Tres días más tarde, en el jardín del castillo.
—Hermana Anna... —dijo Nana tirando de la manga de Anna.
—¿Sí? —respondió Anna volviendo la cabeza.
—¿Notaste que Ruiseñor... ha estado actuando un poco extraña últimamente?
—¿Extraña? —dijo Anna se deteniéndose un poco—¿Te refieres a su vestido?
Ruiseñor se paró al lado de Roland. Ella no estaba usando su habitual capa extrañamente decorada, que parecía nunca lavar o cambiarse. En cambio, al igual que Anna, tenía puesto el bizarro atuendo que el príncipe Roland había inventado. Aunque Ana no quería admitirlo, el cuerpo delgado y esbelto de Ruiseñor lograba amplificar todos los puntos positivos de usar ese traje; piernas bien proporcionadas, cintura delgada, y ese pelo largo y rizado. Vestida con el reloj y el sombrero de bruja, ella captaría la atención de todos.
—No estoy hablando de la ropa —murmuró Nana—. ¿No se siente que la forma en que habla con el príncipe Roland y la forma en que ve al príncipe son muy diferentes ahora?
—¿Lo es?
Nana curvó sus labios.
—Está bien, hermana Anna, no me culpes por no advertirte.
¿Qué demonios?
Anna sacudió la cabeza y no le prestó atención a Nana. En cambio, enfocó su atención en las dos nuevas brujas.
La que se llamaba Rayo tenía una edad similar a la de Nana, pero su estilo de vestir era claramente diferente. Anna contaba que había, más o menos, por lo menos doce bolsillos cosidos en la capa de Rayo.
En cuanto a la otra bruja, Wendy, llevaba un atuendo informal en lugar de la misma capa decorada de Ruiseñor que Wendy usaba al llegar. Había un aspecto de Wendy que llamaba especialmente la atención de Anna, era que el tamaño de los senos de Wendy era bastante... impresionante.
—Ya que todos ustedes acordaron firmar el contrato, entonces comencemos nuestro primer entrenamiento —dijo Roland, quien ahora estaba haciendo su tarea con facilidad ya que tenía la experiencia en la formación de las dos brujas anteriores—. Rayo, tú primera.
—¡De acuerdo! —respondió Rayo levantando la mano y saliendo de la choza.
Afuera había ráfagas de nieve sin viento, la joven flotaba fácilmente en el aire y esperaba la siguiente instrucción de Roland.
—Trata de volar tan rápido como puedas —dijo Roland en voz alta levantando la cabeza.
—Ajá, aquí vamos.
Ella hizo una señal con el pulgar, se posicionó en una pose para correr, y luego comenzó a girar alrededor del castillo rápidamente.
Roland estimó que la velocidad era de unos sesenta a ochenta kilómetros por hora, según su experiencia de conducir en la carretera cada año cuando regresaba a su ciudad natal. La velocidad no era muy alta, era similar a la velocidad de las palomas. Sin embargo, era impresionante que ella pudiera llevar tanto a Ruiseñor como a Wendy cuando volaba a Ciudad Fronteriza.
¿Cuál era la idea de poder llevar cien kilogramos de peso al despegar? Roland imaginó un motor de pistón que llevaba cien kilogramos de bombas aéreas.
Sin embargo, el siguiente experimento rompió su maravillosa ilusión.
Cuando el peso superó los cincuenta kilogramos (aproximadamente ciento diez libras), la altitud de vuelo de Rayo se redujo drásticamente desde la altura de vuelo anterior de cien metros a sólo unos diez metros. Cuando se aumentó el peso a aproximadamente cien kilogramos, Rayo apenas volaba hasta dos metros.
Esto significaba que si Roland quisiera transformar a Rayo en una bombardera, incluso con bolsas explosivas que pesaban sólo un par de kilogramos, ella se enfrentaría a estar en el rango directo de ballesteros enemigos debido a su altitud de vuelo.
Sin embargo, Roland pronto percibió la nueva capacidad de la joven: sería la candidata perfecta para la investigación o el despido. El plan de aniquilación que había estado molestando a Roland parecía tener una posibilidad ahora.
Cuando Roland estaba probando el poder de Rayo, Wendy observaba a Roland en silencio desde un lado.
Después de la partida de Wendy del claustro, había visto a innumerables personas en sus quince años de vida errante: plebeyos, granjeros, artesanos, soldados y nobles. Todas esas personas habían actuado igual: le expresaban su admiración y sentimientos amorosos cuando no sabían que era una bruja, cuando se enteraban, todas las ornamentaciones y decoros que recibía, se convertirían en aborrecimiento y miedo, al mismo tiempo de una despreciable lujuria que hacía que Wendy quisiera vomitar.
Ella pensó que sólo sería acompañada por brujas en su vida, y que ya no volvería a acercarse a ningún hombre. Esa era la razón por la que rechazó a Ruiseñor... No era por desconfianza, sino por el miedo que la obsesionó.
Sin embargo, Roland Wimbledon cambió su punto de vista.
La forma en que la miraba era demasiado normal, como si la hubiera visto innumerables veces. El primer momento en que Wendy vio a Roland en la habitación de Ruiseñor, pensó que era porque Roland era simplemente muy bueno ocultando sus emociones.
Además, Ruiseñor también estaba allí. Sin embargo, en los siguientes días, él mantuvo las mismas expresiones.
¿Tal vez los estándares del príncipe Roland eran más altos que los de los nobles ordinarios?
Y en cuanto a ese asunto del contrato, Wendy pensó que era simplemente un acto pretencioso. Sin embargo, mientras lo leía, descubrió las numerosas disposiciones que no sólo regulaban las responsabilidades, sino que también aclaraban sus derechos concedidos.
¡Qué increíble! El príncipe Roland estaba dispuesto a tomar a las brujas. Ya era muy generoso de su parte no privarlas de su libertad, pero ¿incluso notificó sus derechos en el contrato?
Por ejemplo, el Art. 2.1 (fue la primera vez que Wendy vio tales artículos escritos) le concedía vacaciones pagadas. De acuerdo con la siguiente definición, significaba que podía recibir una remuneración sin tener que trabajar. El siguiente artículo indicaba que la bruja debía completar el proyecto asignado por el empleador, pero si la bruja sentía que era difícil el completar el proyecto, podría proponer cambiarlo o rechazarlo. El siguiente artículo decía que el empleador debía garantizar la seguridad, la vivienda, la comida y la remuneración de la bruja. Si esta parte de las condiciones no se cumplía, la bruja podría rescindir el contrato por su cuenta.
Estos artículos fueron un poco difíciles de leer pero expresaban completamente sus significados: los contratados no eran las pertenencias del príncipe. A Wendy se le concedieron responsabilidades de acuerdo con sus derechos. En el contrato, ella sintió la sinceridad del príncipe Roland. Si se tratara de un simple acto pretencioso, no habría necesidad de enumerar artículos tan detallados.
Llegando a tal conclusión, Wendy no pudo evitar mirar a Ruiseñor. Wendy conocía muy bien las experiencias personales de Ruiseñor y conocía su profundo odio hacia los nobles. Sin embargo, cuando Ruiseñor estaba hablando con Roland, su tono y expresión mostraban un tipo diferente de emoción, un cambio que tal vez incluso ella misma no había notado.
Pasaron sólo dos meses desde que Ruiseñor abandonó el grupo de brujas y se fue a Ciudad Fronteriza. A lo largo de los dos meses, Ruiseñor desarrolló una completa confianza hacia este joven.
Ella luego se separaría de la Asociación de Cooperación entre Brujas para regresar a Ciudad Fronteriza. En su corazón, Roland Wimbledon tenía más posibilidades que la asociación para llevar a las brujas a su verdadero santuario. El actuar de su respetada mentora también fue desgarrador, la fundadora de la Asociación de Cooperación entre Brujas pareció olvidar lo difícil que era para cada hermana sobreviviente.
Wendy sabía que no podía regresar. Si el destino la llevó a ese lugar, ¿por qué no confiar en la decisión de Ruiseñor? Así como Ruiseñor confió en ella en numerosas ocasiones...
—¿Wendy?
—Ahh…
Wendy regresó a la realidad de sus pensamientos. Encontró que Rayo ya había completado la prueba de capacidad y todos la estaban mirando. Mostró una sonrisa de disculpa y se dirigió a la parte exterior de la choza.
Ya que había fijado su determinación, entonces no debería perder ante la generación más joven, ¿verdad?
En ese momento, el zumbido del cuerno llegó desde el lado oeste. El sonido reverberó entre montañas, rompiendo la serenidad del pueblo.