Condenado a pagar sus pecados, un chico reencarna en otro mundo ahora en la piel de un villano. Sin poder hacer nada para evitarlo, el chico es condenado a vivir miles de vidas para pagar los pecados que ha cometido en el pasado, pecados que el propio chico desconoce. Sin mas que hacer, el chico esta condenado a ser el villano y a hacer las atrocidades de este, ahora conocido como Abel Drakastar, Abel se convirtió en una presencia repudiable para todos Una y otra vez, los acontecimientos se repitieron, vivió dichos acontecimientos hasta que simplemente ya no puede soportarlo mas. Quería rendirse, queria morir en la locura, sin embargo, una tentadora voz le propuso un trato. "[ENTREGAME TU SISTEMA Y A CAMBIO TE DARE LA LIBERTAD QUE DESEAS]"
"¿Cuanto más tengo que sufrir de esta manera...?"
"¿Acaso merezco experimentar algo como esto...?"
"¿Acaso hice tanto mal para sufrir de esta manera?"
"...."
"Ahhh...."
"La vida no es tan bella como solías decirme. Madre..."
En lo mas alto de un enorme rascacielos, se encontraba un chico que miraba el vacío bajo sus pies con un enorme anhelo.
La mirada del chico se encontraba cansada, sus ojos eran un abismo infinito que había perdido la luz de la esperanza.
Los sueños de aquel chico habían sido destrozados por la cruda realidad de la existencia.
Sus párpados cada día eran más pesados, la vida ya no era interesante para él y de hecho la vida era más un castigo que una dicha.
"...."
Sus intenciones eran bastantes claras, el chico estaba cansado de vivir, vivir en un mundo de porquería donde todo se trataba de mentiras y engaños.
Estaba harto de toda esa porquería. Y a pesar de que sus piernas y cuerpo temblaban de miedo, el chico ya había tomado una decisión.
Era momento de acabar con todo...
"..."
Para muchos este sería el mayor acto de cobardía que alguien pudiera hacer. Un pecado imperdonable propio de un pecador.
Sin embargo, no todos lo veían con malos ojos, había personas que lo veían más como un acto de valentía que un acto de cobardía.
Al final nada de eso tenía relevancia. Ya sea que sea un pecado o la máxima expresión de la valentía, al final nada de eso tenía importancia para él. Su decisión ya había sido tomada...
La muerte era la solución a todos sus problemas.
"Ahhh...."
"Ojalá puedan perdonarme. Papá, Mamá..."
Apretó sus puños, cerro sus ojos con fuerza y simplemente se lanzó al vacío esperando poder liberarse de una vez por todas de este maldito sufrimiento.
-¡Esto es!-
El chico comenzó a caer y en lugar de sentir miedo, sintió un enorme alivio de saber que su sufrimiento por fin iba a acabar.
"Ahhh... ¿Esto es lo que llaman libertad?"
"¿Esta es acaso la libertad de la que me h-hablaban?"
"Jejeje~"
"¡Esto es increíble!"
Él nunca antes se había sentido de esa manera. Esa libertad, ese sentimiento, esa sensación de paz hicieron que el chico colocara una enorme sonrisa que no mostraba hacia algún tiempo.
Estaba en paz a pesar de que sabía que iba a morir.
Su mente estaba en total tranquilidad, finalmente la felicidad había llegado a su vida. Finalmente estaba a punto de liberarse de este infierno.
O eso era lo que pensaba en un inicio.
Repentinamente, recuerdos hermosos comenzaron a invadir su mente. Aquellos hermosos cumpleaños, aquellos momentos hermosos que compartió con sus seres más cercanos, aquellos momentos de tristeza donde sus seres amados reconfortaron ese dolor que sentía o aquellos momentos hermosos cuando conoció a la mujer que había decidido amar.
Todos esos bellos recuerdos comenzaron a pasar por su mente, hermosos recuerdos que le hicieron dudar de su decisión...
"Escúchame hijo. Yo nunca fui el mejor padre del mundo, muchas veces fui demasiado duro contigo. Intente que fueras algo que tu no querías ser, mi terquedad y ego fue más grande que mis ganas de que fueras feliz. Termine por dañarte y me arrepiento profundamente de ello. Nunca fue mi intención hacerte sentir miserable... Eres mi más grande orgullo. Nunca podre estar más orgulloso de ti..."
....
"Cariño. Se que la estas pasando mal en estos días... Debe ser complicado incluso levantarte de la cama. Llora si quieres, descarga la ira que sientes en tu interior, es valido hacerlo, se lo duro que es, pero no olvides que tienes personas importantes que siempre cuidaran de tu espalda. Recuerda que soy tu madre y siempre estaré ahí para ti. Te amo más que nada en el mundo y siempre que estés en problemas hare hasta lo imposible por ayudarte. Ven y liberta tu sufrimiento conmigo, eres mi todo y el más grande orgullo que tengo en la vida..."
.....
"¡T-Te amo!"
"¡Eres la persona más importante en mi vida...!"
"Siempre estaremos juntos por toda la eternidad..."
"¡Te lo prometo!"
"¡!"
La mente del chico se aclaró y la sensación de paz y tranquilidad que hace unos momentos sentía se desvanecieron inmediatamente. Ahora, el miedo, la ansiedad, el terror y el arrepentimiento comenzaron a recorrer todo su cuerpo.
El chico ya no estaba tan feliz de su decisión, en este momento toda la paz había desaparecido por completo y un enorme arrepentimiento recayó sobre sus hombros.
El arrepentimiento comenzó a inundar su cabeza. Mientras caía al suelo, él chico comenzó a rezar a los dioses para que lo despertaran de esta terrible pesadilla.
Quería devolver el tiempo minutos atrás, quería volver a pensar más profundamente las cosas, sin embargo, ya era demasiado tarde para emendar su decisión.
En este momento su muerte ya estaba pactada por los dioses...
"¡M-Mierda!"
"¡¡NO QUIERO MORIR!!" Grito el chico con lagrimas en los ojos.
"¡Y-Yo, Yo!!!"
"¡¡Yo solo quería ser feliz!!
"¡¡Por favor!!"
"¡Sáquenme de esta maldita pesadilla!!" El chico lloro con profundo arrepentimiento por su decisión. Sus ojos estaban repletos de un inmenso miedo al ver que el suelo estaba cada vez más cerca de él.
"¡Solo q-quería-!"
"Yo solo quería verla una vez más..."
Los recuerdos de su vida pasaron en cuestión de segundos.
Todo se volvió tan lento que parecía que el tiempo se había detenido, sin embargo, nadie esta exentó de la guadaña de la muerte.
Justamente cuando estaba a punto de estamparse contra el suelo, la visión del chico cayó en una profunda oscuridad.
Una gran oscuridad que indicaba la inevitabilidad de la vida.
Finalmente se había liberado de la vida...
"...."
Su cuerpo dejo de funcionar correctamente, sus recuerdos lentamente fueron borrados de su cabeza, todo comenzó a ser confuso y misterios, y de un momento a otro, todo su mente vagó por un limbo donde todo era simplemente relativo.
"Un héroe... Desearía ser un héroe legendario como él de esas novelas..."
"Derrotando villanos y salvando a hermosas damiselas en apuros..."
"Seria genial genial poder ser como él..."
"...."
"Ahh..."
"Ni siquiera se lo que estoy diciendo..."
"Ni siquiera se quien soy"
"¿Como era mi nombre?"
"Ben, Bell, Luzbell...?"
"...."
"No tengo idea de ello... Pero seguro no tiene demasiada relevancia ¿verdad?"
El chico divago en sus propios pensamientos mientras se perdía en la infinita oscuridad.
La locura comenzó a dominar su mente hasta el punto de perder completamente la capacidad de pensar correctamente.
Su alma comenzó a descansar en aquel limbo. Todo se volvió relajante, como si la oscuridad lo abrazara y le dijera que todo saldría bien.
La oscuridad abrazo al chico en sus brazos, el descanso eterno estaba a punto de iniciar, pero cuando estaba a punto de descansar eternamente, todo comenzó a aclararse nuevamente.
"¡!"
"¡Ah!"
Al volver a abrir los ojos, su visión se volvió a aclarar nuevamente. Su mente comenzó a funcionar nuevamente y misterioso recuerdos comenzaron a inundar su frágil mente.
"¡Krghhh!"
"¡DUELE!" Dijo mientras tomaba su cabeza con fuerza.
Un enorme dolor recayó sobre su cabeza. Intento soportar el enorme dolor que sentía, pero por más que lo intentara era imposible hacerlo.
"¡AHHHH!"
El dolor era sumamente insoportable, se tiro al suelo mientras imploraba a las dioses para que detuviera este enorme dolor que estaba sintiendo.
Fueron varios minutos de agonía extrema, pero cuando finalmente se detuvo el dolor, el chico se levanto del suelo con una mirada de desconcierto en su rostro.
Nuevos recuerdos de una vida que jamás había vivido se incrustaron en lo más profundo de su Ser.
Era desconcertante, pero una nueva identidad le había sido otorgada.
"¿Drakastar Abel...?"
"¡!"
"¡¿Qué rayos?!"
El chico estaba totalmente desconcertado por lo que pasaba. La identidad y los recuerdos de una vida que jamás había vivido, comenzaron a entrar a su cabeza lo que ocasionó que su cerebro entrara en un profundo estado de shock.
Inmediatamente se levanto del suelo y se acercó a uno de los espejos de la habitación, y al mirar su rostro en el espejo, quedo completamente desconcertado por lo que sus ojos miraban.
"¡!"
"¡¿E-Esto es?!"
Su rostro había cambiado completamente. Ya no era para nada parecido a como era antes. Ahora era guapo, con una belleza sin igual que solo podia ser comparada con los dioses.
Cualquiera estaría celoso de su increíble belleza. Sus brillantes ojos rojizos que brillaban como si fueran un rubí. Poseía un hermoso cabello rubio que a pesar de estar desordenado, reflejaba una enorme belleza que le daba un toque de realeza.
Su estatura era bastante alta comparado a como era antes. Cuerpo tonificado que tenia líneas bien definidas que lo hacían lucir como uno de esos modelos con el que las chicas solían soñar en su mundo anterior.
La edad del chico ni siquiera reflejaba el punto máximo de crecimiento, sin embargo, se odia notar que era alguien que estaba destinado a la grandeza.
Su piel pálida como la nieve, su cuerpo perfectamente definido y su hermosa apariencia que parecía ser irreal, describía una persona que estaba destinada a estar en lo más alto del mundo.
"¿Q-Qué r-rayos...?"
No podia entender lo que estaba pasando en este momento, o más precisamente no quería creer lo que pensaba que estaba sucediendo.
Su mente estaba a punto de explotar por todo lo que sucedía en este momento.
Ya nada parecía tener sentido en este punto. Todo era confuso y extraño para él.
Simplemente no podia procesar lo que estaba sucediendo.
"¿R-Reencarne?" Pensó mientras una sonrisa crecía de boca en boca sobre su rostro al pensar que eso que estaba imaginado estaba sucediendo en este preciso momento.
"[Sistema integrado]"
"¡¿Esto?!"
Y su sonrisa no hizo más que crecer cuando escucho una voz dentro de su cabeza.
Al escuchar esas simples palabras, su corazón comenzó a latir a mil por hora. Su sonrisa se agrando aun más y la felicidad aumento en cuestión de segundos.
"¡¡Reencarne con un sistema!!"
"¡¡Voy a ser un héroe!!"
Grito con euforia al saber lo que esto significaba.
Se olvido de todo y simplemente se concentro por completo en su sistema.
Este lo era todo, en cualquier historia que hubiera uno, significaba que el protagonista iba a ganar sin importar absolutamente nada.
Era el poder más fuete de todos y era considerado algo injusto para aquellos que lo poseían. Claro que era injusto poseer un poder que te facilitaba absolutamente toda la existencia, pero a pesar de ello ha él simplemente no le importaba.
A fin de cuentas, era lo que siempre había soñado tener en su antigua vida, y la felicidad que se desbordaba en su rostro, demostraba cuan feliz estaba en este momento.
"Jaja"
El chico no podia parar de sonreír y reír. La risa y las lagrimas de felicidad que caían sobre su rostro indicaban que estaba en el punto más pleno de su existencia, sin embargo, a veces el destino es más cruel de lo que se suele pensar.
"[¡Error!]"
"[El usuario a cometido un pecado imperdonable]"
"[Los dioses están avergonzados por los pecados que cometiste. Tus pecados son simplemente imperdonables. Por ello, los dioses han decidió cancelar el sistema del anfitrión]"
"¡!"
Todo era felicidad hasta hace unos momentos, el chico finalmente estaba sintiendo que la vida estaba comenzando a florecer para él, sin embargo, el destino lo trajo de vuelta a la realidad y comenzó a susurrarle al oído que la miseria no hacia más que comenzar.
Lo que él pensaba que seria el inicio de su nueva vida, no fue más que el inicio de la miseria absoluta.
"[Arrebatando el sistema]"
"¡¿Eh?!"
Cuando el sistema dijo esas palabras, el chico aprendió lo que verdaderamente significaba el dolor.
"¡!"
"¡¡ARGHHHHHHHH!!"
"¡¡DUELE!!"
"¡ARRGHHHHHHHHHHHHH!!"
Su cuerpo dolía como nunca antes habían dolido, sus piernas, sus brazos, su espalda y todo su cuerpo en sí, dolían como si estos se estuvieran quebrando en miles de pedazos. Casi sentía como si se los estuvieran arrancando del alma.
Su cabeza se sentía como si estuviera a punto de estallar.
El dolor esta vez fue insoportable. El chico cayo al suelo retorciéndose de dolor mientras sufria un castigo que nadie podría ser capaz de soportar.
El chico se retorció en el suelo sin poder tener la capacitad de gritar llorar o desmayarse, ya que el sistema o lo que sea que estuviera dentro de su cabeza, le impedía hacer cualquiera de esas cosas.
Era simplemente algo inhumano. Un enorme dolor que simplemente tenia que soportar...
"[El sistema ha sido eliminado de tu cuerpo, sin embargo, tus pecados aun no han sido perdonados en lo absoluto. Ahora estas condenado a pagar los pecados que cometiste, por lo que vivirás una muerte lenta y sumamente dolorosa por toda la eternidad. Ahora serás Abel Drakastar. Un villano de una historia de fantasía. Ahora tienes un nuevo destino enmarcado por los dioses. A partir de este momento morirás bajo las manos del héroe de la historia y estarás condenado a sufrir eternamente tu castigo]"
"...." El chico solo pudo llorar en el suelo mientras escuchaba dichas palabras, pero casi como si fuera agua en el desierto, el sistema le dio algo de esperanza en su corazón.
"[Sin embargo, los dioses son benevolentes y te dará una oportunidad de remediar tus pecados]"
"¡¡!!"
"[Muere 1, 000, 000 de veces y a cambio los dioses te devolverán nuevamente el sistema]"
La esperanza que anteriormente había crecido, se desplomó completamente.
"[Adiós humano. Espero soportes 1, 000, 000 de muertes y logres obtener nuevamente tu sistema. Quien sabe, quizás nos veamos nuevamente en un futuro próximo. Claro, si es que antes no caes en el limbo de la locura]"
El chico cayo de rodillas al suelo mientras su mente se quebraba en mil pedazos.
Toda la ilusión que tenia hace unos momentos se desvaneció casi por completo.
"¡¿V-Villano?!"
"¡¿Un millón de muertes?!"
"¡¿Que maldito pecado he cometido?!"
Nada era compresible para él.
Su mente no podia procesar lo que sucedía.
El chico no entendía absolutamente nada de lo que pasaba.
¿Qué pecado había cometido exactamente para captar la furia de las deidades?.
El chico estaba devastado y mas devastado estaba cuando le dijeron que era el villano de una historia de fantasía.
"¿Villano?. ¡Ni una puta mierda que yo seré el maldito villano!"
El chico apretó los puños pensando que podia ir en contra del destino que se le había otorgado.
El chico, que a partir de ahora tomaría el nombre de Abel, idealizo una plan para intentar salvarse del destino que le habían impuesto.
Lentamente aprendió de los recuerdos de Abel.
Abel era un tipo normal que no tenia muchas cosas interesantes que contar.
Era un chico rico, de una familia poderosa.
Se decían rumores sobre él, pero eventualmente todos ellos eran falsos.
Abel tenia el historial limpio y no tenia pecados de los cuales pudieran inculparlo
Todo iba bien y no había forma de que iniciara una carrera como villano.
Por un momento pensó que quizás podia ir en contra del destino, pero por más que lo intentó, era imposible ir en contra de la reglas establecidas.
El destino ya estaba escrito para él, y por más que intentara ir en su contra, Abel no podia hacer nada ante la pluma que escribió su destino.
Cuando Abel miraba a una chica hermosa, su mente se nublaba y hacia cosas que no deseaba hacer.
Por más que lo intentara, Abel no podia escapar de Ser un maldito bastardo.
Acosaba mujeres aunque no quisiera hacerlo. Mataba gente por gusto y destruía a aquellos que iban en contra de sus ideales.
Por más que Abel lo intentara, era imposible dejar de hacer todas esas atrocidades.
Matar por matar, destruir la vida de cientos de mujeres, humillar a aquellos que eran menos que él y cometer crímenes desagradables que solo los más asquerosos criminales eran capaces de hacer.
Abel se estaba volviendo loco con todo esto que estaba pasando.
En su primer intentó, Abel había quedado traumatizado por los horribles actos que realizaba, pero por más culpa que sentía, simplemente era incapaz ir en contra de lo que estaba establecido.
Siguió intentándolo, pero él no pudo soportarlo más y un día simplemente decidió repetir el proceso que lo había traído hasta este lugar.
Se lanzo de la torre más alta pensando que su sufrimiento iba a acabar, sin embargo, no hizo más que comenzar.
"[Tu castigo a aumentado a 2, 000, 000 de años]
Las cosas fueron de mal en peor, su mente estaba sucia y lo peor era que ese maldito sistema lo estaba atormentando a cada segundo.
La culpa y la miseria atormentaban su mente, pero a pesar de ello, Abel siguió intentando cambiar las cosas.
Intento no hacer más autoridades en su segundo intento, pero de una u otra forma, terminaba en la misma situación de siempre.
La muerte...
Abel era inculpado de crímenes que no había cometido y cuando eso pasaba, lo asesinaban de maneras brutales que deseaba que nadie sufriera en su vida.
Lo intento muchas veces, lucho por cambiar las cosas, sin embargo, su mente no lo pudo soportar más.
Abel ya no sabia que hacer para cambiar su destino.
Estaba cansado, estaba harto de intentar hacer nada sin recibir nada a cambio. Y en un momento determinado de su vida, simplemente dejo que la oscuridad lo consumiera e hiciera el trabajo que él no podia realizar.
Ahora Abel se controlaba por si mismo.
Siguió su carrera como villano, haciendo atrocidades y manchando el mundo con su asquerosa monstruosidad.
Así pasaron los años y lentamente las muertes se fueron acumulando. Llego 1, 2, 13 y luego alrededor de 49 muertes se sumaron al total de muertes que llevaba en este lugar.
A pesar de que Abel se había dejado consumir por la oscuridad, él no quería seguir haciendo estas malditas atrocidades.
Vivir como un villano que estaba destinado a morir, era lo más cruel y horrible que él odia experimentar.
Su mente ya estaba rota en este punto de su existencia y simplemente no podia soportar más el peso de vivir.
Estaba cansado, ya no quería seguir existiendo en este maldito mundo de porquería. Su mente estaba completamente manchada por la oscuridad.
Estaba harto y lo único que deseaba era morir de una vez por todas.
"Esta es la 49 o la 50 ves que rencarno..?"
"..."
"Ah. Que mierda de vida..."
Habiendo regresado al lugar donde todo comenzó, Abel se recostó en el suelo mientras intentaba tomar fuerzas para seguir con toda esta mierda, sin embargo, no encontraba fuerzas para seguir adelante.
Estaba cansado y lo único que deseaba era que todo terminara de una maldita vez por todas.
La esperanza había muerto para él y solamente quedaba maldecir a aquellos que lo habían traído a este lugar.
Su mente estaba repleta de un profundo odio por los dioses que lo habían castigado de esa manera tan inhumana.
Deseaba matarlos, deseaba ir en su contra para arruinarles los planes que ellos tenían en este lugar, sin embargo, Abel era consiente de que era imposible ir en contra de esos malditos bastardos.
Así que solo resoplo en el suelo mientras intentaba tomar fuerzas para poder seguir con este maldito martirio
Pero cuando la esperanza parecía haber desaparecido completamente, una misteriosa voz repentinamente le susurro algo al oído.
"[Te propongo un trato, humano]"
"¡!"
Una voz desconocida comenzó a resonar sobre su cabeza que era completamente diferente a la voz usual que escuchaba de su sistema.
Al inicio pensó que era una alucinación, pero luego de unos segundos la voz siguió resonando sobre su cabeza.
"[¿Quieres dejar de sufrir. ¿Cierto?]"
"¡!"
"¡¿Quien eres?!" Con voz furiosa, Abel le pregunto a la misteriosa voz su identidad
"[Solo alguien superior a ti~]" Sollozo con una pequeña burla.
"[En fin, eso no tiene importancia en este momento. Lo único importante es saber si deseas hacer un trato conmigo]"
"¿Por que debería hacer un trato contigo" Pregunto Abel con evidente curiosidad.
"[Por que no tienes opciones, humano]"
"[Tu lo sabes mejor que nadie. Nadie es capaz de soportar la carga de la vida eterna... Tarde o temprano morirás por la locura que conlleva soportar el castigo que estas pagando. Realmente no hay muchas opciones que puedes elegir. O mueres intentando cambiar algo que jamás cambiara o haces un trato conmigo y sales de este maldito circulo vicioso. Al final es tu decisión. Tu eliges como quieres terminar tu existencia...]"
"...."
"[¿Qué me dices?]"
"[¿Quieres hacer un trato conmigo?]" Susurro con voz demoniaca.
"...."
"¿De que trata nuestro pacto?" Con algo de interés, Abel le pregunto a aquel Ser de que se trataba dicho trato.
El Ser coloco una enorme sonrisa sobre su rostro y entonces le menciono de lo que se trataba dicho trato.
"[Es bastante simple....]"
"[Renuncia a tu sistema~]"
"¡!"
"E-Eso..."
"¿Eso es todo?" Confundido por el trato, Abel intento averiguar más sobre dicho trato, sin embargo, aparentemente ese era el trato final.
"[Exactamente, es es todo el trato. Renuncia a tu sistema y a cambio te otorgare la libertad que tanto deseas. Una vez te liberes del sistema, serás tan libre como cualquier otra persona del universo]"
"[Sin embargo, una vez me otorgues el sistema, el ciclo acabara y todo volverá al orden original de las cosas. ¿Entiendes a lo que me refiero?. ¿Cierto?]"
"...."
"[¿Qué dices?]"
"[¿Quieres hacer un trato conmigo?]" Pregunto el Ser interesado en conocer la respuesta de Abel.
Sin siquiera haber pasado un segundo, Abel respondió inmediatamente que se llevara el sistema.
"Llévatelo"
"[¿De verdad quieres renunciar a tu sistema. A un poder divino que incluso los dioses tememos?]" Susurro con algo de incredulidad.
"No me interesa en lo absoluto. Llévate ese maldito poder contigo y libérame de este maldito sufrimiento de una maldita vez..." Sin embargo, Abel no dudo ni un poco de su decisión.
"[...]"
"[Jeje. Eres interesante humano. Nunca imagine que alguien podia ser capaz de rechazar el poder divino. Jeje, sin duda alguna eres diferente a los demás~]" Sus palabras reflejaban un profundo interés en Abel.
"No juegues conmigo, solo quiero mi libertad..." Abel estaba desesperado y solamente quería ser libre de una buena vez por todas
"[Bien, bien. Te daré lo que quieres, pero no sin antes volvértelo a repetir]"
"[¿Estas seguro de tu decisión?]" Intento reafirmar la decisión de Abel, sin embargo, esta no cambio en lo absoluto. Abel estaba totalmente decidido a renunciar a su sistema, lo único que él deseaba era obtener de una vez por todas su libertad.
Liberarse de este mundo maldito...
Estoy completamente de acuerdo..."
"¡!"
En el momento que reafirmo su respuesta, Abel pudo sentirlo por un solo segundo.
Quizás fue solamente su imaginación, quizás simplemente fue el instinto. Sin embargo, Abel estaba totalmente seguro de lo que había sentido.
Definitivamente había sentido la sonrisa de aquel misterioso Ser.
Una enorme sonrisa que estaba plagada de maldad.
Sintió un profundo escalofrió recorrer toda su espalda. Sintió que había cometido un error, pero simplemente dejo de tomarle importancia a todo ello.
Simplemente se centro en lo importante lo cual era liberarse lo antes posible de esta maldita condena que lo estaba matando.
"[Ahora eres un mortal más de este plano existencial. Ya no posees el poder divino que los dioses te otorgaron. Ya no estas atado a los hilos del destino, a partir de ahora ya no estas condenado a cumplir con tus pecados. Yo ~###$%%66. Te libero de tu condena.
Despertaras siendo un mortal libre de toda condena. Vivirás bajo la piel de Abel Drakastar, un mortal que no tiene un destino atado... Buena suerte, humano, y espero no arruines tu ultima oportunidad...]"
"¡!"
"[Bye, Bye. Espero alguna vez nos volvamos a encontrar]"
"[¡Abel~!]"
"¡¡!!"