—¡Bola de Fuego Latente!
Leylin levantó su brazo derecho, y cientos de pequeñas bolas negras de fuego se fusionaron frente a él, hasta que tuvieron el tamaño de una cabeza humana. El negro en el medio era aun más intenso, dándole un aire profundo, como si pudiera aspirar los espíritus humanos.
Bajo las intensas llamas, que eran de alta temperatura, incluso los rayos gravitacionales de color marrón amarillento comenzaron a mostrar signos de inestabilidad, retrayéndose y extendiéndose constantemente.
Enfrentando al gigante frente a él, la expresión de Leylin era fría.
La bola de fuego latente se elevó por el cielo como si pasara por el espacio, y apareció frente al gigante metálico en un instante.
El campo de fuerza de alta temperatura del fuego negro hizo que el gigante metálico se balanceara ligeramente, mientras que metal líquido se fundía y goteaba constantemente en el suelo.
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