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Roland limpió las finas gotas de sudor de la frente de Anna y la sostuvo en sus brazos.
En la penumbra, todavía podía ver el atractivo rubor en su rostro.
Roland tuvo la sensación de que Anna se había vuelto más activa en este sentido desde la última vez que hablaron sobre el Mundo de Sueños. También intentó aprender algunos trucos nuevos, aunque su progreso fue mucho más lento que su aprendizaje de los libros. La manera torpe y seria de Anna le dio una experiencia completamente nueva. Su disfrute visual superó con creces la experiencia sensorial y no pudo evitar sentir una sensación de superioridad como un veterano.
Por supuesto, no se perderían la sesión de cuentacuentos después de su momento de alegría.
Mientras estaba complaciéndose con la fragancia de Anna, Roland comenzó a narrar en detalle las noticias presentadas por las Brujas de Taquila, así como sus especulaciones sobre la Batalla de la Divina Voluntad.
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