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Capítulo 2: ¿Eres gay?

Éditeur: Nyoi-Bo Studio

Shen Yi se puso a pensar que debía hacer con respecto a su familia. Cuando su abuela le dio un boleto para una semana de vacaciones en un crucero, ¡no le dijo que debía conocer a otra mujer para salir!

No. Se rehusaba a salir con esas mujeres que se llenan la cara de maquillaje, pestañean para seducirlo e ignoran el hecho de que no está interesado.

¡Malditos artículos!

¡No era gay, por amor a dios!

A los treinta años, Shen Yi era todavía soltero y no salía con nadie ¿Acaso había algo malo con eso? Sí, lo había. Era el actual presidente de las empresas Shen Group y su familia esperaba que se casara y trajera al mundo un heredero pronto.

Shen Yi recordó la noche que la familia lo confrontó sobre su orientación sexual. Al pensar en ello, se preguntó dónde diablos habían empezado los rumores y chismes.

—¿Qué dijiste? —Shen Yi fulminó con la mirada a su padre.

—Te pregunte si eres gay —repitió la pregunta y fulmino con la mirada también a su hijo—. No debes ocultarlo hijo. Entenderemos si tan solo nos dices la verdad. No te interesaban para nada las chicas con las que saliste en el pasado. Eres mi primogénito y me duele verte solo.

—¿De dónde diablos salió esto?

—Padre, quizá estaba en negación —dijo riendo su hermano menor Shen Xue—. Debemos hacer que salga con alguien que lo haga salir del closet.

Shen Yi revoleo los ojos y se rio de lo que dijeron.

—¿Vas a responder la pregunta o no? —le preguntó el padre.

—No, ¿por qué siquiera piensas que soy gay? No veo razón para defenderme porque se, tanto como ustedes, que no soy gay. No es de su incumbencia que decido hacer con mi vida y con quien decido pasarla. Estoy contento con mi vida y no planeo cambiar nada en ella sólo porque se difundieron rumores falsos sobre mí. 

—Sí, lo ves padre. —Shen Xue miró a su padre con una sonrisa de suficiencia—. Te dije que no iba a darte una respuesta directa. Un simple sí o no sería suficiente. —Luego tomó algo del costado de la mesa. Saco un par de revistas y se las lanzó a su hermano mayor.

—Echa un vistazo a lo que están diciendo sobre ti, hermano. Dudo que te vaya a gustar.

Shen Yi hecho un rápido vistazo a los artículos escritos sobre él y frunció el ceño.

—¿Creen estos artículos de porquería y sin sentido? —Refunfuñó y lanzó las revistas al otro lado de la habitación, las cuales chocaron contra la pared con un fuerte ruido sordo.

—Bueno, no se te ha visto en público con una mujer en mucho tiempo —gritó su padre—¿Qué esperas que la gente piense de eso? No has salido con nadie en absoluto, ¿de verdad quieres pasar el resto de tu vida solo? —Algunos de los compañeros de trabajo le preguntaron, sutilmente, acerca de su primogénito.

—Primero, no funciona así. No puedo encontrar una mujer con la que quiera estar, incluso si estoy buscando una. Segundo, no voy a salir con nadie que no me interese. Por último, no creo realmente que pueda estar con alguien, si no me junto con nadie ¿Ven? Incluso tuvieron que obligarme a venir a esta cena con ustedes.

—Hermano, tienes problemas —dijo su hermano menor riendo— ah, por favor somos familia, obviamente nos amas. Solo estamos preocupados por ti. Entonces, ¿sí o no? Nos lo puedes confesar ¿Eres gay o no? —insistió Shen Xue. Su hermano mayor lo fulmino con la mirada, con el deseo de abofetearla la sonrisa burlona de la cara.

—No, no lo soy —dijo Shen Yi— a pesar de que no me interesa salir con ninguna mujer, no significa que me guste dormir con hombres.

—Eso es reconfortante —suspiró su padre con alivio. Pensaba que Shen Xue era la única esperanza de continuar con el linaje—. Pero sabes, deberías conocer a alguien y tratar de conocer a esa persona. No puedes tener una mujer en tu vida, si ni siquiera intentas elegir a alguien con quien salir. Haz amigos, sal y júntate con otras personas, consíguete una vida fuera de la oficina. No te estoy obligando a conseguir una esposa pronto, pero sabes que la abuela ya escuchó los rumores y hará lo que sea para rectificarlos.

—Y estoy seguro de que tu estuviste de acuerdo con ella —dijo Shen Yi entrecerrando los ojos. Su padre jamás podría decirle que no a los deseos de su abuela.

—Obvio, quiero ver lo que se trae entre manos e hicimos una pequeña apuesta sobre eso —confesó su padre.

Shen Yi los miró con desconfianza. Su abuela y su padre habían iniciado esa tradición de apostar cada vez que intentaban juntarlo con alguien. Hasta ahora, su padre iba perdiendo el juego. Le habían organizado citas con diferentes mujeres y ninguna de ellas le había llamado la atención.

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