Leonard le sonrió para que se pusiera al día rápidamente: —¿Crees que es la bruja negra? —ella le preguntó con curiosidad mirando a su altura.
—¿Qué te parece? —respondió a su pregunta con otra.
Vivian lo pensó un poco. Era obvio al mirar la mano del hombre que no parecían humanas. Tenían una apariencia podrida, y aun si una persona estaba enferma o se hubiese lastimado las manos, nada podía hacer que se viera como se veía ahora.
Pero a las brujas nunca las atraparon. No tan fácilmente y de una manera disponible para los concejales. Francamente, ella no sabía qué hacer, ya que parecía complicado.
Entonces, Leonard habló: —El muerto que encontramos tenía uñas similares. Es posible que algo haya pasado aquí. La plaga de la que hablaba el magistrado.
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