Sabes de quién estoy hablando

Jonathan alzó las cejas sorprendido al ver los dos mensajes. Metió el teléfono en el bolsillo, sacudió su paraguas y subió rápidamente las escaleras hacia su apartamento. Mientras colgaba su paraguas, su teléfono vibró varias veces.

El primer mensaje era del hacker:

—Lo siento, por favor créeame, no tengo malas intenciones. Tuve que hackear tu teléfono desesperadamente para confirmar algunas cosas. Una disculpa verbal puede parecer insincera, así que para mostrar mi sinceridad, estoy dispuesto a tomar acciones reales para compensarte.

El segundo mensaje era una notificación de cambio en el saldo de la cuenta bancaria:

—Cantidad: 1.000.000 USD. Fecha: 29 de Julio. Tipo: Transferencia desde otro banco. Saldo: 1.062.300 USD.

Jonathan originalmente tenía más de 6.000 USD en su cuenta bancaria, algunos obtenidos por él mismo y otros de becas.

El tercer mensaje todavía era del hacker:

—Por favor cree en mi sinceridad.

Jonathan:

—…?