La mano negra-grisácea agarró el costado de la nave y la levantó rápidamente, revelando centímetro a centímetro las partes sumergidas.
A través de las olas de agua azul, Klein vio una enorme sombra negra-grisácea. Después de eso, un montón de carne retorcida ocupó toda su visión.
El monstruo parecía ser una amalgama de innumerables cuerpos ennegrecidos o grisáceos. Unidos a las dos manos gigantes había brazos de aspecto putrefacto que parecían madera seca. Los brazos provenían de un cadáver que se sospechaba era un gigante. El único ojo de este gigante se cerró forzosamente al quedar bloqueado por algunas cabezas que se pegaron a su cuello. Y por debajo de dichas cabezas habían peces escamosos incompletos, cuerpos de lagartos o cadáveres humanos deformados. Capa tras capa, formaban una masa de carne que parecía una isla flotante.
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