webnovel

Capítulo 36: Misterios en la Finca – Parte Tres.

—¡Finalmente! —exclamó uno de los rusos.

Se dirigieron hacia los dos hombres esposados, quienes habían sido amordazados y atados para que no escaparan en medio del caos.

—Ahora danos la memoria y podrán salir vivos de este lugar —dijo uno de los rusos a los hombres esposados.

Los hombres se miraron entre sí, conscientes de que sus vidas dependían de la siguiente acción. Uno de ellos, con una expresión de resignación y desafío, finalmente habló: —La memoria no está aquí.

Los rusos se miraron desconcertados: —¿Qué quieres decir? —exigió el ruso que lideraba, con un tono amenazante.

—La memoria no está aquí —repitió el hombre—. La escondimos antes de ser capturados. Si nos matan, jamás la encontrarán.

El líder ruso frunció el ceño, evaluando la veracidad de las palabras de su prisionero, aunque no descubrió nada fuera de lo común. Sabía que matarlos en ese momento no le beneficiaría en nada si realmente no tenían la memoria.

—¿Dónde está entonces? —preguntó, sin bajar el arma.

—Está cerca —respondió el hombre, tratando de mantener la calma—. Desátanos y llevaremos a tu hombre a ella. Pero sólo uno de tus hombres, para asegurar que no intentes nada.

—Memoria... Ehh —comentó Li Jen después de escuchar las palabras del hombre ruso. Parece que todo esto fue por una memoria; debe ser muy valiosa para que tantas fuerzas se movieran a la vez.

El segundo hombre al que apuntaban con un arma respondió: —Dispara... tarde o temprano moriremos.

Pero en ese momento, de repente, el primer hombre se movió hacia el líder de los hombres rusos, y un fuerte BAM resonó en el aire. El segundo hombre, esposado, fue disparado en la frente sin tener la oportunidad de responder.

Mientras tanto, el primer hombre esposado también perdió la vida luego de que le dispararan al intentar atacar al segundo hombre ruso. Aunque murió, no se fue sin quitarle la vida al líder ruso. Por eso, el segundo ruso fue quien asesinó a aquel hombre esposado sin la mayor vacilación.

Todo quedó en silencio, dejando solo a un hombre ruso de pie ante docenas de cadáveres.

El hombre ruso y el único en pie no sabía qué hacer a continuación. Lo único que podía hacer por el momento era buscar en las pertenencias de los dos hombres muertos la memoria que buscaban tanto.

Después de unos minutos, encontró una pequeña memoria en un bolsillo. Su expresión reflejaba la felicidad que sentía al descubrir aquella pequeña memoria. Podía decir que su misión estaba cumplida, y ahora solo quedaba escapar de ese lugar.

Al darse la vuelta y prepararse para marcharse del lugar, de repente sintió que alguien lo observaba desde atrás, así que se dio vuelta. Sus ojos se abrieron de sorpresa y miedo al ver que los dos hombres esposados estaban de pie y lo miraban con intenciones asesinas en sus ojos.

—¡IMPOSIBLE! —gritó el hombre ruso—. Ustedes dos no estaban muer...

Pero esta vez no pudo continuar sus palabras cuando fue asesinado a disparos por los dos hombres de pie.

Ambos hombres, que revivieron de la muerte, le apuntaban con un arma al hombre ruso. Sus miradas frías y ceños fruncidos se sentían molestos por el dolor soportado al revivir. Todo el lugar volvió a quedar en silencio nuevamente, con la sangre impregnada por todo el lugar.

Mientras tanto, Li Jen seguía observando todo a lo lejos.

—Qué interesante —murmuró de nuevo Li Jen con una sonrisa misteriosa.

Los dos hombres que se suponía debían estar muertos de la nada revivieron como por arte de magia y empezaron a hablar entre ellos.

—Viejo amigo, ¿crees que nuestros hermanos estarán bien? —preguntó el segundo hombre melancólico, mirando a lo lejos al vivir algo imposible para otros.

El primer hombre también tenía una expresión melancólica en su rostro, pero aun así respondió: —Tal vez ellos están viviendo una mejor vida que nosotros.

El segundo hombre volvió a decir: —Antes estábamos siempre juntos, todos nos queríamos como hermanos, éramos una sola familia. Pero ahora solo quedamos nosotros dos, viejo amigo, los demás se marcharon, siguiendo sus propios caminos —deteniéndose por un tiempo y soltando un largo suspiro, continuó—. ¿Crees que toda la familia se volverá a reunir nuevamente algún día?

El primer hombre respondió melancólicamente: —Quizás en el futuro nos reuniremos nuevamente... ¿Qué hacemos ahora?

—En realidad no sé a dónde debemos ir o qué hacer a continuación. Por el momento, sigamos nuestro camino hacia el país del Valle del Sueño. Es el mejor lugar para escondernos —respondió el segundo hombre.

—Después de tantos años de esfuerzos, no sirve de nada hacer el bien en este mundo —dijo el primer hombre un tanto impotente.

Pero negando, el segundo hombre respondió: —¿Por qué dices eso, viejo amigo?

El primero de ellos respondió: —No importa lo mucho que nos esforzamos para ayudar, siempre hay quienes quieren hacer el mal. Por ejemplo, esas grandes familias de muchos países buscan sus propios intereses sin importarles nadie a su alrededor, los muchos grupos delictivos también buscan sus propios intereses. Los diferentes gobiernos también buscan sus propios intereses sin importarles la población. No importa cuán bien intentes transmitir, no sirve de nada, por lo que no tiene sentido para mí seguir peleando para hacer el bien.

El segundo hombre se quedó escuchando atentamente. Su hermano perdió todos los motivos para seguir luchando, tal vez para seguir viviendo. Pero era imposible para ellos morir, así que no podían hacer nada más que esperar y esperar.

Por lo que preguntó: —Viejo amigo, entonces ¿qué hacemos a continuación?

Pero negando, el primer hombre respondió: —No sé por el momento, pero quizás podemos unirnos y trabajar para alguien. Solo debemos seguir adelante, quizás alguien merezca nuestra lealtad.

Sonriendo, el segundo hombre comentó: —Pero amigo, ¿quién podrá ganarse nuestra confianza? Además, no hay nadie que nos llame la atención como para trabajar para él. Todos solo buscan ganancias pasando por encima de los demás.

Sonriendo cómicamente, el primer hombre dijo: —Qué tal si nos unimos al sistema. Escuché que son muy misteriosos y poderosos, nadie sabe de ellos.

Pero el segundo hombre respondió con un contundente: —¡IMPOSIBLE! —agregando—: Su fuerza es mil, diez mil o cien mil veces más fuerte que la nuestra. No debemos meternos con esa organización. Son muy misteriosos y poderosos.

Solo después de un par de minutos de charla, ambos hombres soltaron un largo suspiro y no sabían qué decir más.