—En realidad no quiero los otros dos barcos, ¡pero este acorazado principal es bastante bueno! —Leylin levantó intencionalmente los efectos del hechizo de Vuelo y aterrizó en la cubierta de los Piratas Tritón.
—¿Qué? ¿Este Brujo tonto se atrevió a venir aquí solo? —el capitán de los Piratas Tritón se llenó de alegría—. ¡Suban allí! ¡Mátenlo!
Dos piratas de aspecto extraño, con las cabezas de un cangrejo y un calamar, rodearon a Leylin. Sus ojos estaban llenos de ferocidad.
¡Puff! ¡Puff!
El aire pareció distorsionarse y dos dagas afiladas que se veían como un par de serpientes venenosas aparecieron y mostraron sus dientes afilados hacia Leylin.
—¡Ajá! Este ataque Sorpresa de las Sombras es similar al de Mankeh... —Leylin tenía una sonrisa feroz en su rostro—. ¡Qué pena que ustedes, calamares, no son suficientes!
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