Llegamos a la clínica y bajaron las camillas, Akira y yo nos quedamos juntos mientras lo hacían. Su expresión de tristeza aún no había cambiado. Agarré su mano para entrar con él a la clínica, intentando de alguna forma hacerlo sentir bien. Llevaron los documentos al médico de guardia, ya que el otro doctor está en el otro hospital. Esperamos en la sala, Akira no dijo ni una sola palabra mientras estuvimos ahí, tampoco quería obligarlo hablar. Sé que debe sentirse muy mal y tiene en mucho que pensar. Si tan solo pudiéramos huir a un lugar donde nadie nos encontrara y podamos estar todos seguros. El doctor salió y se acercó a nosotros.
—Ambos pacientes están estables. Los dejaré por unas semanas para que puedan recuperarse y tengan el cuidado médico que necesitan.
—¿Mi padre se va a poner bien?
—Todo indica que la herida de bala no perforó ningún órgano. Mayormente las personas que han tenido el mismo cuadro clínico que su padre logran recuperarse. Solo necesita descansar y no desarreglarse.
—¿De cuánto tiempo estaríamos hablando?
—Todo depende del paciente. Si sigue mis instrucciones y se toma sus medicinas al pie de la letra, puede hacerlo más pronto. Solo tiene que darle algo de tiempo, señor.
—¿Y mi hermana?
—Muestra un cuadro severo de adicción, estuvo consumiendo algún tipo de droga. Debo recomendar que se lleve a un centro de rehabilitación lo más pronto posible. Un 85% de su cuerpo sufrió traumas de moderado a severos. Sus genitales también muestran que fue abusada sexualmente— Dios santo, me recuerda tanto esa pesadilla que pasé. No pude controlar mis lágrimas, era mucha la presión que tenía en el pecho.
—¿Qué recomienda en estos casos para su recuperación?
—Los traumas en el cuerpo a medida que vaya pasando el tiempo puede recuperarse, lo que será algo más complicado es su salud mental. Sus traumas indican que pasó por mucho. Lo que recomiendo es mucha paciencia y llevarla a un centro de rehabilitación lo más pronto posible para que pueda romper vicio. Será un proceso largo y tendido, por eso le recomiendo paciencia. Cada paciente es un mundo y no todos reaccionan igual.
—¿Puedo verla, doctor?
—Si, señorita. Solo recomiendo que no le mencione nada sobre lo ocurrido por ahora.
—Gracias, doctor — el doctor se fue y miré a Akira, quien aún se veía pensativo y deprimido. Cuánto quisiera mostrarle que aquí me tiene, pero mis palabras no le alcanzan. Sé que estamos pasando por un momento difícil, pero ahora más que nunca lo necesito fuerte. No me gusta verlo así. Sin avisarle lo abracé, buscando la forma de mostrarle que estoy aquí con él y me abrazó de vuelta.
—Ya todo pasó, ahora estarán bien. Solo tenemos que esperar, ya escuchaste al doctor.
—Lo sé, pero aún así no puedo evitar preocuparme.
—Sé que han sido muchas emociones en tan poco tiempo, pero todo va a estar bien. Como dijo el doctor, tenemos que tener paciencia y mostrarle nuestro apoyo. Necesitan de nosotros, Akira. Tenemos que ser fuertes, por ellos.
—¿Te duele?— Akira llevó su mano a mi mejilla y miró mi frente.
—¿Aún estás pensando en eso?— no puedo decirle que sí me duele todavía, no quiero preocuparlo por algo tan simple. Hay cosas más importantes—. No, ya no duele.
—Mentirosa. Si hubiera actuado un poco antes no hubiera pasado.
—No andes pensando en tonterías. La que se arriesgó fui yo, yo soy la culpable de este golpe. No tienes que preocuparte por algo tan simple.
—¿Simple? ¿Sabes que pudo haberte matado ese golpe, tonta? Fuiste una necia como siempre. No hagas ese tipo de cosas nunca más, si algo te llega a pasar por mi culpa yo… —hizo una pausa—, tenía mucho miedo.
—Estamos bien y salimos de ahí, eso es lo importante. No sigas pensando en eso. Admito que fue una imprudencia y no debí hacerlo. Te prometo que no lo volveré hacer, pero no quiero verte triste por eso — Akira besó delicadamente mi frente y me abrazó. Su cuerpo estaba temblando, han sido muchas las situaciones que hemos pasado hoy. Akira ha estado muy sentimental, cada vez muestra más facetas de él que me agrada conocer. Aún queda algo dentro de él, jamás pensé verlo llorando ni menos que me tratara de esta forma. De él siempre había conocido que era alguien malo, cruel, frio, detestable, que no le importaba nada más que él. De ese Akira poco a poco no ha ido quedando nada. Me estaba abrazando tan fuerte que podía escuchar su corazón latiendo, es tan lindo—. Te amo, Akira.
—Te amo, lisa— su voz se escuchaba temblorosa. Estuvimos un tiempo así hasta recuperarnos los dos. Necesitábamos fuerzas y al sentir su abrazo me ayudó grandemente. Ahora me siento como si pudiera contra todo.
—Iré a ver a mi padre. Ve con tu hermana, ella te necesita.
—Gracias por haber hecho esto posible y por cumplir tu promesa.
—Jefferson, fue quién hizo esto posible.
—Ambos— Akira acarició mi cabeza y antes de irse me dio un beso.
Me dirigí al cuarto donde tenían a mi hermana. Al entrar removí la cortina y ella estaba despierta, no esperaba que lo estuviera.
—Inka— me miró fijamente llena de rabia—. ¿Cómo te sientes?— no hubo respuesta, no dejaba de mirarme—. ¿Me recuerdas? Soy tu hermana Lisa.
—Te odio— fueron las primeras palabras en tanto tiempo que escuché de mi hermana. Su mirada estaba llena de odio y rabia. Mi mundo se vino abajo, esa palabra fue como un puñal en el pecho.