Su mano estaba helada, sin el más mínimo indicio de calor. De repente, Lu Yan se sintió nerviosa; nunca había tenido contacto piel a piel con Qiao Fei.
Estaba muy asustada, realmente muy asustada. ¿Y si Qiao Fei nunca despertaba? ¿Qué se suponía que debía hacer entonces?
Con ese pensamiento, levantó la mano de Qiao Fei y la puso cuidadosamente en su mejilla, esperando calentarlo.
ꟷQiao Fei, despierta... Nunca más te evitaré, y nunca te haré enojar. Cuando te mejores, mataremos a ese pervertido de Ian, juntos. Démosle una paliza hasta que ni siquiera su abuela pueda reconocerlo...
De repente, el celular de Lu Yan vibró en silencio, impulsándola a soltar la mano de Qiao Fei y a levantarse de su asiento.
ꟷAdelante, soy Lu Yan.
ꟷJefa, hay un trabajo de 200 millones en España, ¿deberíamos aceptarlo?
ꟷAcepta mi culo, no tengo tiempo. No voy a aceptar trabajos por el momento.
ꟷSí, señora.
ꟷ¿Qué más quieres?
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