Un hombre de físico esculpido observó a lo lejos en donde una cruenta batalla sucedía.
Entre medios de los edificios destruidos, en los alrededores de la antigua ciudad Ankara, que ahora estaba en ruinas, se estaba llevando a cabo una guerra.
Las fuerzas militares europeas estaban presentes usando armamento moderno y se podían ver tanques ligeramente actualizados, pero la otra parte no se quedaron atrás.
Bestias demoniacas y corruptas salieron debajo de la tierra o los portales, mientras que los milicianos entre ellos usaban armas modernas para atacar los tanques.
Los hechizos volaban por el cielo iluminando los edificios con todo tipo de colores y quienes lo recibían eran los demonios quienes se protegían con su magia demoniaca.
Levantando enormes golem de batalla, lanzando bolas de fuego, trayendo bestias demoniacas o monstruos.
Del otro lado, entre los usuarios de habilidades se encontraban los miembros del gremio Los Caídos, quienes estaban luchando con una gran ferocidad, pero sobre todo con un gran rencor.
Entre los demonios había humanos y ellos fueron quienes empezaron primero la guerra.
Si bien siguieron a Malik Zamora, que ya estaba muerto, esos antiguos jugadores tenían sus propias ambiciones y deseos… O eran simplemente locos, que básicamente era lo mismo.
"¿Su Majestad intervendrá ahora?" Preguntó Ersin con curiosidad y dando una mirada al hombre, comentó. "No es necesario que me ayude, puedo encargarme por mi cuenta."
Su mirada dejaba ver que no deseaba molestarlo con su tarea.
Terra nova estaba aquí con refuerzos.
La mayoría de esos refuerzos eran por parte del Imperio Falion o individuos que tenían algún conocido y deseaban venir ayudar a la tierra e incluso aquellos que deseaban visitarla vinieron.
Víctor sabia mejor que nadie lo temible que era Terra nova y su fuerza a nivel general era abrumadora comparado a la tierra.
Elfos antiguos, dragones, vampiros y toda clase de razas se encontraban en ese mundo que estaba conectado con otros planos.
Ahora algunos de esos individuos terminaron viniendo y eso incluyó a la persona que estaba a su lado.
Quien lo permitió fue el Dios del Tiempo y el Espacio conectando ambos mundos, pero quien se encargaba de organizarlo era la Iglesia del Conocimiento, cuya principal sede se encontraba en el Imperio Falion.
No dejar pasar individuos peligrosos era lo fundamental debido a que podía ser muy problemático si se dejara pasar a cualquiera.
Aquellos que vinieron tenían que cumplir con ciertos objetivos al apoyar la tierra y en este caso, era eliminar a algunos demonios.
Era la 'cuota' del 'pasaje' y si bien Víctor sabía que no necesitaba ayuda, estaba aquí por otra razón.
"He permanecido oculto por mucho tiempo. Soy un rango SSS, pero no he intervenido en muchas situaciones, al menos no con mi verdadera identidad, así que nadie me conoce." Dijo Víctor y mirando la batalla dio una gran sonrisa y señaló. "Ahora también estoy aquí para esto. Dos pájaros de un tiro, ¿no?"
Ersin dio una mirada como si no le creyera, pero él simplemente se rio.
Era una calamidad… Un individuo extremadamente poderoso, pero hace unas semanas estaba en medio de áfrica disfrazado de mercenario de rango B.
La razón era simple… Deseaba esconderse hasta que se moviera por completo y ahora lo estaba por hacer.
Durante años antes él no había utilizado su verdadera identidad y en todos los eventos que fue parte fue con otra identidad o desde las sombras.
El año 2044 será recordado no solo por la aparición de los terranovense que podría traer a muchos antiguos conocidos para los jugadores, sino que también por otros eventos.
Él iba a ser uno de esos casos en donde mostrara la fuerza de un rango SSS.
"Sabes, mi vida luego del Gran Cataclismo no fue fácil. Unos bastardos me atraparon y torturaron por varios meses." Contó Víctor con una sonrisa.
Eso pasó hace ya bastante tiempo atrás.
Aquellos que alguna vez lo capturaron conocían la conexión que él tenía con una persona importante y también conocían parte de su oscuro pasado como jugador… Básicamente, sabían que era un lunático que participó en eventos a gran escala, como lo fue el genocidio de una raza.
Ersin le dio una mirada que brillaba una luz siniestra que amenaza con quemar todo a su paso.
"Por supuesto, cuando me hice fuerte los mate a todos, pero me gusto esconderme y me estuve preparando durante años." Dijo Víctor y levantándose, estiró su cuerpo y señaló. "Hice un grupo de amigos con el cual hice algunos proyectos en el pasado y ahora estoy llevando a cabo otro gran proyecto."
Pronto el continente americano se enfrentaría a un lunático que lo conmocionaría… Él se movería para convertirse en el Emperador de Sudamérica.
Había reunido contactos, dinero e influencia durante un largo tiempo y ahora que su 'secretaria' había llegado, tenía aún más recursos para contar.
Hasta había logrado aliarse para dividir el pastel conocido como americana.
Lo único que faltaba ahora era…
"Tengo que dar una gran aparición. Demostrar que hay otro individuo de rango SSS en este mundo." Dijo Víctor mientras tensaba su cuerpo y dando una gran sonrisa, anunció. "Tengo que demostrarle al mundo mi fuerza antes de ir por Sudamérica."
Había permanecido escondido a los ojos del público, pero había actuado en las sombras en diferentes sitios.
Tenía enemigos, rivales y seguramente personas que conocían sobre él, aunque a nivel público era desconocido.
Antes de llegar a Sudamérica y dar pie a su plan que se había estado gestando en ese continente en donde la corrupción era la norma, él necesitaba revelar y mostrar su fuerza.
Una fuerza que anime a todos a seguirlo y a temerlo, pero también una imagen que generara confianza dando ver que era una 'buena' persona.
Para cumplir ese objetivo… Lo mejor era derrotar algunos demonios poderosos.
Víctor escudriñó las ruinas de la ciudad hasta que distinguió a un demonio de rango SS que había aparecido, no le importó su nombre, ni su título o su fuerza.
Después de todo, iba a morir hoy.
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En una oficina, una carpa de mando temporal, un televisor estaba activo mientras dos personas observaban.
"Ya a fin de mes de enero, se ha revelado que tres demonios de rango SS han terminado siendo asesinados por las fuerzas conjuntas. Las fuerzas demoniacas tienen un número abrumador a causa de los múltiples portales que el lunático Malik Zamora abrió, sin embargo, ahora sus números se están reduciendo en gran medida y es similar con los jugadores o gremios de jugadores que se instalaron en la zona y apoyaron a Malik Zamora." Anunció la anfitriona del programa de informe y con un tono serio, reveló. "La mayor parte de la contribución se debe a los terranovense que vinieron de refuerzos."
Tales noticias vinieron del televisor que estaba conectado a la red internacional, permitiéndole captar la señal de este famoso noticiero.
Durante bastante tiempo los jugadores que dejaron familias del otro lado pidieron que se abriera un portal o se creara una forma de comunicación directa, pero no era posible.
Ni los mejores Archimagos de magia de invocación o magia espacial podían llegar a Terra nova usando magia y si bien era posible que la otra parte llegara en este momento era otro asunto.
Los portales demoniacos dieron una posibilidad a conectarse a otro mundo y todo fue a causa de Malik Zamora, quien tenía ese conocimiento, pero luego que el Dios del Tiempo y el Espacio cerrara los portales se dejó en evidencia la falta de imposibilidad de conectarse a otro mundo.
Nadie sabía cómo Malik logró abrir los portales demoniacos y era muy posible que las personas comunes no lo descubrieran nunca, pero ya no importaba.
Ahora con los terranovense llegando estaba claro que la conexión era posible y eso significaba que muchos antiguos jugadores con familias en Terra nova podrían tener una forma de contactarlos.
Si bien muchos antiguos jugadores terminaron suicidándose al descubrir que ese mundo era real a causa de sus malas acciones, traumas o la tristeza que generaba la perdida de familia, otros siguieron con su vida.
Había un grupo de personas que esperaba pacientemente y siempre buscaba el modo de volver.
Un ejemplo de este último individuo era Yukimura Kageyasu un rango SS de Japón, mejor conocido como General Yukimura, quien había llevado muchos proyectos y tuvo bastante participación a la hora de querer volver a Terra nova.
"Por supuesto, las fuerzas terranovense no solo tuvieron una gran participación, sino que también los terrícolas. Víctor Pellegrini es el nombre del reciente terrícola de rango SSS." Dijo el otro anfitrión.
James apagó el televisor con tranquilidad sin querer escuchar la conmoción que iba a seguir.
"No te ves tan sorprendido." Señaló la Cardenal Brousseau y dando una mirada sutil, comentó. "Tal vez la Empresa Apicius ya sabía de nuestro movimiento."
Esa mujer en sus cuarenta y tantos años con ligeras arrugas en su rostro estaba dando una mirada seria tratando de descifrar su expresión.
"¿Cómo puede ser eso posible? Nosotros somos una simple empresa de alimentos." Respondió Jame con la sonrisa que siempre daba.
¿Mentira o verdad?
Ya era difícil llamarlo una empresa centrada en alimentos, ya que también tenía participación en la agricultura, ganadería y todo lo relacionado con la comida en general a un nivel muy profundo.
Desarrollando proyectos mágicos referidos a la comida, su influencia se extendía varias naciones y más cuando se hablaba de sus famosos restaurantes con chefs capaces de crear 'elixir' con los ingredientes comestibles adecuados.
La alta sociedad era la única que podía permitirse comer en esos prestigiosos restaurantes y más aún comer los platos del chef culinario que podía hacer que las comidas fortalecieran el cuerpo.
No todos se podían permitir uno de los mejores platos y aquellos que podían tenían que pagar una enorme suma y a veces dar un pago que iba más allá del dinero.
Era difícil llamarse una empresa de alimentos en este punto.
"Debe ser duro para ustedes este momento." Dijo la Cardenal Brousseau cambiando de tema y al ver que James la miraba, explicó. "Venir a un pueblo en áfrica, gastar enormes cantidades de recursos… Algunos dicen que se están por convertir en una organización caritativa dejando de ser una empresa."
Tal vez en este momento en donde la guerra europea-demoniaca estaba en proceso y en donde los terranovense llegaron finalmente a este mundo, la atención sobre la Empresa Apicius sea baja, pero aun así estaba presente.
¿Por qué una empresa que se podía considerar una gran multinacional con un enorme valor estaba en medio de áfrica ayudando a un pueblo?
"Algunos profesionales dicen que si ustedes continúan de esta forma con tantos gastos, es posible que terminen en números rojos hasta incluso terminen en bancarrota si todo falla." Agregó la Cardenal Brousseau y mirando a James, comentó. "Y la incredulidad solo aumenta cuando los rumores de que los pocos accionistas están en silencio."
¿Cuánto se estaba gastando en la ciudad?
Era un número con demasiados ceros y prácticamente un gasto a gran escala, con un valor que hizo que los ricos pensaran que se estaba volviendo loco y los economistas gritaban que estaba cometiendo un suicidio económico.
Sin embargo, no importa cuánto gritaran, cuantas críticas hubiera… Los accionistas estaban en silencio de apoyo tácito.
En cuanto a los trabajadores, también estaban asegurados en caso de despedido repentino y era por eso que se quedaron en silencio.
James observó a la Cardenal Brousseau con su típica sonrisa.
"Hoy parece que usted ha escuchado muchas cosas, a pesar de que la Iglesia del Tiempo y el Espacio también se movió y está apoyando la ciudad de una forma muy diferente." Dijo James con su sonrisa.
La Iglesia del Tiempo y el Espacio, si bien no daba apoyo económico, estaba centrado más en traer talentos y contactar con personas que deseaban acercarse a ayudar.
También mantenían cierta fuerza pública encargada de la seguridad local, pero lo más importante era que dispusieron portales diseñados por la Empresa Cosmos para la ciudad.
Eran portales que se podían conectar con los portales cosmos y con otros portales de la iglesia, permitiendo reducir los gastos de usar aviones al traer personas o suministros.
Era apoyo parecía menor cuando se lo comparaba con la Empresa Apicius que contrataba mercenarios y manejaba una gran cantidad de dinero en inversión, aun así, era un apoyo incuestionable.
Y más cuando se sabía que en la guerra europea-demoniaca la Iglesia del Tiempo y el Espacio estaba presente.
"Además, todavía sigo atónito de que la Cardenal con mayor autoridad después del Sumo Pontífice esté presente en este lugar." Dijo James y con una gran sonrisa, preguntó. "Los rumores de que usted sucederá al Sumo Pontífice, ¿son ciertos?"
La Cardenal Brousseau no se sorprendió por su pregunta, sino que su sonrisa se hizo mayor.
Era obvio, ella tenía preguntas, no importaba cuánto dijera que la principal accionista de la Empresa Apicius y ahora la segunda accionista aceptaran llevar a cabo tal proyecto.
Había otros accionistas con menores porcentaje de acciones, pero con igual participación.
Quizás no eran muchos, pero estaban presentes y existían… Quedarse en silencio ante tal proyecto, hizo que muchos se preguntaran qué sucedía.
Crear una ciudad en medio de áfrica, rodeado de señores de la guerra, bestias mágicas aterradoras, mazmorras temporales y naturales… Era un mayor desafío que crear una ciudad en el mar, como lo hizo la Empresa Cosmos.
Ambos se miraron con sonrisas.
La Cardenal Brousseau había estado dando sus cuestionamientos porque todavía no podía entender su razón para moverse de esta forma y él, solo había estado dejando en claro que no eran simples.
Su mirada duró un poco hasta que sus sonrisas se convirtieron en una risa.
"Es agradable que ahora trabajemos juntos. Un aliado de su tipo siempre es bienvenido." Dijo la Cardenal Brousseau con risa medio en broma y verdad.
Las empresas en este mundo tenían un gran poder, pero aquellas que alcanzaban influenciar en muchos temas de la vida, eran muy pocas.
La Empresa Cosmos era un ejemplo cuya intervención era en todo aspecto tecnológico, mágico o psiónico a nivel extremo.
En otro ejemplo, eran ellos… Quienes estaban relacionados por medio de la agricultura, ganadería y muchos medios económicos vitales para un país y como si fuera poco, también comidas de lujos con valores muy altos.
Ni hablar de los gremios que estaban atados alrededor del mundo con una simple 'empresa'.
"Estoy de acuerdo. No hay mejor método que una iglesia de gran poder para validar la creación de una ciudad y ayudarnos a lograr nuestro objetivo." Respondió James con su sonrisa casual.
Para que no haya personas que juzgaran que sus movimientos eran realizados en busca de la riqueza, quitar tierras y prácticamente relacionarlos con conquistadores, la intervención de la Iglesia del Tiempo y el Espacio era necesaria.
Si esto hubiera sido un 'reino', tal vez se hubiera cambiado las cosas, pero ahora se planeaba ser una ciudad estado.
Una poderosa iglesia podía ofrecer bastante ayuda.
"Desde ahora trabajaremos juntos y hay muchas cosas que hacer." Dijo la Cardenal Brousseau con una sonrisa.
James estuvo de acuerdo mientras ambos abandonaban la sala en donde se habían encontrado.
Sus intercambios fueron para demostrar sus cartas, no tratando de asustar al otro, sino que revelando que tenían secretos, motivos y objetivos con los cuales podían diferir.
Sin embargo, ahora estaban atados al mismo barco siguiendo el mismo objetivo… Lograr que Zerzura se convierta en una ciudad.
James miró el pueblo… No, ya no era un pueblo.
Cientos de personas y robot de construcción estaban levantando la muralla cuyo valor llevaría a la bancarrota a muchas empresas e incluso países no se podrían permitir.
El conocimiento, la tecnología y los materiales para crear esa muralla de metal maleable capaz de expandirse cuando la ciudad creciera, haría que los ojos de las personas comunes saltaran.
Esa muralla era parte del sistema de protección que se estaba instalando en la ciudad y esta era la base de la construcción de una ciudad.
Diseñada por la Empresa Cosmos, especialmente para Zerzura, esa muralla era lo fundamental para una ciudad construida en medio de tierras rodeadas de peligros.
Impedía que las criaturas pasaran, que individuos extranjeros la traspasaran para extender el caos o infiltrarse, mantenía la seguridad con su poderosa barrera, impidiendo el vuelo o el paso subterráneo e incluso impidiendo magia espacial.
Extremadamente resistente, podría soportar poderosos ataques de criaturas e incluso si señores de la guerra decidían venir, les llevaría mucho tiempo deshacerse de tal muralla.
La Ciudad Atlántida a manos de la Empresa Cosmos tenía experiencia en la seguridad y si bien ellos no tenían problemas al estar en medio del mar los lunáticos siempre llegaban a todas partes, incluso una ciudad en medio del mar.
Aplicar esas medidas de seguridad era vital para la futura ciudad y para permitir una vida cómoda, pero sobre todo para generar confianza en aquellos que deseaban asentarse en esta ciudad.
"Hay muchas tareas que debemos encargarnos… Los rumores de las Protectoras de Zerzura se han extendido y muchos pedidos para unirse han llegado de aldeas dentro de las fronteras de Chad, pero es muy posible que ellas empiezan a moverse más allá." Informó James y cruzándose de brazos mientras miraba como se estaba pavimentando y asentando el centro de la ciudad, agregó. "Hay muchos temas en que trabajar. Seguridad local, educación, sanidad, economía, atraer gremios y reforzar la milicia… Garantizar las comodidades mínimas, es lo fundamental antes de anunciar la ciudad."
Había demasiadas tareas para hacer y sinceramente a James no le molestaba… Por el contrario, estaba muy pendiente a su trabajo.
Las comodidades mínimas garantizadas permitirían que las personas dejaran de pensar en sobrevivir y empiecen a 'vivir'.
Luego se tendría que generar trabajos para que los ciudadanos lleven a cabo sus proyectos y para eso se necesitaba políticas favorables para los soñadores e inversionistas capaces de generar esas posibilidades.
Zerzura estaba en medio de Chad, pero que estuviera en una 'tierras de nadie' no significaba que no estuviera rodeado de riquezas a la cual explotar.
Las mazmorras temporales y naturales eran un claro ejemplo y todos sabían que si eran utilizadas de buena manera podría generar una economía rentable.
Había mucho trabajo para hacer y en este momento ellos dos eran los únicos que podían dirigir tales trabajos dividiendo responsabilidades.
Al final, Aurora y Alice seguían llevando a cabo sus propias tareas, pero en cierto sentido su trabajo también era muy pesado.
"Hay mucho por hacer, pero debemos empezar." Anunció la Cardenal Brousseau.
Ambos ya habían decidido sus responsabilidades y tal como había dicho, había que empezar.
Roma no se construyó en un día… Y Zerzura tampoco.