"Juro por dios que si no la amara tanto, la hubiera mandado a una misión de rango S por todos los problemas que me ha dado" - murmuró Kurama mientras continuaba revisando todos los documentos que tenía acumulados en su escritorio. Él estaba hablando sobre su bella esposa de cabello rojo que lo había obligado a tomar el puesto de Uzukage mientras ella disfrutaba de su vida - "Al menos mi vida no es tan mala como los demás Kage"
Habían pasado dos semanas desde el día de las bromas y todo había vuelto a la normal, con la única excepción de que la "Ley de Derechos de los Clones" se estaba esparciendo sin control por el Continente de las Naciones Elementales.
"Menos mal que en Uzu no aceptamos leyes externas" - sonrió Kurama mientras miraba a sus clones y como trabajaban con el ceño fruncido - "¿No es así?"
"¡Jódete!" - exclamaron los clones mientras le giraban los ojos a su original.
"Recuerden que todavía puedo usar 'eso' si me siguen llevando la contraria" - respondió Kurama mientras sus ojos brillaban con maldad.
"¡Lo sentimos, Kurama-sama!" - exclamaron los clones con terror.
"Eso me pareció escuchar" - bufó Kurama mientras continuaba trabajando, solo para notar como alguien tocaba su puerta - "Adelante"
"Lamento la intromisión" - dijo una voz femenina mientras entraba a la oficina.
"¿Tsunami-san?" - dijo Kurama con sorpresa porque no se esperaba ver a la madre de su estudiante en su oficina - "¿Sucede algo?"
"B-Bueno, la verdad es que he venido a reclamar mi premio" - respondió Tsunami con el rostro rojo.
"¿Premio?" - preguntó el confuso Kurama, solo para abrir los ojos en sorpresa - "Cierto, el premio por la [Caza de Zorros]"
Tsunami asintió con una sonrisa cuando vio como el albino había recordado el evento.
"Ya veo" - asintió Kurama mientras miraba a la mujer - "Konan usó su premio para pedirme que la ayudara con la reconstrucción de Ame, Kaguya todavía no me dice nada sobre como quiere pasar su día. Muy bien, dime, ¿Qué es lo que quieres hacer?"
"Lo qué tenía pensado" - dijo Tsunami mientras una mirada llena de convicción aparecía en su rostro.
* * * * *
"Me sorprende que pidieras una cita en Konoha, Tsunami-san" - dijo Kurama mientras miraba a la mujer que estaba caminando a su lado. Ella estaba vestida con un delicado vestido de seda blanco que contrastaba bien con sus ojos y cabello de color oscuro.
"Es que si tenemos nuestra cita en Uzu, no podría ver a los demás habitantes" - respondió Tsunami con el rostro rojo. Ella conocía a cada uno de los habitantes de Uzushiogakure no Sato, después de todo, gran parte de ellos eran antiguos habitantes de Nami no Kuni.
"De alguna forma puedo verlo" - respondió Kurama con una sonrisa mientras le ofrecía su mano a la madre de su estudiante - "Pero bueno, esto es conveniente también para mi"
"¿Eh? ¿En serio?" - preguntó Tsunami con sorpresa.
"La verdad es que Uzu todavía no tienes los medios necesarios para poder tener una cita memorable" - respondió Kurama mientras se rascaba las mejillas - "Y si bien hay una gran cantidad de lugares para poder visitar gracias a la enorme variedad de paisajes naturales, no hay mucha variedad de restaurantes"
"Es un desperdicio sabiendo lo maravillosos que son los paisajes de Uzu" - dijo Tsunami mientras negaba con la cabeza.
"Lo sé, es por eso que tenía pensado en construir algunos hoteles o restaurantes en esas zonas para aumentar el número de turistas" - dijo Kurama mientras se encogía de hombros - "Lo siento, no debería de hablar sobre este tipo de cosas durante nuestra cita"
"No te preocupes, Kurama-kun" - respondió Tsunami con una sonrisa - "Eso demuestra que eres alguien responsable que se preocupa por sus tierras"
"Sin contar que me parece atractivo" - pensó Tsunami mientras desviaba la mirada para ocultar el rubor en sus mejillas. Ella rápidamente tomó la mano de Kurama con una sonrisa en su rostro y empezó a revisar los alrededores del lugar.
Konoha era tal como pensaba, y la gente parecía ser extremadamente amable con ella cosa que la confundió, aunque esto debería de ser algo obvio viendo con quien ella estaba.
Kurama era el héroe de las Naciones Elementales, así como una divinidad local.
"¿Dónde quieres ir primero?" - preguntó Kurama mientras miraba a la mujer con calma, solo para notar como un ligero rubor aparecía en sus mejillas - "?"
"P-Primero, me gustaría ir a una tienda de ropa" - murmuró Tsunami mientras miraba su atuendo. Si bien no era uno malo, sentía que no podía compararse con la ropa que vestían las miembros del clan Uzumaki.
"Me parece bien" - asintió Kurama mientras guiaba a la mujer hacia una tienda familiar para él.
* * *
". . ." - Kurama se quedó en silencio cuando notó como la madre de su estudiante estaba con el rostro rojo por la vergüenza - "Puedo explicarlo"
"N-No es necesario" - murmuró Tsunami mientras agachaba la mirada.
¿El motivo?
Ellos estaban frente a una tienda de ropa, pero de ropa interior femenina.
"Esta era una tienda de ropa en general la última vez que vine" - dijo Kurama mientras intentaba defenderse, pero los ojos casi lloroso de la mujer estaban causando daño crítico.
"¿Oh? ¿Pero si no es Kurama-sama?" - dijo una mujer con una enorme sonrisa cuando vio al albino - "Me gusta su nueva apariencia"
"¡Justo la persona que quería ver!" - exclamó Kurama cuando vio a la mujer - "¡Por favor explícale a mi cita que este lugar antes era una tienda de ropa en general!"
"¿Mikoto-sama?" - preguntó la mujer al notar a la pareja de su mejor cliente - "No, usted no es Mikoto-sama, aunque el parecido es impresionante"
Tsunami agachó la mirada con pesar al notar como la habían confundido nuevamente con la matriarca Uchiha.
"Ella es Tsunami-san" - respondió Kurama con una sonrisa mientras apretaba ligeramente la mano de la madre de su estudiante.
"Lamento haberla confundido, Tsunami-sama" - se disculpó la mujer al notar la incomodidad de Tsunami.
"No tienes que tratarme con tanto respeto, después de todo, yo solo soy una simple mujer civil" - respondió Tsunami mientras movía sus manos erráticamente.
La dueña de la tienda sonrió en respuesta ante las palabras de la mujer que acompañaba a Kurama, solo para disculparse nuevamente.
* * *
"Gracias por la cita" - sonrió Tsunami mientras miraba al hombre de cabello blanco con una sonrisa en su rostro. Ella no solo había comprado ropa para poder salir, sino también ropa interior en la tienda que Kurama le había mostrado al principio de su cita.
Kurama se sorprendió ante esto porque no esperaba este tipo de desarrollo, aunque él no sabía que la dueña había convencido a Tsunami con la premisa de que esa ropa interior sería una buena arma de ataque para Kurama si la cita avanzaba correctamente.
"Todavía no terminamos, Tsunami-san" - respondió Kurama mientras negaba con la cabeza y guiaba a su cita a uno de los mejores restaurantes de Konoha.
Luego de eso, los dos fueron al parque de la aldea, a alguno de los casinos, aunque Kurama no participó en ninguna de las apuestas a menos que fuera para poder recuperar el dinero perdido.
Finalmente, la pareja avanzó hacia la zona de relajación de Konoha, lugar donde estaban las Aguas Termales, centros de masajes, entre otros.
Los dos habían decidido entrar a un Spa para poder relajarse un poco, pero Kurama se sorprendió cuando notó como Tsunami tomaba su mano con el rostro rojo y lo guio hacia una de las atracciones más famosas del lugar, el Sauna.
En un principio, Tsunami estaba avergonzada de mostrar su cuerpo desnudo ante el Uzumaki, pero con el paso de los minutos ella empezó a acostumbrarse a mostrarse hacia su interés romántico.
"No tienes que forzarte tanto, Tsunami-san" - dijo Kurama, quien tenía su masculinidad cubierta por una toalla para no asustar demasiado a la mujer.
"No, yo deseo esto" - respondió Tsunami con vergüenza mientras cubría sus pechos e intimidad con una toalla, solo para quitársela y mostrar su gloria desnuda al albino, quien se quedó sorprendido por unos segundos.
Kurama lentamente se acercó a la mujer y la miró a los ojos, solo para notar como estos estaban ligeramente nublados. Él tomó el rostro de la mujer cuidado y acarició con sus dedos sus delicadas mejillas, solo para terminar tomándola del mentón.
Tsunami podía sentir como su corazón latía con fuerza, pero no retrocedió. Ella lentamente se acercó dejó el acariciaba su rostro mientras continuaba observando sus ojos de diferente color.
Los dos lentamente se acercaron al otro hasta el punto que podían sentir el calor de la respiración de su pareja, solo para terminar en un pequeño beso que lentamente empezó a volverse cada vez más animado.
Luego de unos segundos, los dos se separaron.
Tsunami tenía el rostro rojo gracias al calor del lugar y la vergüenza que sentía. Ella estaba haciendo todo lo posible por intentar controlar los acelerados latidos de su corazón mientras sentía como su cuerpo perdía su fuerza.
Kurama lentamente la guio fuera del Sauna para que tomara un pequeño respiro.
"Estoy bien" - dijo Tsunami mientras cubría su cuerpo nuevamente con su toalla porque no quería que nadie más la viera aparte de Kurama, solo para guiarlo en dirección de su Jacuzzi privado.
Los dos nuevamente estaban desnudos, solo que esta vez no había vergüenza en el rostro de Tsunami, sino una creciente excitación que no había sentido en años.
Kurama lentamente la tomó de la cintura y la acercó a su cuerpo mientras le daba un apasionado beso.