El “auténtico” Viken

Benedicto III se dio la vuelta con brusquedad. Con la espalda contra la vieja cruz, dijo solemnemente.

—Empecemos.

Tras una breve vacilación, Santa Kati sugirió.

—Su Santidad, ¿deberíamos esperar un poco más? Semejante intento es muy peligroso. Puede ser herido de gravedad y caer en estado de hibernación aunque usted sea un semidiós. ¿Por qué no realizamos unas pocas simulaciones? O podemos esperar hasta que el Rey Ángel despierte. Él será capaz de separar al Monstruo Viken de usted con la "Guardia de Dios" en el momento crítico.