—Bret, haz que el segundo equipo de tierra avance. Asegúrate de que todas las barreras estén en pie... No te descuides... —Blake solo podía pensar que esa era la razón por la que los demás habían muerto. Por no estar alerta y no bloquear el ataque.
—¿Vas a ir? —preguntó Bret. Parecía un poco preocupado.
—Mmm... Voy a enviar un gran regalo a la retaguardia. —Blake batió sus alas y voló hacia el cielo. Estaba más preocupado por los dragónicos que por los elfos. Tenía fe en las habilidades de Noa para lograr algún tipo de milagro allí.
Dejando a Bret a cargo del frente, Blake voló por el aire justo debajo de la batalla que tenía lugar en los cielos. Alcanzó su bolsa espacial y sacó una esfera plateada. Inyectó una gran cantidad de maná condensado en ella antes de transformarse en su forma de hombre lobo, fijando su objetivo hacia la retaguardia y lanzándola con todas sus fuerzas.
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