Los ocho dragones azules nadaban alrededor de la ciudad dorada dentro de las nubes. El espacio onduló alrededor de la ciudad mientras se formaba una grieta espacial por la cual pasó la ciudad dorada y luego desapareció.
Dentro de la ciudad había un millón de Inmortales presentes. Los cielos sobre ellos estaban llenos de nubes por lo que eran completamente incapaces de ver el mundo exterior. Claramente estaban en un espacio separado.
—Cada uno de ustedes debe regresar a sus propios campamentos. No debe actuar sin permiso. ¡Cualquier persona que viole las órdenes será ejecutado! —dijo el Emperador y su voz hizo eco a lo largo de Ciudad Nublada de los Ocho Dragones.
—Entendido —respondieron los millones de Inmortales al unísono.
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