Klein no se teletransportó directamente a su residencia en el nro. 160 de la Calle Böklund. En cambio, eligió ir cerca del mar con Enuni, caminaron hasta un lugar apartado y conjuró el nombre honorífico de El Loco.
Luego, dio cuatro pasos en sentido antihorario y se situó por encima de la niebla gris. Con un gesto, convocó una figurilla de papel.
Inmediatamente después de eso, tomó una de las Cartas de Blasfemia en la larga mesa de bronce frente a él, y la colocó dentro de su cuerpo.
De repente, Klein vestía una oscura túnica roja adicional. Esa prenda parecía estar cubierta de óxido, pólvora endurecida y grandes manchas de sangre. En cuanto a su rostro, estaba cubierto por una oscura máscara de oro. Los antiguos patrones sobre la máscara contrastaban con la corona que llevaba, la cual estaba incrustada con gemas que soltaban resplandores rojos, azules y verdes.
Ese fue un cambio provocado por la carta del Sacerdote Rojo.
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