El cielo nocturno fue cubierto en la luz de las estrellas. El exterior estaba silencioso. Además del ocasional croar de una rana, todo estaba en completo silencio. Un viento frío se enrollaba en el interior de una cueva vacía mientras Xiao Yan estaba sentado de piernas cruzadas sobre una enorme roca dentro de la cueva. Su expresión era solemne. Al cabo de un rato, movió su mano y dos objetos salieron velozmente de su anillo de almacenamiento. Esos objetos aterrizaron pesadamente en el suelo, generando algo de polvo.
Dos cuerpos que habían estado congelados aparecieron en el suelo. Xiao Yan no era ajeno a esos dos cadáveres. Eran Yun Shan y el Viejo Demonio Fantasma…
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