webnovel

Gate of The Hades

Capítulo 0 – Día -- El Trato de Phantom. Llegada al Inframundo

Varias horas habían pasado desde que las fuerzas del ejército abandonaran con extrema premura el recinto tras haber encerrado al objetivo en la celda requerida, nada fuera de lo común salvo por la identidad de su objetivo. Pese a no haber nadie en las instalaciones y la enorme tormenta que azolaba el exterior, quien hubiese pasado cerca de la zona hubiera escuchado el sonido de varias cadenas retorciéndose.

En el interior todas las luces estaban apagadas y de no ser por la escasa luz de la luna que entraba por las ventanas del complejo todo habría estado a oscuras, lo insólito del sitio no era solo el hecho de que se encontraba en medio de la nada, a kilómetros de la ciudad más cercana o eso comentaron los últimos guardias antes de irse, sino que a pesar del tamaño de las instalaciones no había ningún recluso, solo una inmensa habitación cubica en el centro del lugar rodeada por varias plataformas y caminos que pasaban a varios metros de altura y a sus costados.

Pese a la ausencia de personal, esta especie de celda hermética se encontraba custodiada no por una ni dos sino por dieciséis Miniguns dirigiendo sus cañones a la celda, cargadas con munición incendiaria y anti material. Pese a lo excesivo que les pareció a los soldados, no tuvieron objeciones puesto que todos y cada uno recibió un maletín lleno de dinero el cual posiblemente les dura toda su vida y la de varias generaciones más, razón por la que pocos les importo dejar encerrado al pobre hombre y olvidar lo sucedido; decididos a vivir una nueva vida como los nuevos adinerados de sus respectivas ciudades, y por qué no hacerlo, el joven que prácticamente trajeron a rastras parecía moribundo [probablemente no durara más de tres horas], pensaron algunos.

Todo hubiera terminado ahí si no fuera porque la seguridad implementada estaba más que justificada a ojos de los contratistas, este era un espécimen único y no escatimaron en gastos para evitar que escapara.

Dentro de la celda no entraba ni un ápice de la luz exterior, lo único que mantenía la actividad adentro era el sonido de algunas cadenas, cosa que no duro más tiempo pues al cabo de siete largas horas una pequeña luz ilumino la celda, revelando la atroz situación del joven.

Sus brazos y piernas estaban encadenados y sus brazos envueltos alrededor de un ajustado aro metálico que restringía sus movimientos, además que varias barras de hierro unidas a cadenas atravesaban sus bíceps y otras ataban sus hombros, todas estas ancladas en placas de metal a las paredes de la celda, además sus rostro estaba cubierto por una especie de mascara metálica que apenas dejaba al descubierto su ojo izquierdo; por si fuera poco cinco Miniguns dentro de la habitación dirigían sus cañones al cuerpo del joven.

Al poco tiempo de regresar la luz, el joven observo su situación, viendo frente a él una pantalla similar de las de televisión incrustada en la pared, la cual se encendió y una distorsionada voz comenzó a hablarle a través de la pantalla.

- Agente Phantom iniciando interrogatorio #3892, detenido Ein Kazama, registro de archivo:"Homúnculo", edad 21 años, signos vitales normales, actividad cerebral normal, dilatación parcial de las pupilas probablemente a causa del sedante. Por favor responda sí o no, asintiendo o negando con la cabeza a las preguntas siguientes; sé que puede molestarle un poco la presión de las armas y el dolor de las cadenas, pero recuerde hablar con la verdad (Agente)

- ¿Es usted el aprendiz del doctor Frank? (Agente)

- [Si] (Ein)

- ¿Fue usted sometido a los experimentos genéticos de doctor? (Agente)

- [Si] (Ein)

- ¿Sabe por qué está aquí señor Ein? (Agente)

- [No] (Ein)

- Pérdida parcial de la memoria debido a los analgésicos, tiempo estimado de recuperación 12 horas, nada problemático (Agente)

- [….] (Ein)

- No se preocupe le haremos recordar enseguida. Empecemos entonces señor Ein, no querrá perder el tiempo, nosotros somos los encargados de resolver los casos más problemáticos a nivel mundial, los gobiernos solo recurren a nosotros cuando el problema es mayor que sus capacidades, cosa rara en estos tiempos y pese a esto usted sí que se llevó el premio gordo señor Ein (Agente)

- […] (Ein)

- Experimentos genéticos, genocidio nacional, espionaje, secuestros, terrorismo biológico; no me extraña que quieran verlo muerto señor Ein, sin mencionar que el gran doctor Frank lo utilizo a usted como conejillo de indias para sus experimentos, realizando logros sin precedentes el campo de la genética, es una lástima que todos sus esfuerzos se hayan desvanecido (Agente)

- [Si] (Ein)

- Tengo entendido que su nuevo agente reescribe la estructura misma del ADN permitiéndole al organismo prevenir el envejecimiento por tiempo indefinido mientras continúe alimentándose regularmente, en otras palabras, usted no será capaz de morir por causas naturales y tampoco envejecerá puesto que su cuerpo está constantemente renovando todas sus células muertas incluidas las neuronas beneficio directo del agente puesto que estas células no pueden renovarse de forma natural en un ser humano normal, el único inconveniente de este agente es que reduce la fertilidad del tratado un 50%, suerte de que es usted un joven completamente sano señor Ein, si me permite decirlo estoy algo celoso, tiene apenas 21 años; usted me entiende (Agente)

- […] (Ein)

- Pero nada es perfecto, usted es la prueba de ello, con prácticamente una eternidad por delante y aun así usted decide exterminar a un pequeño país con armas biológicas, ¿En verdad valía la pena hacer eso señor Ein? (Agente)

- [Si] (Ein)

- Sea como sea, lo que ha hecho es un crimen y debe ser castigado señor Ein; sin embargo nuestra empresa es muy "flexible" por lo que a cada espécimen que llega a nuestras instalaciones se le es propuesto un trato, usted será dado por muerto en el mundo y se le permitirá comenzar de cero en nuestro pequeño "Edén", quedara fuera de toda jurisdicción Internacional, y todos su registro penal será borrado completamente; no tendrá que regirse por ninguna norma moral, penal o religión más por su propio código moral; o puede negarse a aceptar, en ese caso todas las ametralladoras que frente a usted abrirán fuego simultáneamente hasta vaciar su municióny no dejar nada más que una pila de carne y plomo. Ciento la franqueza, pero creo que será más fácil para usted tomar la decisión si conoce los riesgos, en caso de aceptar será enviado a un lugar remoto del planeta, alejado de toda civilización, quedara incomunicado del exterior y su nueva familia serán los actuales habitantes del lugar (Agente)

- […] (Ein)

- No se preocupe todos los habitantes son especímenes únicos al igual que usted, se sentirá como en casa, por supuesto eso no es todo, pero es mejor que las sorpresas las descubra usted mismo. Ahora dígame ¿Acepta el contrato señor Ein? (Agente)

Pese a ser a través de una pantalla, las palabras del Agente eran claras, Ein no tardo más de un segundo en tomar la decisión asintiendo con la cabeza hacia la pantalla, la cual se apagó no sin antes dedicarle unas últimas palabras al joven.

- Bienvenido al "Hades" señor Kazama (Agente)

Capítulo I – Día 1, Hades. La primera regla de la supervivencia

- He Jordi llegas tarde, la partida ya ha comenzado (???)

- Venga ya hombre debiste haberme guardado el lugar (Yorm)

- Mala suerte socio, tendrás que esperar un poco; además ¡estoy ganando un pastón en esta mesa! (???)

- Veamos cuanto te dura cuando te quite esa sonrisa de la cara Jack (Yorm)

- Lo que tú digas, ahora juguemos (Jack)

El casino "The King", si alguien quisiera conocer a gente importante de la zona la mejor opción era jugársela en los diversos juegos como la ruleta, Blackjack o el favorito de muchos, Póker. Ese era un día igual que otro, el casino estaba lleno, las maquinas sonaban y las monedas caían, muchos salían sonriendo por sus ganancias, otros simplemente lo perdían todo, esto contrastaba con los barrios marginales y asentamientos irregulares que se encontraban alrededor de este esplendoroso lugar, a su alrededor, callejones, casas de campañas improvisadas y edificios increíblemente corroídos y viejos se extendía por kilómetros, si alguien caminara por estos callejones no le sería raro encontrar a matones o prostitutas dispuestos a conseguir de una u otra forma tu dinero, sin mencionar a los distintos mercaderes que por una suma un superior a sus ingresos normales te permitirían adquirir lo que ellos llamaban "mercancía de compañía" o "medicinas mágica".

Para algunos la vida en este lugar no era tan mala como a primera vista aparentaba ser, puesto que las formas de conseguir tu comida y algunas comodidades no eran precisamente más complejas que clavar un puñal en el corazón de un rival, más que nada por estar ya acostumbrados desde antes a esta vida.

Esa mañana Jack había invitado a Jordi a apostar un poco en el casino esperando una buena recompensa. Jordi se había retrasado obligando a Jack a jugar al Blackjack solo contra el crupier, cosa que no le agradaba mucho pues ambos se aseguraban siempre de jugar al mismo tiempo y compartirse la recompensa al final, cosa que hacían desde que fueran abandonados en la ciudad y jugar solo no le hacía mucha gracia; por suerte para él esa mañana había ganado ya 6 veces seguidas cobrando un monto de casi 1.000.000 de Letes [Moneda del territorio].

Muchos consideraban a Jack como alguien que pudiera haber sido una figura pública de haber entrenado su cuerpo, era de tez blanca, media 1.70cm, cabello corto color marrón, peinado cortina, ojos color café y cuerpo esbelto aunque con poca masa muscular, que compensaba con una gran inteligencia y arte para las apuestas, aunque en ese momento se le estaba subiendo a la cabeza.

- Jack, ¿Por qué no descansas un rato? Ya has jugado bastante (Yorm)

- Espera Jordi solo una ronda más (Jack)

Para tratarse de un adicto a las apuestas Jordi estaba extrañamente preocupado por su compañero, quienes lo conocían sabían que en lo que a apuestas se refería, si les decía que se retiraran de la partida debían de hacerlo inmediatamente pues, pese a ser malo apostando; sabían que había visto lo que tramaba el encargado de la casa, sirviendo mas como ayudante que como apostador, siendo conocido en la zona como el "Maestro de Trampas", Yorm era mestizo, de tez morena, casi color negro, de 1.80cm de alto y una tonificada masa muscular, tenía el cabello rizado por lo que prefería tenerlo afeitado, dejando solo una fina capa de pelo en la superficie y ojos de color negros. Para ese entonces Yorm había visto lo que tramaba el crupier e intentaba advertirle a Jack, aunque este no le hiso demasiado caso.

- Hagan sus apuestas (Crupier)

- Bien, voy con todo, doblo [500.000 Letes en juego] (Jack)

- Nos retiramos, no vamos a apostar por ahora (Jugadores)

- Bien, entonces mostrare la primera carta (Crupier)

- [Tonto tengo un rey [K] de corazones y una reina [Q] de picas, la probabilidad de que pierda es mínima] (Jack)

- Juguemos (Crupier)

Pese a haberse retirado los demás jugadores ya habían apostado más de 300.000 Letes quedando solo en juego Jack y el crupier quien ha pedido personal de los jugadores había accedido a apostar sus propios Letes además de los premios del casino, aunque la deuda del último perdedor sería mucho más alta que el valor ganado por la casa de ser el crupier el ganador. El crupier mostro su primera carta, una reina [Q] de trébol.

- [Bien una victoria o un empate seguros] (Jack)

- ¿Doblaras? (Crupier)

- No, esta ganancia está bien para mí (Jack)

- Bien juguemos (Crupier)

El tono del Crupier era calmado y la expresión "Cara de póker" le venía como anillo al dedo pues apenas mostraba emoción en su rostro todo lo contrario de Jack que lanzo sus cartas sobre la mesa sin pensarlo dos veces, mostrando al rey [K] de corazones y a la reina [Q] de picas mientras esbozaba una sonrisa de oreja a oreja.

- ¿Dime que te parece?, veinte puntos, creo que gane (Jack)

- Buena mano muchacho, pero esta vez creo que olvidaste algo importante (Crupier)

Con extrema calma el crupier coloco su segunda carta sobre la mesa revelando la jugada que Jack menos esperaba, un As de picas, momento en el que con voz fría e inexpresiva pronuncio las palabras que cayeron como sentencia en la mente de Jack.

- La casa siempre gana, Blackjack (Crupier)

- Imposible, tiene que haber un error (Jack)

- No hay errores, según las reglas ha perdido, por favor deje su dinero y retírese (Crupier)

- Vale, enseguida (Jack)

De forma desinteresada Jack dejo los 500.000 Letes sobre la mesa para luego retirarse de lo que creía un mal día, pero no esperaba que las cosas fueran peor.

- Jugador, deténgase (Crupier)

- ¿Qué pasa ahora? (Jack)

- Aún no ha terminado de pagar (Crupier)

- ¡Oye estafador que significa eso, aposte los 500,000 Letes que hay sobre la mesa, acabo de pagar mi deuda! (Jack)

- Ese hubiera sido el caso de no haberme pedido que apostara mi propio dinero, ¿lo ha olvidado? (Crupier)

- ¡¿Qué?! ¿Qué rayos apostaste Jack? (Jordi)

- No se preocupe, solo tendrá que traer un par de globos oculares 100% humanos en perfecto estado a este casino y entregarlos como pago por su deuda además de los 500.000 Letes ya entregados en un plazo de dos semanas, de no hacerlo no podemos garantizar de que conserve su vista (Crupier)

- ¡No puede hacer eso! (Yorm)

- Esto no está a discusión, las deudas deben saldarse, esa es la primera regla de los que residen en Hades (Crupier)

- ¿Entonces así es como viven en este sitio? (???)

Antes de que Yorm o Jack comprendieran su situación un joven se dirigió hacia la mesa de Blackjack donde ambos se encontraban. Era de tez blanca, de 1.85cm de altura, vestía una chaqueta negra con detalles de pelo sintético color blanco; zapatos, pantalón, cinturón y camiseta color negro, tenía el cabello color negro, parcialmente largo y ojos color rojo oscuro. Pese a su confusión, una pregunta se formuló en la mente de Jack, Yorm y el Crupier.

- ¿Quién es este chico? (Jack, Yorm y Crupier)

Poco o nada le intereso al joven el asombro de los presentes, dirigiéndose de forma casual al Crupier, ignorando al resto.

- ¿Oye, juegas póker? (???)

- Si, si la apuesta es la correcta (Crupier)

- ¿Jugamos? (???)

- ¿Por qué debería? (Crupier)

- Necesito información, tuve que oír vuestra conversación sobre lo que se puede apostar y lo que no. En el caso de que pierda puedes tomar cualquier órgano de mi cuerpo que sirva como pago por las molestias (???)

- ¿Eres nuevo? (Crupier)

- Se me nota, verdad (???)

- Demasiado, tienes suerte de haber llegado hasta aquí; de haber pedido información en un lugar menos concurrido todos hubieran puesto la mira en ti (Crupier)

- Gracias por el consejo (???)

- Pero me temo que necesito una garantía de que pagaras si pierdes (Crupier)

- ¿Qué necesitas? (???)

- Tu nombre (???)

- ¿Por qué debería decírtelo? (???)

- En caso de que pierdas si llegaras a escapar de nuestra seguridad y fueras secuestrado, necesitaremos tu nombre para que sepan que eres de nuestra propiedad (Crupier)

- Entiendo, me llamo Ein Kazama (Ein)

- Bien, entonces señor Ein, por favor; sígame (Crupier)

- Una cosa más, los dos que andan contigo también vienen, no es de mi incumbencia si juegan o no pero no quiero destacar (Ein)

- No hay problema, caballeros si hacen el favor (Crupier)

- Vale, no hay problema (Jack)

- No tengo objeciones (Yorm)

Con paso lento los ahora tres jugadores siguieron al Crupier hasta una habitación reservada en la cual solo había una mesa de póker con cuatro asientos, y un par de muebles para espectadores; la habitación estaba decorada con cortinas gruesas cortinas rojas y una tenue luz la cual contrastaba con una lámpara de lava en el centro de la mesa.

- Aquí no nos molestaran (Crupier)

- Bien, ¿Qué apostaremos? (Ein)

- No te preocupes, no apostaremos dinero (Crupier)

- Mmm… (Ein)

- No tiene por qué preocuparse, la casa tiene la obligación de ayudar a todos los recién llegados que busquen información siempre y cuando estos dejen información personal ante el empleado de turno (Crupier)

- O sea que apostaremos información, a mayor apuesta, mayor calidad o cantidad de preguntas deberá contestar el perdedor (Ein)

- Exactamente señor (Crupier)

- ¿Ellos también jugaran? (Ein)

- No se preocupe, los espectadores se convierten en participantes al verse obligados a apostar por el Crupier o a jugar ellos mismos (Crupier)

- Entonces juguemos (Ein)

Tras sentarse a la mesa el Crupier repartió comenzó a repartir las cartas quedando cada uno con dos en la mano, Yorm y Jack también participaron en el juego.

- ¿Qué es este sitio? (Ein)

- Una pregunta inteligente joven, ¿por qué estás aquí? (Crupier)

- Tengo mis razones ¿Hay alguna forma de salir?(Ein)

- [Chico listo] Lo dejo por esta (Jack)

- Igual yo (Yorm)

Tras varias rondas de juego terminaron empatados los cuatro, con dos victorias cada uno. Tras varios minutos todos terminaron de responder a cada pregunta hecha en cada ronda.

- En resumen, estamos en "Hades" la mayor y compleja prisión del planeta, construida por la compañía Phantom para encarcelar a los mayores criminales a nivel internacionales, este territorio se llama Estigia, la zona más pobre de todo el complejo, además de la más antigua. Básicamente este lugar es una isla artificial creada hace años, todo lo que pueda ser considerado mercancía lo es, aunque también se desarrolló una moneda para uso local, cualquier cosa capaz de conseguirse en las grandes ciudades y bases militares se puede conseguir gracias a los cargamentos perdidos cada año cerca de las aguas del complejo, no hay limitantes en cuanto a lo que comprar o vender se refiera, si hay un buen precio y un comprador dispuesto hasta la misma vida humana puede venderse o comprarse en este sitio, y no hay escapatoria, ¿es todo? (Ein)

- Si, esa es toda la información de la cual dispone cualquier Crupier; nos llaman así por ser quienes atendemos a los clientes, aunque nuestro nombre procede del juego de Blackjack donde se espera que seamos de lo mejor. En resumen, te llamas Ein Kazama; terrorista biológico, espía, genocida nacional y sujeto de pruebas biológicas; muy interesante (Crupier)

- Me llamo Jack Frye, soy junto a Yorm el mayor ladrón y lavador de dinero en casinos del mundo, estamos aquí por haber lavado más de 500 billones de dólares en casinos y tomar posesión de este además de quebrar más de 50 casinos en Las Vegas, yo soy el que hace las apuestas, Jordi es mejor analizando a las personas que jugando (Jack)

- Yo soy Yorm, olvide mi apellido por un problema de amnesia así que tome el de Jack, somos como hermanos, soy bueno analizando la naturaleza de las personas y en descubrir sus costumbres y guiños en pocos minutos (Yorm)

- Crupier ¿Jugamos de nuevo? (Ein)

Las palabras de Ein confundieron al Crupier [Ya le dije todo lo que se] pensó, pero estaba equivocado, en ese momento, Ein tenía en mente otros planes.

- No le veo problema, ¿Qué quieres apostar ahora? (Crupier)

- De ganar quiero que la deuda de Jack quede saldada, si pierdo podéis tomar mis órganos internos como pago (Ein)

Al escuchar la oferte la cara de póker del Crupier se desvaneció, dejando solo una sonrisa siniestra, mientras comenzaba a barajar las cartas.

- Juguemos (Crupier)

En ese momento la situación se tornó tensa, las manos del Crupier se movían a gran velocidad a medida que repartía, mientras que ambos se lanzaban feroces miradas. Tras mirar sus cartas, Ein descarto y tomo dos del monto, mientras que el Crupier se mantuvo con los cinco originales.

- ¿Estás seguro de esto, sabes lo que pasara si pierdes? (Crupier)

- Tsk… Cállate y juega (Ein)

- ¿Qué pasa? Nervioso (Crupier)

- He dicho que juegues (Ein)

- Bien, no te molestes al perder (Crupier)

Diciendo esto el Crupier arrojo con fuerza su mano de cartas mostrando lo que ningún jugador normal espera ver en una apuesta tan grande, mientras sentenciaba.

- Straight Flush [Escalera de Color]. Tonto, enserio creíste que un niñato como tu podría… (Crupier)

- Royal Flush [Escalera Real] (Ein)

- ¿Qué dijiste? (Crupier)

- Tenías razón, la casa siempre gana. Royal Flush (Ein)

- ¡Queeeeeeee…! (Jack)

- Este chico tuvo suerte jejeje… [Buen truco muchacho] (Yorm)

- Como acordamos, la deuda de Jack queda saldada (Ein)

- Tsk… Si (Crupier)

- Entonces nos vamos, Jack, Yorm, venís conmigo debo pediros algo (Ein)

- ¿Algo? (Jack y Yorm)

Capítulo II – Día 2, Territorio Estigia. Seguridad y Ocio.

- Buenos días, gracias por dejarme pasar la noche (Ein)

- No hay problema, pagaste nuestras deudas, es lo menos que… (Yorm)

- Oye Jordi, deja de holgazanear y ayúdame aquí, la comida no se va a hacer sola (Jack)

Debido a que su deuda fue saldada Jack y Yorm le ofrecieron a Ein que pasara en su departamento la noche, este sin otro lugar al que ir decidió aceptar la oferta. El departamento, pese a las deplorables condiciones de la ciudad, se daba el lujo de no estar en ruinas, al menos no del todo, estaba en un segundo piso, tenía tres habitaciones, un baño y una cocina, todos estos con las paredes aun en pie y con equipos funcionales, aunque escasamente adornado. Ya había pasado la noche y Jack llamo Yorm y a Ein a desayunar, quien los viera desde fuera pensarían que eran hermanos que se apoyaban los unos a los otros, pero la verdad estaba demasiado lejos de eso; Jack y Yorm lo sabían, tenían una deuda aún más grande entre manos y las reglas de Estigia exigían pagar las deudas. Al sentarse a la mesa comenzaron lo que ellos esperaban fueran las negociaciones.

- Gracias por dejarme pasar la noche (Ein)

- No hay de que esperamos haber sido de ayuda (Jack)

- No se preocupen me iré pronto, solo necesito algo de información que no necesariamente pueda darme un Crupier (Ein)

- Bueno, pregunta cuánto quieras te diremos lo que sabemos (Yorm)

- Pareces estar muy interesado en ayudarme (Ein)

- No es eso, viste como viven todos en esta ciudad; para los habitantes de Estigia las deudas deben saldarse sin excepciones (Jack)

- ¿Entonces esta no es la única ciudad? (Ein)

- La verdad es que no, pero no muchos se atreven a ir al resto de las ciudades de la isla (Yorm)

- ¿Por qué? (Ein)

- Veras cada ciudad está habitada por diferentes clases de criminales, desde apostadores como nosotros hasta asesinos y amantes de políticos importantes. Se podría decir que Estigia es donde los recién llegados y apostadores conviven, pero eso no sería del todo cierto (Yorm)

- Si bien es verdad que los nuevos y apostadores plagamos esta ciudad, la verdad es que los más hambrientos de poder intentan llegar a las demás ciudades, por supuesto menos del 5% logran llegar o permanecer en ellas, la causa más común es que terminan muertos o se ven obligados a regresar, los que lo logran generalmente logran tener una familia o un negocio rentable (Jack)

- Parece una vida de ensueño, pero no es lo que busco; dime ¿Qué quiso decir el Crupier cuando dijo que era imposible salir de aquí? (Ein)

- Jajaja… Eso es un pequeño recuerdo de nuestros captores, antes de dejarnos aquí esos cabrones nos incrustan en el hipotálamo un pequeño rastreador que manda señales satelitales cada pocos minutos permitiéndoles encontrar a todo aquel que tenga ese rastreador en cualquier lugar, impidiendo así el escape de la isla (Jack)

- Y ni pienses en quitártelo está anclado a tu cerebro de forma simbiótica si alguien fuera capaz de llegar hasta allí sin dañar el cerebro y extráelo terminaría dañando el hipotálamo y matando al paciente (Yorm)

- Sí, pero eso solo se aplica para los traídos a la fuerza, ¿Qué pasa con los que nacen aquí? (Ein)

- No lo sabemos a ciencia cierta, pero parece cada cierto tiempo, alguien ingresa en la isla e implanta estos rastreadores en los recién nacidos y se marcha sin dejar rastro (Jack)

- Entonces no hay problemas, quien busco debe de estar aquí. Jack además de Estigia, ¿Qué otras ciudades existen aquí? (Ein)

- Según se, este sitio fue creado con la estructura del inframundo griego en mente así que deben de existir de entre dos o tres ciudades más, realmente no lo sé; aunque conozco a alguien que debe de conocer sobre eso (Jack)

- No hablaras en serio Jack, piensas llevarlo con ella (Yorm)

- ¿Qué problema hay? (Jack)

- Oye, Jack ya pago su deuda; querías información y obtuviste información así que ya puedes dejarnos en paz (Yorm)

- No te preocupes, no pienso inmiscuirlos en mis asuntos solo necesito un par de cosas más antes de irme (Ein)

Pese a su sonrisa, las palabras de Ein venían con gran peso, realmente no pensaba meterlos en problemas, pero no se lo pensaría dos veces antes de neutralizar a ambos para lograr sus objetivos, eso en el mejor de los casos según pensaba Jordi, quien por lógicos motivos ya estaba empezando a ver la verdadera naturaleza de Ein.

- Bien te ayudaremos a conseguir lo que necesitas, luego nos dejaras en paz (Yorm)

- Gracias, eso será de ayuda (Ein)

- ¿Qué necesitas entonces? (Jack)

- Nada muy complicado, solo necesito algunos juguetes (Ein)

- No hay problema, los tendrás (Jack)

El pedido de Ein no pareció preocupar mucho a Jack o a Yorm, aceptando rápidamente y sin hacer preguntas, ofreciéndose incluso a guiar a Ein hasta un proveedor para que eligiera a su gusto. Por el camino Ein se mostró más amistoso con Jack y Jordi, pese a que estos eran mucho mayores que él, le llegaron a tener cierta confianza mostrándole los diferentes atractivos que ellos veían en Estigia.

Según ellos la ciudad, pese a estar casi en su totalidad en ruinas, no era tan mala para vivir, ni sus habitantes tan peligrosos como parecería en un principio, a palabras de Yorm si bien era poblada por todo tipo de criminales peligrosos en sus tiempos; actualmente no eran más que alcohólicos, desvalidos, matones, proxenetas o prostitutas de 5ta que se habían sumido en la amargura y desesperación que provocaba el aislamiento en ese inhóspito paraje, todo lo contrario de los otros "recintos" de la isla donde según se decía eran mucho más organizadas y peligrosas.

Tras pocas horas, Jack señalo la entrada de una vieja tienda, la cual parecía una vieja tienda de soubenirs, indicando que habían llegado a su objetivo. Sobre la entrada esta tenía un viejo cartel lumínico el cual se encendía y apagaba constantemente producto a los años de uso; en el cual se podían leer las palabras "Sucursal Aqueronte".

- Bueno ya hemos llegado, todos los que desean abandonar Estigia, por lo general, vienen a esta tienda (Jack)

- Ya veo, es como el pago a Caronte por llevarte al Hades (Ein)

- ¿Te gusta la mitología griega? (Yorm)

- Tengo algunos conocimientos sobre mitología (Ein)

- En fin, te presentare a la tendera; y no le hagas mucho caso, está un poco loca (Jack)

Diciendo esto Jack se dispuso a abrir la puerta cuando de repente se encontró con una M16 apuntándole a la cara, quedando paralizado del susto; al otro lado del arma se encontraba una pequeña anciana, por su apariencia estaría cerca de los 75 años, vestía poco más que viejo manto negro el cual cubría sus pies descalzos, y un par de anillos con calaveras, tenía el pelo corto y canoso, debido a la edad, aunque al parecer la fuerza no le había abandonado, lo cual demostraba con un firme agarre de su arma.

- ¿No deberías respetar a tus mayores Jack? (???)

- Disculpe molestarla tan temprano, pero necesitamos de sus servicios (Jack)

- ¿Por qué todos vienen a molestar a Baba Yaga con trivialidades? (Baba Yaga)

- ¿Baba Yaga, no es ese el nombre de la "bruja" del folclore ruso? (Ein)

- ¿Y tú quién eres mocoso? (Baba Yaga)

- [Mocoso] (Ein)

Sabiendo que no debía hacer un escándalo, Ein se esforzó en mostrar una sonrisa, a lo cual la anciana respondió con un pesado suspiro antes de bajar su arma.

- Ein, ella es Baba Yaga, la administradora de esta tienda; nadie en la ciudad conoce su verdadero nombre, y ella solo responde a ese (Yorm)

- Un gusto, pero hacerse llamar Baba Yaga no es un poco tétrico (Ein)

- Hmp… [Los jóvenes de hoy en día]. Bueno, ¿Qué les trae a mi tienda? (Baba Yaga)

- Necesitamos algunos juguetes (Jack)

- ¡Jojojo…! Ya veo, pasad creo que tengo lo que necesitan (Baba Yaga)

Diciendo esto la anciana abrió completamente la puerta de la tienda momento en el que Yorm, Jack y Ein entraron, tras cerciorarse de que nadie más venía con ellos, la anciana cerro silenciosamente la puerta tras de sí. El interior estaba sumido en la oscuridad, aunque tras pocos segundos un tubo LED situado en el techo se encendió mostrando así una compleja armería con una increíble variedad de armas en los mostradores, desde pistolas a lanzacohetes; y en el fondo un pequeño mostrador con un cajero sobre el cual la anciana estaba recostada.

- El campo de tiros esta al fondo, si veis algo que os interese avisadme; voy a descansar un rato (Baba Yaga)

- Gracias, no tardaremos mucho (Ein)

- Eso espero quiero dormir la siesta (Baba Yaga)

Ignorando el último comentario de la anciana, el trío se dispersó por la tienda buscando las mejores opciones, tomando todo lo que creían que sería útil. Tras varias horas buscando Yorm y Jack terminaron por comprar algunas armas para ellos reuniéndose con Ein en el mostrador para ver la mercancía con más calma.

Las elecciones de Jordi fueron de las más excesivas llevando al mostrador un RPG-7, dos sub-fusiles Uzi y una caja llena de bolsas con explosivo C4 preparado; Jack fue un poco menos extremista llevando una ametralladora ligera M249 y una pistola ametralladora Beretta 93R; armas y explosivos de gran potencia de fuego con las cuales se podría armar a un pequeño grupo armado. Por su parte Ein fue un poco más reservado en sus elecciones, comprando una pistola FN Five-SeveN, un cuchillo plegable Tacklife 6 granadas de fragmentación.

- Esto… Ein, ¿No buscabas armas potentes? (Jack)

- No necesariamente, si voy a estar en una ciudad estas son más fácil de ocultar (Ein)

- Sí, pero… (Jack)

- Qué más da, vayan a probarlas de una vez (Baba Yaga)

- Gracias ensegui… (Yorm)

- Puedes usar los sub-fusiles, pero ni se te ocurra probar esas cosas dentro de mi negocio o tendremos problemas (Baba Yaga)

- [Si] (Yorm)

Yorm solo atino a asentir temblorosamente la cabeza mientras dejaba sobre el mostrador los explosivos y el lanzacohetes, reuniéndose con el resto en el campo de tiro; Este estaba conformado por cinco cabinas de tiro y una serie de blancos fijos y móviles, además de algunos obstáculos los cuales podían ser posicionados o removidos por medio de un teclado colocado en la pared de cada cabina y unos cascos de práctica para evitar el eco del salón.

- ¿Les apetece una competencia? (Ein)

- ¿De qué se trata? (Jack)

- Elige un punto del blanco, el que más balas acierte en esa zona gana (Ein)

- Me apunto (Yorm)

- Bueno elijan una parte, yo iré primero (Ein)

- ¿Qué tal el pecho? (Jack)

- Bien, dos rondas por cada uno (Ein)

- Sin problemas (Jack)

- Veamos qué tan bueno eres. ¡Fuego! (Yorm)

Tras recibir Ein comenzó a disparar, descargando en poco más de un minuto las 20 balas de su Five-SeveN y acertando solo 7 de los disparos en el pecho, 3 dieron fuera del blanco y 10 en diferentes partes del objetivo.

- Nada mal Ein, eres bueno (Yorm)

- No es para tanto, el doctor Frank hizo hincapié en que aprendiera a usar armas blancas, de fuego y combate cuerpo a cuerpo (Ein)

- Buen doctor, entonces he… (Yorm)

- La verdad es que si (Ein)

- Bueno sigo yo, creo que probaré la ametralladora (Jack)

- Buena suerte. ¡Fuego! (Yorm)

Tras la señal Jack apretó el gatillo de su M249 liberando una estridente lluvia de balas sobre el blanco, las 200 balas del cargador impactaron en todo el cuerpo de este, no siendo hasta el final que Jack logro estabilizarla, logrando un círculo casi perfecto alrededor del centro, dejándolo reducido a poco más que un alfiletero.

- ¿Cuántas acertaste? (Ein)

- Ni idea, pero el blanco está muerto ¡Jajajaja! (Jack)

- Si ciertamente dudo que alguien sobreviviera a eso (Ein)

- ¡Heeeeh Jordi, te toca! (Jack)

- Claro, dame un segundo (Yorm)

- [¿Adonde fue?] (Ein y Jack)

De la forma más cliché, Yorm entro de una patada a la cabina portando sus dos sub-fusiles Uzi, vistiendo una ajustada camisa de tirantes, botas de caza y pantalones vaqueros además de unas gafas de aviador.

- ¿Oye y esa ropa? (Jack)

- ¡Heeee, ¿Qué estas mirando gringo? que te reviento! (Yorm)

- Si cualquier día (Ein)

Diciendo esto Ein le propino un fuerte culatazo de su arma en la cabeza a Jordi haciéndole caer al suelo y frotarse la cabeza del dolor.

- Deja de jugar hombre (Ein)

- Vale aguafiestas, ya voy (Yorm)

- ¿Listo Jordi? (Jack)

- ¡Por supuesto Gringo! (Yorm)

- [Haaah] (Ein)

- ¡Fuego! (Jack)

- ¡Haaajajajajajajaja…! (Yorm)

Al recibir la señal Jordi fue más exagerado, riendo a carcajadas a medida que descargaba el sub-fusil derecho para acto seguido continuar con el izquierdo. Pese a lo vergonzosa que parecía su actuación pareció funcionarle de perlas acertando todas sus balas en el blanco, aunque ninguna atravesó el área acordada, cosa que poco o nada pareció impórtale.

- ¿Qué les pareció? (Yorm)

- ¿Qué eres, alguna especie de narco mexicano? (Ein)

- Bueno vivimos un tiempo en México (Jack)

- ¡¿Enserio?! (Ein)

- Por cierto, nunca nos dijiste de donde eras (Yorm)

- Bueno, supongo que no hay problemas, mi madre es japonesa y mi padre alemán, viví un tiempo en Japón, pero luego nos mudamos a Alemania (Ein)

- Oye estamos en el 2030, la Segunda Guerra Mundial termino hace mucho (Jack)

- ¡Heeee… ¿a qué viene eso?, no soy ningún NAZI! (Ein)

- Vale, vale; creo que vamos a parar, ¿vas a probar otra vez? (Jack)

- Si (Ein)

- Vale, prepárate (Yorm)

En ese momento Ein cerró sus ojos y calmo su respiración. Tras varios segundos este abrió los ojos, mostrando así una concentración impecable y algo más que solo Baba Yaga, quien había visto todo a través de las cámaras ocultas en el local, pudo notar.

- [¿Eso es sed de sangre?] (Baba Yaga)

- ¡Fuego! (Yorm)

La lluvia de balas sorprendió a Yorm, quien vio como Ein en solo 15 segundos desataba una feroz ráfaga de disparos sobre el blanco de prácticas, acertando todos los disparos en un mismo punto, recargándola en solo 5 segundos para un total de 20 segundos en disparar y recargar con magistral precisión, soltando una bocanada de aire al termina.

- ¡Eso fue increíble muchacho! (Yorm)

- Gracias, ustedes tampoco estuvieron nada mal para ser mayores (Ein)

- Que grosero apenas tengo 40 y Jordi acaba de cumplir 39 (Jack)

- ¡¿Enserio?! (Ein)

- Bueno ya terminamos, podemos irnos (Yorm)

- Antes de que se vayan necesito entregarles algo (Baba Yaga)

Sin previo aviso la anciana irrumpió en el campo de tiro, trayendo consigo un cargador el cual le entrego a Ein, junto con una pequeña nota; esta última Ein la escondió en uno de los bolsillos de su chaqueta.

- Estas son especiales, cuídalas; es probable que solo encuentres mas en el mercado negro otras ciudades (Baba Yaga)

- Entiendo, gracias (Ein)

- No hay de que, es solo un recuerdo de esta anciana (Baba Yaga)

- Gracias, disculpe las molestias (Jack)

- De nada, son 500.000 Letes por todo (Baba Yaga)

- ¡Queeeeeeee! (Jack)

- ¡Bueno eso era todo chaito! (Ein)

- Son 400.000 Letes por el cargador (Baba Yaga)

- ¡Qué, Que! (Ein)

- Bueno, no es para tanto, aquí tiene, está completo (Yorm)

- En efecto, ya pueden irse (Baba Yaga)

Tras regresar al departamento…

- ¿Oye cómo le pagaste sin tocar nuestro dinero? (Jack)

- ¿Yo?, simplemente le di su dinero (Yorm)

- En serio, eres un estafador (Ein)

- ¿Algún problema con eso? (Yorm)

- Solo trata de mantenerte lejos de mi cartera (Ein)

- No te preocupes, no estás entre mis objetivos ¿Creo? (Yorm)

- Mmm… ¿Crees? (Ein)

- No le des muchas vueltas dejemos todo esto y vamos de fiesta (Jack)

- ¿Vas a llevar a este niño con nosotros? (Yorm)

- ¿A quién le dices niño? (Ein)

- No te lo tomes a mal, nos hemos encariñado contigo (Jack)

- Vale, vale; pero llámame Ein, es molesto viniendo de un hombre (Ein)

- Joooh… así que el chico es todo un hombre (Jack)

- ¡Por supuesto que lo soy; por quien me tomas! (Ein)

- He Jordi, este se viene con nosotros; la va a pasar de perlas con nuestras amigas (Jack)

- ¿No serán demasiado para él?, recuerda que acaba de llegar (Yorm)

- Jajaja… No te preocupes, lo dejaremos con las más jóvenes (Jack)

- ¿A dónde vamos entonces? (Ein)

- Tu solo prepárate, es una sorpresa (Jack)

A pesar de las bromas de sus nuevos compañeros, a Ein le había picado la curiosidad y no dudo ni un momento en prepararse para salir con Yorm y Jack. Tras tomar un baño, Ein tuvo un poco de tiempo para lavar y secar su ropa, puesto que no traía nada más consigo y la ropa de Jordi y Jack no le quedaban bien.

Tras caer la noche, Ein se dispuso a acompañar a Yorm y a Jack en una de sus fiestas nocturnas, llegando al que según Jordi era el mejor club nocturno de la ciudad el "Night Specter", entrando a este con gran naturalidad. El interior gozaba de gran variedad de cliente, quienes se divertían en la pista de baile, tomando en la barra o jugando juegos de mesa. Yorm y Jack se decantaron por sentarse a la barra y charlar con el barman y algunos de sus viejos conocidos. Por su parte, Ein se dirigió a la mesa de billar, topándose con dos fornidos hombres, mucho mayores que él, acompañados por varias mujeres adultas y un par de muchachas más jóvenes, quienes se encontraban jugando.

- He muchacho, échate un juego con nosotros, las damas están aburridas (???)

- Claro, ¿Por qué no? (Ein)

- Oye Tom, no crees que es un poco joven; deberíamos ofrecerle algo (???)

- Jajaja, es verdad, hay que recompensar su esfuerzo Jerry (Tom)

- Oye muchacho, que tal si lo hacemos más interesantes, algunas de mis amigas tienen ganas de probar carne joven, que te parece esto, si nos ganas a ambos te prestaremos a cualquiera de ellas para que te diviertas (Jerry)

Oyendo la propuesta los ojos de Ein se afilaron, observando detalladamente a las diferentes mujeres que acompañaban a sus retadores. Pese a no tener una mala figura, Ein paso rápidamente la vista de las de mayor edad, prestando más atención a las jóvenes que andaban con los jugadores, las cuales aparataban tener entre 17 y 20 años.

La mayor solo podría describirse como una belleza exótica, piel bronce claro, 1.70cm, grandes pechos, piernas bien contorneadas y firmes glúteos, melena larga recogido en una coleta la cual dejaba caer sobre su hombro derecho; vestía una micro falda negra que dejaba expuesta una tanga del mismo color, una chaqueta negra con detalles en violeta, la cual remarcaba aún más su ya definida figura; y tacones bajos.

La más joven era de gran belleza, 1.60cm, tez blanca, pechos firmes, aunque un poco más pequeños que su compañera; al igual que sus glúteos, aunque estos eran más firmes. Era delgada, aunque de buena figura, vestía de color negro; un bikini sencillo, unos pantalones muy cortos ceñidos, con cinturón blanco, unas botas deportivas sin tacón guantes sin dedos, de manga larga traslucidos y una chaqueta con capucha, atada solo por la parte de arriba. Tras admirar la belleza de las jóvenes, Ein solo mostro una sonrisa confiada.

- Bien, si gano quiero a una de las jóvenes (Ein)

- Jajaja, parece que aspiras a mucho muchacho, pero no voy a dejar que… (Tom)

- ¿Qué pasa, tienes miedo de perder contra un muchacho? (Ein)

Tom golpeo fuertemente la mesa, dirigiéndole una furiosa mirada a Ein quien mantuvo una sonrisa mientras dirigía le devolvía una mirada asesina.

- Muy bien, muchacho si nos ganas a ambos tendrás a la que escojas, pero jugaras solo, además si pierdes deberás darnos todo lo que traes encima entendido (Jerry)

- Eso es todo, bien juguemos (Ein)

- Juguemos (Tom)

En ese momento, Ein volvió nuevamente la mirada hacia las muchachas, mirándolas con deseo. Al ver las intenciones de Ein, la mayor le devolvió una picara mirada a la vez que se relamía los labios y resaltaba aún más su figura desabotonando parcialmente su chaqueta, cruzando sus hermosos ojos verde jade con el rubí oscuro de Ein, correspondiendo a sus intenciones.

Por otra parte, la más joven solo aparto la mirada por unos instantes, comportándose de manera tímida ante la mirada de Ein, pero volviéndola sigilosamente al notar un brillo metálico bajo la manga de la chaqueta de este, haciéndole saber con una sonrisa que sabía lo que ocultaba.

Entre tanto, Jack y Yorm habían pedido un par de tragos mientras charlaban con viejos amigos, a la vez que intentaban cortejar a alguna de las mujeres que frecuentaban la barra, comentarios como [He preciosa, quieres un trago] o [Lindura, ¿Quieres bailar?] se escuchaban cada pocos minutos, entonces apareció alguien que no esperaban ver en ese sitio.

Capítulo III – El Pasaje de Caronte. Reencuentro Fatal

La repentina aparición de ese conocido volvió tenso el ambiente entre Jack y Yorm, mostrando una fría mirada a su viejo conocido. Este aun vestía su habitual traje negro y corbata roja, no pasando desapercibido pues fue recibido por varias miradas de antipatía, odio y temor por algunos, pues sabían que, a pesar de guardar algún resentimiento hacia él, no tenían poder para oponerse a las reglas que sus maestros le ordenaban, el impartiese.

- ¿No se supone que deberías estar en el casino Crupier? (Jack)

- Tengo derecho a divertirme de vez en cuando, además tengo algunos compromisos (Crupier)

- No es que nos moleste ni nada, es solo que es raro que dejes el casino (Yorm)

- No necesitan ser formales fuera del casino, pueden llamarme Noa (Noa)

- Pues un gusto Noa, y ¿Qué te trae por aquí? (Jack)

- Como dije, tengo algunos asuntos pendientes; además les traigo una importante noticia (Noa)

- ¿Noticia? (Jack)

- Si, parece que alguien de tártaro, ha puesto su mirada en esta ciudad (Noa)

- Del Tártaro, ¿Por qué alguien como ellos se interesaría por ciudad más pobre del territorio? (Yorm)

- No lo sé, pero se rumorea que algunos de ellos acaban de entrar en conflicto y decidieron buscar recursos y personal en los diversos rincones de Hades (Noa)

- Entonces, creo que es hora de mudarse (Jack)

- Tendrán que hacerlo rápido, el Pasaje de Caronte se volverá peligroso en poco tiempo (Noa)

- ¡Lo dices en serio! Ese lugar es la única ruta bajo el control del Casino, ¿por qué sería insegura? (Yorm)

- Es cierto que El Casino controla el Pasaje de Caronte, pero no tiene suficiente poder como para oponerse a la voluntad Tártaro (Noa)

- Entonces, ¿viniste a avisarnos? (Jack)

- No te confundas encontrarlos aquí fue una casualidad, solo quería tomarme unos tragos y luego encontrarme con alguien (Noa)

- ¿Alguien? (Yorm)

- En casos como estos los Crupier podemos solicitar escolta para ser llevados a otro territorio, es probable que no nos veamos de nuevo, al menos por un tiempo (Noa)

- Entonces que tengas buen viaje Noa, gracias por la información (Jack)

- Una cosa más, falta poco para la "Cosecha" (Noa)

Diciendo esto Noa abandono el club, dejando nuevamente solos a Yorm y a Jack. Tras unos minutos estos decidieron buscar a Ein y explicarle la situación, dirigiéndose a la mesa de billar encontrándose una escena desconcertante para ellos; Jerry y Tom, los campeones del club en cuanto a lo que billar se refería se encontraban en empate con Ein, teniendo solo la bola #8[Negra] en juego. Ya llevaban varios turnos desde que solo quedaba en juego el #8, además que la tensión estaba empezando a afectar al dúo de campeones, viendo la última bola a merced de Ein.

- Eres bueno muchacho, pero recuerda que solo te queda una oportunidad (Jerry)

- Pues la aprovechare bien (Ein)

Diciendo esto, Ein golpeo fuertemente la bola blanca, impactando al #8 con fuerza, haciéndola caer directamente en la tronera de la esquina derecha, ganando así el partido.

- Bueno, he ganado, entonces voy a elegir (Ein)

- Ni lo sueñes mocoso, se acabó el trato. ¡Jerry! (Tom)

De un momento a otro Jerry se acercó por detrás y agarro fuertemente a Ein, quien solo mostro una vaga sonrisa mientras veía acercarse a Tom.

- ¿Y qué vas a hacer ahora mocoso? (Tom)

- Hmp… ¿Eso es todo? (Ein)

- ¡Mmm…! (Jerry)

Ein lanzo un cabezazo a Jerry partiéndole el tabique, seguido de un puntapié a los testículos de Tom haciéndole caer de rodillas. Tras recomponerse Jerry lanzo un puñetazo a Ein, quien le evadió y corto el bíceps derecho con el cuchillo que traía bajo su manga.

- ¡Hijo de…! (Jerry)

Antes de que Jerry se lanzara nuevamente contra Ein, Yorm estampo contra la cabeza de Jerry una de las bolas de billar rompiéndole la cabeza y dejando su cuerpo tendido sobre un charco de sangre. Tom solo miro expectante, retorciéndose de dolor por el puntapié de Ein.

Incluso Ein quedo sorprendido ante las acciones de Yorm, levantando su guardia inconscientemente, preparado para enfrentarle de ser necesario. Al ver la cara de asombro del joven, Yorm simplemente sonrió, mostrando una calma envidiable pese a haberle reventado la cabeza a alguien y estar bañado en su sangre. Por otro lado, Jack solo suspiro mientras caminaba calmadamente hacia Tom, quien se había recuperado un poco del golpe de Ein, pero renegaba de levantarse.

- Bien hecho muchacho, ahora deja que trabajen los mayores (Jack)

Con una rápida palanca Jack le partió el cuello a Tom para luego dejarlo caer al suelo con la cabeza en una posición inhumana.

Para sorpresa de Ein, pocos de los presentes estaban sorprendidos, sino que siguieron en sus actividades como si nada e incluso las mujeres que venían con ellos habían vuelto su atención hacia el resto de hombres del local, faltando solo las dos jóvenes quienes aprovecharon la conmoción para abandonaron el local.

- ¿Ustedes? (Ein)

- ¿No estás acostumbrado a la brutalidad verdad? (Yorm)

- Tsk… (Ein)

Molesto por el comentario, Ein volvió a plegar y ocultar su cuchillo bajo la manga de su chaqueta, solo para recibir otro sermón de Jack.

- Tienes buenas habilidades Ein, pero no es momento para jugar (Jack)

- ¿Por qué me interrumpieron? (Ein)

- Creo que será mejor que hablemos en algún lugar apartado (Jack)

- Como quieras (Ein)

- Regresemos al departamento; allí no nos molestaran (Yorm)

Tras regresar al departamento, Jack le contó a Ein lo que Noa les había informado y las posibilidades de que el paso hacia otras ciudades fuera cerrado, aunque hubo algo que mutuamente decidieron ocultarle.

- ¿Qué piensas hacer Ein? (Jack)

- Creo que la mejor opción será viajar a otra ciudad (Ein)

- En ese caso nuestra mejor opción es viajar a Cocito en extremo occidental de la isla, desde ahí podemos dirigirnos hacia Tártaro en el centro o a Nix en el norte (Jordi)

- No es necesario que vayan conmigo, han hecho más que suficiente por mi (Ein)

- Bueno, lo hemos pensado y Estigia se estaba volviendo un poco aburrida, así que si no te molesta que te acompañemos (Jack)

- Bueno, me hará falta ayuda y viajar solo es un poco aburrido, pero ¿estáis seguros? (Ein)

- ¿Acaso sabes cómo llegar a Cocito? (Jack)

- ¿O siquiera como conseguir dinero? (Yorm)

- Tsk… Ya me las arreglare (Ein)

- No seas cabezota, estarás con una mano delante y la otra atrás en pocas horas, eso en el caso de que logres llegar (Jack)

- Aun así… (Ein)

- Entonces decidido, nos vamos contigo (Yorm)

- Haaah… Como quieran (Ein)

- Perfecto, saldremos mañana (Yorm)

A regañadientes, Ein acepto que Yorm y Jack le acompañaran en su viaje. Tras la conversación este se dirigió a su cuarto, para, tras recostarse en la cama; leer la nota que le había entregado Baba Yaga antes de dejar la tienda.

- Muchacho, en caso de que decidas abandonar Estigia creo que deberás estar preparado para el viaje, este cargador es un tanto especial, está cargado con balas de uranio empobrecido, en pocas palabras munición radioactiva y altamente inflamable, dispararlas no te hará daño a menos que sea con un uso regular durante años, pero los que reciban el impacto de estas balas tienen grandes posibilidades de ser envenenados por la radiación producto a las trazas de plutonio presentes en el uranio, por lo que en caso de que sobrevivan al combate, un par de balas en órganos o partes no vitales de su cuerpo serán más que suficiente para que la radiación haga su trabajo, matándoles o dejándoles graves secuelas de por vida. Lamentablemente solo puedo entregarte uno para tu pistola así que úsalo sabiamente. Atentamente Baba Yaga (Nota)

- Hmp… [Por que me entregara esto] (Ein)

Mientras Ein leía la nota, en el salón Yorm y Jack tenían una silenciosa conversación procurando que Ein no escuchara de lo que hablaban.

- Jack, ¿estás seguro de no haberle contado acerca de la Cosecha? (Yorm)

- Es mejor así, viste la habilidad de Ein con las armas hoy, si alguno de esos cabrones se entera de él se verá obligado a participar (Jack)

- ¿Por qué te preocupa tanto ese chico? (Yorm)

- Yorm, ¿Hace cuánto nos encerraron aquí? (Jack)

- Hace más o menos 10 años Jack, ¿Por qué lo preguntas? (Jordi)

- Enserio me preguntas eso, Yorm, Ein es solo un muchacho; y pese a lo que haya hecho para estar aquí no merece la vida que llevan los juguetes de esos hijos de puta (Jack)

- Maldita sea Jack, no pienso sacrificar mi vida por un mocoso de nuevo (Yorm)

- ¿¡Entonces lo dejaremos a su suerte, para que termine como…!? (Jack)

- ¿¡Y que quieres hacer!? Cuidarlo por el resto de tu vida, eso es una locura; mira cómo vivimos tenemos un departamento, estamos con las mujeres que queramos, ¿Por qué deberíamos dejar todo eso? No tengo problemas en ayudarlo a salir de Estigia, pero me niego a acompañarlo hasta cualquier otra parte de la isla (Yorm)

- ¿Por qué te opones tanto? El Pasaje de Caronte no es muy peligroso (Jack)

- Jack eres como mi hermano, me preocupo por ti, tengo una mala sensación de esto, no es una buena apuesta para ninguno (Yorm)

- …Lo sé Yorm, pero quiero hacerlo; quiero tratar de hacer algo bueno por una vez (Jack)

- Serás cabezota, luego no digas que no te lo advertí (Yorm)

- No te preocupes (Jack)

Diciendo esto, ambos se abrazaron con fuerza para luego regresar cada uno a sus dormitorios preparándose para el viaje al día siguiente.

Tras la salida del sol, Ein se encontró con que tanto Jack y Yorm le esperaban sentados en la mesa, cada uno con sus armas preparadas y algo de pan, un poco de carne y agua sobre la mesa.

- Come un poco, saldremos apenas terminemos (Yorm)

- Chicos, les agradezco mucho la ayuda, pero… (Ein)

- No te preocupes por eso, vamos porque queremos (Yorm)

Yorm le sonrió amablemente a Ein, quitándole las ganas de convencerles de quedarse a ambos. Tras terminar de desayunar el trío se dirigió hacia la salida occidental de la ciudad, esta se encontraba tras unos edificios en medio de lo que parecía ser el comienzo de una vieja autopista recién iniciada aunque, con el paso de los años, alrededor de esta había crecido un gran bosque el cual impedía el recorrido directo hacia la siguiente ciudad; además de no encontrarse solos, varias docenas de personas se encontraban reunidas frente a lo que parecía un paso fronterizo a la entrada del bosque.

Muchos de ellos eran hombres adultos, vestidos con ropa de camuflaje o caza, armados con una gran variedad de armas, desde fusiles de francotirador y ballestas, hasta fusiles de asalto y escopetas. Por otra parte, la minoría eran hombres jóvenes a penas armados con cuchillos tácticos y revolvers, acompañados por algunas mujeres quienes al pareces se encontraban desarmadas, aunque para algunos no escapaba el ocasional destello metálico que surgía desde algunas partes de sus vestimentas.

Los jóvenes no pasaban los 30 años y vestían ropa deportiva, mientras que las mujeres se encontraban entre los 19-32 años y vestían chaquetas con capucha y mini faldas, las cuales apenas se veían bajo la chaqueta, y zapatillas o botas.

En el paso fronterizo se encontraba un solitario hombre vestido de traje y corbata, este traía en sus manos una pequeña agenda, una pluma y lo que parecía un viejo reloj de bolsillo.

- Parece que llegamos temprano (Yorm)

- ¿Por qué? (Ein)

- Veras, muchos hombres que ves están buscando unirse a las filas de los poderosos de la isla (Jack)

- ¿Y los que vienen con las mujeres? (Ein)

- Ellos solo quieren tirárselas; no te preocupes mucho (Yorm)

- ¡Haaah…! (Ein)

- Como sea solo esperemos un rato a que llegue (Jack)

- ¿Qué llegue qué? (Ein)

- ¡Retorno! (Hombre de traje)

Al mismo tiempo que el anuncio, se podía oír como el característico sonido de un motor de un todo terreno se acercaba, mostrándose en la forma de un jeep militar ocupado solo por el conductor, quien se acercaba por las ruinas de la autopista, deteniéndose al lado del hombre de traje.

- ¿Oye, estos son los que quedan? (Conductor)

- Así parece, no esperaba tantos hoy (Hombre de traje)

- Entonces acaba de dar tu maldito discurso, tengo cosas que hacer (Conductor)

- Como quieras (Hombre de traje)

La actitud de ambos era completamente ajena al resto de las personas, tanto que quien los viera desde fuera pensaría que para ese dúo, ellos no eran más que basura.

- Bien, para los que no me conozcan, soy uno de los llamados "Carontes", podéis llamarnos así tanto a mí como al conductor, poco o nada deberá de importaros eso. Como algunos ya sabrán una vez pongan los pies fuera de la ciudad, El Casino no se hace responsable de vuestra seguridad, mas aun si perdéis vuestro "pasaje" no podréis volver a entrar hasta conseguir una. (Caronte)

Diciendo esto. El Caronte revelo un gran número de placas con forma de disco que había sobre la mesa de la "frontera de Estigia", las cuales tenían un numero en su centro.

- Pues bien, ahora se les entregara a cada uno de ustedes una de estas placas por un pequeño precio, 1 Lete para ser exacto. Considérenlo como el pago a Caronte por llevarlos por el Hades (Caronte)

- ¿Ya terminaste? (Conductor)

- Si, puedes hablar (Caronte)

- Bien… Escuchadme escoria, antes de que compren vuestro "pasaje" quiero que sepan una cosa, no se os ocurra volver sin algún pasaje de Caronte; Si se les ocurre hacerlo yo mismo me encargare de su castigo. ¿He sido? (Conductor)

Las palabras del Caronte ciertamente eran frías, pero las del conductor se sentían vacías, como si les hablara a meros animales, que junto a su mirada dejaban claro que había dejado su humanidad de lado. El silencio colmo el lugar mientras que cada "viajero" compro su "pasaje" momento en el que el conductor volvió a dirigirles la palabra.

- Una última cosa, solo puedo llevar a un pequeño grupo por viaje así que elegid quienes iréis primero (Conductor)

- Entonces creo que… (Ein)

Antes de que Ein terminara de hablar, Jack lo tomo del hombro, negando con la cabeza mientras veía como el grupo de mercenarios tomaban asiento dentro del jeep.

- ¿Qué pasa? (Ein)

- Estos tipos, se traen algo entre manos. Sera mejor esperar (Jack)

- Si (Ein)

- ¿Trajiste tus armas Ein? (Yorm)

- Si, no te preocupes; fue buena idea el hacer parecer que Jack era el único armado, aunque te debe resultar complicado esconder tus armas dentro de esa mochila (Ein)

- No te preocupes estoy bien (Yorm)

A forma de evitar enfrentamientos, el grupo decidió que solo Jack llevara consigo su ametralladora M216. Yorm llevaba los explosivos y sus sub-fusiles dentro de una mochila, mientras que Ein no tuvo demasiadas dificultades escondiendo su cuchillo y pistola bajo las mangas de su chaqueta, quedando su Five-SeveN en la manga izquierda, su cuchillo en la derecha y las granadas en la parte trasera de su chaqueta.

Tras pocos minutos el motor del jeep comenzó a rugir, para tras pocos segundos perderse en la espesura, al mismo tiempo que las mujeres y jóvenes se aventuraban por su cuenta. En la frontera solo quedaron Ein, Jack y Yorm, además del Caronte, quien por algún motivo mostro una sonrisa ante la decisión de estos.

- ¿Acaso no pensáis iros? (Caronte)

- En realidad me preguntaba ¿Por qué les darían un identificador (disco) solo para que se nos permita entrar en otro complejo? (Jack)

- Hmp… Únete al Tártaro y tal vez obtengas la respuesta que buscas (Caronte)

- Acaso crees que… (Yorm)

- Dime, ¿Qué tan grande es el poder de Tártaro? (Ein)

- Depende de para que quieras ese poder (Caronte)

- ¡Ein esos tipos son… (Jack)

El cuerpo de Jack se paralizo al ver la fría mirada que dirigía Ein hacia el Caronte, quien no paraba de sonreír ante la situación.

- Dime, ¿Tártaro puede decirme el paradero exacto de alguien en esta isla? (Ein)

- Con un poco de paciencia es muy probable de que puedan encontrar a quien busques, ¿Tienes a alguien en mente? (Caronte)

- No necesariamente (Ein)

La actitud de Akira dejaba más que claro su falta de intenciones de revelar información, lo cual tranquilizo a Jack y Yorm quienes soltaron un suspiro de alivio al escuchar eso.

- Bueno en todo caso, es hora de que os vayáis; el camino va a ser largo (Caronte)

Diciendo esto Caronte les abrió el paso hacia el bosque, y tras ver al grupo fundirse en la espesura abandono el lugar. Varias horas pasaron desde que el grupo se había adentrado en el bosque siguiendo lo que quedaba de la autopista, aunque a decir verdad poca hubiera sido la diferencia si hubieran decidido adentrarse en la maleza puesto que la autopista que vieron al entrar no era más que los restos de la original la cual se encontraba sumergida por largos tramos en las raíces de los árboles y solo unas pocas partes de esta lograban verse en la superficie, además del calor y el peso de las armas lo cual ralentizaba su paso mucho más, obligándoles a descansar cada cierto tiempo, esto cambio tras las 5ta hora de viaje, donde encontraron un descampado en medio de los arboles, con los restos de una pequeña hoguera en su centro.

- Parece que alguien ya paso por aquí (Jack)

- Entonces vamos por buen camino (Ein)

- Eso suponiendo que aun estén cerca (Jack)

- Eso es lo de menos, al final todos deben llegar a la entrada del otro recinto (Ein)

- Creo que no será necesario mira las cenizas (Yorm)

- ¿Nos están vigilando Yorm? (Ein)

- Así parece (Yorm)

- Tsk… Jack abre fuego (Ein)

Un segundo después, Jack libero una gran ráfaga de balas hacia los arboles, destazándolos y abriendo su campo de visión, al mismo tiempo de que Ein y Yorm sacaban sus armas.

- ¡Jack, recarga! (Ein)

- Si (Jack)

Jack dejo caer el cargador de su ametralladora tras reemplazarlo por uno nuevo, en ese instante tres virotes aparecieron de entre los arbustos rumbo al grupo, Ein y Yorm los evadieron fácilmente, mientras que Jack escapo por poco.

- ¡Yorm, ahora! (Ein)

- ¡Siii! (Yorm)

Con extrema velocidad Yorm lanzo un par de granadas hacia los arbustos, al mismo tiempo que dos siluetas humanas se alejaban de estos antes de la explosión, entonces ocurrió…

- ¡¡¡Jack!!! (Yorm)

Aprovechando la conmoción, uno de los atacantes golpeó a Jack en la cabeza y tomó del cuello haciéndolo su rehén, mientras que Ein y Yorm eran rodeados por otros tres mercenarios a punta de ballestas.

- Tsk… ¿Quiénes son ustedes? (Ein)

- Ha pasado tiempo Ein, dime ¿Cómo se encuentra el viejo? (???)

- ¿Qué haces aquí Gil? (Ein)

Las palabras resonaron por momentos en la mente de Ein mientras veía como de entre los árboles se mostraba la figura sonriente de Gil, la razón de su captura y posterior reclusión. Este vestía una bata de laboratorio de mangas largas color blanco sobre una camisa del mismo color, además de pantalón y zapatos negros.

- Así es como saludas a tus viejos amigos (Gil)

- ¡No me jodas, quien te llamaría amigo después de lo que hiciste! (Ein)

Al escuchar las palabras de Ein, Gil no pudo contener su risa, aunque tras varios segundos su sonrisa se volvió en una fría y obscura mirada.

- Lo que hice, solo adelante el trabajo del viejo, Ein (Gil)

- No me jodas, a caso crees que… (Ein)

- Suéltame imbécil (Jack)

Las palabras de Ein fueron solapadas por las de Jack quien comenzó a forcejear con su captor solo para recibir un balazo en la pierna derecha haciéndole caer al suelo de dolor.

- ¡Haaah! (Jack)

- Hijo de… (Yorm)

Yorm saco rápidamente sus subfusiles y apunto a los mercenarios que le rodeaban, solo para que estos atravesaran sus brazos y destrozaran sus armas con dos virotes dejándole retorcerse de dolor en el suelo mientras le apuntaban con otro juego de virotes y ballesta…

- Bueno creo que podemos comenzar con nuestro pequeño juego (Gil)

- Tsk… (Ein)

- Nervioso, pero si era tu favorito; disfrutabas ver esos videos (Gil)

- No me digas que estas pensando en… (Ein)

Las palabras de Ein se apagaron al entender lo que planeaba Gil, este lo noto y con gran tranquilidad comenzó a silbar durante unos segundos tras los cuales tres pares de puntos brillantes emergieron de entre los arbustos, sus aullidos fueron suficientes para que Ein recuperara la conciencia...

- Lo entiendes ahora (Gil)

- ¿Qué quieres? (Ein)

- Jajaja… Quiero ver tu rostro cuando sufras la misma humillación que yo (Gil)

- ¡De que estás hablando! (Ein)

- ¡Acaso lo olvidaste, lo que el viejo y tú me hicieron vivir, esa eterna persecución por esa organización de mierda, ¿Sabes cuánto tiempo llevo aquí!? (Gil)

- Tres años (Ein)

- ¡Exacto maldito, tres años, tres malditos años en los que me he estado pudriendo en esta isla!, pero ha valido la pena; ahora tu estas aquí (Gil)

- ¿No me digas que tú? (Ein)

La expresión de sorpresa de Ein retorció aun más la sonrisa de Gil, quien se mostraba complacido por la situación…

- Si Ein, antes de ser recluido aquí les di tu ubicación, solo para tener una oportunidad de matarte; y mira que ha merecido la pena esperar, ahora tengo a dos que no me sirven (Gil)

- Espera ni se te ocurra (Ein)

Nadie escucho las palabras de Ein, con un rápido cerrar del puño de Gil los mercenarios con un certero disparo les perforaron el cráneos a Yorm y Jack, sorprendentemente Ein mantuvo la calma ante las acciones de Gil, aunque este pudo ver a través de su fachada…

- Parece que aun eres insensible Ein, entonces creo que puedo tratarte como un animal (Gil)

- ¡Vete al diablo hijo de puta! (Ein)

- Grandes palabras para alguien que es incapaz de mostrar dolor por sus compañeros, pero basta de palabrería que comience el espectáculo (Gil)

Diciendo esto Gil le lanzo el disco de Jack a Ein, este lo atrapo fácilmente, lanzándole una mirada llena de odio a Gil.

- ¿Que estas planeando? (Ein)

- Solo quiero ver si vales mi tiempo (Gil)

- ¿Cómo planeas hacerlo?, ya vi que a tus secuaces no les quedan virotes para disparar (Ein)

- Jajaja… No van a ser ellos los que te trataran de matar (Gil)

Con un nuevo silbido los perros de Gil salieron de entre los arbustos y comenzaron a rodear a Ein, al mismo tiempo que los mercenarios sacaban sub-fusiles y escopetas de las mochilas que llevaban.

- Este es el juego, tienes treinta segundos, corres tan rápido como puedas y ellos te darán caza, si logras sobrevivir y llegar a Cocito en la mañana te habrás ganado mi respeto, así que bien corre (Gil)

- … (Ein)

- ¡He, estas sordo, he dicho que te largues pedazo de mierda; corre y muere! (Gil)

Forzado a sobrevivir Ein comenzó a correr por su vida hacia el interior del bosque, tras treinta segundos los sabuesos y mercenarios comenzaron a perseguirle, estos últimos tras los primeros minutos se dispersaron mientras mandaban a los sabuesos tras Ein, quien comenzó a ver como la silueta de dos de los tres perros se le acercaban.

Ein saco su pistola y disparo dos veces, impactando a uno en el cráneo y rozándole la pata a otro, relajándose al creer haber ganado algo de tiempo, solo para ser asaltado por un costado por el tercero de los sabuesos quien le mordió fuertemente la mano derecha antes de ser víctima de un tercer disparo de Ein aunque le obligo a de recuperar el aliento tratar sus heridas escondiéndose tras un árbol, pero...

- Hmp… Te encontré muchacho (Mercenario)

- ¿Qué? (Ein)

- Muere (Mercenario)

- Tsk… (Ein)

En una jugada desesperada Ein disparo nuevamente su pistola justo antes de que una lluvia de balas cayera sobre él, la cual le dejo varias heridas de bala en su cuerpo y cortes por fricción, aunque ninguna letal de momento. Viéndose obligado a avanzar siguió corriendo a través del bosque, siendo seguido por los perros a causa de la sangre que dejaba a su paso. Tras varias horas, sus heridas habían comenzado a empeorar y la pérdida de sangre se había vuelto considerable, ralentizando el caminar del joven a la vez que cada pocos minutos escuchaba el ladrar de los perros tras de sí, entonces tras llegar a un arroyo…

- ¿Agua? (Ein)

Ein se arrodillo a beber un poco y tratar de cubrir su rastro y heridas, pero justo antes de que siquiera lograra beber uno de los mercenarios se abalanzo sobre el tratando de clavarle su cuchillo…

- ¡Muere, maldito, muere! (Mercenario)

- Hijo de… (Ein)

Ein cayó de espaldas al suelo mientras forcejeaba con el mercenario, quien aprovechaba su fuerza física para someter al joven…

- ¡Muere, muere! (Mercenario)

Antes de que el filo del mercenario cortara la garganta de Ein, este logro sacar el suyo de clavarlo en el cuello de su oponente y quitárselo de encima lanzándolo al arroyo, pero…

- Haauuuuh… (???)

- ¿Más… perros…? (Ein)

A la mañana siguiente una triste figura apareció a las puertas de Cocito, su ropa estaba rasgada y sucia, su cuerpo y cabellos cubiertos de sangre, sus brazos y piernas con grabes heridas de bala y mordidas de perro, sus ojos estaban casi en blanco y se tambaleaba al caminar, poco les importo a los Carontes la deplorable condición del muchacho, quien parecía haber pasado el mismísimo infierno para lograr salir del bosque y solo al ver como los dos discos de identificación caían de entre sus manos al perder la conciencia fue que estos realizaron un esfuerzo mínimo por ayudarle, llevándolo a rastras hasta un viejo establecimiento a la entrada ciudad, dejándolo a sus suerte en la entrada de este como si de un animal moribundo se tratara.