El viejo Mikazuki no pudo evitar abrir la boca subconscientemente. Realmente le era imposible entender a su nieto la mayor parte del tiempo.
—Querido nieto, ¿qué quieres decir? ¿Ya has hablado con la madre de la Srta. Davi? —El viejo preguntó entonces.
—Ya hablé con ella antes de venir aquí al país J. Ya me dio su bendición. —Él respondió y tan pronto como Sei dijo esas palabras, todos se quedaron sin palabras. Bueno, Davi lo entendió, ya que ella también se sorprendió mucho cuando Sei le dijo que ya había hablado con su madre.
—Como era de esperar de mi nieto. ¿Pero qué hay del vestido de novia? Al menos deberías dejar que tu mujer lleve un vestido de novia hecho sólo para ella.
—No tienes que preocuparte por eso. Mi prometida ya ha elegido su vestido de novia hace un momento.
—…
— ¡¿Hace un... un momento?!
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