Érica caminó por el comedor de la academia y se acercó a la mesa en donde estaba Leslie, Dalia, Clémentine y Nicole.
"Es agradable estar de vuelta." Murmuró dando un suspiro inevitable y se sentó con ellas.
"¿Es así? ¿Por qué no lo parece?" Preguntó Leslie mirando detenidamente la figura de Érica.
"Pareces como alguien que no ha dormido durante semanas." Agregó Nicole con una expresión extraña.
Érica parpadeó al escuchar esas palabras y en respuesta dio una media sonrisa.
Tal vez si fuera antes, se hubiera centrado en arreglar esas imperfecciones para que no se notaran, pero en este momento era imposible tomarse el tiempo para dedicarlo a su apariencia.
Aun así…
"¿Tan mal me veo?" Murmuró Érica con duda y sacó un espejo de su anillo espacial.
En el reflejo estaba una joven de expresión agotada, con ojeras evidentes y con un cabello ligeramente poco cuidado.
Resultaba evidente para los otros que estaba exhausta y la razón era simple, cuando uno pensaba que antes le dedicaba mucho tiempo a su apariencia.
"Es culpa del trabajo atrasado de la academia. No, también fue mi culpa, si no estuviera inscripta en tantas clases no terminaría de este modo." Explicó Érica con un largo suspiro.
Se había inscripto en varias clases y eso significó que cuando volvió tuvo que ponerse al día con ellas.
Realizar los experimentos de la clase alquímica, resolver los problemas mágicos de la clase de magia y ponerse al día con las demás clases y sus respectivos proyectos y tareas, todo eso en tan solo unos días.
Perderse un mes de las clases en la academia fue sin duda demasiado estresante y más en algunas clases pesadas o con prácticas como lo era la clase de alquimia.
La academia dejó pasar su retraso, ya que era un entrenamiento personal, sin embargo, las responsabilidades no les fueron quitadas, sino que retrasadas y ahora necesitaba ponerse al día, reduciendo sus horas de sueño.
"¿Quieres un poco de ayuda? Tal vez pueda animarte un poco utilizando magia." Comentó una voz a su espalda y cuando se giraron, Cithrel dando una sonrisa, agregó. "Es solo un truco para revitalizar tu cuerpo para que no te sientas cansada."
"Por favor…" Pidió Érica con un tono respetuoso.
Se había encontrado con la Princesa del Imperio Falion cuando llegó hace un par de días y aunque se la presentaron, todavía no se acostumbraba a esa mujer.
No era la belleza, los modales o el estatus lo que causaba cierto nerviosismo en Érica, sino que se trataba del prestigio de un Archimago de Rango S y mayor que todo un terranovense.
Cithrel no era hábil en una única magia, sino que era capaz de utilizar múltiples magias y el control junto a la capacidad era muy alto, llevando a que fuera una experta entre las expertas.
Talento puro que resultaba admirable y Érica observó como Cithrel agitaba su mano, extendiendo una suave brisa.
El modo que la brisa rodeó a Érica revitalizando su cuerpo y llenándolo de energía, como si hubiera tenido un maravilloso sueño, fue tan perfecto como maravilloso.
"Infundí energía mágica a tu cuerpo directamente, permitiéndote que recuperes tu energía." Explicó Cithrel con una sonrisa al ver que Érica la miraba intrigada.
Un control excelente sobre el cuerpo de un tercero… Ante ese pensamiento, Érica asintió dándose cuenta de que Cithrel era una maga de curación de rango S.
Bastante normal para los terranovense cuyo mundo era peligroso y no siempre podían conseguir objetos para curarse.
"Aurora y Alice tampoco vienen hoy. Aunque si desean puedo ayudarlas a entrenar. Venali y Edward parecen estar entrenando con otro grupo y estoy segura de que estarán ocupados para darle un turno a ustedes." Dijo Cithrel y con calma, preguntó. "¿Qué tal? ¿Les interesa entrenar conmigo?"
Tales palabras sorprendieron al grupo que estaba escuchando y Érica observó a sus compañeras, alentándola para que aceptaran.
Edward y Venali eran quienes estaban a cargo de ayudar a los estudiantes a entrenar y como había un número elevado de estudiantes, era difícil que pudieran entrenar a todo.
Lo que significaba que una oportunidad para enfrentarse a alguien como Cithrel era única y les ayudaría en su entrenamiento.
A diferencia de lo que Érica esperaba, sus compañeras estaban ligeramente renuentes en especial Dalia y Nicole que dudaban.
"¿Está bien que luchemos con usted?" Preguntó Dalia con una expresión difícil.
¿Estaba bien luchar en contra de una princesa del Imperio Falion? Tal duda estaba teniendo Dalia.
¿Qué pasaba si herían a la princesa del poderoso imperio del otro mundo? ¿Habría tensiones? Si bien esas dudas eran normales, el problema era que para tenerla tenían que ser capaces de herir a la princesa.
Y Érica dudaba de que el grupo pudiera conseguir herir a un Archimago terranovense de rango S.
"Si soy sincera estoy aburrida." Respondió Cithrel y con una sonrisa entretenida, aseguró. "Y tengo confianza en mis habilidades."
Una respuesta simple que hizo que todo el grupo asintiera y se retirara para preparar su equipo y estrategia, después de todo no era como si pudieran arrinconarla.
Si bien faltaba Alice, que era el miembro más fuerte del grupo, nadie quería depender de ella y era por esa razón que estaban queriendo probar sus límites.
A Érica que le gustaba el esfuerzo que estaban poniendo y ella puso una sonrisa, hasta que los estudiantes se fueron dejándola a ella con Cithrel.
Al quedar solas, ella no pudo aguantar su curiosidad.
"¿Sabes cuándo regresará Aurora?" Preguntó Érica con un tono curioso.
Aurora era alguien que guardaba secretos y durante el mes de práctica, todos los miembros del grupo se dieron cuenta de que ella y Alice guardaban secretos y eran más de lo que parecían.
Que se tomara unos días tras el comunicado oficial de la iglesia fue un asunto que llamó la atención del grupo y como respetaban a ambas hermanas, nadie se atrevió a preguntarles directamente sobre la razón
No querían forzarlas a hablar y a pesar de que eran amigas, ya no eran parte del grupo de mercenarios y los asuntos clasificados no podrían ser revelados tan fácilmente.
Preguntarle y ponerla en una posición difícil no era agradable y nadie quería hacerlo.
Este era el cuarto día que estuvieron ausentes y ya se estaba acercando el día del torneo y la visita la Empresa Cosmos, al igual que el comunicado oficial.
"No lo sé. En realidad, estos días hemos estado viviendo en áfrica y a pesar de que la veo frecuentemente, siempre está trabajando." Explicó Cithrel y con una media sonrisa, murmuró. "Es difícil preguntarle cuando tiene esa mirada seria en su rostro."
Érica pudo entender a lo que se refería.
La mirada seria que Aurora tenía cuando trabajaba hizo que cualquiera se sintiera como un subordinado, sin atreverse a preguntarle que sucedía o si necesitaba algo.
Tenía que admitir que era complicado cuestionar a alguien con esa expresión.
Recibiendo un mensaje del grupo que ya estaba lista, ambos se movieron.
******
En la sala de reuniones de Zerzura, Aurora estaba presente escuchando atentamente.
"Ya hemos dado inicio al proyecto para actualizar nuestros dispositivos de búsqueda. Si sucede algo dentro del área de influencia de la ciudad, lo sabremos." Dijo el General McLean y con un suspiro, añadió. "Sin embargo, llevará tiempo para que logremos identificarlo con la misma eficacia como hacemos con las mazmorras temporales o las criaturas que aparecen al azar."
"Es normal, nos estamos enfrentando a nuevos portales…" Agregó la Cardenal Brousseau con un suspiro.
Portales.
Eso era a lo que la humanidad se estaba por enfrentar.
Portales que podrían aparecer en cualquier parte del mundo y de los cuales no tenían suficiente información como para ser capaz de localizarlos.
Según la escasa información que la iglesia pudo conseguir, esos portales estarían relacionados con el 'Caos' y serian un asunto al cual la humanidad tendría que enfrentarse.
Lo problemático era que no sabían a donde aparecerían o hacia donde estaban dirigidos y las posibilidades eran infinitas.
La llegada de los 'Portales Abismales' estaba cerca y el nombre de por sí, era ominoso.
"La respuesta del Dios del Tiempo y el Espacio, fue simple, 'Los Portales Abismales son inevitables'. Eso fue lo que nos informó el Sumo Pontífice. Estoy segura de que las demás iglesias han obtenido la misma respuesta." Dijo la Cardenal Brousseau con seriedad.
Aurora que escuchaba puso una expresión solemne.
Esa respuesta que le acababa de dar no estaba en los informes que le habían llegado y fue obvio que era una información confidencial del núcleo de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, que la Cardenal estaba compartiendo con ellos.
"La barrera dimensional de este mundo se está debilitando lentamente. El número de mazmorras que aparecen cada día son más frecuentes y la energía mágica se eleva lentamente sin que nos demos cuenta. Esa es una señal de lo que está por venir. Que nos conectemos a otros mundos es inevitable, tal como sucedió cuando los demonios llegaron hace ya un tiempo y estos 'Portales Abismales' independientemente a donde nos lleven o que traigan será una situación que debemos solucionar." Intervino un hombre de cabello blanco canoso, mirando a los presentes, anunció. "Dejemos de hablar de 'dioses' y pongámonos a trabajar."
La barrera dimensional que cubría este mundo se estaba debilitando.
Tal información era un hecho y la mayor prueba era el número de mazmorras temporales que aprecian año tras año.
Antes la humanidad se había conectado con otras razas y los demonios que llegaron por los portales o los terranovense que llegaron por la guía de la Iglesia del Tiempo y el Espacio era la prueba.
"Tal como dice James. Dejemos las preguntas y razones para aquellos que tengan tiempo. No importa si es una prueba, una señal o lo que sea que hacen los de arriba." Dijo el Ministro de Zerzura apuntando al cielo y con seriedad, determinó. "Ahora nos enfrentamos a unos portales cuyos nombres no son agradables y cuyo peligro desconocemos. Hay que prepararnos para cualquier circunstancia."
El problema estaba presente independientemente de la razón y ahora debían prepararse para prevenir que cualquier peligro.
Todos asintieron y se despidieron para realizar sus propias tareas.
Ya habían arreglado los trabajos que cada uno debían llevar a cabo y se estaban realizando los preparativos adecuados a la situación.
Parecía simple, pero era una tarea compleja que movilizaría gran parte de Zerzura.
Aurora que había estado en la reunión desde que había iniciado, solo pudo suspirar por esos individuos tan trabajadores.
"¿Agotada?" Preguntó la Cardenal Brousseau cuando ellas quedaron solas.
"Sí. Fue agotador, pero valió la pena." Respondió Aurora con total honestidad.
Los individuos que habían estado en la reunión eran los 'pesos pesados' de toda Zerzura y ellos tenían una enorme autoridad.
Los planes, preparativos y proyectos que se discutieron en esta reunión determinarían el futuro de la ciudad y lo que le gustaba a Aurora, era que estas personas no se andaban con rodeos y buscaban eficacia.
Aunque la reunión fue larga se trataron diferentes temas y entre ellos, Aurora pudo conseguir algunos beneficios propios.
"¿Creíste que rechazarían tu pedido?" Preguntó la Cardenal Brousseau.
Aurora tenía un objetivo al participar en esta reunión y tal objetivo, se trataba de buscar un modo para ayudar
La Ciudad de Zerzura estaba protegida por el ejército, los aventureros y mercenarios, no obstante, la mayor parte del continente africano no tenía esa protección.
Los países que todavía continuaban en pie, podrían soportar tales cargas y al igual que Kenia, había lugares en donde ciudades seguían existiendo bajo el dominio de algún héroe, empresa, gremio de aventureros o algún señor de la guerra pacífico.
Si esos portales eran tan peligrosos como su nombre sonaba, entonces esos individuos no tendrían la fuerza para resistirse.
Aurora era una sola persona e incluso si contaba con su hermana y Liam, era incapaz de intervenir en asuntos tan grandes y por tal razón, buscó un modo para conseguir lo que buscaba.
Su pedido hizo que Zerzura tuviera que distribuir recursos y mano de obra en otras áreas, lo que significaba que tendrían menos movilidad en la protección de la ciudad.
Por tal razón, Aurora estaba nerviosa de que la rechazaran y ahora únicamente pudo dar una media sonrisa como respuesta.
"Menosprecias tu importancia." Dijo la Cardenal Brousseau y con un suspiro, murmuró. "Además, estoy seguro de que tendrían algún plan 'B', si te rechazábamos."
¿Qué pasaba si la rechazaban y no le prestaban ayuda? Aurora no se rendiría con sus objetivos y por tal razón en vez de responder, dio una sonrisa.
Incluso si era una sola persona mientras tuviera a su hermana y Liam, ella tenía confianza de que podía planear algo para moverse… O moverse imprudentemente.
La Cardenal Brousseau suspiró al observarla, como si se diera cuenta de sus pensamientos.
"Deja poner peso extra en tu espalda, eres demasiado joven para eso." Dijo la Cardenal, dando la impresión de una amable mujer que regañaba a alguien joven.
"…"
La respuesta de Aurora fue silencio y la Cardenal solo tuvo que ver su expresión para darse cuenta, de que era lo que pensaba.
Para ella ayudar no era un peso extra y tampoco había alguien o algo obligándola a cargar con cargas que no eran su responsabilidad.
No era un sentido del deber, era un deseo de querer ayudar y si era necesario trabajar duramente para lograr sus objetivos, lo haría.
Quizás si los altos mandos de Zerzura la rechazaba no podría ayudar a quienes deseaba, pero por su cuenta podría ofrecer una mano y empezaría a ayudar.
Lo importante era comenzar.
"Solo no te esfuerces demasiado." Dijo la Cardenal Brousseau con cierta preocupación y mirada seria.
No la estaba regañando y era imposible que la regañara luego de tantos años conociéndose, así que después de que ella asintiera, la despidió suspirando.
Aurora comprendía la preocupación de la Cardenal Brousseau y aunque sabía que otros tenían la misma preocupación, ella no se iba a detener.
Siempre fue alguien que seguía sus propios objetivos por más equivocados o peligrosos fueran y esta vez no iba a ser diferente.
En este momento lo único que estaba haciendo era esperando a que todo sucediera mientras protegía Cithrel y Venali, cumpliendo el favor de Urfin.
Aunque para ella este favor le parecía más vacaciones que trabajo y era inevitable que estas vacaciones algún día tuvieran que terminar.
*****
Los edificios pasaron unos tras otros y Aurora condujo lentamente por las calles de la Ciudad Zerzura.
"¿Puedes enviarle un mensaje a Urfin? Creo que sería bueno buscar información sobre esos Portales Abismales." Pidió Aurora y tras pensarlo, murmuró. "De que se trata, como funcionan y si alguna vez sucedieron en Terra nova o en algunos de los planos de los que tienen información."
—Listo.
Su reloj holográfico se iluminó tenuemente cuando su pedido fue terminado por su sistema.
Conduciendo de vuelta a su hogar, su reloj holográfico volvió a iluminarse tenuemente.
—Urfin mencionó que buscara rastros en la iglesia del conocimiento y en Terra nova. De paso informa que mantendrá un ojo en los diversos cambios a su alrededor.
Aurora sonrió al escuchar esa respuesta.
Le había prometido mantenerla informada y ella estaba agradecida con lo admirable que Urfin era al encargarse de sus tareas.
—Si deseas más información puedes pedirla a tus maestros. Ellos tal vez tengan una idea sobre el tema.
Al escuchar esas palabras Aurora, solo se rio.
"Si, me había olvidado de ellos." Murmuró con un tono extraño.
Era normal que se olvidara de su maestro, ya que siempre decía estar en una pequeña dimensión en medio de áfrica.
A pesar de las deficiencias de su maestro para las mentiras, tenía que admitir que su entusiasmo por mantener sus palabras, acabo funcionando.
Mirando el edificio que prácticamente era su hogar, Aurora dudó un momento y al final murmuró. "Si algún día sucede algo importante, ¿me lo dirás?"
El silencio se extendió durante un breve momento, como si su débil pregunta hubiera tomado a su sistema por sorpresa.
De todas las preguntas que podía hacerle a su misterioso sistema, esa fue la única que salió de su boca.
Tantas dudas relacionadas a ella y sus alrededores podrían solucionarse con un par de preguntas, pero prefirió seguir sin realizarlas.
Esta pregunta solo buscaba calmar su ansiedad sobre el futuro lleno de incertidumbre y la respuesta no cambiaría su 'relación'.
Que su 'sistema' que siempre estuvo a su lado, siguiera siendo tan confiable y siguiera apoyándola como siempre lo hizo, calmaría esa ansiedad.
Ocultando esa ansiedad que apareció ante las 'personas' que más confiaba, Aurora detuvo su auto antes de llegar al edificio.
—Sí. Te lo diré.
No dio excusas o respondió ambiguamente o se negó.
Tenía tantas formas de negarse desde diciendo que tenía 'límites' o simplemente respondiendo que era imposible.
Era un simple texto, que revelaba un poco sobre su misterioso sistema, sin embargo, para Aurora era un consuelo que le daba fuerza para seguir avanzando.
Sabiendo que no estaba sola.
"Gracias." Murmuró con una encantadora sonrisa.
Su viaje continuo.