—¿Por qué?
Fue Anheuse quien preguntó aquello.
Él había regresado disfrazado luego de culminar la guía de los creyentes. Estaba muy preocupado por la situación de aquel momento, pues la decisión tomada podía tener consecuencias importantes. Si bien la verdadera fuerza del todopoderoso Ell había despertado, el enemigo al que pasaron a enfrentarse era también mucho más fuerte que Asin, el Dios de la Luna.
Al hacer frente al enemigo compuesto por el Señor de la Guerra y por los demás siete dioses, acompañados de sus sacerdotes más poderosos, Anheuse no creía en lo más mínimo que Ell tuviera posibilidades de triunfar.
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