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Horda.

Una formidable horda se movió a través del bosque mágico.

Pisando la maleza, golpeando los árboles, sus pasos lograba que la tierra temblara, pero toda esta área estaba en silencio a pesar de que en su interior se encontraba todo tipo de criaturas y bestias mágicas.

Desde depredadores a herbívoros, todos estaban caminando en la misma dirección huyendo de esa presión que se sentía a su espalda.

El ruido de las ramas rotas al paso de las bestias era lo único que se escuchaban mientras todas las criaturas se movían en sincronía, sin que ninguna bestia o criatura revelara su naturaleza salvaje.

Estar en un gran grupo era lo único que daba alivio a estas criaturas aterrorizadas, pero también era lo único que los mantenía cuerdos.

La diferencia de una criatura y un monstruo, era simplemente su nivel de agresividad.

Los monstruos no podrían mantenerse en grupo, ya que atacarían a cualquier criatura o bestias mágicas que se interpusieran en su camino, mientras que las bestias y criaturas eran capaces de agruparse y suprimir su naturaleza.

A la vez que la diferencia de una bestia mágica y una criatura, era su inteligencia con la cual se podía llegar a razonar en algunos casos.

Sin embargo, aquí se encontraban criaturas que se guiaban por su instinto y a pesar de que podrían tener una inteligencia ligeramente superior, seguían siendo bestias instintivas.

Entre la multitud de criaturas se encontraban algunas criaturas salvajes como los 'Lycaons', 'hienas' y los 'Lémures furiosos' que eran conocidos por atacar a cualquier criatura para comer su carne en grupo.

También se podían ver algunos 'rinocerontes asaltadores', y un pequeño grupo de 'hipopótamo come hombres'

Y medio de tanta multitud se encontraba un gran 'elefante sangriento' conocido de esa forma no solo por su pelaje rojizo, sino que también por su capacidad de absorber la sangre con sus colmillos, entrando en un estado de locura.

Ese elefante gigante caminaba en solitario al igual que una 'pitón asesina' conocida por su sigilo y su fuerte veneno capaz de asesinar a luchadores de Rango B.

Esta era una gran horda de criaturas agresivas y salvajes que por su naturaleza huían de un depredador aún más poderoso.

La horda marchó lentamente hacia adelante cada uno manteniéndose en grupo de su especie y atentos a las demás bestias.

Caminaban entre los árboles y aquellas bestias de tamaño mayor, los derribaba.

Entonces todos se detuvieron de repente.

Una ligera onda de energía mágica se extendió por los alrededores y cada criatura empezó a temblar como si sus instintos quisieran salir a la luz.

"Son muchos, ¿quieres hacer una competencia de quien asesina más?" Preguntó Akira que estaba a una decena de metros en medio de los árboles.

"No." Respondió Alice mientras diez brazos la sostenían, afirmándose en el suelo y entre los troncos, y contemplando el grupo de criaturas, declaró. "Las competencias sin ninguna recompensa, son aburridas."

Cuando terminó sus palabras un brazo negro que llevaba una gran esfera emitió una onda mágica que hizo a las criaturas enloquecieran.

"¡GRAAAHHH!"

Los rugidos, chillidos y toda clase de sonidos agresivos sonaron cuando la onda mágica hizo que se volvieran extremadamente agresivos rompiendo la paz de la horda.

Las hienas y los lycaons que eran los más rápidos se movieron primero junto a los lobos.

Sin coordinación cargaron esquivando a las otras criaturas, queriendo devorar a las dos mujeres.

"Vengan." Murmuró Akira abriendo sus brazos y creando decenas de lanzas empalando a las criaturas salvajes.

Por su parte Alice usó sus brazos en forma de cuchillas afiladas y empezó a descuartizar a cada enemigo mientras miraba indiferente la situación.

*BOOM*

Un sonido explosivo sonó cuando los rinocerontes asaltadores se movieron al unísono cargando y derribando cada árbol.

Todas las criaturas no pudieron resistirse y se movilizaron al mismo tiempo desde todas partes.

Fue en ese momento que Akira se movió logrando que el suelo se transformara en hielo, mientras que Alice empezaba retirarse empleando sus brazos para caminar mientras que sus otros brazos acuchillaban a las criaturas a su espalda.

Los lémures furiosos entraron en un estado de locura cuando empezaron a cargar hacia Alice que llevaba la esfera que emitía una onda que los alteraba.

"Mierda. Son demasiados." Murmuró Akira mientras extendía sus sentidos para moverse hacia adelante y a la vez eliminar a sus objetivos sin mirar a su espalda.

Alice en vez de responder continúo avanzando mientras sus brazos actuaban como espadas cortando a toda criatura que se acercara a su área de golpe.

Las pitones dispararon sus venenos y algunos ataques mágicos llegaron al dúo, sin tocar a ninguna de las dos, gracias a las barreras de hielo que Akira produjo.

Se movían lento para atraer todas las criaturas, pero no tan lento como para que esos 'pesos pesados' las atraparan, a la vez que no se alejaban tanto para que no estuviera afuera de la influencia del artefacto mágico.

Estaban provocando un caos en las filas enemigas y las criaturas deseaban acabar con esa onda mágica que los enfurecía no le importaban sus compañeros, logrando que otras criaturas salieran heridas.

Los rinocerontes eran los más feroces cargando en pequeños grupos mientras derribaban árboles y atropellaban a cualquier criatura que estuvieran en su camino.

"¡Están viniendo!" Gritó Akira al ver como cinco rinocerontes derriban todo a su paso produciendo sonidos temblorosos.

Esos cinco rinocerontes eran Rango A y tenían fuertes defensas, con un cuerno capaz de atravesar a un luchador.

Alice ignoró el grito de Akira y se siguió moviendo derribando a los lémures que solo tenían a su favor su número y no su fuerza.

Entonces cuando se dio cuenta de que había llegado a la zona adecuada se dio media vuelta y miró a la horda que buscaba derribarla mientras que sus brazos aumentaron a treinta en un instante.

Akira hizo lo mismo y dio una gran sonrisa.

"¡GRRAAA!"

Los rinocerontes gruñeron ante sus presas que los estaban esperando, pero cuando estaban a cinco metros sus pies dejaron de tocar el suelo y cayeron en un pozo.

Al momento siguiente decenas de lanzas de hielo se formaron arriba del pozo y Akira las empujó con fuerza hacia abajo dando muerte a los rinocerontes derribados.

En ese momento decenas de hienas y lycaons llegaron a Akira y Alice, sin embargo, antes de que pudieran tocarla se dio comienzo a la emboscada.

*Boom*

Las raíces aparecieron de repente atrapando a esos depredadores, y entonces un gran oso de cuatro metros de longitud y tres metros de altura usando una armadura plateada que cubría su cabeza, espalda y estómago, cayó arriba de esos pequeños depredadores.

Su peso hizo que las criaturas de menor rango murieran en el acto o tuvieran heridas graves.

"¡Oscar eres una bestia!" Exclamó Akira con una risa mientras empezaba a disparar flechas de hielo a todos sus enemigos tomando un rol de apoyo.

"¡GRAAHHHHH!" Un feroz rugido fue emitido por el gran oso… Por Oscar que había cambiado de forma.

Con sus grandes patas derribó a cualquier criatura mientras no le importaba usar su boca para desgarrar al lémur que buscaban dañarlo.

Era un Rango A como un simple mago humano, no obstante, en su forma de oso tenía la fuerza de un Rango S.

Las flechas empezaron a ser lanzadas revelando a Aeko en un árbol disparando a todas las criaturas peligrosas que se veían.

"¡Cuidado un hipopótamo come hombres!" Gritó Aurora mientras se movía por todas partes dejando rayos causados por sus golpes.

Utilizando los árboles o las mismas criaturas esquivaba a los pequeños lémures furiosos para ocasionar caos en las filas enemigas.

"Me encargo." Informó Santiago cayendo desde el cielo donde estaba escondido atravesando con su espada la cabeza de un hipopótamo que ya había abierto su enorme boca.

Hubo un poco de resistencia y Santiago tuvo que mover su espada, presionando con fuerza, hasta que logró que cayera inmóvil.

Sin detenerse, Santiago se giró y con su escudo en su mano empezó a balancear su espada ante todas las criaturas que llegaban para atacar a Alice.

Alice era el centro del grupo y ella estaba rodeada por los demás, siendo Akira quien estaba centrada en protegerla.

Aeko con sus flechas daba apoyo a todo el grupo, Oscar tomó la vanguardia, derribando a cualquier criatura que apareciera y Santiago a un lado balanceando su espada y lanzando habilidades con su aura de espada.

Los cuerpos empezaron a amontonarse, extendiendo un olor a sangre y manchando el suelo de rojo, aun así, estas criaturas eran aquellas que se movieron más rápido.

El primer peso pesado que apareció fue la 'Pitón Asesina' de siete metros de largo siendo tan ancha como el torso de un humano promedio.

La que se encargó de ella fue Akira, quien disminuyó la temperatura alrededor de la pitón, reduciendo su velocidad a la vez que formaba una prisión de púas alrededor y la tragaba empalándola completamente.

Sin embargo, solo ese movimiento hizo que la presión en otras áreas aumentara mientras las criaturas llegaban cada vez más rápido.

"¡Preparen la retirada!" Ordenó Aurora con un tono serio mientras golpeaba a las criaturas que se acercaban produciendo poderosas ondas explosivas a su alrededor.

Todos empezaron a prepararse para retroceder.

Entonces cuando los rayos cubrieron los guantes de Aurora a una máxima potencia y su aura de combate empezaba a asimilarse con su cuerpo, todos retrocedieron al unísono.

*BOOM*

Aurora dio su mejor puñetazo desde que había ascendido a Rango A, generando una impactante onda explosiva que derribó los árboles y creó una pequeña tormenta de relámpagos gracias a sus guantes.

"¡A la base!" Ordenó Aurora sin darse la vuelta para mirar hacia atrás.

Su barrera se activó, protegiéndola de los pequeños rasguños de los lémures y a la vez de los ataques a distancias de las otras bestias.

La batalla recién comenzaba.

******

Clémentine escuchó las explosiones y sonidos de batallas provenientes del bosque mágico y respiró hondo para calmarse.

Se había levantado una pequeña muralla de piedra usando un pergamino de construcción de magia de tierra y se había creado una fosa, con la tarea de al menos reducir la carga de las criaturas.

Los troncos cortados por Alice se habían agregado a las murallas un fuerte y había algunas torres básicas a su espalda en donde se encontraban los tiradores, incluyendo a Leslie.

Esta defensa era básica, sin defensas mágicas o materiales resistentes, aun así, la verdadera fuerza de defensa no estaba en la sección del pequeño fuerte.

Clémentine miró en dirección del bosque.

Alrededor del fuerte que estaba en la entrada del puente se encontraba un área vacía de cincuenta metros alrededor.

Algunas ramas y suciedad quedaban por todas partes, pero tenían una vista perfecta para la batalla.

"¡Prepárense! ¡Ya vienen!" Gritó la Capitana Sadiya mientras desenvainaba su espada.

Clémentine le dio un vistazo a Érica y a la emocionada Nicole.

Los soldados, paladines y aventureros estaban tomando sus armas, listos para la batalla, pero Clémentine pudo ver que sus compañeras estaban ligeramente nerviosas… Al igual que ella.

Los drones de Liam y Andrés sobrevolaron por el pequeño fuerte, mientras que Leslie en su pequeña torre preparaba su rifle de francotirador con varios módulos extras añadidos.

"Primero será nuestro turno." Dijo Clémentine a Érica que llevaba un pergamino colorido.

Al ver la expresión seria y concentrada de Érica, Clémentine calmó su mente usando la energía psiónica.

Sostuvo la pequeña esfera que contenía una gran cantidad de energía psiónica y mantuvo su concentración en el frente.

El primero en salir fue Santiago que en vez de correr por el campo empezó a crear plataformas en al aire dirigiéndose en su dirección.

La segunda fue Aeko que sin mirar atrás empezó a correr a toda velocidad al fuerte mientras reponía sus flechas en el carcaj.

"GRraaa…!" Entonces con un feroz rugido un gran oso con una armadura que empezó a volar a su dirección.

"¡Esa bestia es Oscar tengan cuidado de no confundirlo!" Advirtió Akira mientras flotaba atrás de Oscar lanzando flechas de hielo al bosque mágico.

Gracias a ese apoyo Alice y Aurora salieron ambas volando hacia el fuerte sin pisar el suelo.

"¡GRRRAAHHHH!"

Entonces mientras todos miraban como ellos regresaban al fuerte, decenas de hienas, lycaons, lobos y otras criaturas como jabalís, serpientes y lémures salieron del bosque mágico.

En el medio de ellos estaban dos rinocerontes y un gran hipopótamo que golpeaban a todos los que se encontraban a su lado.

Cientos de criaturas hizo que sea una visión impactante para Clémentine y los demás estudiantes.

"¡Preparen los artefactos y pergaminos!" Gritó la Capitana Sadiya que estaba cargo.

Clémentine apretó la esfera llena de energía psiónica y observó a la 'horda' que se acercaba completamente enloquecida.

Antes de que pudieran cruzar los cuarenta metros y cuando el grupo de emboscada retrocedió lo suficiente, la Capitana Sadiya apretó un botón.

*BOOM*

*BOOM*

*BOOM*

Las explosiones resonaron en medio de las criaturas, logrando que las criaturas de menor rango fueran abatidas con las minas de alta potencia mientras a los demás eran heridos con gravedad.

Algunas minas tenían efectos especiales y no solo creaban explosiones de fuego, sino que también de hielo.

Otras enviaban pequeños metales perforadores hiriendo a todas las criaturas posibles.

Sin embargo, era una enorme horda de más de mil criaturas y entre ellas se encontraban Rango B y Rango A que eran resistentes a esos trucos.

Siguieron cargando con fuerzas y con más ira, entonces a los treinta metros algunas empezaron a caer en los pozos con trampas mientras que otras explotaban por las minas, instaladas en el área.

"¡Su turno!" Ordenó la Capitana Sadiya.

Entonces Clémentine sin retrasarse se movió imbuyendo su energía psiónica a la esfera y obtuvo el control sobre la fuerza gravitatoria que se encontraba en su interior.

El objeto en sus manos era un poderoso artefacto psiónico de ataque único y si bien su problema era que se demoraba prepararse, Clémentine ya lo había estado preparando hace bastante tiempo.

Sintiendo esa fuerza gravitatoria oculta en esa esfera, Clémentine usó su propia energía psiónica para manipular y lanzar esa habilidad en medio de las criaturas.

"¡GRAAHHH!!"

Los rugidos y toda clase de chillidos resonaron cuando la fuerza gravitatoria hizo que las criaturas empezaran a ser atraídas hacia un punto.

Los lémures, las hienas y lycaons junto a las demás criaturas de bajo rango fueron atraídas de inmediato dejando solo algunos rinocerontes e hipopótamos resistiendo la fuerza de atracción.

La esfera hizo que se golpearan entre ellos atrayendo rocas y algunos árboles en formas de púas de los pozos trampas, empalando e hiriendo a otras criaturas.

Sin embargo, esa habilidad no se trataba de herir, sino que de reunirlos en un punto.

Érica rompió su pergamino y guio el poderoso hechizo hacia las criaturas y…

*BOOM*

Una poderosa explosión resonó en donde las criaturas estaban atraídas por la fuerza gravitatoria logrando derribar a decenas de bestias de bajo rango y algunas de rango B.

Incluso esa enorme explosión no redujo la fuerza de la carga de la horda, quienes estaban comenzando a salir de todas partes del bosque.

Algunas criaturas que podían usar energía mágica para defenderse y otras criaturas de Rango A, dirigieron la carga, tomando la posición delantera.

El corazón de Clémentine latió en una mezcla de miedo, asombro e impresión, sin embargo, se controló y prestó atención Akira, quien flotaba en el cielo, lista para enfrentarse a la horda.

"¡Nadie pasará de aquí!" Exclamó mientras extendía sus brazos de par en par.

La temperatura disminuyó de inmediato y una oleada de nieve empezó a caer del cielo rodeando a las criaturas.

Su objetivo no era herirlas sino disminuir su velocidad a la vez que generaba un pequeño dominio en donde se fortalecería entre más baja fuera la temperatura.

Esa reducción de velocidad seria de mucha ayuda para los presentes.

"¡Nadie saldrá herido en mi guardia!" Declaró la Cardenal Brousseau enviando una oleada mágica que cubrió a todas las personas del fuerte.

Clémentine sintió como su corazón latía con más fuerza y más energía, a la vez que su mente entraba en un frenesí estimulando la energía psiónica en su interior.

Pudo ver como las venas de los luchadores empezaban aparecer y como los magos emanaban energía mágica como si se estuviera desbordando.

Con una mente más tranquila, aguda y rápida, Clémentine se dio cuenta de que acaba de recibir un hechizo que estimulaba su cuerpo para aumentar su capacidad.

Andrés en ese estado se movió primero logrando que varios drones se unieran conformando una esfera redonda como un satélite y entonces disparo.

*BOOM*

Un feroz rayo láser rojo fue disparado de ese dron hiriendo gravemente a un rinoceronte de Rango A y asesinando a otras criaturas de menor rango.

Pero eso no fue todo y Liam que estaba levitando en lo alto del cielo, hizo lo mismo solo que los drones que empleó, fueron más grandes que lo de Andrés.

"¡Fuego!" Ordenó Liam apuntando con su mano.

Un poderoso rayo láser de mayor grosor y fuerza que la de Andrés fue disparado mientras el dron se movía creando una línea por donde pasaba el láser destruyendo barreras mágicas y asesinando las criaturas que eran golpeadas.

Era un Rango S. Un poderoso mecánico de Rango S.

¿A quién le importaba que usara objetos externos para crear ese poderoso ataque?

El poder era poder no importa que medio se utilizara.

La mirada de Clémentine se fijó en Alice que descendió al suelo al frente del pequeño fuerte junto a Aurora.

Ambas se dieron sonrisas entre ellas y Alice extendió sus manos, llevando que la sombra de su espalda descendiera a sus pies y se extendieran en el suelo, en tan solo un instante.

Cuando las criaturas estaban al frente, decenas de tentáculos empezaron a salir uno tras otros logrando tomar de frente a cualquier criatura.

Lanzas, manos, cuchillas, mazos con púas afiladas… Los brazos negros replicaban cualquier arma y solo necesitaba agitarla para causar devastación.

Por su parte Aurora dio una gran sonrisa y mientras sus pasos lograban que la tierra se agrietara bajos sus pies, cargó en contra un rinoceronte de frente.

*BOOM*

La fuerza explosiva de su golpe consiguió que el rinoceronte retrocediera, pero Aurora solo siguió golpeando una y otra vez mientras los brazos a su alrededor la apoyaban con las pequeñas criaturas.

Mirando desde arriba de la pequeña muralla Clémentine usando su telequinesis levantó diez cuchillas tomando el control completamente de ellas.

Luego la envió contra todas esas criaturas que buscaban superar el muro y rodear a Alice.

Érica por su parte, lanzó decenas de lanzas de hielo junto a todos los magos, ocasionando una destrucción sin precedentes.

Iba a ser una dura batalla, pero todos estaban preparados.

******

*BANG*

Leslie disparó su rifle sin saber cuántas veces lo hizo en los últimos quince minutos.

Su bala atravesó a una hiena que estaba por atacar por la espalda a Nicole que se estaba enfrentando a dos hienas de Rango B por si sola.

Recargó su arma mecánicamente y preparó su siguiente disparo.

*BANG*

Su disparo voló a gran velocidad y destrozó la pata de un jabalí de tierra que había logrado subir a la muralla y se enfrentaba a Clémentine que estaba ligeramente pálida por el cansancio.

El jabalí fue cruelmente herido por su disparo y le permitió a Clémentine mover sus cuchillas y atravesar los ojos y boca del jabalí.

Luego sin dudarlo lo lanzó contra otro jabalí que se estaba enfrentando a un soldado de Rango B, permitiéndole tomar un respiro a su compañero.

Leslie otra vez recargó su rifle de francotirador y a mitad de su trabajo, percibió como una bola de fuego proveniente de un lémur mágico, se acercaba.

A pesar de ver esa bola de fuego dirigirse a su torre, Leslie activó su barrera y se mantuvo en su posición, ya que…

*Boom*

Una distorsión espacial apareció al frente de ella y se tragó la bola de fuego, llevando a que apareciera detrás del mismo lémur que la había lanzado, asesinándolo en el acto.

"¡Necesito un fuerte disparo!" Pidió la Sumo Sacerdotisa Xaali que la había protegido.

Leslie preparó su rifle y activó los módulos para reforzar su siguiente disparo a la vez que realzaba su arma con más potencia y utilizaba los nodos de energía mágica para potenciar aún más su arma.

La expresión de la Sumo Sacerdotisa Xaali se volvió seria al sentir su ataque y en una calma elogiable, produjo un portal estable permitiendo que ella pudiera observar a su objetivo.

Ese portal revelaba a Aurora luchando contra un enorme elefante de cuatro metros de alto y cinco de longitud de tono rojizo.

Su piel soportó los poderosos puños de Aurora, mientras ella esquivaba su trompa y los colmillos que buscaban atravesarla.

Todo eso mientras se movía por los alrededores creando plataformas bajo sus pies y usándolas para esquivar las hienas y lycaons que buscaban derribarla.

Alice cuya sombra se había extendido diez metros alrededor de sus pies, se estaba enfrentando contra numerosos enemigos que buscaba derribarla.

Ella había vuelto a activar el artefacto de cebo para atraer a todas las criaturas posibles, soportando la intensidad de sus enemigos y dando un respiro a las fuerzas de la expedición, todo por su cuenta.

Como Akira estaba encargándose de las criaturas de Rango A, eliminándolas una por una, no podía dar el apoyo que ambas hermanas necesitaban.

Leslie entendió de inmediato lo que la Sumo Sacerdotisa Xaali buscaba.

Necesitaba que ella generara una oportunidad para que Aurora derribara al elefante y que le permitiera respirar un momento.

Sin traicionar las expectativas, Leslie apretó el gatillo de su rifle.

*BANG*

El retroceso hizo que el hombro de Leslie doliera, sin embargo, su disparo fue perfecto y el dolor valió la pena.

Atreviéndose a disparar a la cabeza del elefante, su disparo destrozó el ojo y parte de la cabeza del elefante, dejando un agujero sangriento.

El hecho de que la bestia cayera al suelo inmóvil, demostró que fue un golpe crítico.

Leslie se sorprendió de su logro al asesinar un elefante de Rango A que estaría entre los jefes de las mazmorras de Rango A y sin retrasarse, agradeció a la Sumo Sacerdotisa Xaali que le permitió realizar ese ataque sorpresa que resultó ser decisivo.

Un sacerdote que en este punto de la batalla estaba pálido, curó su brazo dislocado, permitiendo que Leslie volviera a recargar su rifle.

Antes de que pudiera realizar un disparo, el sistema de comunicación se activó

"Aurora es hora de retirarse al otro lado del puente. ¡Crearé una tempestad para barrer los restos!" Dijo Akira por el sistema de comunicación general.

La lucha había continuado por quince minutos y si bien habían derribado a muchas criaturas de la horda, estas no paraban de llegar.

Lo peor era que también se encontraban criaturas de Rango A, que llevo a que los Rangos S como Akira y Liam, tuviera que concentrarse en ellas para derribarlas.

En cuanto a los Rango A de la caravana, ellos tenían suficiente encargándose de decenas de criaturas de Rango B por su cuenta.

A pesar de que el número de la horda había disminuido todavía quedaban bastante criaturas acercándose al fuerte.

Si bien no eran tan poderosas y se notaba que estaban dudando de atacar, las fuerzas de la caravana no podían enfrentarlas, al menos con tanta seguridad con la cual estaban realizando el trabajo hasta ahora.

"Bien. Todos empiecen la retirada. Liam cubrirá a Akira y los demás retrocederán lentamente." Ordenó Aurora al instante.

Alice empezó a caminar en dirección a fuerte mientras su sombra a sus pies seguía sus pasos como si fuera un pequeño dominio de oscuridad que la defendía de todo enemigo.

*BANG*

Leslie dio otro disparo para cubrir a Aurora, pero en ese momento sintió como las criaturas temblaban.

*Chillido*

Un feroz chillido resonó a lo lejos y una enorme presión cubrió a todos los seres vivos mientras la temperatura aumentaba.

Leslie tembló de pies a cabeza instintivamente al reconocer el peligro y mientras sus ojos se dirigían hacia donde vino el chillido, el color dejo su rostro.

Una enorme ave que a pesar de estar lejos podía ser vista con claridad se acercaba.

Sus plumas tenían una tonalidad roja como si estuvieran cubiertas por fuego mientras a su vuelo dejaba una estela de fuego a su paso.

Esa criatura apareció del lado sur, desde el 'Lago Victoria' y cuando más se acercaba se dejó ver el tamaño de esa enorme y majestuosa ave.

Con una envergadura de alrededor de veinte metros, su longitud alcanzaba los once metros con su brillante y larga cola emplumada.

Plumas de color rojo que brillaban incluso a la lejanía y que resaltaban cada vez más, cuanto más se acercaba el ave.

Su mera presencia hizo que la batalla se terminara y las criaturas se paralizaran de miedo y terror.

La Cardenal Brousseau fue la primera en reaccionar usando un poderoso artefacto que levantó una gran barrera, que cubrió todo el fuerte y eso fue todo lo que pudieron hacer antes de la llegada de esa ave.

Ante la llegada del Zhar-Ptitsa.

Lo siguiente que Leslie vio desde su torre fue una poderosa llamarada que salió desde la boca de esa ave cubriendo a todas las criaturas que se encontraban en el área, desolada el frente del fuerte barriendo las criaturas restantes y los cadáveres.

Las llamas cubrieron toda la zona, incinerando parte de los cadáveres y a las mismas bestias que seguían vivas.

Lo más aterrador fue que el fuego no se abalanzó al fuerte o al bosque mágico, evitando destruir la naturaleza o a ellos.

Entonces el ave de fuego, el Zhar-Ptitsa, la bestia mágica de Rango SS, siguió su vuelo dejando solo cadáveres quemados a su paso.

Eliminando los restos de la horda como si no fueran nada.

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