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VIGGO

Viggo, hijo de Hephaestus (Diosa de la Forja en Orario) y Kain (Antiguo Vástago del Equilibrio), nació como un semi dios. Sin embargo, con una derrota y la incapacidad de esforzarse por un objetivo en la vida, es enviado a entrenar con un furioso maestro. Acompaña a Viggo en su camino para convertirse en dios. "No te disculpes, se mejor" Este fanfic nace como un Spin-Off del fanfic Original "Suerte y Perseverancia" también escrito por mí y en emisión actualmente. Aclaraciones: Me han acusado de sádico con mis lectores, pero desmentiré ese tipo de observaciones. Lo que pasa es que no le doy todas las cosas en bandeja de plata a mis protagonistas; cada cosa se gana. Por otro lado, a veces solo pasa que las situaciones no salen como uno quiere. Sin embargo, ahí es donde radica la magia de un protagonista, en saber moverse dentro de los parámetros y buscar soluciones con las herramientas que ya posee. Créanme, jamás joderé a mis protagonistas si no es para hacerlos mejores y más poderosos. PD: LA IMAGEN ES SOLO REFERENCIAL.

AOoBeligerante · Cómic
Sin suficientes valoraciones
332 Chs

Deidad 2.322

Viggo se reunió con Miriam a la mañana siguiente.

Miriam estaba sentada en su sillón con un chitón azul que hacía juego con sus ojos. Por su estatura y cuidados, se veía glamorosa y hermosa. Solo tenía un año más que Viggo. Ella llevaba el cabello arreglado en un moño alto con dos mechones cayendo a los lados de su rostro.

Por otro lado, Viggo vino con la ropa oscura con bordados blancos que lo hacían ver distinguido, pero en medio del desierto le daba calor. Viggo sonrió incomodo ante su mala elección de prendas, pero mantuvo su compostura y miró a Miriam a los ojos.

—¿Lo pensaste?— preguntó Miriam con una sonrisa amigable en los labios.

—Sí— dijo Viggo —y no te puedo dar tal derecho a menos que me digas que es lo que te propones y ¿Cómo conseguiste dicha información?—

—¿Qué información?— preguntó Miriam haciéndose la desentendida

—Yo, creo haberte dicho que soy dios y puedo ver cosas que otros no ven. Me gustan los juegos, la cortesía, la inteligencia que se utiliza en los negocios. Admiro y adoro a mi esposa por todas sus capacidades. Sin embargo, si vamos a estar dando vueltas a un asunto que los dos tenemos claros, esto se alargara de forma innecesaria. Ahora, habla—

Miriam miró a Viggo, alto, pelirrojo y fornido. Se veía muy bien en esa ropa oscura con bordados blancos. Sin embargo, diferente del Viggo que llego ayer con las intenciones de cuidar de las hijas de Jason. Hoy parecía venir por algo más serio e importante.

Miriam tomo una profunda respiración y respondió —está bien— ella guardo silencio, soltó un suspiro y continuo —mi hermano, hace un mes, vino con todos los registros familiares y me pidió que los ocultara. Dijo que eran demasiado importantes para que cayeran en las manos de padre o peor aún, de Poseidón. Por supuesto, lo trajo en cofres con joyas y monedas de oro. Un pequeño regalo de cumpleaños, así se informó a todo el mundo de este movimiento—

Miriam miró a Viggo a los ojos dorados y este último asintió con seriedad en un gesto firme.

Miriam lo quedó mirando durante unos segundos, tomo una segunda respiración y continuo —la mayoría de los libros son registros de nuestra existencia, las cosas que hemos hecho y como la familia de Santonio Vega paso de ser un grupo de pescadores a los dueños del desierto de Kaios—

—¿Su alianza con Poseidón?—

—Sí, nuestra alianza con Poseidón—

—¿Eso es todo?—

—No, eso no es lo más importante, pero lo que más abulta— dijo Miriam —lo importante está contenido en cinco cilindros de oro con pergaminos en su interior. Fueron traducidos por mi hermano, el erudito en jefe de la familia de Santonio Vega. Los pergaminos hablan de una torre como la torre de Babel antes de que existiera la torre de Babel. Una vez que apareció la torre de Babel en el centro del continente, las otras torres desaparecieron del continente. Es como si toda la energía de las torres fuera absorbida por la torre de Babel. Sin embargo, esto solo duraría hasta que las estrellas se alineen. Una vez que eso pase, la torre de Babel perderá todo su poder y las otras cuatro torres volverán a emerger trayendo prosperidad al resto del continente—

Miriam se detuvo y quedó mirando a Viggo para ver como respondía a sus palabras. Sin embargo, Viggo se mantuvo tranquilo y la quedó mirando con seriedad, como si ya lo supiera. Miriam frunció el ceño y le preguntó —¿Me crees?—

—Te creo, continua—

—Sin embargo, pese a toda la prosperidad— dijo Miriam —cada torre estará custodiada por un guardián y una prueba. Los pergaminos dicen que solo un guerrero excepcional, un héroe de verdad, podrá superar la prueba. A cambio, el guardián le dará su bendición al héroe—

—¿Y tú querías hacerte cargo de todo esto por tu cuenta?— preguntó Viggo con un tono serio

—Sí y no. Soy comerciante, se cuáles son mis limites, pero tampoco puedo llegar y entregar a un desconocido todo lo que tengo— respondió Miriam

—¿Y crees que puedes negarte y retener la torre para ti?—

—No— dijo Miriam con seriedad —si no eras un buen compañero de negocios, hubiera buscado a otro. Siempre hay una opción o una oportunidad. No estoy ciega, si no hubieras venido hoy o mañana, yo hubiera tenido que escapar al imperio, al norte del continente. Allá está mi tía, la hermana de mi madre. Ella nos acogería. Tú la conoces, tiene tratos con tu casa y sus hijos pertenecen a la familia de la diosa del Lejano Oriente—

—¿Erika y Siegfried?—

—Sí, aunque no los conozco, nos une la sangre. Ellos son mis primos menores—

—¿Y te hubieras llevado los pergaminos y negociado con tu tía?—

—Sí, ella podría haber hecho negocios contigo, pero considerando lo que dijiste, puede que ella hubiera logrado menos que yo—

—Sí, aunque son nuestros socios de negocios, no me importan ¿Entiendes que todo lo que te prometí lo hice en honor a mi hermano Jason?—

—Sí—

Viggo tomo una profunda respiración y quedó mirando a Miriam para leer su lenguaje corporal. Ella tenía la espalda recta, apoyada en el respaldo, las manos apoyadas en el reposabrazos. No demostraba miedo ni ansiedad, solo seriedad.

—No puedes administrar la torre por tu propia cuenta— dijo Viggo —es mucho para ti. Sin embargo, la puedes administrar, pero como todas las otras torres, habrá leyes que regulen su uso. No me importa lo que intentes, puedo ver lo que vas a hacer y si en algún momento me traicionas, te sacare y pondré a otro más apto ¿Entendido?—

—Sí, lo entiendo— respondió Miriam manteniendo la seriedad

—Ahora ¿Por qué no utilizas esta oportunidad para pedir por tu familia?—

—No tiene caso, dios Viggo. El destino de la familia Vega esta unido a Poseidón. Mi padre lo seguirá hasta la muerte y arrastrará al resto de mi familia con ellos. Mi hermano me entrego los registros como su mejor esfuerzo para evitar más daño, pero en este momento debe haber sido descubierto y lo deben estar castigando. Incluso puede que él ya esté muerto—

De repente, un gran estruendo llego a los oídos de Viggo y Miriam.

Viggo se levantó de su sillón y fue al balcón. En ese momento el cielo estaba llenando de nubes negras y los relámpagos retumbaban en el cielo. La luz del sol estaba siendo atenuada mientras la gente gritaba en las calles. A lo lejos, se veían las murallas derruidas de la entrada sur. Era como si un mago de nivel seis hubiera lanzado un gran hechizo. Viggo activo su clarividencia y su visión voló por encima de la ciudad mirando la distribución de las calles. El gran estruendo había producido caos y la gente se alejaba de la zona sur con dirección al centro de la ciudad.

Por otro lado, la visión de Viggo llegó a la muralla y vio escombros. Más de veinte metros de largo de la muralla habían caído. La cosa que los golpeo debió ser algo sumamente caliente, porque la roca solida estaba al rojo vivo.

Viggo siguió moviendo su visión hacia el desierto, pero no vio ningún ejército, mago o algún monstruo. Entonces su visión se elevó más a los cielos al punto de que la ciudad de Shalzard se volvió pequeña y todo fue visible. Las nubes negras estaban cerca y se extendían a lo largo del cielo. Los relámpagos retumbaban en el cielo hasta que un rayo cayó sobre el centro de la ciudad y destruyo la plaza con sus hermosas piletas. La gente que trabajaba en ese sector buscaba refugio o había sido convertida en carbón en tan solo un instante.

Solo ahí, Viggo entendió que estas nubes no eran naturales y el ataque era algo más que solo una casualidad. Viggo se concentró en su energía divina y la tomo como muestra para buscar a la distancia algo parecido. Entonces su visión voló a gran velocidad hacia el sur superando el extenso desierto y llegando a una ciudad llena de luces con enormes edificios. Era una construcción impresionante en la costa sur del desierto de Kaios.

El edificio más grande de la ciudad era como la torre de Babel. En la azotea había un hombre joven con barba de candado y cabello largo. Dicho hombre tenía el torso desnudo y tatuajes brillantes de color celestial sobre sus brazos y pecho. Era alto, con una figura atlética y hermoso rostro. Ese hombre levantó sus manos y Viggo pudo escuchar con su cuerpo los estruendos en la ciudad de Shalzard. Otro rayo venía en camino.

Viggo frunció la nariz, cortó su clarividencia y miró a su lado. Vio a Miriam y le dijo —prepara tus cosas, nos vamos lo antes posible. Ahora, Poseidón piensa destruir la ciudad—

—En ese caso—

—Yo no lo permitiré, pero no es una solución definitiva—

Viggo se dio la vuelta, miró al techo de la casa y de un saltó, alcanzo la parte superior. Entonces miró al horizonte con las nubes negras, el centro de la ciudad destruido y las murallas derrumbadas. Activo su clarividencia y en tan solo unos segundos, volvió a encontrar a Poseidón. Viggo frunció el ceño, iba a necesitar mucha energía divina y no estaba seguro si la iba a tolerar, pero era el momento para manifestar su poder.

Viggo canalizo su poder divino a su mano derecha y los rayos dorados emergieron entre sus dedos. Viggo tomo posición como si fuera a lanzar una jabalina y concentro más de su poder divino en su mano derecha. Con su clarividencia identifico a Poseidón sobre el edificio más grande de la ciudad de Santonio Vega y una vez que concentro su poder divino, formo una lanza de luz solar y la lanzó con todas sus fuerzas mientras soltaba un fuerte rugido.

La lanza de luz solar voló kilómetros a una velocidad divina, dividió las nubes negras y atravesó el desierto de Kaios. Una vez que llego a la ciudad de Santonio Vega, ubicada en la costa sur del desierto de Kaios, alcanzó en un instante a Poseidón. Este último solo pudo reaccionar y cruzar sus brazos.

La lanza de luz solar golpeo a Poseidón de lleno y lo mando a volar con dirección al mar del puerto de Santonio Vega. Él golpeo la superficie del mar con violencia provocando marejadas y empujando los barcos a tierra firme, dañando el puerto y matando a miles de personas en un instante. Sin embargo, como la ciudad de Santonio Vega estaba en lo alto de un acantilado, no fue alcanzada por las enormes olas.

Viggo, desde el techo de la mansión de Shalzard, frunció el ceño al ver lo que su poder divino había hecho. Ni siquiera tuvo la intención de dañar a las personas. Solo quería detener a Poseidón, pero el daño colateral que dejo este pequeño intercambio provoco mucha destrucción.

De repente, el techo de la mansión cedió y se derrumbó haciendo caer a Viggo. Este último atravesó el piso del cuarto piso y cayó hasta el tercer piso. Viggo cayó de espaldas dejando un suelo agrietado y miró al techo. La superficie del techo del cuarto piso estaba en llamas. Su lanza de luz solar, solo con la potencia térmica, lo había quemado todo.

—Viggo— grito Sakura, quien subió al tercer piso y alcanzo la única habitación. Ella entro y encontró a Viggo tendido en el suelo, mirando el desastre que había hecho. Sakura se acercó, tomo a Viggo del brazo, pero aparto de inmediato sus manos. El cuerpo de Viggo estaba caliente como si hubiera sido puesto en un horno. El brazo derecho de la chaqueta se había incinerado y el resto del cuerpo estaba en llamas.

Sakura se movió a buscar algo con que apagar el fuego. Ella tomo unas frazadas de la cama de Miriam y las ocupo para golpear el fuego y apagarlo. Una vez que Sakura apago el fuego, extendió sus manos y trato de tocar a Viggo. Esta vez ella no se quemó, así que tomo a Viggo y lo ayudo a sentarse en un sillón.

Sakura observo a Viggo, quien parecía serio y en trance, como si estuviera mirando algo a la distancia.