—¿Cómo es eso posible? ¿Cómo podría la Ciudad de Alabastro tener un Mago de rango 6? —una voz de negación sonó desde dentro de la oscura multitud. El propietario de la voz claramente no esperaba esto, ya que pensó que ya había realizado una verificación detallada de los antecedentes de la Ciudad de Alabastro antes de que derribara dramáticamente su puerta.
Sin embargo, la realidad lo abofeteó en la cara.
—¡Nada es imposible! ¡Cuidado, viejo bastardo, la única consecuencia para quienes ofenden los intereses del linaje de Hechiceros es la muerte! —el monstruoso Uróboros rugió con una explosión de energía aterradora. Parecía aún como una eternidad, pero estaba lleno de energía cinética infinita.
¡Prrrr!
La corteza de la tierra tembló violentamente, rugiendo. Incluso el espacio mismo se deformó, y los elementos fueron rechazados. Lo único que salió ileso fue la Ciudad de Alabastro, que estaba bajo la protección de los Uróboros.
¡Pss!
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