—¡Argh!
El rey de Kobold soltó un rugido furioso. Se produjeron múltiples ondas de choque que golpearon a la brigada, causando 60 a 70 puntos de Daño a todos con cada onda. Además, los Magos eran obligados constantemente a retirarse hacia atrás por cada onda de choque, sin tener más remedio que apoyarse contra una pared.
—¡Pequeñas hormigas! ¿Se atreven a manchar este terreno sagrado con su presencia? ¡Reciban el castigo de la muerte! —el gran pie del rey pisó bruscamente hacia abajo, causando que el suelo de piedra se quebrara en un radio de 5 metros cuadrados, lanzando escombros a volar por el aire.
Después de ver ese poder destructivo, los dos TPs no pudieron evitar que un sudor frío subiera por sus espaldas. Afortunadamente, se habían adelantado un paso. De lo contrario, las consecuencias de recibir esa pisada hubieran sido inimaginables.
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