Aunque Duan Ling Tian estaba riéndose, todos los presentes podían sentir la ira infinita que contenía su risa.
—Exactamente, Hermano Mayor Xue Lang es mi padrino... ¿Qué te parece? ¿Tienes miedo? —dijo Tong Li con voz helada. En este momento, no le tenía miedo a Duan Ling Tian en lo más mínimo.
Xue Lang era alguien que su primo, el Quinto Príncipe, le había presentado ayer, y su objetivo era proveerle un padrino dentro de la Academia de Paladines para que no tuviera que temerle a Duan Ling Tian.
Además, Xue Lang de veras no la decepcionó, porque cada vez que ella mencionaba a Duan Ling Tian, a él se le llenaba el rostro de desdén y lo despreciaba. Eso la hacía sentir que su padrino era muy fuerte y que era alguien a quien Duan Ling Tian no podría herir con facilidad.
—Parece... Señorita Tong, que quieres que te refresquen la memoria —advirtió Duan Ling Tian y sus ojos de repente se tornaron lúgubres.
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