capitán de la familia Frigg. Que le fue a contar al propio Zeus, como operaba su sub capitán. Por esa traición, lo trato de enviar a su muerte, pero como no funciono, desistió de matarlo. Ahora el sub capitán está esperando la oportunidad para que se enfrenten los dos monstruos. Que se maten entre ellos y recoger los botines. Levantó la vista cuando sintió que alguien lo miraba y miro hacia atrás. Vio a Kain. Se veía alto e imponente, entre medio de los malolientes y sucio herreros. El sub capitán sonrió como si lo hubieran descubierto en medio de una travesura. Kain también sonrió a la distancia y le dio la espalda.

-Jack ¿Qué hacemos con esto?- le pregunto un aventurero

-Córtalo en trozos de treinta centímetros- respondió Jack mientras miraba una rama de color azul. Era medicina, la pagaban a un alto precio -todavía sirve así. Después de todo, la muelen, la machacan y sacan el extracto-

-Bien- respondió el aventurero

Jack volvió a concentrarse en sus pensamientos. No se preocupó mucho por los alrededores. Este sector de la selva era tranquilo. El problema sería a unos trescientos metros adelante, donde estaba la vanguardia. Ahí los monstruos con formas de araña y serpiente se aglomeraban. Había que avanzar con pies de plomo. Sin embargo, eso sería si su grupo se enfrenta directamente a los monstruos. -dejemos que los idiotas despejen y nosotros cosechamos los beneficios- murmuro para sí mismo.

-o-

Después de atravesar los pisos selváticos llegaron a un piso similar a un lago plagado de islotes. En medio del lago hay un pequeño camino de tierra y puentes de madera que los mismos aventureros arreglaron. De esta manera se puede avanzar, pero hay que tener cuidado con las emboscadas. Ahora no provienen de lo alto de los árboles, sino que vienen desde debajo del agua. Esto en sí complico el trabajo. Kain tenía que estar atento a sus herreros. Pueden ser hombres de apariencia robusta, pero ninguno llegaba a ser un nivel tres. Víctor, el veterano de la familia, estaba en el umbral, a punto de subir de nivel. Sin embargo, no tenía muchas expectativas. Ya llevaba más de diez años en ese nivel.

Mientras Kain iba sacando el endeble puente de tablas e instalando un camino tierra, le pregunto a Victor -¿Por qué no te adentras en el calabozo? Tengo entendido que es una forma de reforzar la bendición de tu diosa-

Víctor miraba asombrado. Kain iba manejando la magia de tierra sin ningún esfuerzo ni conjuro. Con su mano izquierda iba retirando los tablones y con su derecha iba construyendo un camino de tierra de unos cuatro metros de ancho.

Víctor respondió -soy herrero, el combate no es lo mío-

-Dame un momento- dijo Kain interrumpiendo la conversación. Retrocedió por el camino de tierra, atravesó al grupo de veinte herreros, llego al final y lanzo quince flechas del alma contra el agua. Al tiempo después, los cuerpos de veinte monstruos humanoides subieron a la superficie. Víctor se acercó para mirar los cuerpos. La única diferencia con los peces, es que los monstruos humanoides, no morían con la pansa hacia arriba. Por lo demás, tenían dientes afilados, agallas en el cuello, un cuerpo escamoso, manos y patas membranosas y una aleta dorsal que surcaba toda su espalda.

-¿Los compran?- pregunto Kain

Víctor lo quedo mirando y le respondió -que yo sepa, no-

-Los guardare por si acaso- añadió Kain y con su telequinesis levanto los veinte cadáveres y los metió a su anillo -¿sigamos?-

-Sigamos- respondió Víctor

Al final del día, cuando por fin terminaron de surcar el piso, los esperaba el campamento de las familias Hera y Zeus. Todos estaban conversando y comiendo. Mientras algunos, lo más probable es que sean los novatos, custodiaban los alrededores. Era un gran islote, en donde las más de trescientas personas cupían sin ningún problema. Kain le ordeno a los muchachos que instalaran un campamento. Creo un amplio muro que los rodeo y coloco algunas protecciones en el techo, de esta manera estarían resguardados. Claro que con esta acción, hubo un problema. El resto de los aventureros quedo a la intemperie. Algunos querían venir y ordenarle que hiciera lo mismo, pero fueron detenidos. Solo dos idiotas de nivel cinco se atrevieron a gritonear a Kain y terminaron inconscientes. Algunos otros se levantaron para protestar, pero terminaron igual. Al final tuvieron que venir los dos capitanes a calmar las cosas.

Mientras Rómulo e Irene dispersaban a sus subordinados. Kain los ignoro y volvió al refugio de los herreros. Se gano casi a la entrada e instalo una caseta hecha de tierra. Mientras vigilaba quien entraba para pedir los servicios de los herreros, se puso a beber y a fumar. A los cinco minutos vinieron Irene y Rómulo. Entraron a la caseta. Miraron como buscando algo. Kain entendió que es lo que querían y les hizo un par de sillas.

-¿Qué necesitan?- pregunto Kain, saco dos copas de su anillo y les sirvió vino

Rómulo se sentó y mantuvo un rostro serió, como si estuviera buscando las palabras correctas. Irene por otro lado, solo sonrió, se sentó y probo el vino de la copa. Durante diez minutos permanecieron así. Hasta que Rómulo pregunto -¿puedes hacer mas refugios?-

Kain le dio una mirada, como si estuviera evaluando sus palabras. Asintió y le dijo -puedo, pero eso tiene un precio-

-¿Cuánto te ofreció la familia Hephaestus?-

-Nada, este es un trabajo que hago por el bien de mi esposa-

-¿La pelirroja con enormes tetas?- pregunto Irene

Kain soltó una carcajada y asintió -sí, esa misma-

-Ella es simpática- agrego Irene

-Ella es mi tesoro. Trátala bien-

-No hay problema. Ella es una de las pocas personas que me entiende cuando le pido que trabajen con mi arma-

Rómulo tosió dos veces y siguió con la conversación -¿Qué te parece un millón de valis por piso?-

-Un millón por cada refugio que haga-

-Es un poco excesivo. ¿Qué tal quinientos mil?-

-Bien, por esta vez será así. Digamos que es el descuento de la primera vez- dijo Kain y miro a Irene -¿tu que dices?-

-¿Yo?. También me gustaría que hicieras refugios. Te puedo pagar de otra forma- dijo Irene mientras se posaba sobre la mesa. Su pequeño escote dejaba ver algo. Al igual que la mayoría de las amazonas, sus senos eran promedio, incluso pequeños. Pero su enorme trasero se remarcaba debajo de su delgada falda, como una enorme masa contorneada.

Kain sonrió ante la propuesta y le dijo -me encantaría recibir ese tipo de pago, pero me pueden golpear en la casa. Que sean quinientos mil por refugio ¿Qué dices?-

-Esperaba mas de un gran hombre. Que aburrido. Bien- dijo ella, volviéndose a sentar -serán quinientos mil, y si te retractas, te daré un adicional en mi carpa-

Kain soltó una risita algo incomodo. No porque se sienta tímido, sino que por el sentimiento de tentación. Esa piel canela, suave como las gemas y ese enorme culo carnoso, lo inducían a algo. Pero recordando a su querida mujer, prefirió ignorar su lujuria.

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