León vestía una camisa rosada desabotonada, mostrando su cuerpo músculo y bien cincelado, que era visto por todas las mujeres que pasaran por el lugar. Ellas no paraban de suspirar, y pensar en lo increíble marido que era León, que incluso ayudaba en los quehaceres del hogar.
Después de todo, Japón en estos momentos era bastante patriarcal, mujeres en la casa, y hombres trabajando, claro que habían excepciones.
A León le importaba una mierda todo eso, a veces estaba de buen humor, y le gustaba hacer quehaceres del hogar, como ahora. Él estaba con una pala y una escoba barriendo la acera, mientras le guiñaba el ojo a todas las mujeres maduras que pasaban por el lugar.
León no podría creer que todas esas mujeres maduras, y tan hermosas, eran desperdiciadas por sus hombres. León no dudaba que todas las mujeres que lo miraban, estaban frustradas por la fata de una buena noche de pasión.
Lástima para ellas que sus maridos pasaban casi todo el día trabajando, y cuando llegaban a casa estaban tan cansados, que apenas las tocaban. A estas mujeres maduras, solo les quedaba jugar a solas con sus manos, ya que la venta de productos sexuales, era muy mal vista todavía.
Al final, de que sirve tanto trabajo, si no disfrutas los frutos de este, León solo negaba con la cabeza, y pensaba que los esposos de todas esas mujeres maduras que lo miraban con anhelo, deberían tener su dosis de NTR, talvez así aprendan a valorar a sus mujeres.
Pero nada podía hacer León, con tantas mujeres que tenía que atender, no le quedaba el tiempo para ir robando cada mujer que veía.
Suspiro, supongo que no queda de otra, me daré el tiempo, y juntaré a todas estas mujeres, y les daré una orgía. No pueden negar que soy un buen hombre, ya que las ayudaré y les brindaré placer y felicidad. Pensó León, que se saboreaba pensando en todos esos coños, que solo acumulaban polvo a través de los años.
Mientras León estaba en lo suyo, una mujer rubia de piernas largas lo miraba, sus muslos eran gruesos y tenía un trasero que daba envida a otras mujeres, y no olvidemos su hermoso rostro. Era kayle, que venia a marcar su territorio, para que las viejas brujas se fueran.
Kayle se acercó a León, y lo abrazo, dándole un cariñoso beso en el cuello, y mirando a todas esas brujas maduras que querían devorar a su esposo. Estas hermosas mujeres maduras solo podían rechinar los dientes y apretar los puños, e irse. Ellas sabían que no tenían comparación, podían ser bonitas, pero la mujer frente a ellas, era una supermodleo. Un ángel de otro mundo, o del mismo cielo.
Además, eran mujeres respetuosas, y seguían la moral y las buenas conductas. Una cosa era mirar y soñar, y otra muy distinta estar en el acto.
León solo pudo sonreír, ya tendría tiempo para avanzar con sus planes, ya que ahora, tenían otros planes que pronto debían terminar, ya era hora de tomar la virginidad de Hanabi, no olvidemos que solo han tenido sexo anal.
-"¿Crees que eres protagonista harem?, que vas conquistando a cada mujer que ves."
-"¿Conquistando?, no ves que solo estoy limpiando la acera, ¿qué tan seductor puede ser eso?" Pregunto León todo inocente, como si fuera un hombre virgen. Kayle rodó los ojos, pensando en lo descarado que puede ser su hombre.
-"¡Tch!, ese simple acto rompe corazones, en especial con esas mujeres, que siempre están solas, y buscan carne fresca, o solo un hombre que las trate como igual."
León asintió, después de todo, Kayle tenía razón.
-"Ahora que lo pienso, anoche me dijiste, ¿me transpiran las tetas?"
Kayle recordó lo de anoche, y no pudo evitar morder sus labios, y apretar sus muslos, ella no puede negar que su vida sexual es muy activa, y muy buena.
-"si, ¿por qué?"
-"Muy romántico de tu parte Dijo León con ironía.
-"Ya llevamos años juntos, no creo que sea necesario actuar como la mejor mujer del mundo, la que no tiene problemas, y no transpira durante el sexo."
León no podía negar eso, a medida que las parejas ganan confianza, empiezan a mostrar como en realidad son, y no intentan camuflar sus pequeños defectos. Pero eso solo significa una cosa, y es que ya te ve como su alma gemela, y puede sentirse cómoda a tu lado, mostrando todos sus defectos.
-"No, no lo es, ahora..., que tal si terminas de limpiar, tengo cosas que hacer."
León le entrego el barredor a Kayle, y se fue. Ella frunció el ceño, no podía creer que la dejaran sola, y además le pidieran que terminara el trabajo. Kayle bufo, y llamo a Ágata para que terminara el trabajo, ella estaba muy cansada, luego de pasar una noche tan agitada.
Cambio escena.
Como se mencionó, una semana transcurrió desde que León envió el video a Takashi.
Takashi tuvo una semana con un carrusel de emociones, al inicio estaba excitado y emocionada, de solo pensar en quien sería la chica del vídeo, era muy morboso saber que era alguna de sus compañeras, pero eso fue al inicio. A medida que pasaban los días, todo se fue costa abajo.
Ahora Takashi tenía una mirada sombría, y repugnante, sus ropas parecía muy sucia y su pelo estaba despeinado. La habitación tenía un olor a ratón muerto, y queso. Era una combinación de olores muy repúgnate. Pero como llegamos a un Takashi feliz, a un Takashi triste y deprimido.
Simple, los videos que fueron enviados por León, iban cambiando y mostrando más sobre la chica. Además de que la chica gemía bastante y no paraba de gritar un nombre. Eso fue el inicio de la molestia de Takashi.
Después de todo, la voz que él escuchaba, le era muy familiar, y le presto mucha atención para descubrir de quien era, pero no recordaba donde la había escuchado. Hasta que volvió a ver a su amiga de la infancia, e intercambio unas palabras con ella. Él había quedado frío y con náuseas cuando escucho su voz otra vez, era como si no la recordara, hasta que lo volvió a escucharla.
Y cuando escucho a su amiga Hanabi, él reconoció la voz, era la misma que la del video, al principio él no lo creía, se negaba a creerlo, pero luego de ver varios videos, no había duda, era la voz de su amiga. Eso lo puso muy triste y de mal humor.
Pero aun así, él se negaba a creerlo, después de todo, solo era la voz, y nada más, no podía ver su carita de ángel, ya que siempre la tapaba con sus manos, en cuanto al color de cabello, también era distinto, la chica del video tenía el pelo negro.
Eso le daba esperanza, pero luego enviaron otro video, en ese video en particular, a la chica del video porno se le cae la peluca, y muestra su sedoso cabello rubio.
Eso dejo a Takashi muy mal, como, como su amiga, la chica que más amaba y le gustaba, podía hacer esa clase de videos, ¡él no podía creerlo! Por eso iba a la escuela, y la miraba a su amiga fijamente, pero seguía igual, ella seguía con esa sonrisa pura y cara de ángel.
Así que Takashi se negó a creerlo, era imposible que fueran las mismas chicas. Pero aun así, él entro en una espiral de depresión, después de todo, aunque quieras negar algo, y aunque talvez creas que es falso, una vez un pensamiento entra en tu cabeza, en especial una mal pensamiento, este pensamiento será difícil que se olvide, y será un constante carga.
Las malas ideas son como la mala yerba, si no la sacas, aunque solo un tallo, esta se propagara por el jardín, y se alimentara de las plantas buenas, dejándote lleno de mala hierba. En este caso, todos tus buenos pensamientos, y buenos deseos serán comidos por un pensamiento negativo.
No olvidemos que la felicidad es pasajera, pero el dolor, el odio, el rencor, es eterno, y nunca se va de tu lado.
Volviendo con Takashi, estaba arrinconado en la esquina de su habitación, tapado con una manta, mientras repetía el video una y otra vez, quizás pensaba que si lo repetía una y otra vez, la mujer en el video cambiaria, pero todos sabemos, que eso no pasara.
León estaba mirando desde un costado, y comenzó la fase final del plan. León quería terminar esto rápido, después de todo, ya se estaba aburriendo.
Una chica de pelo negro apareció detrás la puerta de la habitación de Takashi, nadie noto su llegada, en cuanto a los padres de Takashi, estos fueron a dormir por orden de León, el no quería que intervinieran.
La chica de pelo negro, golpeo la puerta, pero nadie respondía, intento abrirla, pero estaba con seguro, León abrió el seguro, y dejo que la chica entrara.
-"Estás bien Takashi-san." Pregunto la chica con voz preocupada.
Takashi se sorprendió, no esperaba tener visitas, y menos que su madre la dejara entrar así como así, después de todo, ya era tarde, y una chica linda desde el punto de vista de él, no debería estar tan tarde en la casa de un hombre. Podría causar un malentendido.
-"Es muy tarde, ¿qué haces aquí en mi casa?"
La chica no dijo nada, solo sonrió misteriosamente, y de su manga saco un tubo, que dentro contenía un espeso líquido rosado, casi rojo. Takashi sintió cierto pavor a ese líquido, como si algo le dijera, no lo toques, no lo inhales, aléjate y huye.
Pero Takashi es muy idiota, e ingenuo y se quedó quieto, esperando a ver que hacia su amiga pelinegra.
La chica solo levantó el frasco, y con un movimiento brusco lo lanzo al suelo, quebrándose en el acto. El líquido rápidamente se evaporó e inundó la sala con su aroma. La chica peligra seguía normal, como si nada le pasara, pero Takashi, se estaba poniendo rojo, y respiraba pesadamente. En sus pantalones se formó una pequeña, muy pequeña carpa.
Sus ojos se desorbitaron y miraban directamente a su amiga pelinegra, ella solo sonreía, pero si mirabas sus ojos, estaban vacíos, como si no hubiera nadie adentro. Si fuera una persona normal, podría sentir sus pelos de punta, que le indicaban peligro.
León miraba y asentía con satisfacción, el afrodisiaco fue hecho por él, con el poco conocimiento de alquimia y hierbas que tenía, gracias a Akara. Luego saco su carama, y se puso a grabar. Con todo listo, saco algunas sombras, y las dejo a cargo, no era un voyeur, y no tenía ganas de ver una porno en vivo.
Con León fuera del lugar, Takashi se abalanzaba contra su presa, y empieza a golpearla, mientras la desnuda. Pero porque un niño tan amable actuaria así, simple, el frasco contenía un fuerte afrodisiaco, pero era tan fuerte, que volvió loco Takashi.
Que paso después, no es necesario contarlo.
Otra semana transcurrió, y Takashi estaba en muy mal estado, ya no iba a la escuela, no después de tener pesadilla tan horrible, y tan real al mismo tiempo. Takashi pensó que ese día cuando ataco a su amiga pelinegra, era solo un mal sueño, ya que cuando despertó, no había nadie, ni rastro de sangre, ni ropa, nada.
Así que descarto ese día como un mal sueño, aunque era tan mal sueño, que le afecto demasiado, después de todo Takashi era un chico amable, y ver esas cosas tan horribles que hizo, trajo consecuencias severas a su mente.
Sus padres subían de vez en cuando a verlo, pero este se negaba a responder, solo se quedaba encerrado en su cuarto, ellos estaban preocupados, pero no podían hacer nada más, ambos trabajaban, y tenían muchas deudas que pagar. No podían estar todo el día cuidando a su hijo, sonará cruel, pero si no trabajaban, le quitarían su hogar. Y eso sería peor para su hijo.
"Rin, rin, rin", Takashi se sobresaltó cuando su celular sonó, miro el número del remitente, y una pisca de felicidad nació en su corazón. Era Hanabi, la única cosa que lo mantenía cuerdo, después de todo, ella era su amor, y una amiga que se preocupaba por él.
-"¿Hanabi-san?" Pregunto con una voz anhelante, tenía miedo de que solo fuera su imaginación y no fuera ella quien llamaba, o que ella se había equivocado de número al marcar.
-"Takashi-kun si soy yo, ¿cómo estás, todavía no te recuperas?"
Cuando Takashi escucho esa voz preocupada a través del teléfono, sonrió con alegría y suspiro aliviado de que fuera ella, estaba feliz de saber que la mujer que amaba estaba preocupado por él.
-"No Hanabi -san, todavía me siento mal, pero gracias por llamar, ahora me encuentro mejor. Dijo más alegre.
-"Es bueno saberlo, lo siento por no poder ir a verte, pero tengo mucho ¡aahhhmmm!"
-"¡Paso algo Hanabi-san!" Dijo Takashi preocupado, pensado en el gemido de Hanabi como un grito de dolor.
Si Takashi pudiera ver lo que pasa detrás del teléfono, vería como Hanabi se tapaba la boca, intentando no sacar otro gemido, ya que León la abrazo por la espalda mientras le mordía la oreja.
-"¡N-n-no!, nada, es solo un mosquito, grande y gordo que me pico. Dijo Hanabi que entraba en pánico, y estaba toda sonrojada al sentir un gran bulto apretando su trasero.
-"Oh, está bien, ten cuidado, deberías usar repelente y...," Takashi estaba un poco vacilante, pero aun así saco valor y lo dijo -"Puedes venir hoy"
Takashi quería ver a su amiga, quería hablar con alguien sobre todo lo que le estaba sucediendo, pero no confiaba en nadie, además, él quería saber si su amiga, era la chica del video, ese tema todavía lo preocupaba.
-"Hoy..., no, lo lamentó, ¡ahhh!" León estaba vez apretó uno de sus pezones, sacando otro dulce gemido su boca, aunque rápidamente se recuperó y respondió un poco apenada, aunque no lo parecía -"lo siento otro mosquito, por trabajo, no puedo verte."
-"Es-está bien, lo siento por molestarte." Dijo Takashi, mientras se mordía el labio con frustración. Incluso se podía escuchar un pequeño crujido que emitía el teléfono.
En momentos como este, Takashi desearía ser más asertivo, o más hombre, y decir que lo que sentía, pero algo lo detenía, era el miedo al fracaso, y que su relación no siga siendo la misma, luego de confesarse y fracasar.
-"¡No te preocupes para eso están los amigos!, bueno, que tengas un buen día, tengo trabajo y me están apurando."
-"Ja, ja,ja, si amigos, cuídate." Dijo Takashi, con una risa seca.
Takashi se quedó mirando el teléfono, y alguna lágrima corrían por sus mejillas. Estaba tan frustrado, tan enojado consigo mismo por no poder decir lo que siente, y lo que piensa.
"Tin" Era sonido de un nuevo mensaje llego. Takashi volvo a mirar su teléfono, y vio un mensaje del mismo remitente que envía los videos y no dudo en abrir.
(Si quieres saber quien esta detrás de los videos, ve a la casa de tu amiga de la infancia.)
Takashi apretó los dientes con enojo, ya que junto a la imagen, venía una foto de León y Hanabi abrazados, mientras ingresaban a la casa. Eso causo un malestar muy fuerte en su corazón. Y aunque no quiera ir, y no quería descubrir la verdad, obligo a sus piernas a moverse, y se dirigió hacia la casa de su amiga.
Takashi estaba cansado de inacción, era hora de ser hombre, y mostrar valor. Pero quien diría que ese sería su último acto de valor, ya que este mismo acto de valor lo destruiría. Si solo hubiera sido valiente años atrás, y no un cobarde que le da miedo confesar, no hubiera llegado a sufrir tanto.
Mientras Takashi corría hacia la casa de Hanabi, León ya estaba con ella, abrasándola desde atrás.
-"Hoy por fin serás totalmente mía Hanabi."
-"¡ahh!, ¡León-sama!, ¡hmmm!, espera tanto este momento, mi virginidad es toda suya."
-"Antes, ponte estas vendas, sentirás mejor mi polla dentro de ti."
Hanabi asintió, y no dudo en poner la venda en sus ojos. León la tomo de la mano y la acerco, dándole un beso, saboreando cada sabor y sensación que traían esos cálidos labios. El sonido de varios besos marcaban la antesala de un día lleno de lujuria.
Hanabi bajo las venda tenía los ojos brumosos, casi con corazones, ella adoraba el sentimiento que le daba León, con cada beso, y sus brazos fuertes que la dominaban. Sus piernas temblaban y un líquido goteaba de su coño, lubricándose para el próximo paso.
León estaba en las nubes, no podía creer que la boca de esta chica tendría tan buen sabor, mejorando el de algunas sirvientas que ya tenía.
El tiempo no pasaba en vano y las ropas que llevaban puestas comenzaban a despojarse, pantalones, falda, camisa, la corbata, todo volaba por los aires mientras estos dos amantes de la lujuria danzaban alrededor de la habitación, firmemente abrazados y con sus lenguas entrelazadas.
Ambos ya estaban desnudos, Hanabi tenía un leve rubor en sus hombros, y su hermosa carita blanca estaba roja de vergüenza, lujuria, y del calor que había en la habitación.
León la tomo y la llevo contra la pared, levanto una de sus piernas, y sin preámbulos, tomo su polla y la introdujo hasta el fondo de Hanabi, el himen no aguanto tanta potencia y se rompió de un toque.
-"¡aahhhhh! Hanabi abrió muy grande los ojos detrás de sus vendas, sintió como algo duro y grande entro en ella y la destrozo por dentro. Dándole una dosis de dolor y gran placer. La baba ya comenzaba a gotear de su boca, mientras mordia sus labios, para intentar reprimir un poco los gemidos.
León sintió un placer extremo, el coño virgen de una chica, siempre es tan estrecho y cálido. No importan cuantos coños vírgenes probará antes, el placer que generan, nunca dejo de sorprenderlo.
Además la chica generaba un olor único, inocente, como una chica pura nunca antes tocada, ese olor era un afrodisiaco para un hombre que le gusta conquistar mujeres. El deseo llamaba a León, y no pudo aguantar, sus embestidas comenzaron, y abrían las paredes internas de Hanabi. Adaptándolo a la forma de polla, una que el coño de ella nunca olvidaría.
El coño estrecho apretaba tanto, que León no se controlaba bien, y cada vez iba con más fuerza.
-"¡hhmm~ahh~hmmm!, ¡siiii!, León-sama, no te detengas"
Hanabi estaba pidiendo más, a ella no le dolía, en cambio, le generaba placer que la trataran tan duro, y como si fuera un juguete para liberar estrés sexual. Para ella complacer a su amante, era el mayor placer. Solo bastaba ver como les temblaban las piernas, y la baba corría de su boca, y no olvidemos ese coño que no paraba de soltar un líquido viscoso que caía por su suave muslo.
"¡Pa~pa~pa,squissh~squissh, pa!"
El coño de Hanabi soltaban tanto lubricante que generaba un sonido tan indecente, que si alguien lo escuchara, entraría en modo sexo de inmediato.
León se aburrió de la posición, y bajo la pierna de Hanabi, la llevo contra la cama.
-"¡Levanta tu trasero sucia perra, ¡¡¡SLAP!!!" Grito León, mientras abofeteaba ese trasero blanco.
Hanabi asintió lleno de placer, y levanto su trasero, mientras apoyaba su torso y cara contra la cama.
-"¡hmmmm~ahhh~hmmm!" Ella gemía tan fuerte, que tuvo que morder las sabanas para amortiguar un poco el sonido, aunque ella estaba tan caliente, tan bien era un poco cociente de que la escucharan los vecinos, sería muy vergonzoso para ella dar la cara después.
León solo podía admirar la vista, mientras embestía furiosamente a su mujer. Hanabi tenía un trasero blanco y redondo, que ahora era rojo por las embestidas y las bofetadas que le daba León. Su cintura estaba perfectamente curvada, y sus manos agarraban fuertemente las sabanas.
Mientras esto pasaba, Takashi ya estaba afuera de la casa. Sudaba como loco y respiraba con fuerza, nunca antes en su vida había corrido tanto y tan rápido. Ni siquiera descanso, y siguió su odisea, busco la llave que esconde Hanabi bajo el tapete, y abrió la puerta.
Entro de golpe, y subió corriendo la escalera, pero de pronto se paralizó cuando escuchó unos fuertes gemidos, su cuerpo temblaba, pero no sabía de qué, talvez ira, frío, miedo, no importaba, lentamente sus pies volvieron a moverse, era hora de descubrir la verdad.
Paso a paso, pero cada uno más pesado que el otro, aun así, seguía caminando, hasta que llego a la puerta que daba a la habitación de la mujer que amaba. Sus manos sudorosas y temblorosas se acercaron al pomo de la puerta, y lo giro lentamente.
Él todavía pensaba, quisas es mentira, talvez es su madre, pero una emoción oscura se arremolinaba en su corazón, una que decía lo contrario.
Takashi respiro hondo, y con todo el valor que junto, abrió la puerta, y miro lo que había detrás de ella. Sus ojos no podían abrirse más, y las lágrimas no esperaron en salir, frente a él, su amor de la infancia, aquella mujer con la que soñó toda su vida, y pensaba en cansarse en el futuro, esa misma mujer, estaba con otro hombre, y gemía y gritaba su nombre con amor.
No paraba de refregarse los ojos, pensado que la imagen cambiaria, pensado que sus ojos le jugaron una mala pasada, pero no importa cuanto lo hizo, nada cambio.
León que vio a Takashi entrar, sonrió. Y le dio la mejor vista que pudo de su amada.
-"¡Dilo Hanabi, quien es tu papi, grítalo!" Grito León, mientras la sujetaba del cabello y la tiraba hacia atrás.
-"¡ahhh~ahhhhhh, es usted León-sama, usted es mi papi!"
-"¡Como lo quieres, dímelo!"
-"¡Más duro León-sama~mas duro, lléneme con su semen y deme un hijo!"
Takashi se tapaba la boca para que sus gritos de dolor no salieran, él solo podía mirar con horror, y gran aflicción, como su amiga de la infancia, era embestida por otro hombre.
-"¡Quien es el dueño de tu sucio coño, vamos, dilo, pequeña cerda!"
León soltó el cabello de Hanabi, y fue por su nariz, y la tiro hacia atrás, pareciendo un pequeño cerdito.
-"Nyoonnn, usted es el dueño de este coño León-sama" Dijo Hanabi, que jugaba con sus duros pezones, no le interesaba esconder más sus gemidos, a la mierda los vecinos, ella solo quería más placer.
-"Sucia cerda, no crees deberías pedir perdón por ser una"
León seguía entrando y saliendo con dureza en el coño de Hanabi, el no podía creer lo masoquista que era la chica, ya que su coño apretaba cada vez más, incluso movía las caderas a voluntad.
-"¡Perdón León~sama, perdón, ¡hmmm~ ahhhhh!, por ser una sucia cerda lujuriosaaaaa!"
Hanabi no paraba de gritar sus deseos, como todo una perra en celo, ella ni siquiera sabia que su amigo la estaba mirando, ya que usaba una venda.
En tanto Takashi, existen dos tipos de personas en esta situación, la que se vuelve loca y busca algún arma para vengarse y acabar con su traicionera pareja. Y la otra que solo puede mirar, y llorar en silencio y retirarse indignado, aunque puede haber una tercera, que se va, y empieza a planificar su venganza.
Bueno, Takashi era la segundo, sus ojos muertos y sus pies pesados, eran todo lo que le quedaba.
León hizo una mueca, mientras seguía embistiendo, y veía como Takashi se retiraba, todo cabizbajo. Pensó que el chico tendría el valor de hacer algo, pero solo se fue, algo que lo decepcionó.
-"¡ahh~León-sama~ estoy acabandoooooooo!"
Hanabi arqueaba la espalda y sus dedos se enroscaban, con un fuerte gemido había llegado al orgasmo. León también estaba en su límite, y con ese clímax de Hanabi, no pudo aguantar más, ya que el coño apretaba más fuerte que nunca, y libero toda su carga dentro de Hanabi.
Hanabi cayó contra la cama como un títere sin cuerdas, y se quedó quieta con la lengua afuera, debajo de las vendas sus ojos eran blanco. Había perdido la conciencia de tanto placer. León la cubrió con una manta, y la limpio, busco entre sus ropas dentro de su inventario, y se puso un traje blanco.
León tomó su tiempo, se miró al espejo, y antes de terminar el trabajo, le dio una fuerte bofetada al trasero de su amante que dormía plácidamente enrollada en las sabanas de la cama. Su sonrisa satisfecha dice que León, hizo un buen trabajo, otra medalla en su pecho.
Cambio escenario.
Takashi estaba en su cuarto, todo destrozado, en sus manos, una botella de veneno, ahora que todo se había acabado, y ya no le quedaba nada, de que servía vivir, o eso pensaba él. No muchas personas tiene el valor de perder todo y seguir adelante.
Pero antes de que tomara la botella, León lo detuvo, no le interesaba si moría, solo quería hablar un poco, y terminar de humillarlo y restregar su victoria. Takashi quedo impresionado por la persona que estaba a su lado, y muchas preguntas llenaban la cabeza.
-"Seguro te preguntas como entre, pero no creo que eso importe ahora, o si"
Takashi negó con la cabeza, él ya estaba decidido con terminar con su vida, pero aun así, él quería saber la verdad detrás de todo, porque todo el mal que le causaron"
-"Porque, dijiste que me ayudarías a conquistarla, peor..., me la arrebataste."
Takashi había reconocido a León cuando lo vio con Hanabi.
-"Siendo sincero, es por diversión, estaba aburrido y te vi, eres tan idiota y amable, tan ingenuo, que no pude aguantarme."
-"¿Por ser una buena persona?" Dijo Takashi incrédulo.
-"Más que eso, fue tu idiotez y por ser una persona indecisa y cobarde, vi como mirabas a Hanabi, con anhelo y amor, pero no dijiste nada, no fuiste capaz de confesarte, merecías ser engañado."
-"¿Entonces fue mi culpa?"
-"Exacto, si solo te hubieras confesado antes, nada de esto hubiera pasado, ni siquiera te hubiera mirado, claro que ya no importa, no se puede cambiar el pasado."
-"¿Así que solo fui un juguete?" Pregunto Takashi, pero no había molestia en su voz, ni rencor, era bastante monótona.
Leon asintió.
-"¿Hanabi sintió algo por mí?"
-"Lo hizo, pero ya no…, ahora me toca preguntar, ¿no piensa hacer nada, no quieres venganza, no quieres golpearme?"
Takashi estaba feliz de saber que sentía algo por él, por lo menos se iría sabiendo la verdad, eso lo ponía de buen humor.
-"..., ¿Por qué debería hacerlo?" Preguntó con duda, él no veía ganancia en dañar a León.
-"¿No sientes odio, pena, nada?"
-"No puedo hacerte nada, eres el amor de Hanabi, mientras ella sea feliz, todo estará bien."
León frunció el ceño, y le dio una mirada molesta.
-"Mientras ella sea feliz, eh..., suspiro, típico de cobardes, decirse a sí mismo, mientras sea feliz con otro, no me importa mirarla de lejos, solo quiero lo mejor para ella, mejor termina con el trabajo, personas como tú, no merecen seguir en este mundo, patético"
Takashi solo asintió, ni siquiera se negó. León solo podía ver un insecto frente a él, y suspirar decepcionado, él pensaba que Takashi le daría alguna pelea, se defendería o intentaría llevárselo con él, por lo menos algún insulto, o que se volviera valiente de la nada sacara el poder de la amistad o el amor, o lago asi, pero nada.
Solo tomo el frasco, y termino todo. León estaba muy decepcionado, ahora ni siquiera podrá usar el video, no pensó que el pobre chico se rompiera tanto, y tan rápido.
-"Suspiro, que mala suerte, para la próxima, buscaré a un protagonista, seguro la armadura de trama lo ayuda y no se rompe tan rápido, un Issei, un Rudeus, alguien así, esos tipos creo que darían pelea. Aunque Rudeus, no sé si tanto, el tipo también es un cobarde al inicio. Oh, Hachiman igual está en la lista, pero viendo como es, dudo que de alguna pelea, además tendría que esperar a que se enamorara de Yukino para robársela..., aunque también puedo robar a su hermana y madre, bueno, a esperar quedan varios años para eso."
Y con esos pensamientos, León se fue a su casa, sin saberlo que si tendría la oportunidad de robar varias mujeres, y de varios protagonistas.
Fin del flashback.