Meng Hao se acercó a la mansión, levantó la mano y llamó tres veces a la puerta. La puerta se abrió hacia dentro sin hacer ruido. En el interior, todo estaba completamente negro. Parecía haber algún tipo de escudo de color negro en su lugar.
Mirándolo, Meng Hao podía ver ondas mágicas en su superficie, pero nada que le indicara que lo atacaría. Simplemente fue diseñado para controlar qué Cultivadores podrían ingresar. Meng Hao lo observó por un momento, pensando en las varias personas que habían llegado antes que él. Rápidamente entendió.
—Esto impide que entren otras personas que no sean Cultivadores de Establecimiento de Fundación.
Su cara tranquila pero cubierta por el sombrero de bambú, avanzó hacia el escudo. En el espacio de algunas respiraciones, un suave resplandor apareció, brillando en sus ojos. Ahora se encontraba fuera de lo que parecía ser el palacio de un príncipe mortal.
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