Al ver partir a la Srta. Mensajera Klein miró la carta que tenía en la mano y reflexionó una vez más sobre el problema de Balam Oeste.
Creía que ya necesitaba prepararse ante el eventual caso de que llegara el próximo mes y el Sr. Azik siguiera sin responderle. Eso también significaba que cuando llegara Julio, bien podría tener que dirigirse a Balam Oeste con algunos militares, sin la protección del Cónsul de Muerte. Si eso sucediera, la sombra de la Escuela del Pensamiento de la Rosa definitivamente se cerniría sobre él.
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