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Capítulo 11: Una situación incómoda.

Pasaron varios días desde la charla que tuvieron Carol y Marta, esta última logro adoptar una actitud menos distante con su nuevo compañero y se habían acercado un poco, pero no lo suficiente como para tener confianza entre ellos. Ya habia empezado a pasar la época de lluvias, pero todavía llovía de vez en cuando, así que Marta no salía de su casa sin su paraguas. Gracias a la influencia de Miguel, Marta se había vuelto un poco despreocupada, así que ya no llegaba veinte minutos antes de empezar su horario de trabajo, sino diez minutos antes. Cómo era costumbre ella siempre llegaba antes que él, pero esta vez llegó después de él. Estaba sorprendida de haber llegado después de él.

- ¿Te sucede algo? ¿ Por qué llegas tan temprano?

- Eres tú a la que le sucedería algo si nos guiaramos por la hora de llegada, pero ese no es el punto ...

- Entonces, ¿qué pasa? - dijo ella poniendo una expresión de preocupación.

- El jefe Salazar vino.

- ¿Y?

- Y quiere que el guión esté listo para a más tardar la próxima semana, pero para ese tiempo no podremos terminarlo, aún estamos en la mitad y nuestro ritmo de trabajo no es favorable.

- Ya veo - dijo Marta con una mueca de disgusto en su rostro - ¿qué hacemos entonces?

- Tendremos que intensificar nuestro trabajo, vernos fuera de horario, trabajar durante el almuerzo o reunirnos el fin de semana... Pero tenemos que terminar ese proyecto a como de lugar.

- Bien... Trabajemos durante el almuerzo y extendamos nuestro horario hasta las siete y media... si con eso no es suficiente, nos vemos el sábado a la una de la tarde en mi casa para terminar de una vez por todas ese guión... No perdamos tiempo y empecemos el trabajo.

- Bien - respondió Miguel con determinación.

Durante ese día no se escuchó ninguna conversación demasiado larga, sólo se escuchaba como sus dedos volaban a través del teclado de las computadoras, era un sonido constante, mientras él redactaba, ella corregía errores ortográficos, aunque su ritmo de trabajo aumento no era suficiente para avanzar porque el señor Salazar entraba a la oficina y les pedía cambios en otros guiones de la serie, esto los desconcentraba constantemente, al punto de tener que volver a revisar el guión inconcluso de principio a fin para volver a ubicarse.

Llegó el viernes en la tarde, y aunque hubieran trabajado más horas, todavía les faltaba la parte final del guión, así concertaron en el apartamento de Marta para terminar el guión, ya sabían donde vivía cada uno de ellos, él había acercado a Marta a su casa con su auto la semana pasada porque se les había hecho trade en una cena con los inversores para explicar el progreso del guión, vivían relativamente cerca teniendo en cuenta lo grande que era la ciudad, sin embargo, Miguel vivía en un barrio de gente adinerada, a Marta no le agradaban los barrios así, por lo que no quiso reunirse ahí con él. Miguel lo acepto pero se preguntaba porque ella había tomado esa decisión, pero teniendo en cuenta su carácter se abstuvo de hacer preguntas indiscretas, él era sensato y no permitiría que ella se alejara de él por meterse en sus decisiones y su pasado, le había tomado cariño, le gustaba y quería conquistarla pero poco a poco, él no sabía lo que Marta había vivido pero entendía que era algo que la marcaba profundamente y por eso había decidido ser paciente con ella, y esperar a que tarde o temprano florecería algo entre ellos.

Llegó a la casa de Marta a la hora acordada. Vestía un pantalón jean azul oscuro, una chaqueta gris y zapatos deportivos negros, además de llevar su bolso en el que se encontraba su computador portátil con el avance del guión. Marta vestía igualmente un jean pero de color claro, plataformas rojas y un blusa cuyas mangas estaban hechas de encaje, llevaba su cabello completamente suelto, sólo una pequeña pinza evitaba que este le cayera a la cara si se agachaba; Miguel pensó que su belleza superaría la de cualquier diosa mitológica, entendía porque muchos hombres que se la encontraban en la calle no podían evitar suspirar al verla.

Lograron terminar el guión y darle los toques finales, habían trabajado cinco horas, empezaba a oscurecer. Miguel guardo su PC en su bolso, y se disponía a irse pero Marta lo detuvo amablemente diciendo:

- ¿Te gustaría quedarte a cenar?

- No quiero ser una molestia - dijo él educadamente.

- No es ninguna molestia, de verdad me agrada tu compañía... además, se nota a leguas que mueres de hambre - dijo ella con una sonrisa divertida en su rostro

- Está bien - al final acepto tímidamente.

Marta sirvió la cena y ambos se sentaron a comer, hablaron sobre el trabajo, sus gustos y lo que querían hacer en el futuro; Miguel evitó cautelosamente las preguntas que resprctaban a su pasado, no quería que ella supiera que sufría de apnecia y que no recordaba nada de su vida desde que despertó en un hospital hace seis años; por otro lado Marta hizo lo mismo con las preguntas que eran sobre situaciones amorosas, ella no quería deprimirse y empezar a llorar frente a él. Acabaron la cena y Miguel iba a ayudarle a Marta a lavar los platos, pero ella se negó. Él trato de hacerla a un lado para hacerlo, pero ella tenía más fuerza de lo que aparentaba. Él lo siguió intentando, la cremayera de su chaqueta de enredo en las mangas de la blusa de ella, pero no se dieron cuenta hasta que ella intento empujarlo. El empujón hizo que él perdiera levemente el equilibrio, pero lo grave de la situación era que él la arrastró en la misma situación. Marta casi cae al suelo, pero Miguel alcanzó a sostenerla de la cintura antes de que ella cayera. Marta termino apoyada en su pecho, podía respirar su olor varonil y fresco a pesar de haber trabajado arduamente durante tanto tiempo. Casi instantáneamente, ambos enrojecieron de vergüenza, Marta se apartó rápidamente de él y corrió a su habitación, cerró rápidamente y se quedó apoyada en la puerta. Miguel quedó pensativo y se obligó a no darle muchas vueltas al asunto, distrayendose terminando de lavar los platos, una vez terminada la tarea agarro su bolso y se despidió de Marta que se negaba a salir de su habitación, él salió del complejo pensando otra vez en la reacción de Marta, no entendía porque huía de él así. Marta por otro lado estaba muy avergonzada, pero lo que le daba vergüenza era que ese contacto le habia gustado y mucho.

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