—Busquemos una pequeña isla por aquí para detenernos en ella —Venerable Bai arrojó a Doudou, al pequeño monje y al recién capturado Ballena Ocho en la espalda de la enorme ballena. Después, él la palmeó gentilmente.
Esa ballena que se había hundido en las profundidades del mar, lista para llevar una vida pacifica de ballena, estaba en un viaje nuevo solo pocos minutos después…
❄️❄️❄️
La ballena enorme montó el aire y se clavó entre las olas para buscar por un lugar donde detenerse.
Después de ver que Doudou y el pequeño monje no se estaban moviendo, Song Shuhang preguntó con algo de sorpresa.
—Sénior Bai, ¿qué sucedió con Doudou y el pequeño monje?
Los dos de ellos solo abrían y cerraban sus ojos, sin mover sus cuerpos en lo más mínimo. ¡Era imposible para ellos portarse tan bien!
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