Debido al dolor agudo en sus nervios, Qin Mo se agarró la cabeza inconscientemente. La sensación de ser ahogado por el agua de mar era extremadamente familiar. Era tan familiar que sintió que lo experimentó personalmente. No fue solo un sueño.
Qin Mo trató de soportar el dolor, pero se dio cuenta de que no podía resistirlo. Fragmentos de cosas comenzaron a invadir su mente. Lo más llamativo fue la dulce voz que seguía llamándolo.
"Momo, no seas tímida. Las dos somos chicas. Está bien que me dejes verlo".
En ese momento, se había burlado en su corazón. ¿Quién es una niña? Soy un chico.
No podía estar en desacuerdo con la voz, pero tampoco podía alejarla. "Momo, si sigues ignorándome, no tendrás amigos".
Había sentido que era correcto que se quedara callado antes de que ese tipo confirmara su género.
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