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Todo comienza con un circulo

Lo primero es comenzar con un pequeño círculo. Eso es lo primero para hacer runas. Es la runa madre. Sola, esta significa "energía". Todo parte ahí de y se complejiza dándole diferentes significados a ese círculo dibujando dentro de él. Mientras más perfecto sea, mejor será la base de las runas.

Las runas son conocidas como el lenguaje del universo, o eso dicen al menos. Son símbolos que responden a nociones de las leyes fundamentales de la realidad y tienen la capacidad de deformarla si son escritos de manera correcta claramente.

Después de uno pocos intentos, Cenis logro hacer un círculo casi perfecto, aunque tenia defectos, pero eso se mejoraría con el tiempo. Esa iba ser su base.

Su principal intención al aprender runas era compensar su falta de delicadeza para forjar las venas internas de los materiales, pero esas runas eran aún muy avanzadas para él. Por ende, había que empezar con lo básico. Aunque esa era la intención principal, no quita el hecho de que hay una gran cantidad de runas útiles, incluso las más básicas.

Todas las runas deben escribirse dentro del círculo. Varias cosas determinan el poder de una runa, pero las principales son: su tamaño, su correcto trazo y la intención del maestro de runas.

Al escribir las runas no solo hace falta saber la forma y ejecutarla bien, sino también el significado. Mientras más se comprenda una runa, mayor poder de intención tendrá esta y, por ende, su poder será mayor siendo exactamente igual a otra con menos intención.

La intención es lo que separa a un novato de un experto en este campo. Puedes conocer más runas y más complejas, pero si no cultivas una fuerte intención, tus creaciones se tornaran inútiles. La intención refleja tu conocimiento de runas, simple y directo.

Una diferencia fundamental con la forja es que esta disciplina requiere un mayor marco teórico que con la recién mencionada. Si bien la práctica y la ejecución son importantes, el entendimiento y la compresión toman un rol muchos más prioritario que en la forja.

La idea de sentar una base teórica, como hizo Cenis, fue la idea correcta. Sería prácticamente imposible aprender sobre la marcha como hiso antes.

Una semana le tomo para crear esta base y creía estar preparado para hacer su primera runa. Un circulo con una más, resistencia. Una de las más básicas, aumenta la durabilidad y la entereza de un objeto.

En ese momento Cenis estaba dibujando la runa en un papel. Al terminar de dibujarla, la runa brillo tenuemente por un momento y luego desapareció.

Pensando que había fracaso, Cenis tomo la hoja. Sin embargo, se dio cuenta de que no había fracasado en absoluto: al levantarla, la hoja no se doblaba como cualquier otra hoja de papel. Incluso cuando intento plegarla con la mano, parecía más una fina plancha de acero que un papel debido a su resistencia

Su primer intento fue exitoso. Había logrado su objetivo a la primera.

Cenis estaba muy emocionado, su esfuerzo había dado resultados rápidamente, estaba extasiado.

Quiso empezar a probar otras runas de inmediato, pero el bullicio que venía de afuera llamo su atención. El barrio en general era bastante tranquilo, por lo que cualquier ruido un poco fuerte se hacía notorio por contraste.

Literalmente había estado viviendo como un adicto al trabajo por más de dos meses y nunca había sentido un alboroto de este estilo. Curioso, Cenis decidió salir a ver qué pasaba.

Apenas salió, vio a un grupo de sirvientes amontonados y hablando sobre algo. Al acercarse, pudo escuchar un parte de la conversación.

-Escucharon, parece que los caballeros de las alas negras están por llegar a la capital- hablo una sirvienta en voz baja.

-¿Estará "él" ahí?- pregunto otro

-Espero que sí, hace mucho que no se encuentran-

-'¡¿los caballeros de las alas negras?!'- Incluso viviendo en una ciudad en la otra punta del mundo humano, como lo hacía antes Cenis, el conocía a los famosos alas negras o caballeros de las alas negras.

Era un famoso regimiento de soldados de la más alta elite, que sirviendo bajo el señor de la guerra, mano derecha del emperador y uno de los hombres más poderosos de la humanidad que solo le rinde cuentas a éste último.

Este regimiento estaba compuesto únicamente por talentosos modificadores. Este sirve en el frente de batalla en el norte. Donde antes estaban ubicada la capital, pero al reubicarse la ciudad se establecieron en una fortaleza que quedo después de que se moviera la ciudad, pero cada tanto se les da permiso a un pequeño pelotón de entre unos 20 o 30 caballeros para que vinieran a la capital a visitar a sus familiares y conocidos.

Cenis no sabía muy bien quien era "él" ni con quien no se encontraba hace tiempo, pero no estaba demasiado interesado en el chisme. Sin embargo, estaba interesado en ver a este grupo de caballeros de elite.

Sin mucho pensarlo empezó a seguir a un grupo de sirvientes que iban en esa dirección.

-¡Hola!- dentro de aquel pequeño grupo, Cenis se dirigió a uno específico. Un hombre alto, pelo negro, con unos rasgos algo superiores a la media, que al reconocer la voz, se volteo.

-Ah, hola Cenis- El sirviente de nombre Charles le respondió tranquilamente.

Este era el único sirviente con el que había tenido algo de contacto, era lo más cercano a un amigo que había hecho en este periodo de tiempo en modo "adicto al trabajo". No interactuaron demasiado, pero sí hablaban en la sala de estar, en el edificio de sirvientes después de que ambos terminaran sus trabajos.

-¿Cómo estás?- preguntó Cenis

-Bien ¿vas a ver a los caballeros de las alas negras también?- respondió chales

-Sí, la verdad es la primera vez que los veo, quiero ver como son-

-jajaja, la verdad muchos reaccionan así en su primera vez. Son muy geniales, si tengo que decirlo- Charles comento mientras se reía de los comentarios de Cenis.

No estaba muy seguro por qué, pero se sintió algo avergonzado por las risas de Charles.

-Además, es posible que vengan el Sr. Kevin, dentro del grupo, hace casi un año y medio que no viene a la capital- añadió Charles.

-¿Sr. Kevin?- preguntó Cenis, quien no podía recordar a nadie con ese nombre. No es que conociera a mucha gente tampoco.

-¡No sabes quién es el Sr. Kevin!- Charles estaba genuinamente sorprendido.

-¿Debería?- Cenis no entendía la razón para el alboroto

-¡Claro que sí! El señor Kevin Hazard, heredero de la casa Hazard, es un talentoso guerrero que a la edad de 20 años ya fue aceptado como escudero para las Alas negras. Pero lo más importante es… ¡Que es el prometido de la señorita Abigail!-

-¿La señorita Abigail está comprometida?- La voz no lo delataba pero casi se le cae la mandíbula

-Pobre hombre, con la personalidad de ella no debe ser fácil- Cenis estaba apenado por ese tal Sr. Kevin, si bien ella era talentosa, de buena familia y él tenía una gran opinión de ella por lo que hiso por él. La verdad es que tenía su personalidad tenía tres modos, o era fría como el hielo o encontraba algo divertido como si fuera un objeto o era astuta como un zorro.

Nunca había visto algo más que eso desde que llego.

-Al contrario, podría ser un hombre con mucha suerte, si bien ella puede que no sea fácil con nadie, según dicen los rumores, ella siempre es muy cálida cuando esta con él, dicen que se conocen desde niños y que es como si ella reserva sus emociones para él. Si esos rumores fueran ciertos no creo que haya hombre más afortunado- Charles comento rebatiendo lo que había dicho Cenis.

Si ese fuera el caso, Cenis estaba totalmente de acuerdo con su compañero, solo de imaginarlo podía entender lo que él quería decir.

Pero al fin y al cabo eran solo rumores y nadie estaba seguro.

***

Ahora estaba seguro. La mirada la estaba delatando de manera muy obvia.

Hace ya unos minutos que había llegado a la puerta norte en la muralla exterior, la ubicación por donde iban a pasar los caballeros de las Alas negras.

Un enorme pasillo hecho de personas se había formado hace un tiempo, la gente se amontaba en cantidades, hasta había gente subida a los techos.

En una parte había varios carruajes y hombres montados en diferentes animales, todos juntos y con un perímetro cubierto por guaridas armados donde, además de los integrantes de dicho grupo, no había nadie alrededor. Esa era la sección donde se concentraban los nobles, había tanto jóvenes esperando familiares o amigos, como mayores esperando hijos o nietos, en los carruajes las mujeres y algunos hombres, mientras que en las monturas había únicamente hombres.

Muchos miraban en esa dirección, no era común ver a tantos nobles al mismo tiempo en la muralla exterior.

Uno de los carruajes pertenecía a la casa de Rosemary, dentro estaba Abigail, o eso suponía ya que era el único que estaba completamente cerrado, todos los demás estaban socializando mientras ese estaba en total silencio.

Poco después las puertas se abrieron, un grupo de unas 28 personas entro por la puerta norte. Todos montados en caballos, entraron vistiendo armaduras de plateadas con detalles como alas negras que surgían desde la espalda, un yelmo completo, de color plateado a juego, ahora abierto para dejar ver las caras, todos lo llevaban puesto, todos menos uno, aquel que iba a la cabeza del grupo, este tenía el casco un yelmo con unas pequeñas alas que salían de los costados llevándolo bajo el brazo, dejando al descubierto la cabeza.

El hombre de tamaño considerable, facciones afiladas, un semblante serio, con ojos verdes y un pelo negro corto algo desordenado. En su rostro se podía ver una cicatriz en un costado, esto dándole un aspecto algo más salvaje. Este hombre era claramente un imán de mujeres. Además era obvio que era de rango más alto que el resto.

Todos aplaudían la llegada de estos héroes que luchaban para recuperar el mundo. Vitoreaban a este cuerpo de elite que luchaba en primera línea y que solo aceptaba a lo mejor de lo mejor.

-¡Mira! Ese es el Sr. Kevin, en verdad vino esta vez, además parece que por fin lo ascendieron a caballero.- Charles comento emocionado mientras señalaba, no al que iba delante, si no que a uno que estaba en segunda fila, justo detrás.

Si bien también tenía un buen volumen quedaba algo ensombrecido por el hombre que tenía en frente, era guapo, pero nuevamente quedaba algo tapado por lo que parecía ser el caballero mayor.

Como un sexto sentido, Cenis dejo de mirar a los caballeros y volteo hacia el carruaje solitario dentro de la sección de nobles, debido a esto, logro ver cómo se abría la puerta dejando al descubierto a la hermosa dama de melena rojo con mechas blancas, llevando una sonrisa deslumbrante. La imagen lo impacto especialmente porque nunca había visto a su señora de esa manera, parecía irradiar una luz cálida.

El hombre que Charles señalo como Kevin Hazard, rápidamente la noto y le sonrió de vuelta, se acercó a ella, junto a otros dos caballeros con lo seguían. Tal vez fue cosa de Cenis pero noto algo raro en esa sonrisa, aunque no supo decir el que.

Mientras la pareja se reunía, los otros caballeros también se dispersaron, se empezaron a ir con aquellos que los habían venido a buscar y poco después se fueron, con los caballeros saliendo, la multitud empezó a hacer lo mismo. Pocos minutos después, la calle estaba despejada.

Con ello, Cenis y Charles emprendieron también su regreso.

En poco tiempo todos volvieron a la casa y los que tenían turnos volvieron a trabajar.

Cenis, por su parte, volvió al taller, todavía tenía mucho que aprender de las runas. Rápidamente se olvidó de lo exterior y empezó a hacer más runas.

Las primeras le tomaron pocos intentos, pero después de pasar las más básicas, ya no fue tan fácil.

Apenas paso de las básicas a unas de bajo nivel ya empezó a aparecer una gran resistencia. La runa de "filo" con forma de una cruz invertida, la cual recordaba a una espada. Debido a la precisa que debía ser posición de la línea perpendicular a la central, tardo varios intentos, lo logro una vez, pero aun así no podía hacerlo de manera constante.

No avanzo a la siguiente runa hasta que dominara la anterior, así paso una hora, Cenis aún estaba dándole vueltas a la runa de "filo". Aun así Cenis no se frustro, si algo le había enseñado el tener que mirar un objeto calentarse por al menos 30 minutos sin poder hacer nada más cada vez que intentaba forjar algo, es que hay que tener paciencia.

Pero su entrenamiento en runas seria interrumpido una vez más, pero estaba vez no eran solo unos murmullos y algunas personas hablando un poco fuerte.

¡¡¡BOOOOM!!!

Un poderoso estruendo sonó haciendo temblar un poco el taller, acompañado con el ruido de una pared siendo derrumbada con algún tipo de explosivo.

Junto a eso también se escuchó una voz llena de rabia desbordante.

-¿¡¡TE ATREVES!!?- Sonó dicha voz, una voz femenina, más exactamente de la señorita Abigail

Cenis no entendía que podía haber pasado, pero aun así tomo una lanza que el mismo había forjado y corrió.

Apenas salir, pudo apreciar la escena.

Uno de los muros laterales de la mansión había sido derribado formando un agujero, ahí, estaba parada firmemente Abigail.

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